Domingo 20: Por la mañana cogí un taxi para ir hasta el puerto Kolona, de donde partía el barco a Symi a las 8:30. Lo mejor del viaje es a la salida, cuando se puede obtener una visión panorámica de parte de la ciudad antigua con su muralla, los puertos, las columnas con los ciervos en el lugar donde según la mitología pudo estar el Coloso de Rodas.
Nada más llegar a Symi, 50 minutos después, vi que a la salida del barco estaba esperando una furgoneta de la empresa Panormitis Travel, para ir hasta el monasterio de San Miguel en Panormitis. Según me había informado, para que se organizase la excursión debía haber un mínimo de 6 viajeros y en otro caso sólo era posible en taxi. El precio que me indicó el conductor inicialmente fue de 6€, precio que me pareció adecuado. No tardó en llenarse la furgoneta y bordeando el puerto nos dirigimos al otro lado del pueblo, donde la carretera se empinaba por momentos. Según íbamos subiendo, la panorámica de Symi era más espectacular, hasta que las casas del barrio del puerto (Yialos) quedaron muy abajo y llegamos al barrio alto (Chorio). A partir de ahí fuimos viendo durante un rato la costa acantilada. Me sorprendió lo agreste que era la isla, para ser tan pequeña (unos 13x8 km). El paisaje también era bastante árido, aunque en algunos tramos se podía ver algún bosque. Cuando íbamos a mitad de camino, en la vertiente sur de la isla, paramos en un mirador desde el que se apreciaba muy lejano y a orillas de la bahía de Panormitis, el monasterio de San Miguel.
Yo era incrédulo de que fuésemos a llegar a 20 minutos (según el horario previsto) por la altitud a la que habíamos llegado y la cantidad de curvas que había en la carretera, sin dejar de lado los desprendimientos de piedras. Sólo por ver estos paisajes es interesante hacer la excursión. Como el conductor le pisaba al acelerador, a las 10:30 ya estábamos en el monasterio.
San Miguel en Parnomitis es un monasterio ortodoxo del siglo XVIII, en estilo veneciano. Exteriormente llama la atención el campanario. En el interior, es posible visitar un museo (que estaba cerrado) y la iglesia dedicada a San Miguel, que es el patrón de la isla y de los marineros del archipiélago del Dodecaneso. La iglesia podría remontarse al siglo V y es una preciosidad, sobre todo por sus frescos y por los candelabros ricamente decorados. No me dio tiempo a ver con calma la iglesia, porque en 10 minutos comenzó una ceremonia religiosa y me dio vergüenza quedarme allí dentro. Cuando finalizó al cabo de unos 20 minutos, ya no encendieron las lámparas, por lo que con la iglesia a oscuras no pude seguir viendo la decoración.
www.johnsanidopoulos.com/ ...angel.html
Visto esto, no había mucho más que hacer o nada, así que el resto del tiempo hasta las 11:30 simplemente lo dediqué a contemplar la bahía y un molino que se erguía sobre una roca. Un poco aburrido sí que es estar una hora en este lugar, sobre todo cuando no parece probable que se pueda ver la iglesia con más detalle. Me imagino que la llegada de las furgonetas está sincronizada siempre con la ceremonia religiosa que celebran. Cuando nos íbamos, el conductor nos dijo que en el camino de vuelta a Symi íbamos a parar a visitar el monasterio de San Miguel de Roukouniotis y que el precio de la excursión cambiaba de 6 a 8€. Me pareció bien. Total, no creo que tuviese otra opción.
Durante el camino de vuelta aproveché para hacer todas las fotos que pude del paisaje. Como dije antes, es una isla bastante árida, pero aún así tiene sus zonas con bosques y también vi algún campo con olivos.
