El Luberon
El valle de Cavalon, entre el Petit Luberon al sur y los montes de Vaucluse al norte, habitado desde tiempos remotos, fue escenario de tantas luchas y guerras durante la Edad Media que forzaron a la población a agruparse en torno a los castillos y fortificaciones construidas en los promontorios mas elevados del territorio. En un hábitat rural preservado por el semi-aislamiento propiciado por las cadenas montañosas del Luberon que le incomunican con el sur, el Luberon queda al margen los procesos de industrialización y modernización de últimos siglos.
Es a partir de finales del siglo XX cuando se despierta un creciente interés, por parte de famosos pintores e intelectuales de la época, sobre los paisajes coloridos y los pintorescos pueblos que han sobrevivido casi intactos. El Luberon se mitifica entonces y se convierte en un lugar de evasión y de aventuras que culminan con la creación del Parque Natural Regional, que favorece y fomenta sus valores naturales. Actualmente el Luberon es uno de los lugares mas emblemáticos de La Provenza y atrae, tanto a turista nacionales, como de todo el todo el mundo.
Es a partir de finales del siglo XX cuando se despierta un creciente interés, por parte de famosos pintores e intelectuales de la época, sobre los paisajes coloridos y los pintorescos pueblos que han sobrevivido casi intactos. El Luberon se mitifica entonces y se convierte en un lugar de evasión y de aventuras que culminan con la creación del Parque Natural Regional, que favorece y fomenta sus valores naturales. Actualmente el Luberon es uno de los lugares mas emblemáticos de La Provenza y atrae, tanto a turista nacionales, como de todo el todo el mundo.
Le Parc naturel régional du Luberon
El parque se extiende por el macizo del Luberon y los valles que contiene entre los montes de Vaucluse al norte y el rio Durance al sur y al este. Al oeste se encuentra la llanura de Avignon y el país de la Sorgue.
Situado en los pre-Alpes Occidentales, gran parte del territorio es reserva de la Biosfera. El macizo montañoso esta formado por el Gran Luberon y el Pequeño Luberon divididos por la cañada de Lourmarin. Los rios Cavalon y Coulon al norte junto con el Aiguebrun al este conforman un variado paisaje de suaves colinas donde se localizan los pueblos más típicos del Luberon encaramados en las colinas y peñascos.
Situado en los pre-Alpes Occidentales, gran parte del territorio es reserva de la Biosfera. El macizo montañoso esta formado por el Gran Luberon y el Pequeño Luberon divididos por la cañada de Lourmarin. Los rios Cavalon y Coulon al norte junto con el Aiguebrun al este conforman un variado paisaje de suaves colinas donde se localizan los pueblos más típicos del Luberon encaramados en las colinas y peñascos.
Gordes, Rousillon, Bonnieux, Menerves , pertenecen los llamados villages perchés, es decir pequeños pueblos y aldeas que se definen como “encaramados”, “posados” o “colgados” en la cima de un punto elevado, generalmente fortificados. Son muy numerosos en el Sur de Francia, especialmente en todo el Vaucluse y en el Drôme.
Hasta siete pueblos en el Luberon estan clasificados en la association les Plus Beaux Villages de France Ademas de los anteriores: Lourmarin, Ansouis y Venasque. Como sabemos esta clasificación no pretende imponer criterios de belleza, sino más bien apoyar y fomentar los valores históricos y arquitectónicos de pequeños pueblos rurales que se deben comprometer a cuidar su patrimonio y la estética del lugar y de su paisaje. El magnifico resultado de esta labor se puede comprobar en estas aldeas, muy comprometidas con sus valores tradicionales y medio ambiente con unas regulaciones urbanísticas muy estrictas.
Con estos argumentos es sencillo dibujar una magnifica ruta casi circular simplemente uniendo estos pueblos. Lourmarin-Bonnieux-Lacoste-Roussillon-Gordes-Goult-Menerbes-Oppede
RUTA POR LOS PUEBLOS DEL LUBERON
Además de los encantadores núcleos urbanos, podríamos visitar los castillos medievales de Lourmarin, Gordes, Lacoste e incluso de St Saturnin Les Apt; las históricas abadías de Senanque cerca de Gordes y de Saint-Hilaire en Ménerbes; los sorprendentes yacimientos de ocre del Roussillon o quizás el fascinante bosque de cedros del Atlas entre Lourmarin y Bonnieux.
Gordes
Es el pueblo más visitado y uno de los más representativos del Luberon. Se trata de un típico village perché, situado sobre una gran roca prominente con un vistoso castillo en la cima.
