Día 8, 10 de agosto
Como cada día toca madrugar, hoy en concreto porque teníamos la excursión para salir al mar a ver ballenas con Gentle Giants, desde Húsavík. La salida era a las 8:00 y nos habían dicho que teníamos que estar allí al menos 20 minutos antes. Nos abrigamos muchísimo, tal y como nos dijeron el día anterior, sobretodo teniendo en cuenta que el día había salido feo, feo, muy nublado y con bastante viento. La verdad es que el panorama era desolador ...
Llegamos al sitio y nos dieron un mono impermeable, botas de agua y un chaleco salvavidas. Entre eso y la cantidad de ropa que nos habíamos puesto ¡prácticamente no nos podíamos mover!
Habíamos elegido la opción GG2 Safari de ballenas y frailecillos, ya que se hace en lancha rápida, tipo zodiac, pero sentados a horcajadas sobre unos asientos. Nos dijeron que era más maniobrable para acercarse a las ballenas. La duración total fue de dos horas.
Como todas nuestras experiencias anteriores pagando para ver ballenas fue un poco decepcionante. Vimos una cuantas colas y algún lomo, incluso muy de cerca, hasta un total de cinco, pero no una ballena ni completa ni un salto espectacular.
Había tantas nubes que se juntaba el gris del mar con el del cielo y no se veía casi nada. Al haber olas tampoco era fácil encontrarlas y, por lo visto, a primera hora de la mañana están menos activas. Otro clásico fue el mareo ... Lo que sí había a miles eran frailecillos, pero había tanta gente tirada en el barco que apenas pudimos parar, porque la barca subía y bajaba como un par de metros así que incluso los que no íbamos mareados lo acabamos pasando mal.
No tengo fotos, pero sí algún vídeo que he puesto en la etapa inicial.
Eso sí, cuando la barca llega a puerto el personal de la compañía te ayuda con los mareados y los mete en una caseta para recuperarlos, te dan algo de beber y te dejan que te quedes allí hasta que te encuentras mejor. Mi pobre marido lo pasó fatal, además durante la excursión ya nos llovió a ratos, pero justo cuando acabamos llovía bastante, yo tenía que ir al coche a por la ropa para quitarnos todo lo de abrigo que llevábamos, en fin, que cuando por fin me subí al coche para seguir nuestro viaje ya estaba agotada. Además me había empapado, no sé muy bien por donde me entró agua, pero llevaba todo el pantalón mojado.
Al menos durante el camino Rafa se fue recuperando y del resto del día disfrutamos más, a pesar de que fue uno de los más ventosos de los que pasamos en Islandia.
Tras aproximadamente una hora de conducción para mi y sueño reparador para Rafa, llegamos a Krafla. Desde Húsavík hay que coger la carretera 87 hasta la N1 y después de circular un poco por ella, tomar el desvío a la izquierda pasado Hverir.
Realmente Krafla es una montaña, pero que da nombre a toda la zona, donde, en 1724 se empezaron a abrir fisuras por las que salió magma, de forme intermitente durante prácticamente 10 años.
La atracción más famosa de la zona es el cráter Viti, y allí fue donde fuimos primero.
Llegamos al sitio y nos dieron un mono impermeable, botas de agua y un chaleco salvavidas. Entre eso y la cantidad de ropa que nos habíamos puesto ¡prácticamente no nos podíamos mover!
Habíamos elegido la opción GG2 Safari de ballenas y frailecillos, ya que se hace en lancha rápida, tipo zodiac, pero sentados a horcajadas sobre unos asientos. Nos dijeron que era más maniobrable para acercarse a las ballenas. La duración total fue de dos horas.
Como todas nuestras experiencias anteriores pagando para ver ballenas fue un poco decepcionante. Vimos una cuantas colas y algún lomo, incluso muy de cerca, hasta un total de cinco, pero no una ballena ni completa ni un salto espectacular.
Había tantas nubes que se juntaba el gris del mar con el del cielo y no se veía casi nada. Al haber olas tampoco era fácil encontrarlas y, por lo visto, a primera hora de la mañana están menos activas. Otro clásico fue el mareo ... Lo que sí había a miles eran frailecillos, pero había tanta gente tirada en el barco que apenas pudimos parar, porque la barca subía y bajaba como un par de metros así que incluso los que no íbamos mareados lo acabamos pasando mal.
No tengo fotos, pero sí algún vídeo que he puesto en la etapa inicial.