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Visto esto, no había mucho más que hacer o nada, así que el resto del tiempo hasta las 11:30 simplemente lo dediqué a contemplar la bahía y un molino que se erguía sobre una roca. Un poco aburrido sí que es estar una hora en este lugar, sobre todo cuando no parece probable que se pueda ver la iglesia con más detalle. Me imagino que la llegada de las furgonetas está sincronizada siempre con la ceremonia religiosa que celebran. Cuando nos íbamos, el conductor nos dijo que en el camino de vuelta a Symi íbamos a parar a visitar el monasterio de San Miguel de Roukouniotis y que el precio de la excursión cambiaba de 6 a 8€. Me pareció bien. Total, no creo que tuviese otra opción.
Durante el camino de vuelta aproveché para hacer todas las fotos que pude del paisaje. Como dije antes, es una isla bastante árida, pero aún así tiene sus zonas con bosques y también vi algún campo con olivos.
El monasterio de San Miguel de Roukouniotis fue fundado en el siglo XIV por la Orden de los Caballeros de San Juan y contiene frescos que se remontan a esa época. Depende directamente del Patriarcado de Constantinopla. Es el complejo monástico más antiguo que sobrevive en Symi y el más importante arquitectónicamente. Tiene aspecto fortificado y contiene 2 iglesias, construidas una sobre la otra. Se me escapó alguna foto del interior antes de ver que había un letrero que lo prohibía, aunque debería haber sabido que en las iglesias ortodoxas no está permitido.
A pesar de las curvas de la carretera y de los reflejos en el cristal de la furgoneta, esta vez sí conseguí hacer alguna foto decente con una panorámica de fondo de Symi junto al mar y alguna más del barrio del puerto.
El conductor hizo una parada por el barrio de Chorio, cerca de donde hay un conjunto de molinos. Se supone que en temporada alta hay un autobús que a lo largo del día hace el traslado entre Yialos y Chorio (al menos eso lei en una página web sobre Symi), pero en marzo la única opción sería un taxi. Caminando, hay una calle llamada Kali Strata, que bajando por 350 escalones lleva hasta Yialos. Teniendo en cuenta esto y que no me encontraba en las mejores condiciones, decidí ir en la furgoneta hasta el final del recorrido, aunque no contaba con que el conductor no parase donde llegaban los barcos, sino justo al otro lado del puerto. Desde ese punto se puede sacar una bonita foto de la Torre del Reloj, de 1881, de las casas de colores, de los barcos de recreo que están atracados en el puerto. Muchas de las casas tienen un estilo con un aire neoclásico, al tener fachadas en las que la parte superior imita la forma de un frontón de un templo griego.
Había varios restaurantes por esta parte del puerto, pero me pareció que era un poco pronto para comer y como a lo lejos se veían toldos, me dije, ya encontraré más tarde uno. ¡Error! Estos eran los únicos que estaban abiertos. Luego sólo me encontré alguna cafetería para tomar un aperitivo, un bar de kebaps y otro de gyros, porque algún restaurante más que había estaba cerrado. Comí en el bar Kantirimi, en el que la comida que se puede tomar es tipo gyros, souvlaki, ensalada,... Yo pedí un gyros de pollo que iba acompañado de patatas fritas, ensalada y pan de pita. Un plato suficientemente grande como para no comer nada más. Con la bebida la cuenta fue de 10'90€.
Continué paseando por Yialos hacia el punto de salida del ferry. Desde este lado del puerto se contempla una panorámica de Chorio, con todas las casas desparramadas por la ladera de la montaña y los restos de los molinos. Pasé un par de horas leyendo frente a la Torre del Reloj antes de que llegase al ferry para regresar a Rodas, aunque se retrasó una media hora.
Continué paseando por Yialos hacia el punto de salida del ferry. Desde este lado del puerto se contempla una panorámica de Chorio, con todas las casas desparramadas por la ladera de la montaña y los restos de los molinos. Pasé un par de horas leyendo frente a la Torre del Reloj antes de que llegase al ferry para regresar a Rodas, aunque se retrasó una media hora.