Abro la cortina (ojo a los sensibles a la luz, no hay persianas) y confirmo que se presenta un buen día en Londres, tal como informaba la previsión del tiempo. Tras desayunar en la cafetería de la esquina, zumos de naranja natural, te y dos bollos, 6 libras, tomamos el bus nº 27 con destino Camden Town que nos deja en nuestro destino, parada Chalk Farm Morrisons, en unos 15 minutos. Para mi hija era su primer viaje en un autobús de dos plantas, así que adivinad donde nos sentamos, arriba en primera fila para no perdernos detalle.
Eran las 9:00 de la mañana y nosotras ya estábamos en Camden: error. Por lo que he sabido más tarde las tiendas no abren hasta las 10:30 - 11:00 de la mañana, así que ambiente cero. Aprovechamos para curiosear por la zona, tanto Camden Town como el Market. Nos sacamos unas cuantas fotos en Stables Market y localizamos a la menuda Amy Winehouse, a la que robamos también unas cuantas instantáneas.
Tuve que explicarle a mi hija que Amy tenía mucho talento pero había muerto muy joven porque "fumaba" mucho, y así se lo trasladó a la familia cuando volvimos y vieron las fotos, con la consiguiente bronca al abuelo fumador porque "¿ves, abuelo, como fumar mata?" .
Después medio desayunamos por segunda vez en la mañana hasta que abrieron la mayor parte de las tiendas. Aunque no nos interesaba comprar, entramos en la imperdible y super friki Cyberdog, que ya impresiona desde la entrada con dos descomunales Ramsés robóticos a ambos flancos de la enorme puerta. Dentro, lo que ya sabeis: ropa y artículos fosforescentes, música a todo trapo y gogós bailando por doquier.
Seguimos paseando, ya empezaba a llegar gente, viendo las curiosas fachadas decoradas con zapatillas gigantes en 3D, la cabeza de un elefante o la del diablo, todo muy moderno y alternativo.
Estuvimos también en Camden Lock, el mercado de comidas, con un olor a fritanga que metía miedo.
Nos dimos por satisfechas con la visita y bajamos por la zona de la esclusa hacia Regent´s Canal, desde donde se puede dar un agradable paseo de una media hora a la orilla del río, viendo algunas casas bote, hasta llegar al restaurante chino en forma de pagoda.
Un enclave bonito y el día, frío pero algo soleado, ayudaba. A esa altura hay unas escaleras que llevan al frente de una iglesia y hacia la izquierda, caminando unos 10 minutos más se llega a Primrose Hill. Atención, padres y madres, en cuanto se entra al parque que da acceso a la colina, Regent´s Park, hay una zona infantil muy necesaria para que nuestras criaturas desahoguen y tengan su momento de esparcimiento.
Tras media hora en el parque de juegos subimos la pequeña colina, no entiendo porqué se llama así porque es una cuestecilla de nada...Y allí, al igual que nosotros, se encontraban decenas de personas intentando conseguir la soñada y típica fotografía del sky line londinense. Hicimos lo propio.
Después de las fotografías y los "jump" de turno nos fuimos paseando hasta Chalk Farm Station (ojo, hay que regresar desde esta parada, ya que la de Camden está cerrada para volver, sólo admite llegadas), donde cogimos el metro línea Northern hasta King´s Cross St. Pancras. Objetivo: el carrito de Harry Potter en el andén o platform 9- 3/4.
El dichoso carro estaba rodeado por un perímetro de "seguridad" y un señor vigilante evitaba que te acercaras a hacerte la foto, ya que había que guardar una interminable cola. Cuando el señor se dirigió al otro lado nosotras hicimos la foto y un par de selfies, evidentemente de lejos, pero yo no estaba dispuesta a esperar más de una hora para poder posar con el carro y hacer la fotografía personalizada junto a él. Harry Potter nos mola mucho, pero no tanto.
Junto al carro hay una tienda dedicada al pequeño gran mago con todo tipo de merchandising a precio de oro, of course. Una varita mágica de Harry edición especial, 45 libras, la de Hermione 40 libras. ¡Pero si es un palooooo!!! ¿Me va a convertir en Mónica Bellucci? ¡No! ¡A dónde vamos a parar!
