Este día madrugamos mucho y sobre las 7:30 nos despedimos de nuestras caseras en Trogir con gran pena, porque fueron estupendas y el alojamiento magnífico. Tres días maravillosos que dejábamos atrás en busca de nuevos lugares que visitar.
Nos dirigimos de nuevo a Split, esta vez sí de paso, con destino al muelle donde coger nuestro ferry a Vela Luka, en la isla de Korcula. Nos fijamos bien donde dejar el coche, que hizo cola por nosotros para embarcar, y como ya habíamos comprado los tickets el día anterior en la oficina de Jadrolinija, aprovechamos para tomar algo ya que no habíamos desayunado. Tomamos un café y compramos unos croisants en el mismo puerto hasta la hora de embarque, que era a las 10:15.
Hay que estar pendiente media hora antes, así que nos subimos al coche y a esperar. Los billetes de ferry dan derecho a embarque ese día pero no a una hora concreta. Este sistema nos resultó muy confuso, porque era sábado y sólo había ferry a las 10:15 y a las 15:00. Me pregunto qué ocurre si por total ocupación no alcanzas a coger ninguno de ellos. Deberían indicar hora y cupo…En fin, allí estábamos a las 8:00 de la mañana, hora que nos había indicado como idónea la empleada de la taquilla de Jadrolinija. Pues menos mal, porque la cola ya era considerable. Aseguraos de aparcar el coche en la cola adecuada; la de Vela Luka, que era nuestro destino, está al final del muelle de embarque.
Al rato llegó el ferry y empezó el embarque. Aquello era un descontrol. Contemplábamos atónitos cómo las filas de coches que había a nuestra derecha y habían llegado más tarde, embarcaban primero . Detrás de nosotros había unos chicos catalanes muy majos que estaban también a punto de montar el pollo , como nosotros, por el despropósito. Aunque al final entramos todos sin problema, ya que la capacidad del ferry engaña a simple vista, la verdad es que da impresión de pésima organización, como si hubiera que batallar por coger plaza en un ferry por el que, por dos adultos, un niño y un coche pagas 90 euracos... Deberían mejorar el aspecto organizativo. No quiero imaginar en pleno verano…No me extiendo más.
El trayecto en ferry es de 2 horas y 45 minutos, pero pasa rápido. Entre que vas viendo el bonito paisaje y descansas un poco en los sillones interiores, casi no te enteras y estás en Vela Luka. El desembarque fue también muy rápido. Nosotros no paramos finalmente en Vela Luka, sí en Blato un ratito, pero no nos pareció de mucho interés.
Tras unos 45 kms en coche por una carretera entre montañas (¡Croacia es tremendamente montañosa y verde!) llegamos a Korcula Town. La vista desde la entrada de la ciudad ya te anuncia lo bonita que es. Además tiene la peculiaridad de que el 95% de la ciudad es casco histórico. Toda la ciudad te retrotrae al Medievo. Es preciosa, organizada en espina de pez.
Nos instalamos en nuestro alojamiento, Guest House Dijana, a la entrada del casco histórico. La situación es excelente y los dueños amabilísimos y aunque por ellos me siente fatal, no lo recomiendo especialmente…y tampoco lo dejo de recomendar (soy gallega, qué le vamos a hacer ). Está limpio pero urge reforma del baño que es antiguo, y en un entorno tan bonito podían cuidar un poco la decoración, la pintura, renovar la ropa de cama…La cama auxiliar es un sofá enano e incómodo. Hay que subir escaleras, no tiene ascensor pero eso es lo normal en un casco histórico de edificios antiguos y no nos importó. En fin, no llego a entender las excelentes críticas en Booking, supongo que son debidas a la amabilidad de los dueños (perdónenme ustedes, pero tengo que ser franca con este foro que tanto me aporta).
Llegamos a mediodía y en cuanto hicimos el check in, comimos en una pizzería próxima al alojamiento, bien y barato, una pizza familiar 70 kunas. Aquí repetimos alguna vez por comodidad, también servían ensaladas.
Esa tarde y noche la dedicamos a visitar la ciudad, el paseo marítimo, las torres de la fortaleza, el museo y la casa de Marco Polo…Ya sabeis que se dice que nació aquí, en Korcula. Al museo entramos porque mi hija estaba interesadísima, con 5 años, en este personaje, y no seré yo quien coarte su interés histórico, todo lo contrario…Si vais con niños el museo está bien, si no, podeis saltároslo en mi opinión…Dan una audioguía en español y un cartón que hay que ir sellando con cuños de tinta en cada una de las salas y te lo llevas como recuerdo. Se representan a tamaño real las figuras de Marco Polo, el resto de expedicionarios, el Gengis Khan, la princesa de las Indias orientales de la que se prendó Marco Polo…en fin. Finaliza en una tienda de souvenirs, claro está. Hay guiños a este personaje por toda la ciudad.
