Etnias Valle del Omo – Sur Etiopía
El día 6 cogimos un vuelo en Addis Abeba hacia Arba Minch, donde nos recogió el guía de Taitu Tours, Skinder, con quien teníamos contratado el recorrido por el Valle del Omo y visitar algunas de las etnias que allí viven.
Alojamiento en el Paradise Lodge de Arba Minch. Una vez registrados vamos a visitar nuestra primera etnia:
Dorze
Su poblado está situado en las montañas Gunge, a unos 3000 metros de altura y en las cercanías de Chencha. Se asciende por una pista (por llamarla de alguna manera), bacheada, con unas piedras de considerable tamaño y pendientes pronunciadas.
Sus cabañas tienen una curiosa y sólida construcción que recuerda la cabeza de un elefante, el tejado llega a alcanzar los doce metros de altura y está cubierto por enset, las grandes hojas del falso banano que protegen de la lluvia y el sol.
Los Dorze son famosos por sus trabajos textiles, sus coloridas telas de algodón llamadas shammas, y los gabis, más gruesos, son muy apreciados en Etiopía. Las mujeres hilan y los hombres tejen.
Nos muestran el Kocho, tortas de pan hechas con la pulpa de las hojas del falso banano y el licor arake.
El dinero recaudado revierte en el poblado para el mantenimiento de la comunidad. Al menos eso nos dijeron.
200 ETB/persona – entrada al poblado Dorze
200 ETB/grupo (4 personas) guía local poblado Dorze.
Al día siguiente abandonamos Arba Minch para dirigirnos a Turmi, donde pasaremos dos noches en los bungalows del Buska Lodge
La carretera está asfaltada pero en malas condiciones y con grandes baches.
En el borde de la misma vimos árboles de los que colgaban tubos de troncos de árbol, que utilizan como colmenas y de donde extraen la miel de acacia. Estamos atravesando la tierra del pueblo Konso, que termina en el río Omo, y tras cruzar el puente, da comienzo el OMO VALLEY.
El Valle Bajo del Omo es Patrimonio de la Humanidad desde 1980. Es uno de los conjuntos de yacimientos paleontológicos más importantes de África. Tiene restos de homínidos de entre 1,7 y 4 millones de años de antigüedad, de fundamental importancia para el estudio de la evolución humana, entre los que se encuentran los fósiles más antiguos conocidos de Homo Sapiens de unos 195.000 años. (Fuente: wikipedia)
En el Valle del Omo se encuentran los Parques Nacionales Mago y Omo.
También la polémica presa Gibe III, inaugurada hace poco y que ha terminado con las inundaciones naturales del río Omo, que favorecían el cultivo y la agricultura.
El primer pueblo que atravesamos es el poblado Weyto y poco después llegamos a Alduba y su mercado.
Mercado de Alduba
Se celebra los martes. Hay que contratar guía para su visita que cuesta 300 ETB/coche, de 1 a 4 personas.
Está muy animado (el mercado, no el guía).
En estos mercados se vende vacas, cabras, gallinas, cereales como el sorgo, maíz; patatas, pimientos pequeñitos que aparentan picar muchísimo, miel de acacia, artesanías, especialidades propias de alguna etnia, ya sean trabajos en madera o textiles o cuero y como no, el Khat o Chat una planta que contiene sustancias similares a las anfetaminas y que les gusta mascar. En África no está considerada como droga y es legal.
El guía nos explica que en estos mercados no solo se comercia, si no que se fomentan las relaciones sociales entre las diferentes etnias. Los jóvenes se fijan en las chicas como futuras esposas, los adultos intercambian información, cotilleos, sucesos acaecidos en sus poblados, etc.
Ese día había 5 etnias distintas, algunas portando diferentes adornos con un significado concreto como los Arboré y sus gorros de cáscara de calabaza, pero la predominante en el mercado de Alduba es la Bana
Una mujer con las rastas cortas indicaba que estaba casada. Una pluma en la cabeza quería decir que la mujer estaba embarazada y se la debía ayudar. También señalaba a la familia en la que había un joven preparado para celebrar el salto del toro y que buscaba novia.
Fue una visita muy instructiva. Una experiencia totalmente recomendable, en la que parece que te trasladas en el tiempo.
Ahora que ya estamos en el sur, tengo que tocar el tema fotos del que creo que no he comentado nada aun.
En las fechas en las que estuve en el país cada foto sacada a las personas costaba 5 ETB, a los que había que sumar otros 5 bir por cada adulto o niño que saliera en ella.
Un nuevo día y una nueva etnia: Dassanech.
Etnia Dassanech
De Turmi hasta el pueblo Omorate hay una distancia de 35 kilómetros y hacia allí nos dirigimos.