Llegamos por la D15, y 1 km. antes de Gordes, en el punto: 43.908151, 5.197782, tenemos la vista más fotografiada del pueblo: Más que “posado”, parece incrustado en la roca, con sus casas de piedra blanca que se mimetizan perfectamente con el entorno.
De hecho, se cita que aun existen construcciones de la edad media excavadas en la roca. Por su importancia estratégica, el lugar ha estado fortificado desde tiempos remotos y ha sido escenario de numerosos hechos bélicos en el pasado.
A diferencia del acercamiento a otros pueblos similares, por la D15 llegamos directamente a la plaza principal, donde se levanta el castillo medieval y la iglesia. Estamos en la cumbre del promontorio sobre el que las casas se desparraman hacia el fondo del valle del Cavalon.
Es evidentemente un lugar muy turístico y abundan las tiendillas y los locales de arte, especialmente con exposiciones de pintura, tan típicos de la Provenza.
No es fácil pasear por las empinadas calles empedradas y a estas horas, con los restaurantes ya cerrados, mucha gente descansa a la sombra en las plazas.
No es fácil pasear por las empinadas calles empedradas y a estas horas, con los restaurantes ya cerrados, mucha gente descansa a la sombra en las plazas.
Hoy día, Gordes representa el vértice principal del llamado “triangulo dorado de Luberon”, que completan los pueblos de Roussillon y Bonnieux, conteniendo en su interior interesantes aldeas como Joucas, Murs, Goult, etc.
En los alrededores de Gordes, hemos pasado junto a algunas lujosas mansiones semiocultas en las colinas. Esta actividad inmobiliaria, es consecuencia del interés que, por esta zona de Francia, se despertó en toda Europa y Estados Unidos a partir del último cuarto del siglo pasado.
En los alrededores de Gordes, hemos pasado junto a algunas lujosas mansiones semiocultas en las colinas. Esta actividad inmobiliaria, es consecuencia del interés que, por esta zona de Francia, se despertó en toda Europa y Estados Unidos a partir del último cuarto del siglo pasado.
El Luberon, hasta entonces refugio y fuente de inspiración de artistas y escritores, pasó a ser objetivo de segunda residencia de personalidades de todo el mundo, al tiempo que se desarrollaba el turismo en la zona. Hasta entonces, el macizo había sostenido una mayoritaria actividad agrícola, representada por sus viñedos y frutales ( cerezos, olivos, almendros), también por cultivos de trigo y lavanda.
Le village des bories, es una visita recomendada cerca de Gordes, que hemos dejado atrás poco antes de llegar al pueblo. Es una aldea-museo compuesta de cabañas de piedra que dan testimonio de la historia agrícola del lugar.
Le village des bories, es una visita recomendada cerca de Gordes, que hemos dejado atrás poco antes de llegar al pueblo. Es una aldea-museo compuesta de cabañas de piedra que dan testimonio de la historia agrícola del lugar.
La abadía de Senanque y la lavanda
Continuamos por la D177 unos 3 km., serpenteando por las colinas calizas del Luberon hasta divisar la hondonada por donde fluye la Senancole, un pequeño arroyo junto al que se encuentra la abadía de Senanque. Esta abadía es uno de los lugares religiosos mas visitados de la Provenza.
Como dicen los monjes cistercienses que la habitan, la abadía es un lugar de culto, no un museo, ni un sitio turístico. Sin embargo la enorme afluencia de visitantes, lo desmienten en gran parte.
Los monjes también cultivan la parcela de lavanda que extiende delante del edificio llenando de colorido el verde valle. El encuadre de la lavanda con la abadía al fondo es quizás la foto más conocida y representativa de la Provenza.
Los monjes también cultivan la parcela de lavanda que extiende delante del edificio llenando de colorido el verde valle. El encuadre de la lavanda con la abadía al fondo es quizás la foto más conocida y representativa de la Provenza.
Llegados hasta aquí, resulta imprescindible la visita a la abadía y la compra de los productos de lavanda que fabrican los monjes: esencias, perfumes, jabones, etc.
Web Abadia de Senanque
Nosotros nos conformamos con conseguir la codiciada foto de los campos de lavanda, mientras se producen curiosos atascos en la carretera por conseguir un aparcamiento adecuado para tomar la foto.
Web Abadia de Senanque
Nosotros nos conformamos con conseguir la codiciada foto de los campos de lavanda, mientras se producen curiosos atascos en la carretera por conseguir un aparcamiento adecuado para tomar la foto.
En todo caso, la preservación de este terreno de lavanda debe ser casi cuestión de estado para la comunidad de Gordes, pues pese a que esta zona del Luberon se incluye entre las mejores rutas para conocer la lavanda, lo cierto es que solo aquí, en Senanque, hemos logrado verlas.