Korcula es una ciudad turística, sí, pero eso no le hace perder ni un ápice de encanto, hay que callejearla a tope.
Al día siguiente por la mañana fuimos a Lumbarda, que apenas visitamos, a favor de un chapuzón en la playa Pupnatska Luka, muy bonita, agua limpísima, hicimos snorkel y vimos muchos pececillos. A mediodía empezó a llenarse: todos esos cientos de personas que habían cogido el ferry con nosotros tenían que estar en alguna parte …Comimos los bocadillos y fruta que habíamos llevado y al rato nos fuimos a descansar al apartamento.
Por la tarde seguimos recorriendo la ciudad. Visitamos la zona de la catedral, Katedrala sv. Marka (San Marcos). Yo subí a la torre, 20 kunas, qué vértigo y qué estrechez de escalones. Mereció la pena por las preciosas vistas de la ciudad y de las bonitas casas de piedra blanca y tejados rojos típicas de la costa dálmata.
Al bajar me encontré con que mi pareja y mi hija observaban a una pareja de novios que, en el exterior de la catedral, a punto de darse el sí quiero, estaban rodeados de un grupo de amigos engalanados que les cantaban una típica, supongo, canción croata. Muy emotivo, lagrimillas resbalando por nuestras mejillas, ¡qué bonito!!. Hacía mucho calor, así que nos dimos un chapuzón ya casi nocturno en una de las calas de piedra y tras secarnos y cambiarnos allí mismo, seguimos paseando la preciosa ciudad y cenamos pescado en algún restaurante del que no recuerdo el nombre…
Al día siguiente madrugamos mucho para coger el ferry a Orebic desde Domince a las 9.15 (120 kunas en total), pero no es necesario. Sale cada media hora, creo recordar, y Domince queda a 3 ó 4 kms de Korcula Town. Hay una pequeña cafetería junto al también minúsculo embarcadero por si quereis desayunar algo, que fue lo que nosotros hicimos.
El ferry tarda unos 15 minutos en alcanzar Orebic y con esto decimos adiós a la maravillosa y preciosa isla de Korcula . Nos hubiéramos quedado un día más de relax…o dos.
Nos dirigimos de nuevo a Split, esta vez sí de paso, con destino al muelle donde coger nuestro ferry a Vela Luka, en la isla de Korcula. Nos fijamos bien donde dejar el coche, que hizo cola por nosotros para embarcar, y como ya habíamos comprado los tickets el día anterior en la oficina de Jadrolinija, aprovechamos para tomar algo ya que no habíamos desayunado. Tomamos un café y compramos unos croisants en el mismo puerto hasta la hora de embarque, que era a las 10:15.
Hay que estar pendiente media hora antes, así que nos subimos al coche y a esperar. Los billetes de ferry dan derecho a embarque ese día pero no a una hora concreta. Este sistema nos resultó muy confuso, porque era sábado y sólo había ferry a las 10:15 y a las 15:00. Me pregunto qué ocurre si por total ocupación no alcanzas a coger ninguno de ellos. Deberían indicar hora y cupo…En fin, allí estábamos a las 8:00 de la mañana, hora que nos había indicado como idónea la empleada de la taquilla de Jadrolinija. Pues menos mal, porque la cola ya era considerable. Aseguraos de aparcar el coche en la cola adecuada; la de Vela Luka, que era nuestro destino, está al final del muelle de embarque.
Al rato llegó el ferry y empezó el embarque. Aquello era un descontrol. Contemplábamos atónitos cómo las filas de coches que había a nuestra derecha y habían llegado más tarde, embarcaban primero . Detrás de nosotros había unos chicos catalanes muy majos que estaban también a punto de montar el pollo , como nosotros, por el despropósito. Aunque al final entramos todos sin problema, ya que la capacidad del ferry engaña a simple vista, la verdad es que da impresión de pésima organización, como si hubiera que batallar por coger plaza en un ferry por el que, por dos adultos, un niño y un coche pagas 90 euracos... Deberían mejorar el aspecto organizativo. No quiero imaginar en pleno verano…No me extiendo más.
El trayecto en ferry es de 2 horas y 45 minutos, pero pasa rápido. Entre que vas viendo el bonito paisaje y descansas un poco en los sillones interiores, casi no te enteras y estás en Vela Luka. El desembarque fue también muy rápido. Nosotros no paramos finalmente en Vela Luka, sí en Blato un ratito, pero no nos pareció de mucho interés.
