Estambul, día 8 de Julio ✏️ Diarios de Viajes de Turquia

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MIÉRCOLES 08 DE JULIO

Para hoy teníamos pensado acercarnos a la zona de Sta. Sofía, La mezquita Azul y alrededores a ver que nos daba tiempo de ver y la verdad es que nos cundió mucho el día.

Lo primero sería SANTA SOFÍA O AYA SOFYA



Llegamos cuando ya habían abierto las puertas y había algo de cola. Pero nada comparado con lo que luego veríamos al salir. Estaríamos solo sobre unos diez minutos para sacar las entradas (20 LIRAS p/p).

Sobre Santa Sofía hay mucha variedad de opiniones, muchas de ellas negativas porque la gente se decepciona por diversos motivos: por entrar y ver ese enorme andamio ahí en medio o por el estado en que se encuentra…así que iba con algo de miedo porque a mí también me decepcionara.
Pero todo lo contrario, personalmente a mí si me gustó mucho. Tenía muchas ganas de verla, como ya he comentado antes la había estudiado años atrás y era otro de los objetivos de mi viaje a Turquía. Sería un placer verla algún día sin ese andamio que la afea tanto, pero aún así se deja entre ver esa grandiosidad que la caracteriza.

Zona del Mihrab


Decoración musulmana:


Mosaicos en la zona de las tribunas, arriba:


Nada más salir nos fuimos directos a ver la MEZQUITA AZUL O DE SULTAN AHMET

Está justo enfrente de Sta. Sofía y entre medias, separándolas, hay unos jardines con una fuente muy bonita, donde poder para a descansar unos minutillos.

Aquí se puede ver Sta. Sofía desde una de las cinco puertas de entrada al patio exterior de la Mezquita Azul.

Ésta es sin duda la Mezquita que más nos costó de ver, tres intentonas fue el total que hicimos para poder disfrutar de ella. Y es que cada vez que nos disponíamos a entrar comenzaba la llamada a al oración y solo nos dejaban estar cinco minutos. Así que el último día conseguimos verla más tranquilamente.


Todo lo que se habla de ella y que había leído es cierto. Es una Mezquita muy bonita, grandiosa, serena, clara….con esos azulejos de Iznic preciosos, que tanto la caracterizan, así como los seis minaretes.
Tiene una caída de cúpulas increíbles, me encantan!!


Para salir utilizamos una de las puertas que va a dar al HIPÓDROMO
Del concepto de lo que es un Hipódromo poco queda, aquí solamente se puede ver El Obelisco Egipcio, La Columna Serpentina y la Columna de Constantino. Es una zona con mucho encanto porque está pegadito a lo largo de la Mezquita Azul.



Aquí también hay algunas tiendecitas que no están mal de precio para comprar algún detalle.

Se acercaba la hora de comer pero antes habíamos decidido que visitaríamos
LA CISTERNA DE YEREBATAN (10 LIRAS p/p).

El lugar es increíblemente mágico. En cuanto entras notas un fresquito que se agradece enormemente por todo el calor que se pasa fuera. La luz se atenúa y aparecen un montón de columnas ante ti suavemente iluminadas por focos rojos. De fondo suena música suave y conforme vas caminando puedes escuchar algunas gotitas cayendo al agua donde nadan algunos peces de diferentes tamaños y colores.

Al fondo de la cisterna se encuentran las fosas Cabezas de Medusas.


Y justo antes de subir a la salida hay un café donde poder disfrutar de un té que te recargue las pilas en medio de ese agradable ambiente. Muy recomendable.

A nosotros ya se nos habían hecho casi las tres y teníamos que comer. Nos pasamos por delante de varios locales de los que había ahí mismo al salir de la Cisterna, a ver qué ofrecían, y para ese día elegimos este sitio.

Está muy bien porque es un sitio barato, donde sirven rápido y desde sus ventanas de los pisos de arriba puedes disfrutar de unas increíbles vistas a Sta Sofía.
La comida estuvo muy buena: palitos de queso (eran de hojaldre crujientito delicioso), patatas con una salsa que recuerdo el nombre y dos kebaps, uno de pollo y otro de cordero, pero en pan de pita y acompañados por patatas fritas. Ummm!! Ahora mismo se me hace la boca agua ¡¡jajaj!!
Tenían mucha más variedad pero nosotros íbamos en busca del “Kebap” que nos satisficiera. El de cordero está muy fuerte así que si no os gusta mucho no pedirlo. El de pollo está buenísimo y además los cargan bastante. Vamos con eso nosotros Salimos más que satisfechos.

El día nos estaba cundiendo bastante. Antes de ir yo tenía mis miedos porque llevaba un planning de cosas que no me quería perder y no sabía si me daría tiempo de todo. Pero no tuvimos problema ya que pudimos disfrutar de todo tranquilamente e incluso, los tres últimos días, irnos a medio día al hotel a descansar y reponer fuerzas.

Así que ese segundo día en Estambul, una vez comidos, aún nos fuimos a ver algo más antes de tirar para el hotel.

Nos fuimos en busca de unas Mezquitas que no son de las más famosas que hay en Estambul pero no por ello dejan de ser tan bonitas o incluso más que algunas de las más nombradas.