Eso sí, cuando la barca llega a puerto el personal de la compañía te ayuda con los mareados y los mete en una caseta para recuperarlos, te dan algo de beber y te dejan que te quedes allí hasta que te encuentras mejor. Mi pobre marido lo pasó fatal, además durante la excursión ya nos llovió a ratos, pero justo cuando acabamos llovía bastante, yo tenía que ir al coche a por la ropa para quitarnos todo lo de abrigo que llevábamos, en fin, que cuando por fin me subí al coche para seguir nuestro viaje ya estaba agotada. Además me había empapado, no sé muy bien por donde me entró agua, pero llevaba todo el pantalón mojado.
Al menos durante el camino Rafa se fue recuperando y del resto del día disfrutamos más, a pesar de que fue uno de los más ventosos de los que pasamos en Islandia.
Tras aproximadamente una hora de conducción para mi y sueño reparador para Rafa, llegamos a Krafla. Desde Húsavík hay que coger la carretera 87 hasta la N1 y después de circular un poco por ella, tomar el desvío a la izquierda pasado Hverir.
Realmente Krafla es una montaña, pero que da nombre a toda la zona, donde, en 1724 se empezaron a abrir fisuras por las que salió magma, de forme intermitente durante prácticamente 10 años.
La atracción más famosa de la zona es el cráter Viti, y allí fue donde fuimos primero.
Hacía mucho viento y mucho frío, así que la visita fue más corta de lo planeado, pretendíamos dar la vuelta completa al cráter pero fue imposible.
Desde la parte de arriba se ve la famosa central geotérmica de Krafla, famosa precisamente porque la carretera pasa por debajo de una de sus tuberías.
Desde la parte de arriba se ve la famosa central geotérmica de Krafla, famosa precisamente porque la carretera pasa por debajo de una de sus tuberías.
Seguimos conduciendo un poco más hasta llegar a la zona geotermal de Hverir, en la misma N1. Se trata de una explanada en la que se pueden encontrar piscinas de agua caliente, de lodo hirviendo o inmensas fumarolas de vapor de agua, todo ellos en un entorno de colores ocres y amarillos y un intenso olor a azufre.
Todo ello dominado por el monte Námafjall, al que tampoco subimos porque el día seguía imposible.
Podrá parecer curioso, pero lo que más nos impactaron fueron las fumarolas, no sólo por su volumen, sino por el intenso ruido que hacían debido a la presión.
Tras pasear por allí un buen rato, luchando contra el viento fuimos de nuevo al coche, para coger la cerretera 848 y rodear el lago Mýtvan por el este y el sur, para ver alguna de las múltiples manifestaciones geológicas de esta zona.
Toda esta zona ha servido de escenario natural de la serie Juego de Tronos y este primer lugar en el que paramos, Grjótagjá es uno de ellos. Es una cueva en la que hay un pequeño lago de agua azul turquesa a unos 45º C. Está en una propiedad privada y antes se permitía el baño, pero ahora no, aunque los propietarios permiten la visita y hacer fotos, pero no sé cuanto durará...
Tras pasear por allí un buen rato, luchando contra el viento fuimos de nuevo al coche, para coger la cerretera 848 y rodear el lago Mýtvan por el este y el sur, para ver alguna de las múltiples manifestaciones geológicas de esta zona.
Toda esta zona ha servido de escenario natural de la serie Juego de Tronos y este primer lugar en el que paramos, Grjótagjá es uno de ellos. Es una cueva en la que hay un pequeño lago de agua azul turquesa a unos 45º C. Está en una propiedad privada y antes se permitía el baño, pero ahora no, aunque los propietarios permiten la visita y hacer fotos, pero no sé cuanto durará...
Continuando por la 848 se tiene esta preciosa vista del volcán Hverfell, justo en la parte este del lago. También estaba entre nuestros planes el subir al volcán pero teníamos tanto frío que hemos decidido ir a comer.
Como el día estaba tan frío, no nos apetecía comer en la calle como hacíamos todos los días, así que buscamos un restaurante por la zona para comer algo caliente. Para ello tuvimos que deshacer algo de camino e ir a Reykjahlíð, que es unico pueblo que hay por la zona. Una vez allí, fuimos a Gamli Bærinn, que estuvo muy agradable, porque tenía un piano y podía tocar el que quería, así que allí nos estuvimos divirtiendo un rato a la vez que cogíamos algo de calor con la sopa del día.
