Bueno, hoy es mi último día en India. Estoy en el aeropuerto esperando a que sean las 6.00h y salga nuestro vuelo.
Ayer cogimos el ten desde Amristar a las 9.30 de la mañana. Como ya sabíamos los punjabis, muchos de ellos Sijk , son diferentes al resto de los indios, son como más de fiar, más nobles. Estando esperando en el andén nº1 de la estación de Amristar, porque es del que normalmente se sale el tren para Delhi, llegó un encargado de la estación, un Sijk y sin decirle nada nos preguntó que si íbamos a Delhi y que el tren llegaría por el andén nº 2.
El viaje en tren hasta Delhi fue mucho más pesado que al revés, entre otras cosas porque el tren ¡iba al revés! tal cual. Empezó a andar y los asientos en el sentido contrario a la marcha, así que lo ibas viendo todo de espaldas. En este tren no servían comida ni nada, ya decía mi madre que el billete le había costado más barato, pero es que sólo iba un vagón con aire acondicionado, los demás eran vagones sin aire de los que los asientos son compartidos y las ventanas barrotes…y huelen….ufff.
Aunque no servían comida cada tres por dos pasaban vendiendo agua, zumos, chips, galletas, de todo y a los precios normales de la calle, no como en España que en los trenes te cobran las patatas fritas a precio de jamón, así que fuimos comprando y al final del viaje nos habíamos gastado 300INR ( 4e) y habíamos comido de todo.
El viaje duró casi 10 h porque el tren llevaba retraso me alegro de haber hecho el resto del viaje en coche). Estuvimos hablando con un chico que era ingeniero de telecomunicaciones y trabajaba en una multinacional y se iba a ir a Holanda y se nos hizo un poco más entretenido.
Al llegar a Delhi no teníamos muchas ganas de nada pero Ranbeer nos dijo que Lucky, el jefe de la empresa estaba esperándonos para invitarnos a cenar en el Mcdonals (cuando dijo que nos quería invitar a cenar la última noche, mi hermano dijo: no por favor, más comida India no y Luky dijo ok. Do you like Mcdonals?) Así que disfrutamos de la cena, por segunda vez en un mes comimos comida no india y no veas lo buena que está una hamburguesa de pollo y un Sandy con brownie! Estuvimos hablando con él un montón, de todo lo que habíamos visto en el viaje, de la vida en la India y de los punjabis y el propio Lucky nos dijo que son muy honrados y trabajadores. Que en Canadá hay una gran colonia de Punjabis. Nos enseñó fotos de su hijo, de su mujer etc.
Ya cansados nos despedimos de él, le deseamos mucha suerte con su empresa y al hotel que yo no podía con mi alma.
Esta mañana después de desayunar hemos quedado para ir el templo de Loto. Bueno realmente no es un templo, es una casa de oración Bahai. Está en la parte nueva de Delhi y guau! Esto es totalmente distinto. Hay rascacielos, edificios de oficinas, las chicas van vestidas de forma europea, sin saris, incluso llevan pantalones cortos y se ven muchos coches de lujo.

Después de un buen rato, porque está lejos y el tráfico es el tráfico hemos legado. ¡Es impresionante!. Muy grande y bonito. El templo de Loto está en una zona que se llama Kailash Hills (mi hermano se llama Kailas), en medio de un parque, el Astha Kunj Park. Yo nunca había escuchado hablar de la religión Bahai. Viene decir más o menos que hay que buscar la paz de mundo y lo bueno de sus templos es que están abiertos a todas las religiones. Y en cualquiera de sus templos se puede rezar en cualquier idioma y seas de la religión que seas y si no eres de ninguna pues meditar o pensar o no hacer nada, sólo relajarte porque lo único que no se puede hacer es hablar dentro.
Hemos entrado al parque, impecable, totalmente limpio, con el césped cortado, ni un papel, ni basura. Nada, todo perfecto. No parece la India que llevo viendo desde hace un mes. Pero es que esta zona de Delhi y las personas que hoy estoy viendo no parecen India, o al menos no parecen la vieja India.
En medio del parque está el impresionante templo con forma de flor de loto con nueve lados rodeado por nueve piscinas ¡ Y las piscinas son azules!, pero azules con agua limpia azul. Vamos que ahí si te das un baño.

