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Lunes 6 de marzo y better call Saul.
El día de hoy es eminentemente urbano y podríamos decir que casi monotemático; aunque ha sufrido un ligero cambio de última hora, porque D. ha pensado que mejor se queda en Santa Fe toda la mañana de visita cultural, y nos encontramos en Albuquerque.
El buffet del hotel estaba bien. Variado con tortitas, huevo cocido, fruta, muffins, cereales... todo en una sala bien ambientada con chimenea y todo (El fuego de mentira claro).
Nos ponemos en marcha un día más. Entre Santa Fe y Albuquerque se pueden tomar dos rutas: la directa por la autopista, y la escénica por la Turquoise trail. Ésta discurre por la carretera 14, y dado que vamos bien de tiempo, decidimos tomarla para ver qué tal es. También el viento que hoy soplaba fuerte en la autopista nos hizo decantar por esta opción.
Sin duda es más tranquila que la autopista interestatal, y nos permite parar en un par de pueblos. El primero parece un pueblo fantasma, pues no vemos a nadie fuera. Un par de calles de tierra y lo único destacable la iglesia. El pueblo: Los Cerrillos. Hace viento y solo hacen acto de presencia las hierbas esas rodantes. Antes que salga Billy el Niño nos vamos.
Un poco más adelante otro pueblo más grande y con algo más de vida. Al menos en los edificios dispuestos a lo largo de la carretera. Bienvenidos a Madrid.
Esto sí que es un pueblo típico americano, con sus casitas de madera cada cual más hortera, tiendas de artesanía, una especie de parque temático para hacerse fotos... como curiosidad no está mal.
La carretera continúa por un bonito paraje de montaña a más de 2000m y con picos que se aproximan a los 2800. Una vez más es difícil hacerse una idea de la altitud a la que nos encontramos.
La carretera termina en la intersección con la I-40 en Tijeras (después volveremos aquí) y bajamos a Albuquerque con una ruta bien definida. La ruta de Breaking bad.
Yo tengo que reconocer que nunca he visto la serie. Y me parece que D. tampoco (el hecho de quedarse en Santa Fe creo que lo demuestra un poco), pero A. y R. sí la han visto y les apetecía pasar por los lugares donde se ha filmado.
Así, hemos pasado a hacer una foto a la Casa de Hank y Marie, la oficina de Saul, la casa de Walter y Skylar, el Crossroads Motel...
En las casas mejor pasar con cuidado no sea que el dueño esté hasta los huevos de turistas y saque la escopeta. Hemos visto al menos un par de coches que seguramente estaban buscando la dichosa casa...
Ya puestos en temas de series, nos hemos pasado también por el estadio de los Isotopos de Albuquerque, y después nos fuimos a dar una pequeña vuelta por el aún más pequeño centro histórico de la ciudad. Apenas un par de manzanas en torno a la Old Town Plaza, con casa antiguas de planta baja y alta aunque bien conservadas y con decoración típica. Destaca la Iglesia de San Felipe Neri en el centro. Aún así, hemos coincidido que era mucho mejor el centro histórico de Santa Fe.
Son casi las dos de la tarde y no podemos dejar Albuquerque sin pasar por al Octopus Car Wash de la serie. Aunque tiene otro nombre real, el edificio es el mismo. Y hemos aprovechado para darle un buen lavado al coche (9$) después de tantos kilómetros tragando polvo. Habrá quien diga que quise asesinar al encargado del lavadero de coches mediante un atropello premeditado, pero puedo asegurar que son falacias infundadas...
Para terminar, nada mejor que comer en Los Pollos Hermanos, un restaurante de comida rápida donde se grabó parte de la serie. Realmente se llama Twisters, pero se anuncian claramente como el lugar de grabación y en la puerta lucen una mural de Los Pollos Hermanos.