Tras unos 45 kms en coche por una carretera entre montañas (¡Croacia es tremendamente montañosa y verde!) llegamos a Korcula Town. La vista desde la entrada de la ciudad ya te anuncia lo bonita que es. Además tiene la peculiaridad de que el 95% de la ciudad es casco histórico. Toda la ciudad te retrotrae al Medievo. Es preciosa, organizada en espina de pez.
Nos instalamos en nuestro alojamiento, Guest House Dijana, a la entrada del casco histórico. La situación es excelente y los dueños amabilísimos y aunque por ellos me siente fatal, no lo recomiendo especialmente…y tampoco lo dejo de recomendar (soy gallega, qué le vamos a hacer ). Está limpio pero urge reforma del baño que es antiguo, y en un entorno tan bonito podían cuidar un poco la decoración, la pintura, renovar la ropa de cama…La cama auxiliar es un sofá enano e incómodo. Hay que subir escaleras, no tiene ascensor pero eso es lo normal en un casco histórico de edificios antiguos y no nos importó. En fin, no llego a entender las excelentes críticas en Booking, supongo que son debidas a la amabilidad de los dueños (perdónenme ustedes, pero tengo que ser franca con este foro que tanto me aporta).
Llegamos a mediodía y en cuanto hicimos el check in, comimos en una pizzería próxima al alojamiento, bien y barato, una pizza familiar 70 kunas. Aquí repetimos alguna vez por comodidad, también servían ensaladas.
Esa tarde y noche la dedicamos a visitar la ciudad, el paseo marítimo, las torres de la fortaleza, el museo y la casa de Marco Polo…Ya sabeis que se dice que nació aquí, en Korcula. Al museo entramos porque mi hija estaba interesadísima, con 5 años, en este personaje, y no seré yo quien coarte su interés histórico, todo lo contrario…Si vais con niños el museo está bien, si no, podeis saltároslo en mi opinión…Dan una audioguía en español y un cartón que hay que ir sellando con cuños de tinta en cada una de las salas y te lo llevas como recuerdo. Se representan a tamaño real las figuras de Marco Polo, el resto de expedicionarios, el Gengis Khan, la princesa de las Indias orientales de la que se prendó Marco Polo…en fin. Finaliza en una tienda de souvenirs, claro está. Hay guiños a este personaje por toda la ciudad.
Korcula es una ciudad turística, sí, pero eso no le hace perder ni un ápice de encanto, hay que callejearla a tope.
Al día siguiente por la mañana fuimos a Lumbarda, que apenas visitamos, a favor de un chapuzón en la playa Pupnatska Luka, muy bonita, agua limpísima, hicimos snorkel y vimos muchos pececillos. A mediodía empezó a llenarse: todos esos cientos de personas que habían cogido el ferry con nosotros tenían que estar en alguna parte …Comimos los bocadillos y fruta que habíamos llevado y al rato nos fuimos a descansar al apartamento.
Por la tarde seguimos recorriendo la ciudad. Visitamos la zona de la catedral, Katedrala sv. Marka (San Marcos). Yo subí a la torre, 20 kunas, qué vértigo y qué estrechez de escalones. Mereció la pena por las preciosas vistas de la ciudad y de las bonitas casas de piedra blanca y tejados rojos típicas de la costa dálmata.
Al bajar me encontré con que mi pareja y mi hija observaban a una pareja de novios que, en el exterior de la catedral, a punto de darse el sí quiero, estaban rodeados de un grupo de amigos engalanados que les cantaban una típica, supongo, canción croata. Muy emotivo, lagrimillas resbalando por nuestras mejillas, ¡qué bonito!!. Hacía mucho calor, así que nos dimos un chapuzón ya casi nocturno en una de las calas de piedra y tras secarnos y cambiarnos allí mismo, seguimos paseando la preciosa ciudad y cenamos pescado en algún restaurante del que no recuerdo el nombre…
Al día siguiente madrugamos mucho para coger el ferry a Orebic desde Domince a las 9.15 (120 kunas en total), pero no es necesario. Sale cada media hora, creo recordar, y Domince queda a 3 ó 4 kms de Korcula Town. Hay una pequeña cafetería junto al también minúsculo embarcadero por si quereis desayunar algo, que fue lo que nosotros hicimos.
El ferry tarda unos 15 minutos en alcanzar Orebic y con esto decimos adiós a la maravillosa y preciosa isla de Korcula . Nos hubiéramos quedado un día más de relax…o dos.