Como eran las dos del mediodía y teníamos hambre echamos mano de un Pret a Manger en la misma estación, cadena de comida supuestamente eco que vereis por toda la ciudad, y comimos barato y decente.
Justo al lado estaba la puerta de salida hacia la estación; salimos ya que yo quería ver su afamado exterior de ladrillo rojo. Esta estación es la más bonita de la ciudad, la fachada es de estilo gótico y es impresionante, antes fue un hotel de lujo. Desde aquí se puede tomar el Eurostar que conecta Londres con París y Bruselas. La verdad es que es muy bonita y fotogénica. Sacamos unas fotos y al metro de nuevo.
Tomamos la línea Picadilly y en diez minutos nos plantamos en Picadilly Circus. Una plaza con el único interés de disponer de una pantalla luminosa al estilo neoyorkino, más modesta (estaba apagada) pero que nos enganchó por el tremendo ambiente que se respiraba: mucha gente joven, turistas, locales, músicos callejeros, algunos de mucha calidad, y artistas ambulantes. Allí mismo está la famosa tienda de deportivas Lillywhites. Subimos a la última planta, desde donde me habían asegurado unas maravillosas vistas, pero lo único que conseguí fue esto:
En un trayecto de dos minutos caminando llegamos a Leicester Square para ver la tienda M&M´s World, que tiene varias plantas y todo tipo de M&M´s de todos los sabores y colores imaginables. En la planta baja hay una representación de los Beatles cruzando el paso de cebra de Abbey Road. Ver a los de Liverpool convertidos en cachuetes gigantes es, cuanto menos, curioso. Cayó un paquete de las dichosas chocolatinas, riquísimas, 10 libras compradas al peso y mezclando mil colorines.
A continuación fuimos a Hamley´s, a un tiro de piedra de allí, en Regent´s Street. Qué agobio, señor. La famosa juguetería de 5 plantas estaba a tope de gente y lo peor, de niños . Además hacía un calor bochornoso y tuve que soportar hora y media de visita porque mi hija gritaba como una posesa a cada paso, extasiada con los personajes de Star Wars, con las figuras construídas con Lego de Batman, Isabel II y el resto de la familia real, con los peluches y las muñecas. Poseída por el espíritu del consumismo pedía comprar esto y lo otro, que si un gorila de peluche, que si el oso Paddington, que si un huevo del que salía un dinosaurio, espero que de mentira pero ya podía ser de verdad por lo que costaba, 95 libras...Total para encapricharse al final con un cutre boomerang de gomaespuma, animada por las demostraciones que hacían de él los empleados de la tienda.
Además compramos un par de detalles para mis sobrinas y salimos de allí porque los domingos cierran a las 18:00 horas y no nos quedó más remedio que irnos algo antes de que saliera toda la marabunta, que si no me veo hasta las 20:00 en la tienda.
Para rematar el día, cogimos el metro y bajamos en Tower Hill para ver el Tower Bridge iluminado. Ya anochecía cuando llegamos y nos gustó mucho. Sacamos miles de fotos al puente y a la City que se veía al fondo. Es una zona en que los edificios más modernos como The Shard, The Gherkin, o el llamado "walkie talkie" que alberga el Sky Garden, se mezclan con construcciones históricas como la Tower of London, el Tower Bridge... El contraste puede gustar o no, pero sin duda es bastante chocante.
De ahí nos fuimos a cenar algo y ya de retirada al hotel, pues aunque aún eran las 20:30 mi hija necesitaba dormir después del trote del primer día.
Visitas gratuitas del día: Si os dais cuenta, todas las visitas que hemos hecho hoy, excepto comidas y alguna compra, han sido gratis. Tomad nota: pasear por Camden es gratis, pasear por el Regent´s Canal hasta Primrose Hill, también. La zona de juegos de Regent´s Park es pública y gratuita. La visita a King´s Cross St. Pancras para ver el carrito de Harry Potter es gratuita, la visita a la tienda también. Entrar a M&M´s World y a Hamleys no tiene coste. Ver actuaciones musicales en Picadilly Circus es gratis (excepto la propina que es voluntaria pero agradecida); ver el Tower Bridge de noche es gratis...
