Hoy toca madrugar mucho, tenemos un día apretado de visitas, además vamos a coger dos ferris y no podemos despistarnos, porque la frecuencia del segundo no es muy alta.
Nos vamos a Split, pero antes visitaremos la Isla de Korkula, y por el camino nos daremos un chapuzón en alguna de las playas de Makarska. Google maps nos dice que en total son 300 kilómetros y que necesitaremos 5 horas más lo que tarden los barcos.
Desayunamos, lo recogemos todo y metemos los trastos en el maletero del coche. Nos vamos al norte, de camino pasamos por Ston, y vemos las murallas desde la carretera, son las más largas de Europa con un recorrido de 5,5 Km.
Antes de las 10:30 llegamos a Orebic, aparcamos y buscamos los tickets para coger un barco que nos lleve a la Isla de Korkula, conseguimos billetes para el barco de las 10:30 y en 15 minutos estamos en la isla.
Las vistas desde el barco son preciosas. Y claro … como tenemos el desayuno en los pies … toca redesayunar … y que mejor que un helado? Ahora sí !! Ya me dejan iniciar la visita.
Korkula desde el barco
Korcula es una ciudad de estilo medieval. El aspecto de esta ciudad data de los siglos XIV al XVI.
Callejeando en Korkula
Tiene un curiosísimo trazado, y es que tiene forma de espina, por lo que leemos fue pensado para preservar la comodidad y seguridad de sus habitantes: las calles occidentales se dispusieron en línea recta para abrir la ciudad al refrescante maestral (viento fuerte y constante que sopla de poniente) del verano, mientras que las orientales son curvas a fin de minimizar el impacto del invernal bura (viento frio del noreste).
Korkula es una pequeña península que antes estuvo separada de tierra firme, donde su casco antiguo está rodeado de murallas. La calle principal (Sv Marka ) corta el barrio en dos y de ella salen una serie de callejuelas perpendiculares que acaban junto a las murallas.
La Muralla se levanto en el siglo XIII con la típica piedra blanca de la isla. Originalmente esta defensa era aún más imponente, tenía 12 torres y murallas de 20 m de altura. Al casco antiguo se accede por la Puerta de Tierra (Kopnena Vrata), bajo la torre cuadrada del fuerte Revelin, del siglo XV. Inicialmente aquí había un puente levadizo de madera que en el s. XVIII fue sustituido por una ancha escalinata de piedra.
Puerta de Tierra
Nada más pasar la puerta hay un arco de triunfo. El resto de fortificaciones que completa las murallas son la torre Barbarigo, que proteger el puerto; la Torre del Príncipe y la Puerta del Mar.
Callejeando en Korkula
En la plaza Trg Brace Radic se levanta el ayuntamiento (1515-1520) con un pequeño pórtico y una columna delante. La plaza principal del casco viejo es Trg Sv Marka, donde se encuentra la catedral.
Callejeando en Korkula
La Catedral (Katzdrala Svetoga Marka) se comenzó a construir en el siglo XV. Está construida con piedra caliza de Korcula
La Casa de Marco Polo (Kuca Marka Pola) es una vivienda de origen medieval en el que se dice que nació el famoso aventurero.
Terminamos el recorrido saliendo por la Puerta del Mar a una especie de paseo marítimo lleno de terrazas y restaurantes muy agradable.
La ciudad de Korkula es bastante pequeña, por lo que se tarda poco en recorrerla, con un par de horas da tiempo de sobra, así te en vez de dar otra vuelta más y quedarnos a comer (y eso que las terrazas eran muy tentadoras) decidimos ir hacia el puerto para tomar el ferry de las 13:00.
Puerto de Korkula
Fuimos a toda prisa a Trpanj, y mientras Telerino ponía directamente el coche en la fila del ferry yo iba a por los tickets, que quedan sólo 10 minutos para que salga el barco, no hay ni un segundo que perder !!!
El ferry es enorme, caben un montón de coches, camiones y autobuses. Tiene una cafetería, unos sillones bastante cómodos y juegos para los niños. No se puede pedir más !!!
A las 3 estábamos de nuevo en tierra firme. Entre que habíamos estado picoteando en el ferry y que Ploce, que es donde llega el barco, no nos atrajo nada de nada, por lo que nos pareció una ciudad industrial bastante fea, optamos por continuar hacia el norte … ya encontraríamos algún sitio donde comer algo, o donde comprar un bocadillo … Error !!! Lo sabemos ... somos conscientes … pero caemos una y mil veces.
A mitad de camino hay una zona típica de veraneo, con playas, dicen que “la franja de litoral quizá más bonita de Dalmacia se despliega ante el pueblo de Brela”. Y que la mejor es la playa Punta Rata.
Pusimos rumbo a Brela, lo único es que lo de Punta Rata no está muy bien indicado y terminamos en otra playa, que no era Punta Rata (como descubriríamos al día siguiente) pero que también era muy agradable y además era el lugar ideal para comer algo, que ya era hora !!! Y darnos un chapuzón que nos supo a gloria bendita ¡!!
Playa en Brela
Como habíamos leído las playas son de guijarros, así que son imprescindibles las zapatillas de goma para estar en el agua, entrar y salir, o sino ir haciendo contorsionismo como uno que yo me sé . Y también nos llamó muchísimo la atención el tipo de esterillas que allí usan, y es que a diferencia de las nuestras son almohadilladas, son gorditas y como con espuma por debajo … el mismo motivo … es que las piedrecitas se terminan clavando en todos sitios.
Guijarros
Debo reconocer que a mí las playas no me terminan de gustar, llevo mal las algas y salir pringada de arena … Pero estas me encantaron, el agua es espectacular y en la playa se está fenomenal. El agua estaba fresquita, que se agradecía mucho, totalmente transparente, se veían hasta los peces ¡!! Hay árboles que dan sombra, por lo que no te achicharras, y como no hay arena … no hay pringue !!! Genial !!!
Después de comer unas porciones de pizza, y de múltiples baños conseguimos arrancar a las telerincillas de aquí para llegar a Split. Que difícil fue convencerlas de cambiar baños y juegos por ciudad ….
Ya instalados en nuestro nuevo alojamiento, hicimos una pequeña compra, cena y a descansar, que el día de hoy ha sido intenso y mañana nos toca madrugar.