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Este día nos tocaba visitar BRUJAS, una de las ciudades más bonitas de Europa, también considerada la “Venecia” del Norte por la gran cantidad de canales que la cruza y que le da ese encanto tan peculiar. Su centro histórico está nombrado Patrimonio de la Unesco desde al año 2000.
El estilo medieval de sus calles y edificios, los canales, los numerosos puentes, el Beatario... y todo lo que puedes ver paseando por esta ciudad te trasportan en el tiempo a la época medieval, descubriendo una ciudad de cuento.
Fuimos a la estación de tren y después de un viaje de una hora para recorrer los 95 kilómetros que las separan llegamos a Brujas. Comenzamos el paseo desde la estación hacia el centro de la ciudad y enseguida llegamos al Parque Minnewater, conocido como el parque de los enamorados o del lago del amor, que tiene un bonito lago con sauces llorones y muchos cisnes.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Por un lateral del parque, llegamos a la Begijnhof (beatario), donde había una gran tranquilidad contemplando la hilera de casitas blancas con tejados anaranjados. En este lugar vivieron las beatas o monjas que aceptaron el voto de pureza y que se ganaban la vida cuidando enfermos. Actualmente está habitada por monjas benedictinas.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Justo al lado del convento llegamos nos encontramos la calle Wijngaardplein. Esta calle es curiosa porque está llena de carruajes con sus caballos y además tiene una fuente dedicada a este precioso animal.
Cerca del parque nos sorprendió ver un escaparate con adornos de navidad y entramos en la tienda, que se llama “Kerstfeeerie” Kathe Wolhfahrt. Era una preciosidad, está repleta de adornos navideños, relojes de cuco, carruseles y figuras fabricadas artesanalmente en madera. Hay adornos de todo tipo, figuritas de ángeles, Papa Noel, duendes etc…, donde puedes comprar estos productos navideños en cualquier época del año.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En el camino hacia el centro histórico de Brujas fuimos encontrando imágenes muy bonitas que nos sorprendían continuamente y que hacían sentirnos como si estuviéramos en otra época: casitas antiguas muy bajas de fachada de ladrillo, pero muy bien cuidadas, edificios típicos, puentes de ladrillo que cruzan los canales,…
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Prosiguiendo hacia el centro llegamos a la Iglesia de Nuestra Señora, con su gran torre de 122 metros de altura, que es la más alta de Bélgica y la segunda torre de ladrillo más alta del mundo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después de un corto paseo llegamos al corazón de Brujas, a la Grote Mark (Plaza Mayor), la plaza principal de esta ciudad belga, que es una plaza de gran belleza y con un gran ambiente. Está rodeada de edificios muy bonitos, entre los que destaca el Edificio de los Hallen, un antiguo mercado del siglo XIII con su campanario de 83 m. de altura, más conocido como la Torre Belfort.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Enfrente de la torre se encuentra una hilera de edificios típicos belgas pintados de distintos colores y en un lateral se encuentra el bonito edificio del Landhuis, el Palacio de la Corte Provincial. En un lado de la plaza se encuentran parados los carruajes de caballos que ofrecen paseos por la ciudad.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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*** Imagen borrada de Tinypic ***
Saliendo de la plaza por una pequeña calle y a pocos metros llegamos a la bonita Plaza Burg, donde se encuentran el Ayuntamiento y el Palacio de Justicia, dos edificios del siglo XV, y sobre todo con la Basílica de la Santa Sangre, que tiene en su interior una botella de cristal de roca con la sangre de Cristo traída de Constantinopla (hoy Estambul). Entramos en la Basílica, que tiene dos pisos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Desde esta plaza pasamos por un pasadizo situado bajo el Palacio de Justicia que da al callejón del Asno Ciego, por el que llegamos al embarcadero del Muelle del Rosario (Rozenhoedkaai), desde el que se obtiene una de las imágenes más bonitas y fotografiadas de Brujas, con la vista del canal a los pies de los edificios y la Torre Belfort al fondo.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Volvimos a la Grote Mark, donde nos sentamos en la terraza de un MacDonals a comer, y aunque la comida fue muy normalita las vistas y el entorno de esta plaza eran algo especial.