Tras la comida, nuestra siguiente parada fue Dimmuborgir, cuya traducción es "castillos oscuros". Hace 2000 años se formó un lago de lava sobre otro de agua. El agua de debajo comenzó a hervir y la mezcla del vapor de agua elevándose y la lava dio lugar a este tipo de formaciones en forma de columnas verticales, muy poco frecuentes. También han sido escenario de Juego de Tronos.
Tras la comida, nuestra siguiente parada fue Dimmuborgir, cuya traducción es "castillos oscuros". Hace 2000 años se formó un lago de lava sobre otro de agua. El agua de debajo comenzó a hervir y la mezcla del vapor de agua elevándose y la lava dio lugar a este tipo de formaciones en forma de columnas verticales, muy poco frecuentes. También han sido escenario de Juego de Tronos.
Para visitar las formaciones con más interés de la zona lo mejor es recorrer el camino de la Iglesia, de 2,3 km, que te lleva por entre las formaciones más curiosas. Obviamente, alguna de ellas ha de llamarse la Iglesia, que será la que da nombre al camino. Aprovechamos la tregua de lluvia y comenzamos el camino.
Pero también Dimmuborgir es donde viven los Yule Lads, trece niños trol, que tienen nombres del estilo del de los siete enanitos. En Islandia, durante los trece días antes de Navidad los niños dejan sus zapatos y reciben un regalo de cada uno de los Yule Lads, si se portan bien. Los niños que se portan mal reciben una patata podrida.
Además de los Yule Lads, su madre (una troll come-niños llamada Grýla) tiene un gato, que se dice que merodea alrededor de personas que no reciben una nueva prenda de vestir para Navidad. Incluso hay una canción de Björk que habla del gato. Viven aquí :
Además de los Yule Lads, su madre (una troll come-niños llamada Grýla) tiene un gato, que se dice que merodea alrededor de personas que no reciben una nueva prenda de vestir para Navidad. Incluso hay una canción de Björk que habla del gato. Viven aquí :
Muy cerca de Dimmuborgir se encuentra Höfði, que se trata de una península en el lago Mýtvan del que salen unas columnas de lava. Las vimos desde un mirador, porque, francamente, no nos parecieron nada especial. Son las que se encuentran a la izquierda en la foto.
La última visita del lago es Skútustaðagígar, un montón de cráteres desde los que no salió lava, sino el agua que estaba debajo del lago de magma, otra de las muchas curiosidades geológicas de la zona. Además está lleno de aves.
Ahora ya de forma definitiva al coche para abandonar el lago Mýtvan, que nos ha decepcionado un poco, la verdad, y de nuevo a la N1 para tras unos 40 minutos de carretera llegar a Goðafoss, la cascada de los dioses. Es diferente a las que habíamos visto hasta ahora. El salto no es muy alto, pero sí caudaloso y tiene forma de arco. De nuevo una lástima lo nublado que estaba...
Ya solo hicimos los 45 minutos que nos quedaban hasta Akureyri. Antes de llegar al hotel paramos a hacer unas compras y a limpiar el coche. En prácticamente todas las gasolineras de Islandia tienen unas mangueras de agua terminadas en un cepillo de barrer que se pueden usar gratis para limpiar el coche. El nuestro tenía barro acumulado desde cientos de kilómetros atrás, así que era hora de dejar de mancharnos cada vez que nos acercábamos a él. Lo dejamos bastante presentable y nos fuimos al hotel.
Justo cuando bajábamos el equipaje se puso de nuevo a llover. Íbamos a salir a dar una vuelta a la ciudad pero estábamos hartos del día tan malo que habíamos tenido, que empezó con un buen mareo a primerísima hora de la mañana, así que decidimos dejarlo para la próxima y quedarnos tan tranquilamente a cenar en la cocina de nuestro hotel y ver una peli antes de irnos a la cama.
Justo cuando bajábamos el equipaje se puso de nuevo a llover. Íbamos a salir a dar una vuelta a la ciudad pero estábamos hartos del día tan malo que habíamos tenido, que empezó con un buen mareo a primerísima hora de la mañana, así que decidimos dejarlo para la próxima y quedarnos tan tranquilamente a cenar en la cocina de nuestro hotel y ver una peli antes de irnos a la cama.
ALOJAMIENTO AKUREYRI:
• Akureyri H.I. Hostel. Se trata de uno de los albergues de la red islandesa, pero que tiene habitaciones con baño privado. Correcto, con una cocina bien equipada.
INFORMACIÓN:
• north.is
• Mýtvan