Nuestra estupenda macchina ...
Se ve que los empleados responsables de estas tareas estaban de vacaciones... Para la vuelta tomamos nota y no saldremos del garaje hasta no dejarla atada y bien atada. Ha costado un poco de tiempo salir del barco, pero finalmente, poco antes de las 7 poniamos rumbo a Roma , con mas y mas tráfico confirme nos ibamos acercando y con mil ojos dada la situacion de las calzadas ( lamentable estado del firme, lleno de baches y SIN lineas separadoras de carriles ) y la irresponsable y peligrosa manera de circular de la mayor parte de los romanos. A pesar de todo, y cayendo la tarde, entramos en la ciudad por la Via Aurelia y nos damos de bruces con la cupula de San Pedro, ya que hemos de bordear la Ciudad del Vaticano por detras para salir frente al Castel Sant'Angelo hacia la zona de Castro Pretorio donde nos alojaremos en el Anthony B&B de la via Palestro. Y primer percance desagradable del viaje...
Elegimos este alojamiento por su proximidad a la Galleria Borghese, de la que se encuentra a 20 minutos andando, lugar al que dedicariamos la mañana siguiente y ¡ sorpresa!
no habia nadie para recibirnos y NO cogieron el tfno. de contacto facilitado, de hecho, en la puerta del BB habia 4 numeros y en ninguno de ellos nos respondieron. Despues de 40 minutos de espera en la calle, reclame ayuda a Booking y ellos si pudieron localizar a un hermano del propietario que acudio a recibrnos. Debo destacar que en lugar de a las 20 ( hora de llegada convenida al hacer la reserva ) arribamos al BB a las 20.30, pero en prevision de retrasos, pedi via Booking el dia anterior un tfno. al que avisar y en este TAMPOCO respondio nadie. Finalmente , conseguimos que nos atendieran gracias a Booking y nos encontramos una habitacion mal decorada, muebles viejos y feos, colchon y almohadas malos y un baño pequeño. Ruidos, todos. Paredes de papel que permitian oir todo lo que ocurria en las habitaciones contiguas y por tanto, ninguna intimimidad.
Como es logico, hemos tenido unas palabras con el dueño, un caradura que de entrada ni siquiera se disculpo , y solo lo ha hecho cuando mi marido le ha reprochado seriamente su conducta, incalificable para un hostelero. Pensamos en marcharnos , pero estabamos cansados y eran casi las 10 de la noche asi que hicimos un esfuerzo y nos fuimos a cenar para superar el enfado. Justo frente al BB habia una pizzeria Ristorante al 39 y alli nos han dado una deliciosa pasta fria con alcachofas que nos ha devuelto el buen humor. Que suerte estar aquí pese a todo...