Es obvio que con niños alguna compra cae en las tiendas de chucherías o juguetes, pero ellos saben que no se puede comprar todo lo que uno ve, hay un límite y los niños entienden perfectamente.
Eran las 9:00 de la mañana y nosotras ya estábamos en Camden: error. Por lo que he sabido más tarde las tiendas no abren hasta las 10:30 - 11:00 de la mañana, así que ambiente cero. Aprovechamos para curiosear por la zona, tanto Camden Town como el Market. Nos sacamos unas cuantas fotos en Stables Market y localizamos a la menuda Amy Winehouse, a la que robamos también unas cuantas instantáneas.
Tuve que explicarle a mi hija que Amy tenía mucho talento pero había muerto muy joven porque "fumaba" mucho, y así se lo trasladó a la familia cuando volvimos y vieron las fotos, con la consiguiente bronca al abuelo fumador porque "¿ves, abuelo, como fumar mata?" .
Después medio desayunamos por segunda vez en la mañana hasta que abrieron la mayor parte de las tiendas. Aunque no nos interesaba comprar, entramos en la imperdible y super friki Cyberdog, que ya impresiona desde la entrada con dos descomunales Ramsés robóticos a ambos flancos de la enorme puerta. Dentro, lo que ya sabeis: ropa y artículos fosforescentes, música a todo trapo y gogós bailando por doquier.
Seguimos paseando, ya empezaba a llegar gente, viendo las curiosas fachadas decoradas con zapatillas gigantes en 3D, la cabeza de un elefante o la del diablo, todo muy moderno y alternativo.
Estuvimos también en Camden Lock, el mercado de comidas, con un olor a fritanga que metía miedo.
Nos dimos por satisfechas con la visita y bajamos por la zona de la esclusa hacia Regent´s Canal, desde donde se puede dar un agradable paseo de una media hora a la orilla del río, viendo algunas casas bote, hasta llegar al restaurante chino en forma de pagoda.
Un enclave bonito y el día, frío pero algo soleado, ayudaba. A esa altura hay unas escaleras que llevan al frente de una iglesia y hacia la izquierda, caminando unos 10 minutos más se llega a Primrose Hill. Atención, padres y madres, en cuanto se entra al parque que da acceso a la colina, Regent´s Park, hay una zona infantil muy necesaria para que nuestras criaturas desahoguen y tengan su momento de esparcimiento.
Tras media hora en el parque de juegos subimos la pequeña colina, no entiendo porqué se llama así porque es una cuestecilla de nada...Y allí, al igual que nosotros, se encontraban decenas de personas intentando conseguir la soñada y típica fotografía del sky line londinense. Hicimos lo propio.
Después de las fotografías y los "jump" de turno nos fuimos paseando hasta Chalk Farm Station (ojo, hay que regresar desde esta parada, ya que la de Camden está cerrada para volver, sólo admite llegadas), donde cogimos el metro línea Northern hasta King´s Cross St. Pancras. Objetivo: el carrito de Harry Potter en el andén o platform 9- 3/4.
El dichoso carro estaba rodeado por un perímetro de "seguridad" y un señor vigilante evitaba que te acercaras a hacerte la foto, ya que había que guardar una interminable cola. Cuando el señor se dirigió al otro lado nosotras hicimos la foto y un par de selfies, evidentemente de lejos, pero yo no estaba dispuesta a esperar más de una hora para poder posar con el carro y hacer la fotografía personalizada junto a él. Harry Potter nos mola mucho, pero no tanto.
Junto al carro hay una tienda dedicada al pequeño gran mago con todo tipo de merchandising a precio de oro, of course. Una varita mágica de Harry edición especial, 45 libras, la de Hermione 40 libras. ¡Pero si es un palooooo!!! ¿Me va a convertir en Mónica Bellucci? ¡No! ¡A dónde vamos a parar!
Como eran las dos del mediodía y teníamos hambre echamos mano de un Pret a Manger en la misma estación, cadena de comida supuestamente eco que vereis por toda la ciudad, y comimos barato y decente.
