Hoy amanece nublado y lloviendo ligeramente, con 14 grados. Conducimos hasta el cercano valle de Gastein, que no pertenece al Höhe Tauern, pero sí tiene visitas incluidas en la tarjeta. El valle tiene multitud de actividades para varios días y está muy enfocado también al turismo familiar. Cuenta con una tarjeta específica llamada “Almorama card” para los teleféricos del valle; y la “Mountain and spa card” permite el acceso a 6 remontes y tres piscinas/centros termales. Toda la info está en la web Ski Gastein.
Nuestro primer destino es Dorfgastein, en la región de St. Johann im Pongau, para coger el teleférico Gilpfelbahn-Fulseck, que nos deja a 2025 m de altura. Está muy nublado y llovizna. Justo delante de la cabaña que hay nada más salir hay un tobogán enorme que aprovecha la elevación del terreno. Desde aquí vemos el lago inferior y entendemos por qué se llama Spiegelsee, realmente el lago es un reflejo quieto del cielo y de los árboles.
Pueden hacerse varias rutas; nosotros escogemos una cortita, de 40' a la izquierda de la estación, hacia Kreuzkogel, aunque hay tanta niebla baja que apenas podemos distinguir más allá de lo que tenemos más cerca. Al menos vemos varias vaquitas y caballos.
De vuelta a la estación de llegada, vemos varios parapentes; alguno incluso nos saluda.
Contemplamos el ir y venir de los parapentistas, cómo se preparan para lanzarse corriendo al vacío sobre Dorfgastein. Extienden el parapente, se ponen la mochila enorme y echan a correr colina abajo hasta que de pronto están en el aire. Don terremoto observa con tanta atención que yo creo que se imagina volando con ellos.
A continuación bajamos hasta el lago, que tiene una “ruta”, Barfussweg am Spiegelsee, para hacer con los pies descalzos sobre piedrillas en el extremo menos profundo. ¡El agua está helada! No nos importa, el entorno nos atrapa. Hay unas barcas de madera en la orilla que sirven como asientos para recostarse, mesas y sillas y, lo mejor, un parque infantil en el otro extremo.
Bajamos a la Mittelstation (1500 m). El teleférico está cerrado hasta la 1, por lo que aprovechamos para comer en la Reiter Hütt'n, una cabañita de madera con zona de juego en el exterior, con tobogán, columpios, arenero y el tronco de madera con agua que no podía faltar…
Estamos solos y comemos mientras nuestro niño come y juega de forma simultánea Nos tomamos una frittatensuppe y würstsuppe, con sus trocitos de salchichas flotando, el consabido snitchel y unas salchichas bernwürst que nos supieron a gloria, abiertas a la mitad con queso derretido dentro y envueltas en bacon crujiente.
Al bajar seguía lloviendo y muy nublado, imposible ver ninguna cumbre. Decidimos tomarnos la tarde de relax y seguimos valle adentro hasta Bad Hofgastein, donde están las Alpentherme. Dejamos el coche en el mismo parking y nos fuimos caminando al cercano parque Alpenkurpark, para que el niño echara su siestecita en brazos mientras nosotros tomamos un café comprado en cualquier kiosco. Luego paseamos a orillas del río por el Wiener Allee, viendo unas babosas entre el césped que llamaron la atención de don terremoto ya despierto. “Es caca”, dijo nada más verlas.
Las Alpentherme nos parecieron una auténtica maravilla para los niños y para los adultos; estuvimos en el “family world”, que tiene zona para bebés y niños pequeños en la que pueden experimentar con varios juegos de agua, y una piscina con donuts para dejarse arrastrar por la corriente; nos llamó mucho la atención la zona multimedia, el “water cinema” con pantallas de cine.
También entramos en el “relax world”, con jacuzzis, hamacas con chorros de masaje, un lago termal (piscina climatizada)... La zona exterior con las montañas al fondo, incluso bajo la lluvia que empezaba a caer, impagable. Hay también zona de juegos fuera. El centro tiene cafetería y los baños, que además de duchas, vestuarios y taquillas, cuentan con secadores fijos y de mano. Con la entrada a las termas ya hemos amortizado casi la mitad de la Höhe Tauern card. Todavía hoy recuerdo la cara de felicidad durante toda la tarde de nuestro niño.