Hemos subido por unas escaleras, nos han dado una bolsa para los zapatos y esperado un poco en una fila para entrar mientras una chica nos decía que cualquier religión es bienvenida pero que dentro no se podía hablar para respetar a quien estuviese orando o meditando.
Dentro del templo sólo hay una gran cúpula y bancos de mármol y madera para sentarte y ni imágenes ni dibujos ni nada porque en los templos Bahais no hay nada pero por lo que sea cuando te sientas y cierras los ojos te super relajas porque es como si sonase un ommmmm y te entran cosquillitas. Así que nos hemos quedado sentados un buen rato relajados porque dentro te puedes quedar el rato que quieras. Es raro porque realmente no sonaba nada, ni había nadie tocando ningún instrumento porque en los templos Bahais no se puede tocar música ni cantar.
Al salir hemos deducido que la forma en la que está construido y la cúpula hace que suene ese ommmm que no se escucha pero se siente y te relaja.
A mí me ha gustado la experiencia y el templo es chulísimo.
Al salir nos hemos acercado a un templo hindú que está muy cerca el Shri Kalkaji , que es de los hare Kristna. Más dioses mono y dioses vaca y Shiva….. y luego a otro templo más grande, el Bhagwan Shri kalki Mandir, con más Shivas . Y otra vez descálzate y no pases cámaras y nada de cuero y…. yo ya no quiero ver más templos y estoy cansada.
Cuando hemos terminado de ver templos y más tempos íbamos camino del hotel y de repente hemos visto un sitio que se llama Epicuria, con todos los cárteles de sitios de comida rápida que te puedas imaginar: donkey donuts, KFK, Pizza Hut, Starbuks así que ha habido un grito unánime en el coche:¡ Mamá por favor! Y mira por dónde ha dicho: vale.

Así que hemos comido, bueno ya más bien merendado, por la hora que era, pollo frito y he comido algodón dulce que tenían de todos los sabores (de cocacola, de chicle, de mazana) y smoothies y nos hemos pegado un homenaje en Starbuks con frapé de chocolate y chips y hasta tarta red velvet y encima todo a mitad de precio que en España.
En todos los restaurantes la gente con los Mac trabajando y todos con vaqueros y móviles caros. Nada que ver con lo que hemos visto hasta ahora.
Definitivamente esto es otra India. Viendo lo que he visto hoy no entiendo cómo puede haber una ciudad en la que en un barrio están tomando café de Starbucks mientras trabajan con unos ordenadores ultra portátiles y en otro barrio cientos de personas están bañándose en charcos en la calle desnudos y cogiendo las cacas de las vacas para ponerlas a secar. Lo que vi ayer desde el tren no puedo describirlo, no eran ni chabolas. Vi a gente a las afueras de Delhi viviendo en basureros. Y esta madrugada viniendo al aeropuerto había cientos de personas durmiendo en la calle. Muchos solamente tirados en la calle, al lado de la basura, otros al lado de sus puestos de comidas, conductores de ricksaw durmiendo en los ricksaws y los más afortunados montan una especie de toldo con un plástico contra la pared y duermen debajo.
En la parte nueva de Delhi están las mejores universidades. Los niños se esfuerzan por sacar las mejores notas y las familias ahorran para poder pagar las mejores universidades (casi todas de ciencias, por supuesto, porque aquí se valoran los estudios de ingeniería y medicina, lo demás….para qué) Edificios enteros de Dell y de telecomunicaciones y no por supuesto no hay ni una vaca. Es como si una parte de Delhi se avergonzase de la otra.
Volver a Delhi antes de volver a casa me ha hecho ver lo distintas que pueden ser las cosas. Hoy no pienso lo mismo que cuando llegué a esta ciudad hace 29 días. En muchos blogs he leído que la India o la amas o la odias. Yo ni la amo ni la odio, porque igual que me ha pasado con Delhi tendré que volver a la India para verla con otros ojos.
