Madrugamos mucho ya que el shinkansen a Hiroshima sale a las 7:20h. Al planear la ruta decidimos hacer las visitas a Hiroshima/Miyajima y Nara los dos primeros días de estancia en Kyoto, para de esa manera aprovechar el JR Pass al máximo, y dejando los 3 últimos días para disfrutar de Kyoto.
Al llegar a Hiroshima, cogemos el tranvía hasta el Parque de la Paz. Lo primero que vemos es la cúpula de la bomba atómica, un edificio del cual quedó la estructura en ruinas cuando estalló la bomba atómica el 6 de agosto de 1945, y que se encuentra muy cerca del epicentro.
También vemos el monumento de los niños, con su campana y las miles de grullas de origami de colorines, inspiradas por la historia de una niña que tenía 2 años en el momento que cayó la bomba y salió ilesa. Sin embargo, a los 12 años enfermó de leucemia, pronosticándole los médicos un año de vida. La niña había oído que si haces 1000 grullas de papel tus deseos se cumplen; y no ceso en su empeño hasta que consiguió las 1000 grullas, e incluso después siguió haciendo grullas. Tristemente, acabó muriendo, y hoy en día en los colegios los niños siguen haciendo grullas de papel en su recuerdo, y el de todas las víctimas.
Vemos la llama de Hiroshima, que siempre se mantiene encendida como recuerdo y para que la historia no se repita. Hay varios monumentos más a las víctimas.
Entramos en el museo, donde se explica cómo ocurrió todo, el tamaño y potencia de la bomba, los efectos más directos y las consecuencias que tuvo a futuro… Hay expuestos muchos objetos personales de las víctimas, entre ellos muchos niños. También dentro del museo se cuenta la historia completa de la niña de las grullas de origami.
Nos lleva un rato ver el museo, ya que hay mucho por ver, y eso que una parte del mismo está cerrada. Al salir, cogemos el tranvía hasta Miyajima-guchi, son bastantes paradas y tardamos un rato. Llegamos y nos informamos del horario de los trenes de vuelta, después cogemos el ferry hacia la isla.
Ya vemos el gran torii rojo a distancia, que chulo parece, y el paisaje de la isla también precioso.
Llegamos y lo primero que hacemos es comprar algo para comer, okonomiyaki metido en una especie de crepe y un helado de postre (2000 ¥). Mira que teníamos ganas de probar el okonomiyaki, pues el primero que probamos es en un puesto de comida y no parece tan auténtico. Está bueno, pero ya los probaremos mejores en los próximos días. A la vez que comemos tenemos que escapar de los ciervos que nos persiguen para ver si les cae algo de comida, jajaja!
Vamos a ver el gran torii rojo de cerca, y como la marea está baja podemos acercarnos a su base, que está llena de gente sacando fotos, es muy bonito!
Salimos de la playa y vamos a ver el Santuario Itsukushima, que destaca por su color rojo intenso y por su construcción sobre el mar, aunque ahora no llega hasta aquí ya que la marea está baja. El santuario tiene varias estructuras conectadas por pasillos, muy bonito. Queda justo enfrente del torii, y desde aquí también podemos ver la gran pagoda roja.
Tenemos la suerte de ver la celebración de una boda tradicional.
Al salir, empezamos a subir por el parque Momijidani hasta llegar a la estación del teleférico (1800¥), que nos acercará a la cima del monte Misen, el más alto de la isla. Las vistas van mejorando según subimos.
Cuando llegamos a la segunda estación, empieza una caminata cuesta arriba y llena de escaleras, para llegar hasta la cima. A mitad de camino hay algunos templos, nos encanta uno en el que hay multitud de esculturas de piedra de monjes-niño, muy graciosos ya que llevan complementos como gorritos, gafas de sol…
Seguimos subiendo y llegamos arriba del todo, desde donde podemos contemplar las vistas en el mirador. Merece la pena subir, la verdad. Hay que tener en cuenta los horarios de subida y del mirador, que cierra bastante pronto.
Bajamos y atravesamos de nuevo el parque por otro camino diferente, llegando a un puente rojo precioso, hasta llegar de nuevo a la parte de detrás del Santuario Itsukushima.
Vamos de nuevo al torii, para verlo ya dentro del agua, que la marea ya ha subido lo suficiente, y nos despedimos del torii y de la isla antes de salir hacia el ferry de nuevo. Después para volver a la estación de Hiroshima, cogemos un tren local, y finalmente el shinkansen para llegar a Kyoto.
En Kyoto cenamos cerca del hotel muy rico y barato (1180 ¥), cerdo empanado con arroz y huevo revuelto (katsudon). Hoy ha sido un día muy intenso, la verdad es que el tiempo es justo para hacer las dos visitas en un día, y si se tiene más tiempo se puede llegar a ver Mijayima más tranquilamente; nosotros por ejemplo no tuvimos tiempo de ver alguna cosa más como el templo Daishoin. Sin embargo, tal y como teníamos el planning tuvimos que cuadrar así la visita y se puede hacer perfectamente, controlando un poco los tiempos en Hiroshima para que dé tiempo a disfrutar de la isla.