Una vez en el pueblo hay que negociar el precio para cruzar el río Omo ya que se encuentran al otro lado. Bueno lo de negociar es un decir, ya que el precio está establecido y el que habla es Skinder, nuestro guía y conductor que se los conoce perfectamente.
Lo que teníamos que decidir era si queríamos cruzar en un barquito occidental o en el tronco hueco de un árbol que utilizan ellos.
Ignoro la profundidad que tendría el Omo en ese punto y la corriente era casi inexistente, así que ¿quién pierde la oportunidad de ser nativo aunque solo sean 2 minutos?
Tanto el embarque como el desembarque se realiza por una pequeña pero resbaladiza pendiente por la que se deslizaban los niños jugando a tirarse al río, y por unos instantes me vi haciéndoles compañía.
Superada la prueba y bajo un sol que calentaba en exceso, nos encaminamos al poblado, un poco alejado de la orilla.
Antes de que se me olvide voy a poner los precios:
-Guía etnia Dassanetch: 400 ETB/grupo 4 personas
-Entrada al poblado Dassanetch: 150 ETB por persona
-Tronco-canoa cruzar río Omo: 150 ETB por persona i/v.
Cuando llegamos nos encontramos con que el poblado de los Dassanech era la “alegría de la huerta”.
Antes que nosotros, había llegado un grupo de unos 10/15 turistas y los hombres del poblado estaban organizando la recogida del dinero cobrado por la entrada y el espectáculo que ofrecían.
En un gran círculo las mujeres bailaban al son de los instrumentos musicales y las palmas de los niños e invitaban a los turistas a acompañarles, que no se intimidaban y se unían al corro dando saltitos.
Muy….muy….¿turístico?
Los Dassanech habitan en una tierra muy poco productiva en la cual las mujeres cultivan sorgo, trigo y otros cereales. Los hombres se dedican al cuidado de sus grandes rebaños de ganado vacuno.
Sus viviendas la forman una estructura de ramas que cubren con cuero y chapas de metal.
Pudimos hacer fotos sin límite ya que estaban incluidas en el precio de la entrada.
Comimos en el Buska Lodge y por la tarde visitamos el poblado de los Hamer
Los Hamer
Los Hamer basan su economía en la agricultura (sorgo, sésamo y alubias) y la ganadería (vacas, cabras y ovejas), además del extra de la apicultura.
El poblado al que fuimos no era grande y nos ofrecieron ver a una novia que se estaba preparando para su boda. La estaban cubriendo todo el cuerpo con un barro arcilloso-rojizo y no podía salir de su vivienda (excepto para hacer sus necesidades), durante tres meses.
Las mujeres hamer llevan el cabello untado de barro y grasa y totalmente trenzado. El vestido es una falda de cuero o piel y se adornan con grandes collares de conchas, todo ello regalo de su marido, según nos contaron.
Los hamer son polígamos y la primera esposa se distingue del resto por llevar un aro-collar metálico al cuello con una protuberancia, que me recordó los candados redondos de combinación.
Una de las ceremonias más importantes para los varones hamer es el paso de la niñez/adolescencia al mundo de los adultos, con un ritual llamado Ukuli Bula o Salto del Toro.
La ceremonia puede durar varias horas. Los hombres, sentados en unos minúsculos banquitos de madera llamados borkota y que también utilizan como almohada, se pintan cara y cuerpo con diversos motivos de colores vivos.
Las mujeres cercanas al saltador, hermanas, primas y amigas, le muestran su apoyo y respeto haciéndose azotar por los hombres, que portan una fina vara con la que flagelan la espalda, haciendo saltar la sangre y que dejan gruesas cicatrices.
Por último los hombres colocan un número determinado de vacas, una al lado de la otra, y el joven debe cruzar la fila saltando sobre ellas desde la primera a la última.
Si no consigue cruzarlas, deberá de esperar un año para un nuevo intento.
Todo esto es lo que nos contaron, porque por diversos motivos no pudimos ver uno de estos rituales.
Dormimos nuevamente en Turmi y por la mañana fuimos a ver el mercado Key Afer. Aun era temprano y estaban empezando a llegar los diversos comerciantes con sus productos: Bana, Hamer, Ari, Arbore.
Decidimos esperar tomando un café y cuando regresamos ya encontramos más actividad. Antes de llegar nos cruzamos en la carretera con el guía que tuvimos en Alduba que nos llevó a ver una vivienda de los Bana y posteriormente también nos acompañó en el mercado.
Los Bana y Mercado Key Afer
Los Banna (o Bana) se ubican cerca de las poblaciones de Key Afar y Jinka. Tienen grandes rebaños de vacas y más pequeños de ovejas y cabras. Cultivan sorgo, sésamo y algún otro cereal. Son seminómadas por lo cual sus viviendas son de fácil instalación y desinstalación, la estructura se recubre de hierba y en época de lluvias con una lona.
