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A las 6 me he despertado, la verdad que algo roto con la sensación de haber dormido poco. A las 6:45 estaba mi amigo del Betis subiéndome el desayuno a la habitación. El sitio es de diez.
Hoy el buceo es en otro barco, el Naring. Es un barco hecho para buceos de un día. Lo que me parece increíble es lo del compresor en la popa, tanto el Weta Molas como este llevan un compresor en la popa que no pasaría ni un solo control de seguridad en España. Si lo piensas da miedo, es navegar con una bomba en el barco... Más de un disgusto habrán tenido supongo.
Hoy en el barco van de guías 2 chicas inglesas que están haciendo el divemaster, la jefa Lisa. El otro guía un indonesio de los que iban en el vida a bordo anterior. Somos 11 buceadores, ni uno español. Se ve un huevo gente que solo bucea en sitios tropicales. Se sacan los cursos de vida a bordo en vida a bordo y fuera de eso no bucean nada y desconocen que existe más buceo que el de buscar a Nemo. Me pregunta un inglés que en España qué es lo que hay de buceo, vamos que cuando le digo que en Cabo Palos hay buceos más chulos que algunos de los que he hecho aquí me mira como si estuviera loco.
Los buceos hoy serán los mismos que ayer, en la zona norte de Komodo. Hemos hecho un grupo de cuatro con el guía indonesio. El primer buceo ha sido en el embudo. Cuando aparecía un tiburón todos locos señalando el tiburón, cuando el guía me marcaba un nudi, los que iban en mi grupo lo miraban, se acercaban y se iban sin dedicarle un segundo. La mayoría de buzos que hay aquí no entienden el buceo mas allá de ver bichos grandes y el agua a 28.
El segundo buceo ha sido una pasada. El punto, Castle Rock, donde ayer vi más tiburones. Con los que he visto hoy lo de ayer no fue nada. Había un corrientón de narices, por lo que nos íbamos tirando con el chaleco deshinchado para descender lo más rápido posible. Una vez a bajo nos hemos enganchado cada uno donde ha podido y a flipar. Al haber tanta corriente se juntan los tiburones, era una pasada. Por momentos, mirases donde mirases siempre había uno. Estaba grabando uno a mi derecha y mi compañero me hace la señal del tiburón y me señala detrás mío , un punta blanca a un metro de mi nadando contracorriente. Se asustan un montón con las burbujas y en cuanto echas burbujas se van y vuelven. Había tiburones grises que imponen aún más que los punta blanca pero son aun más asustadizos. Ha sido la inmersión más espectacular de las que llevo. En la parada de seguridad parecía de coña, la corriente hacia efecto lavadora y era prácticamente imposible hacer la parada, te lanzaba para abajo, para arriba, para los lados... Yo me he enganchado a una piedra, he deshinchado el chaleco y a esperar hasta que el guía ha hinchado la boya y hemos subido para que nos recogiera el barco.
Después de la segunda hemos comido y hemos estado un rato descansando. Mientras, el tiempo empeoraba y cada vez soplaba más viento.
A las 15 hemos hecho la tercera inmersión. Una catástrofe. Era en Crystal Rock. La idea, la misma que la anterior, tiranos y bajar rápido para alcanzar el bajo y engancharnos. Pues nada, en cuanto hemos bajado y estabamos a 20 metros estaba claro que el bajo no se veía por ningún lado. El guía encima haciéndonos aletear contracorriente y solo había que ver el fondo para ver que no avanzábamos una mierda y que incluso diría que íbamos para atrás. El guía se pone a marcarnos dos tiburones, con lo asfixiao que iba me daba igual tiburón que tiburona. Cuando llevábamos 10 minutos así he visto que me había chupado 100 bares de la botella y estábamos perdidos sin duda. Íbamos un inglés, el guía y yo. Viendo el plan, me he enganchado con el gancho a una piedra, he llamado la atención del guía preguntando dónde estaba el bajo y haciéndole ver que estaba asfixiado y me quedaban 100 bares. El guía ha hecho la señal de cancelar inmersión y, dejándonos llevar por la corriente, hemos subido. Nada más sacar la cabeza el pobre chaval solo repetía "sorry, sorry". Estábamos a tomar por culo del barco y del bajo, lejos hasta el punto de no ver el barco entre ola y ola. El guía se ha puesto a pitar y yo ya me veía haciendo noche flotando y apareciendo en Bali. Al final el barco nos ha visto y nos ha recogido, después de 15 eternos minutos a la deriva meneando las boyas para que nos vean. El guía seguía con el sorry, diciendo que le había confundido la dirección de la corriente, que normalmente es oeste-este y que esta vez era sur-norte... Entiendo el agobio porque probablemente se habrá quedado sin paga y por supuesto sin propina. A ver, si las condiciones son evidentemente malas y decimos de tirarnos, narices tírate pegado al bajo y vamos bajando poco a poco, no nos hagas tirarnos a 30 metros del bajo! Claro, la idea era que la corriente nos pegara al bajo pero al ir en otra dirección nos ha mandado al medio de la nada. Los otro dos grupos han hecho la inmersión enganchados a la roca pero porque se habían tirado más cerca del bajo. En fin, aventurillas, al menos me decía que no me cobraba la inmersión... Para cobrármela! Y el inglés un sin sangre, decía que había estado bien! Menos mal que no hemos tenido que poner a prueba los servicios de rescate de indonesia porque ya me los veía buscándonos en kayak.
La vuelta a Labuan se suponían dos horas y cuarto de navegación que han sido tres por la mala mar. Te tumbabas en la colchoneta y era como estar montado en la barca de la feria. En el camino he estado hablando con un Canadiense que vendrá conmigo también en el vida a bordo de mañana. Es un hombre de 60 largos que va con su mujer, creo que me ha estado contando su vida en Calgary, digo creo porque le pillaba una frase si y otra no.
Hemos llegado a Labuan a las 19. He cenado un sándwich de atún en la habitación escuchando un podcast y para la cama. Para el sandwich he comprado en el súper lo que creía que era sal y resulta que es "umami"... no pega nada con el atún. Cena de reyes vamos!
Estoy reventaico así que fin del día.
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