Al llegar a Hiroshima, cogemos el tranvía hasta el Parque de la Paz. Lo primero que vemos es la cúpula de la bomba atómica, un edificio del cual quedó la estructura en ruinas cuando estalló la bomba atómica el 6 de agosto de 1945, y que se encuentra muy cerca del epicentro.
También vemos el monumento de los niños, con su campana y las miles de grullas de origami de colorines, inspiradas por la historia de una niña que tenía 2 años en el momento que cayó la bomba y salió ilesa. Sin embargo, a los 12 años enfermó de leucemia, pronosticándole los médicos un año de vida. La niña había oído que si haces 1000 grullas de papel tus deseos se cumplen; y no ceso en su empeño hasta que consiguió las 1000 grullas, e incluso después siguió haciendo grullas. Tristemente, acabó muriendo, y hoy en día en los colegios los niños siguen haciendo grullas de papel en su recuerdo, y el de todas las víctimas.
Vemos la llama de Hiroshima, que siempre se mantiene encendida como recuerdo y para que la historia no se repita. Hay varios monumentos más a las víctimas.
Entramos en el museo, donde se explica cómo ocurrió todo, el tamaño y potencia de la bomba, los efectos más directos y las consecuencias que tuvo a futuro… Hay expuestos muchos objetos personales de las víctimas, entre ellos muchos niños. También dentro del museo se cuenta la historia completa de la niña de las grullas de origami.
Nos lleva un rato ver el museo, ya que hay mucho por ver, y eso que una parte del mismo está cerrada. Al salir, cogemos el tranvía hasta Miyajima-guchi, son bastantes paradas y tardamos un rato. Llegamos y nos informamos del horario de los trenes de vuelta, después cogemos el ferry hacia la isla.
Ya vemos el gran torii rojo a distancia, que chulo parece, y el paisaje de la isla también precioso.
Llegamos y lo primero que hacemos es comprar algo para comer, okonomiyaki metido en una especie de crepe y un helado de postre (2000 ¥). Mira que teníamos ganas de probar el okonomiyaki, pues el primero que probamos es en un puesto de comida y no parece tan auténtico. Está bueno, pero ya los probaremos mejores en los próximos días. A la vez que comemos tenemos que escapar de los ciervos que nos persiguen para ver si les cae algo de comida, jajaja!
Vamos a ver el gran torii rojo de cerca, y como la marea está baja podemos acercarnos a su base, que está llena de gente sacando fotos, es muy bonito!
Salimos de la playa y vamos a ver el Santuario Itsukushima, que destaca por su color rojo intenso y por su construcción sobre el mar, aunque ahora no llega hasta aquí ya que la marea está baja. El santuario tiene varias estructuras conectadas por pasillos, muy bonito. Queda justo enfrente del torii, y desde aquí también podemos ver la gran pagoda roja.
Tenemos la suerte de ver la celebración de una boda tradicional.
Al salir, empezamos a subir por el parque Momijidani hasta llegar a la estación del teleférico (1800¥), que nos acercará a la cima del monte Misen, el más alto de la isla. Las vistas van mejorando según subimos.
Cuando llegamos a la segunda estación, empieza una caminata cuesta arriba y llena de escaleras, para llegar hasta la cima. A mitad de camino hay algunos templos, nos encanta uno en el que hay multitud de esculturas de piedra de monjes-niño, muy graciosos ya que llevan complementos como gorritos, gafas de sol…
Seguimos subiendo y llegamos arriba del todo, desde donde podemos contemplar las vistas en el mirador. Merece la pena subir, la verdad. Hay que tener en cuenta los horarios de subida y del mirador, que cierra bastante pronto.
Bajamos y atravesamos de nuevo el parque por otro camino diferente, llegando a un puente rojo precioso, hasta llegar de nuevo a la parte de detrás del Santuario Itsukushima.
Vamos de nuevo al torii, para verlo ya dentro del agua, que la marea ya ha subido lo suficiente, y nos despedimos del torii y de la isla antes de salir hacia el ferry de nuevo. Después para volver a la estación de Hiroshima, cogemos un tren local, y finalmente el shinkansen para llegar a Kyoto.
En Kyoto cenamos cerca del hotel muy rico y barato (1180 ¥), cerdo empanado con arroz y huevo revuelto (katsudon). Hoy ha sido un día muy intenso, la verdad es que el tiempo es justo para hacer las dos visitas en un día, y si se tiene más tiempo se puede llegar a ver Mijayima más tranquilamente; nosotros por ejemplo no tuvimos tiempo de ver alguna cosa más como el templo Daishoin. Sin embargo, tal y como teníamos el planning tuvimos que cuadrar así la visita y se puede hacer perfectamente, controlando un poco los tiempos en Hiroshima para que dé tiempo a disfrutar de la isla.