Llegamos a Mirissa en coche tras parar en Ravana Falls (foto y ya) y en el templo de Mulkirigala, otra vez en una montaña. Es parecido a los de Dambulla y realmente merece mucho la pena.
En Mirissa nos alojamos en el Lemazone Inn. Justo en la playa y limpio. Podríamos habernos quedado un día más, porque ya estábamos cansados de tanto coche y la playa estaba realmente bien.