Ambas están en la zona del Litoral Marítimo. Las calles están compuestas por casitas de madera muy pintorescas, algunas transformadas en hotel, otras en tiendas, en restaurantes, algunas por reformar. El ambiente que se ve es muy auténtico: niños que van en bici, ropa tendida en los balcones, barberías, etc…nos encantó perdernos por esas calles, la gente de allí nos miraba como raro, como diciendo ¿Dónde van éstos? ¡¡jajaj!!
Una experiencia inolvidable.

Nos costó un poquito pero por fin encontramos LA MEZQUITA SOKULLU MEHMET PASA

El acceso por donde nosotros entramos es que lo tiene muy camuflado, hay como una puerta pero entras dentro de un pasillo-cementerio que desemboca en medio del patio de abluciones.

Bajo mi punta de vista este es uno de los más maravillosos patios, por no decir el más maravilloso, que mis ojos hayan visto. Es pequeñito pero la fuente me parece sencillamente preciosa. Es muy coqueto.

Llegamos justo cuando iban a tomar el té un montón de chicos que imagino formaban parte de la escuela coránica de la Mezquita y habían ido allí a orar o a estudiar, porque en la siguiente Mezquita también vimos a varias niñas acompañadas como de un profesor.
Todos se pusieron alrededor de la fuente y de una tetera enrome empezaron a servirse vasitos para posteriormente ir a los laterales del patio, donde había unos asientos muy cómodos, para tomarlo.



En ese momento éramos los únicos turistas que había allí. Estas mezquitas es que no suelen ser muy visitadas salvo por algún curioso como nosotros. Y la verdad, no saben lo que se pierden. Lo malo era que no sabíamos que era lo que teníamos que hacer, por donde entrar, etc…el resto de Mezquitas al ser tan grandes siempre hay alguien en el que fijarte pero aquí ni idea. Además la puerta de acceso estaba cerrada, así que decidimos sentarnos un poquito en el patio mientras hacíamos fotos y reponíamos fuerzas.

Hasta que al final me acerqué a la puerta y desde dentro un señor nos la abrió para pasar dentro. En el interior solo había un chico haciendo fotos así que yo también eché unas cuantas, pero enseguida el señor me dijo que no se podía, se ve que el chico tenía algún permiso o no sé.
Por dentro es muy pequeñita, tiene una escalerita para subir a la parte de las mujeres, arriba. Y en su gran mayoría está recubierta por azulejos de Iznic donde predomina también muuucho el color azul, pero donde se puede ver también el verde, rojo, etc…


Es muy bonita pero la que más gustó sin duda fue LA MEZQUITA KÚÇUK AYA SOFYA


No está muy lejos de allí, solo un par de calles. Es muy pequeñita también pero de una belleza cautivadora y sorprendente. Los colores que predominan son el blanco, que la dota de una luz indescriptible, y el azul, que cubre incluso el suelo con esa maravillosa moqueta.
Aquí fue donde vimos las niñas que he comentado antes.
Es que no tengo palabras para describir lo que me hizo sentir la visita de esta una Mezquita tan bonita y tan especial.

Lástima que se me acabara justamente aquí la batería de la cámara porque me hubiera tirado horas y horas intentado capturar la belleza del lugar.

Así que sin pilas en la cámara y en nosotros mismos decidimos irnos al hotel a descansar un rato para reponer fuerzas. Y saldríamos después cuando hubiera cesado el calor sofocante a terminar el día por las calles de Estambul antes de emprender nuestro circuito por el resto de Turquía al día siguiente.

Sobre las ocho, ocho y media nos fuimos para la zona donde habíamos estado por la mañana para darnos una vuelta por los alrededores. Pasamos por la parte de atrás de Sta. Sofía y descubrimos una calle muy particular, con alguna casita de madera, teterías, alguna tienda que otra,…era muy bonita y selecta esta zona.

Después nos fuimos a la plaza de la fuente que hay entre Sta Sofía y La Mezquita Azul para disfrutar de un
PRECIOSO ATARDECER ENTRE MEZQUITAS



Cuando llegamos había mucha gente allí, sobre todo gente del lugar, que cuando sonó la llamada a la oración se levantaron corriendo y nos dejaron solos en medio del silencio. Estuvo muy bien ese momento, es de los que me guardo para siempre en la memoria, porque es muy curioso ver como comienzan las Mezquitas a emitir la llamada a la oración, de repente una empieza y las demás se ven enganchando hasta que todas suenan a la vez y el sonido te envuelve. Ves a la gente dejar todo lo que están haciendo y salen para las mezquitas.
Después ya todo era silencio.

Nos quedamos sentados en el parque disfrutando de ese momento hasta que se puso completamente el sol.
Y entonces nos dirigimos a un restaurante cercano, recomendado por Iratxe, a cenar unas pizzas y un sándwich riquísimos. El sitio está muy chulo, muy íntimo, cerca de Santa Sofía y con muy buenas vistas. Se llama Sultan Pub. Puedes cenar en la terraza de arriba con unas impresionantes vistas de Sta Sofía y la Mezquita Azul iluminadas pero como había un menú diferente al de la terraza de abajo y no nos aclarábamos decidimos quedarnos bajo.
Estuvo muy bien.

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