Justo al lado estaba la puerta de salida hacia la estación; salimos ya que yo quería ver su afamado exterior de ladrillo rojo. Esta estación es la más bonita de la ciudad, la fachada es de estilo gótico y es impresionante, antes fue un hotel de lujo. Desde aquí se puede tomar el Eurostar que conecta Londres con París y Bruselas. La verdad es que es muy bonita y fotogénica. Sacamos unas fotos y al metro de nuevo.
Tomamos la línea Picadilly y en diez minutos nos plantamos en Picadilly Circus. Una plaza con el único interés de disponer de una pantalla luminosa al estilo neoyorkino, más modesta (estaba apagada) pero que nos enganchó por el tremendo ambiente que se respiraba: mucha gente joven, turistas, locales, músicos callejeros, algunos de mucha calidad, y artistas ambulantes. Allí mismo está la famosa tienda de deportivas Lillywhites. Subimos a la última planta, desde donde me habían asegurado unas maravillosas vistas, pero lo único que conseguí fue esto:
En un trayecto de dos minutos caminando llegamos a Leicester Square para ver la tienda M&M´s World, que tiene varias plantas y todo tipo de M&M´s de todos los sabores y colores imaginables. En la planta baja hay una representación de los Beatles cruzando el paso de cebra de Abbey Road. Ver a los de Liverpool convertidos en cachuetes gigantes es, cuanto menos, curioso. Cayó un paquete de las dichosas chocolatinas, riquísimas, 10 libras compradas al peso y mezclando mil colorines.
A continuación fuimos a Hamley´s, a un tiro de piedra de allí, en Regent´s Street. Qué agobio, señor. La famosa juguetería de 5 plantas estaba a tope de gente y lo peor, de niños . Además hacía un calor bochornoso y tuve que soportar hora y media de visita porque mi hija gritaba como una posesa a cada paso, extasiada con los personajes de Star Wars, con las figuras construídas con Lego de Batman, Isabel II y el resto de la familia real, con los peluches y las muñecas. Poseída por el espíritu del consumismo pedía comprar esto y lo otro, que si un gorila de peluche, que si el oso Paddington, que si un huevo del que salía un dinosaurio, espero que de mentira pero ya podía ser de verdad por lo que costaba, 95 libras...Total para encapricharse al final con un cutre boomerang de gomaespuma, animada por las demostraciones que hacían de él los empleados de la tienda.
Además compramos un par de detalles para mis sobrinas y salimos de allí porque los domingos cierran a las 18:00 horas y no nos quedó más remedio que irnos algo antes de que saliera toda la marabunta, que si no me veo hasta las 20:00 en la tienda.
Para rematar el día, cogimos el metro y bajamos en Tower Hill para ver el Tower Bridge iluminado. Ya anochecía cuando llegamos y nos gustó mucho. Sacamos miles de fotos al puente y a la City que se veía al fondo. Es una zona en que los edificios más modernos como The Shard, The Gherkin, o el llamado "walkie talkie" que alberga el Sky Garden, se mezclan con construcciones históricas como la Tower of London, el Tower Bridge... El contraste puede gustar o no, pero sin duda es bastante chocante.
De ahí nos fuimos a cenar algo y ya de retirada al hotel, pues aunque aún eran las 20:30 mi hija necesitaba dormir después del trote del primer día.
Visitas gratuitas del día: Si os dais cuenta, todas las visitas que hemos hecho hoy, excepto comidas y alguna compra, han sido gratis. Tomad nota: pasear por Camden es gratis, pasear por el Regent´s Canal hasta Primrose Hill, también. La zona de juegos de Regent´s Park es pública y gratuita. La visita a King´s Cross St. Pancras para ver el carrito de Harry Potter es gratuita, la visita a la tienda también. Entrar a M&M´s World y a Hamleys no tiene coste. Ver actuaciones musicales en Picadilly Circus es gratis (excepto la propina que es voluntaria pero agradecida); ver el Tower Bridge de noche es gratis...
Es obvio que con niños alguna compra cae en las tiendas de chucherías o juguetes, pero ellos saben que no se puede comprar todo lo que uno ve, hay un límite y los niños entienden perfectamente.