Terminada la comida (buena y muy abundante) recogimos a D. en la estación de tren de Bernalillo, que llega desde Santa Fe. Como estamos al sur de la ciudad, volvemos al norte para pillar la Interestatal 40 dirección este (Amarillo). Nada más salir de la ciudad, la autopista cruza las montañas Sandía, y en el pueblo de Tijeras hay una curiosidad que nos parecía bueno probar.
Como una especie de experiencia piloto, y para animar a los conductores a aminorar la velocidad, en un tramo de la carretera (que no de la autopista) se instaló una línea "musical" junto al arcén. Básicamente es una banda rugosa a lo largo de un tramo de carretera que, al pasar con la rueda por encima a la velocidad adecuada, suenan los acordes de una canción americana (America the beautiful)
Pues bien ,debo decir que personalmente la experiencia fue frustrante. El punto inicial está marcado con una señal, pero yo al volante no fui capaz de conseguir que esa melodía sonase ni por un momento. Tal vez no conseguía atinar con la dichosa banda (ojo, la banda rugosa NO es la línea blanca del arcén, sino que está dentro del carril), pero el caso es que nos pasamos el tramo sin oír nada.
Volvemos atrás y lo intentamos de nuevo. Esta vez será A. el que se ponga al volante a ver si tiene más suerte. Volvemos a pasar y esta vez sí conseguimos oír algo semejante a una melodía, aunque no todo el tramo.
Conclusiones: está bien como curiosidad, pero no es como para tirar cohetes. Además como tampoco es una canción conocida, pues no te enteras si estás oyendo lo que debes o es que has atropellado un ciervo...
Tampoco ayuda nada que desde que se instaló la performance, no se hayan molestado más en conservarla. Salvo la señal al inicio, nada queda de las marcas blancas que indicaban donde está la dichosa banda rugosa; el tiempo también ha desgastado dicha banda y ya no suena igual. Tampoco parece que haya intención de conservarla, así que queda como una anécdota que se perderá en breve.
Lo que vino a continuación estamos los cuatro de acuerdo en considerarlos los 298 kilómetros más aburridos de América, y que pueden resumirse en estas cuatro fotos:
En la que lo único interesante fue esta instantánea de un duelo entre vaqueros a ambos márgenes de la carretera 285, camino de Roswell, NM.
Llegamos a Roswell ya con noche cerrada y nos fuimos directos al hotel, en la avenida principal (por supuesto, previo paso por el Walmart. Las tradiciones hay que respetarlas)
. Tras instalarnos preguntamos algún lugar para cenar y tomar algo, y nos recomendaron el restaurante justo al lado. Los Cerritos. Comida sabrosa y abundante (véase la muestra de mi hamburguesa) con toques mexicanos con los clásicos jalapeños y chiles.
Puede decirse que Roswell es la Main St y para de contar. Allí está todo a casi todo. Tras la cena en la calle 21 caminamos por la Main St hasta la calle 8 y vimos lo que había que ver: el McDonalds con forma de platillo volante (para mí un truño como una catedral. Esperaba algo más elaborado, más vistoso), el buzón de R2D2 (pse no está mal) y las farolas alien (al globo de la farola le han puesto unas pegatinas negras simulando los ojos de un alien, se ve que no tienen otra cosa que explotar)...
En la calle 8 sí que nos pegaron un sablazo en el Buffalo Wild Wings. Un restaurante/bar de esos tan americanos con miles de televisiones gigantes colgadas por todos lados y que no puedes seguir nada con el ruido, donde nos pegaron una clavada por las consumiciones, Casi 64$ pagamos entre los cuatro. (bueno, tampoco es que nos tomáramos un chupito cada uno... )
Sin más, nos volvemos al hotel para pasar una nueva noche en este perdido lugar.
El hotel: Hotel Budget Inn de Roswell, una habitación para cuatro por 52.84€, desayuno incluido. Un poco cutre y viejo, pero al menos estaba limpio. El desayuno un poco patético, a la altura del de Grants.
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