Después de comer entramos a ver el Museo del Chocolate, donde compramos varios paquetes de este producto tan característico de Bélgica y también una cerveza con sabor a chocolate, que la verdad no es que estuviera muy buena.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
De aquí fuimos al embarcadero donde habíamos estado por la mañana y montamos en una barca para dar un paseo de unos 40 minutos por sus canales. De esta forma pudimos contemplar Brujas desde otro punto de vista. Este es un paseo que merece mucho la pena.
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Al terminar nos dirigimos en un largo paseo a la Zona de los Molinos, que es muy bonita y bastante tranquila fuera de la zona turística. Hay 5 molinos típicos distribuidos a lo largo de un verde parque bañado por un canal, que evoca la imagen de los típicos campos de molinos de los Países Bajos.
Muy cerca vimos la Kruispoort (Puerta de la Santa Cruz), que formaba parte de las antiguas murallas de la ciudad.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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*** Imagen borrada de Tinypic ***
Volvimos al centro para buscar un sitio donde cenar y llegamos a la pequeña y bonita Plaza de los Curtidores, donde había varios restaurantes y nos sentamos en la terraza de la Brasserie Motharthuys. Pedimos unas chuletas que nos las sacaron crudas y cortadas en trozos para hacerlas a nuestro gusto en una piedra caliente que nos pusieron en la mesa. Para beber una cerveza Kwak servida en el vaso típico de esta marca, que está apoyado en un soporte de madera. Es un restaurante bastante caro y además el camarero que nos sirvió era bastante antipático.
Después de cenar y como era de noche fuimos a la Plaza Burg y a la Grote Mark para ver sus edificios iluminados, que estaban muy bonitos, y paseando fuimos de regreso a la estación para volver a Bruselas. Durante el camino vimos algunos canales con sus puentes y edificios iluminados.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Después de ver Brujas, me parece que es una de las ciudades con más encanto que hemos visitado, parece que estás en una ciudad de cuento y pasear por sus calles parece trasladarte a la época medieval.
El estilo medieval de sus calles y edificios, los canales, los numerosos puentes, el Beatario... y todo lo que puedes ver paseando por esta ciudad te trasportan en el tiempo a la época medieval, descubriendo una ciudad de cuento.
Fuimos a la estación de tren y después de un viaje de una hora para recorrer los 95 kilómetros que las separan llegamos a Brujas. Comenzamos el paseo desde la estación hacia el centro de la ciudad y enseguida llegamos al Parque Minnewater, conocido como el parque de los enamorados o del lago del amor, que tiene un bonito lago con sauces llorones y muchos cisnes.
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Por un lateral del parque, llegamos a la Begijnhof (beatario), donde había una gran tranquilidad contemplando la hilera de casitas blancas con tejados anaranjados. En este lugar vivieron las beatas o monjas que aceptaron el voto de pureza y que se ganaban la vida cuidando enfermos. Actualmente está habitada por monjas benedictinas.
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Justo al lado del convento llegamos nos encontramos la calle Wijngaardplein. Esta calle es curiosa porque está llena de carruajes con sus caballos y además tiene una fuente dedicada a este precioso animal.
Cerca del parque nos sorprendió ver un escaparate con adornos de navidad y entramos en la tienda, que se llama “Kerstfeeerie” Kathe Wolhfahrt. Era una preciosidad, está repleta de adornos navideños, relojes de cuco, carruseles y figuras fabricadas artesanalmente en madera. Hay adornos de todo tipo, figuritas de ángeles, Papa Noel, duendes etc…, donde puedes comprar estos productos navideños en cualquier época del año.