Practican la ceremonia del “Salto del toro” y pueden tener hasta cuatro esposas, dependiendo de lo rico que sea el hombre.
Key Afer es un mercado grande y con el mismo propósito de compra-venta de animales, cereal, calzado, telas e intercambio de noticias acaecidas durante la semana.
También se puede encontrar productos típicos para el turista, como máscaras, cuencos y figuras de madera representando animales o personas.
Terminadas las visitas previstas, nos dirigimos a Jinka donde hicimos noche. Desde Key Afer hasta Jinka son 75 kilómetros, casi en su totalidad por pista bacheada, y los últimos por carretera con iguales baches pero más grandes. Por el camino nos cruzamos con grandes rebaños de vacas, ovejas y cabras.
En Jinka nos alojamos en el Hotel Eyob porque no encontramos plazas en ningún otro. El lugar tiene mucha vegetación en el patio y jardín, y mucha, mucha humedad.
Las habitaciones están en planta baja adosadas unas a otras, el trocito de acera hormigonada de acceso estaba con musgo y los patinazos eran frecuentes. La humedad ascendía por las paredes casi hasta la mitad.
La puerta de hierro de la habitación, tenía un cristal en la parte superior roto, que repararon con cinta adhesiva ya que corría el peligro de caerse encima del que entraba o salía. En el baño, el plato de ducha estaba ocupado por un bicho grandecito pero desconocido (escarabajo o escararriba) que entraba y salía por el desagüe con desenvoltura, el mini lavabo tenías que sujetar el grifo porque giraba al mismo tiempo que la llave de apertura.
Agua caliente inexistente. Agua fría un hilito…cuando la había.
Teníamos dos camas y la mosquitera de una de ellas era la tumba de dos hermosas cucarachas.
En fin, por el precio tampoco se podía pedir mucho más: 800ETB en AD
Después del desayuno nos encaminamos hacia el Parque Mago para visitar la última tribu que teníamos prevista:
Los Mursi
Esta tribu se encuentra entre los Parques Nacionales Omo y Mago y este último es a la que nos dirigimos para visitarlos.
Su economía se basa en la ganadería, con rebaños de vacas y cabras, y la agricultura cultivando sorgo y maíz. También recolectan miel.
Mantienen costumbres ancestrales como el violento torneo en el que participan los jóvenes solteros que consiste en luchar armados con una larga vara, donga, para demostrar su fuerza y destreza, y de esta forma ganar la admiración de las féminas que esperan casarse.
Pero si algo caracteriza a los Mursi es la costumbre del adorno corporal de las mujeres. Éstas se insertan en el labio inferior unos platitos de madera o arcilla que modifican su aspecto natural. Cuando las niñas llegan a la pubertad se les practica una incisión en la que colocan un corcho o trocito de palo. Cada cierto tiempo irán cambiándolo por otro más grande, estirando el labio con cuidado, hasta llegar a colocar platos de 15 centímetros de diámetro.
En todos los poblados visitados, los nativos esperan que les hagas fotos y luego les pagues. En éste te rodean pidiendo la fotografía. Fue en el único en el que no llevábamos scout, pero gracias a la hábil actuación de Skinder pudimos hacer algunas fotos, subir al vehículo y salir del poblado.
Esta fue nuestra última etnia visitada en Etiopía. Al día siguiente, un paseo por el Lago Chamo nos despediría de Etiopía.
LAGO CHAMO
El lago Chamo ((en amárico, ጫሞ ሐይቅ č’amo hayq) se localiza en el sur de Etiopía y a una altitud de 1.110 metros, y en el extremo norte del lago se situa el Parque Nacional Nechisar. Según unas fuentes su superficie alcanza los 317 kilómetros cuadrados y una profundidad máxima de 14 metros.
Está rodeado por la sabana con abundante vida silvestre como pelícanos, garzas, ibis, águilas, hipopótamos, cocodrilos….Nosotros vimos cocodrilos y un águila, supongo (estaba algo lejos).
Desde el Parque Nacional Mago nos dirigimos a Arba Minch donde hicimos noche nuevamente en el Paradise.
De allí tomamos un vuelo a Addis Abeba pernoctando en el Hotel Venetian.
Al igual que la ida, la vuelta a casa con la Ethiopian Airlines.
- Entrada P.N. Mago: 270 ETB/pax
- Entrada coche P.N. Mago: 50 ETB
- Entrada tribu Mursi: 200 ETB/pax
- Guía Mursi: 400 ETB / grupo
- Entrada P.N. Nechisar: 100 ETB/pax
- Barca Lago Chamo: 770/barca (4 pax)
Y con esto llego al fin del relato de mi primer viaje a Etiopía. Es un país que me encantaría repetir.