No lejos de aquí, en Costellet se encuentra el Museo de la Lavanda, muy frecuentado y recomendado. Sin embargo, según parece la autentica lavanda (lavanda fina) se cultiva a altitudes superiores a 800 metros mientras que el lavandin, que es una mezcla de lavanda y espliego, que se produce a menor altitud.
Este asunto de la lavanda nos recuerda a los lobos asturianos, que existen, pero que es casi imposible verlos. En realidad estos arbustos de flores violetas, quizás, no son más vistosos que un campo de girasoles ni que un prado de amapolas en flor. Solo su inusual color y lo efímero de su floración los hacen más atrayentes.
Este asunto de la lavanda nos recuerda a los lobos asturianos, que existen, pero que es casi imposible verlos. En realidad estos arbustos de flores violetas, quizás, no son más vistosos que un campo de girasoles ni que un prado de amapolas en flor. Solo su inusual color y lo efímero de su floración los hacen más atrayentes.
Mapa de fechas de floración de la lavanda
Resulta mas fácil encontrar la lavanda en las mesetas y planices altas, como en Le plateau d'Albion, la meseta de Albion, en los alrededores de Sault. Hace algunos años en un memorable viaje, aun por relatar, tuvimos ocasión de contemplar unos extensos campos de lavanda que se perdían en el horizonte en la planicie de Valensole, en los vecinos Alpes de Alta Provenza.
Seguimos nuestro camino hacia Roussillon por nuestra particular ruta de los pueblos del Luberon. Continuamos circulando por el flanco sur de las montañas de Vaucluse, sobre las crestas de colinas cubiertas de pinos y matorrales. Bajamos hacia el valle del Imergue donde encontramos frutales, viñedos y pastos.
Estamos dentro del territorio de cultivo de la denominación de origen del vino Ventoux (AOC), uno de los viñedos mas antiguos de Francia. Mientras que pasando al sur del Cavalon, nos vamos a encontrar con las viñas de Côtes du Luberon (AOC).
Al subir el siguiente collado descubrimos Murs, que se alza sobre el horizonte. Murs es una de las aldeas encaramadas dentro del perímetro del triangulo de oro. Cuenta con un castillo medieval (no visitable), que indica la importancia de esta población en épocas pasadas. Desde sus laderas, se divisa una amplia panorámica del parque natural con los acantilados de ocre y Roussillon al fondo en la cima de la colina.
Roussillon
El pueblo es un conjunto muy apretado de casas que cubren las laderas de la colina, hasta colgar incluso de los farallones rocosos. En lo alto solo quedan las ruinas de su castillo.
Sorprende el color rojizo de distintas tonalidades que luce todo el conjunto: las fachadas y tejados de las viviendas, también los muros y aceras de las calles. Los grandes ventanales de madera de las casas, en color verde alegre o azul lavanda, completan la paleta de colores.
El ocre es un mineral que abunda en la naturaleza mezclado con arcilla. De este mineral se extraen los pigmentos que se utilizan en distintos tonos para pintura y decoración. Se obtiene una gran variedad cromática de ocres, desde casi blancos o amarillentos hasta rojo o violáceo. La extracción se realiza a cielo abierto o en minas y canteras excavadas en los montes.
Desde el estacionamiento junto a la plaza del ayuntamiento, se accede a un excelente mirador de los valles y cerros del entorno.
Desde el mirador parte el Sentier des Ocres, un sendero que recorre los acantilados y bosques cercanos, donde el verde intenso de los pinos y cedros contrasta con los distintos ocres de la tierra, caminado entre las formaciones rocosas de caprichosas formas que se han formado por la erosión del terreno.
El sendero de los ocres esta bien señalado en el pueblo y todos los visitantes parecen acudir a el premeditadamente. Es habitual que en Francia se aproveche cualquier peculiaridad o lugar fuera de lo común para convertirlo en una atracción turística rentable.
Comienza a atardecer, aunque el sol aun brilla intenso sobre los tejados del pueblo incrementando el contraste entre el color calido de los edificios y el infinito azul del cielo. Hemos tenido un día esplendido, con algo de calor en las horas centrales, si bien mitigado por ráfagas de viento muy frescas, probablemente se deben el Mistral, tan típico de la Provenza.
La paz y belleza del lugar, nos hace desear continuar el recorrido hacia Bonnieux, que vemos en lo alto al otro lado del valle, pero se hace tarde y aun nos queda más de una hora de camino para llegar a casa en Vallabregues.
Dejamos el Luberon, entre vides y frutales, satisfechos por esta primera jornada en la Provenza, con la semilla de un cierto sentimiento de nostalgia por estas tierras, que irá arraigando poco a poco en nosotros.