El día D había llegado. Así que cogí mi mochila, me monté en el coche, y me puse rumbo a Madrid para coger el avión a Bratislava. El vuelo salía muy temprano, como a las 06:30, así que salí como a la 01:30 de Salamanca para llegar a Barajas con tiempo.
Llegados a Barajas, facturé el equipaje y llegó el momento de decir adiós a mis padres. Parecía que me iba a la guerra, en vez de interrail. Estaban bastante asustados con eso de que fuera solo siendo tan "pequeño"... Sobre todo por los países que visitaba. Quizás el que más intranquilo les dejaba era Bosnia. Yo estaba cumpliendo mi sueño, así que tampoco prestaba gran atención a su reacción.
Tras un vuelo de 3 horas, ahí estaba; había llegado a la capital de la república eslovaca. Fue un choque muy grande. Mucho brutalismo en los edificios, las calles asfaltadas de aquella manera, la gente hablando en un idioma indescifrable... En esa primera impresión me asusté un poco. Sobre todo pensando en que todavía tenía que cruzar medio país hasta llegar al que realmente era mi destino: Kamenica.
[continuará....]