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En el camino hacia el centro histórico de Brujas fuimos encontrando imágenes muy bonitas que nos sorprendían continuamente y que hacían sentirnos como si estuviéramos en otra época: casitas antiguas muy bajas de fachada de ladrillo, pero muy bien cuidadas, edificios típicos, puentes de ladrillo que cruzan los canales,…
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Prosiguiendo hacia el centro llegamos a la Iglesia de Nuestra Señora, con su gran torre de 122 metros de altura, que es la más alta de Bélgica y la segunda torre de ladrillo más alta del mundo.
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Después de un corto paseo llegamos al corazón de Brujas, a la Grote Mark (Plaza Mayor), la plaza principal de esta ciudad belga, que es una plaza de gran belleza y con un gran ambiente. Está rodeada de edificios muy bonitos, entre los que destaca el Edificio de los Hallen, un antiguo mercado del siglo XIII con su campanario de 83 m. de altura, más conocido como la Torre Belfort.
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Enfrente de la torre se encuentra una hilera de edificios típicos belgas pintados de distintos colores y en un lateral se encuentra el bonito edificio del Landhuis, el Palacio de la Corte Provincial. En un lado de la plaza se encuentran parados los carruajes de caballos que ofrecen paseos por la ciudad.
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Saliendo de la plaza por una pequeña calle y a pocos metros llegamos a la bonita Plaza Burg, donde se encuentran el Ayuntamiento y el Palacio de Justicia, dos edificios del siglo XV, y sobre todo con la Basílica de la Santa Sangre, que tiene en su interior una botella de cristal de roca con la sangre de Cristo traída de Constantinopla (hoy Estambul). Entramos en la Basílica, que tiene dos pisos.
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Desde esta plaza pasamos por un pasadizo situado bajo el Palacio de Justicia que da al callejón del Asno Ciego, por el que llegamos al embarcadero del Muelle del Rosario (Rozenhoedkaai), desde el que se obtiene una de las imágenes más bonitas y fotografiadas de Brujas, con la vista del canal a los pies de los edificios y la Torre Belfort al fondo.
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Volvimos a la Grote Mark, donde nos sentamos en la terraza de un MacDonals a comer, y aunque la comida fue muy normalita las vistas y el entorno de esta plaza eran algo especial.
Después de comer entramos a ver el Museo del Chocolate, donde compramos varios paquetes de este producto tan característico de Bélgica y también una cerveza con sabor a chocolate, que la verdad no es que estuviera muy buena.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
De aquí fuimos al embarcadero donde habíamos estado por la mañana y montamos en una barca para dar un paseo de unos 40 minutos por sus canales. De esta forma pudimos contemplar Brujas desde otro punto de vista. Este es un paseo que merece mucho la pena.
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Al terminar nos dirigimos en un largo paseo a la Zona de los Molinos, que es muy bonita y bastante tranquila fuera de la zona turística. Hay 5 molinos típicos distribuidos a lo largo de un verde parque bañado por un canal, que evoca la imagen de los típicos campos de molinos de los Países Bajos.
Muy cerca vimos la Kruispoort (Puerta de la Santa Cruz), que formaba parte de las antiguas murallas de la ciudad.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Volvimos al centro para buscar un sitio donde cenar y llegamos a la pequeña y bonita Plaza de los Curtidores, donde había varios restaurantes y nos sentamos en la terraza de la Brasserie Motharthuys. Pedimos unas chuletas que nos las sacaron crudas y cortadas en trozos para hacerlas a nuestro gusto en una piedra caliente que nos pusieron en la mesa. Para beber una cerveza Kwak servida en el vaso típico de esta marca, que está apoyado en un soporte de madera. Es un restaurante bastante caro y además el camarero que nos sirvió era bastante antipático.
Después de cenar y como era de noche fuimos a la Plaza Burg y a la Grote Mark para ver sus edificios iluminados, que estaban muy bonitos, y paseando fuimos de regreso a la estación para volver a Bruselas. Durante el camino vimos algunos canales con sus puentes y edificios iluminados.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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Después de ver Brujas, me parece que es una de las ciudades con más encanto que hemos visitado, parece que estás en una ciudad de cuento y pasear por sus calles parece trasladarte a la época medieval.
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