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DECIMOSÉPTIMO DÍA.- DQAE QARE FARM-WINDHOEK.
Amanecemos temprano y antes de que se levante el personal de alojamiento emprendemos la marcha. Abonamos todo la noche anterior. Nos esperaba un día largo de conducción en el que dejaríamos el coche en el aeropuerto de Windhoek, donde lo recogimos. Como cobran un plus de limpieza si viene sucio por dentro, lo cual es inevitable en un viaje de este tipo en el que hay polvo a rabiar, en Kamanga Lodge le pagamos unos pocos pulas al chico que limpiaba la piscina y nos lo dejó nuevo por dentro y por fuera. AVIS cobraba por la limpieza una barbaridad.
Paramos en Ganzhi a desayunar algo en una gasolinera y continuamos hacia la frontera. Una pena que en la carretera un gonolek se estampara contra la luna delantera. Es un pájaro rojo y negro precioso. Luego vimos muchos dik dik y avestruces antes de cruzar a Namibia.
El cruce de la frontera fue rápido y a las 12 estábamos en el aeropuerto entregando el vehículo. Llenamos el depósito en la gasolinera Puma que hay a la entrada.
El chico que lo recepcionaba dijo que estaba todo ok, pero no nos dio papel ni nada. Nos preguntó donde habíamos llenado el depósito se lo dijimos y nos pidió el ticket que no nos habían dado. Al final todo ok y nos fuimos a la terminal del aeropuerto. Unos cambiarían dinero mientras yo buscaba un taxi para Windhoek. Había un mostrador de taxis oficial. Pregunté y me buscaron a un taxista. Nos cobraría 450 dólares namibios en total por llevarnos y otros 450 dólares namibios por recogernos dos días después y llevarnos de vuelta para coger vuelo de regreso. Muy bien de precio en comparación con lo que había leído en internet.
Nos fuimos para Windhoek y ante la actividad intensa que había en el aeropuerto me dijo el taxista que había una cumbre en la capital de Jefes de Estado de los países del sur de África. En el camino nos cruzamos con el rey de Lesotho y en el hotel de al lado en Windhoek estaba el rey de Swazilandia con el séquito. Me recordaba todo a la película el Príncipe de Zamunda.
Alojamiento.- APARTMENT 77.- Es un apartamento con todos los lujos en el centro de Windhoek. En Indepence Avenue en la zona donde esta lo mas “turístico de la capital” que es donde puede pasear y comprar recuerdos. Mi apartamento tiene dos dormitorios y amplio salón y cocina equipada con todo. El único problema es que nos entregan una llave, y tanto para salir como para entrar del edifico hace falta con lo cual es un poco latoso depender de la misma ya que somos tres y nos limita un poco la libertad de movimientos.
Llegamos a Windhoek al apartamento y tras concretar con el taxista que nos recogería dos días después a las 12.30 h. subimos al mismo. Con el trajín del viaje y al ser domingo y estar el centro con poca vida por estar todo cerrado, decido quedarme en mi superapartamento y supercama descansando. Se echaba de menos este luxury en el viaje.
Tras casi tres semanas sin tomar pescado buscamos en tripadvisor un restaurante en Windhoek cuya especialidad sea esa. Vamos a cenar a KUBATA. Está junto en frente de Joels. Por 60 NS te lleva un taxi que vienen a ser unos 4 euros. El restaurante es portugués y la comida que pedimos está muy buena. Pedimos ostras, que las de Namibia son buenas y frescas, mejillones que están muy ricos y las lulas con mantequilla que te hacen en Portugal y que están buenísimas. De plato principal pedimos lenguado y nos ponen un halibut o fletán, punto negativo, pero aun así estaba riquísimo. Postre, que en Portugal esta cuestión la bordan y de vuelta al apartamento con el estómago bien lleno. Si no llega a ser por lo del lenguado, la cena sería de 10.
DECIMOCTAVO DÍA.- WINDHOEK
Día para conocer la ciudad. La segunda vez que estaba en Namibia y no la había visto. La verdad es que tiene que ver y vale la pena pernoctar en ella, sólo si se acaba o empieza el viaje. Yo la elegí para acabar, ya que tras tantos días dando tumbos y durmiendo en sitios austeros valía la pena, echar un día entero comprando regalos, paseando,….
La mañana tras un desayuno en el Café Expresso comenzó viendo los artículos de regalo. Los objeto de artesanía son mucho mas baratos que los manufacturados. Por poner un ejemplo, una camiseta cuesta 20 euros, y una piel de springbok 33 euros. Un abridor con colmillo de facochero cuesta 10 euros. Las tiendas situadas en Independence avenue tienen objetos de todo tipo. En el mercadillo que se situa enfrente, sacas algunos objetos por mitad de precio que en las tiendas, aunque el mercadillo no tiene tanta variedad, y siempre hay que regatear. El mejor lugar de Africa para comprar artesanías que he visitado, es sin duda el de la plaza de Cape Town. Variedad, cantidad y baratísimo.
Almorzamos algo en una sitio de comida rápida en la zona y nos fuimos a descansar.
Para la puesta de sol decidimos ir a la terraza de la última planta del Hotel Hilton. Muy agradable el lugar aunque empezaba a hacer bastante fresco.
A la cena y de despedida fuimos a Joels. Pedimos nuestro solomillo de orix que es la carne que mas nos gusta. De postre un crepe de fresas al vino tinto con crema inglesa que está brutal y el pudding de malva, que es un postre sudafricano consistente en un bizcocho caliente con una crema que es muy adictivo. Está buenísimo. Lo tomamos por primera vez en The Old House en Kasane y no dejamos de pedirlo durante el viaje siempre que teníamos ocasión.
DECIMONOVENO DÍA.- WINDHOEK-REGRESO
Aprovechamos la mañana tras desayunar en otro sitio para visitar la Windhoek museística. El Museo Nacional, en el que no había ningún visitante y cuyas luces están la mitad fundidas o apagadas, pero que es interesante la muestra de las diferentes tribus y etnias sobretodo. La de naturaleza es un poco limitada. El Museo de la Independencia que hace un recorrido por la historia reciente del país. La época colonial, la sudafricana con su guerra de guerrillas y la independencia en sí, proclamada en el estadio que hay detrás del edificio en 1990.
El edificio en sí merece la pena porque tiene muy buenas vistas desde su última planta. Ves la Iglesia luterana justo a tus pies, el estadio y parlamento namibio, y multitud de colinas que conforman la ciudad y que es el motivo principal de la lejanía del aeropuerto internacional.
Gastamos los últimos dólares namibios y nos vamos al apartamento a recoger e irnos al aeropuerto. El taxi llega diez minutos antes de las 12.30 h. Vamos hacia el aeropuerto. Tras la vista al Museo de la Independencia en la que se refleja el hostigamiento que sufrió el pueblo namibio muy recientemente, años 70 y 80 del s. XX, y el bombardeo brutal de los aviones sudafricanos a un campo de refugiados, se me ocurrió preguntarle al taxista que opinaba de los sudafricanos. Sin entender el por qué de la pregunta me dijo que buena gente. Le comento lo que he visto en el museo, y ya entiende mi pregunta. Me dice que eso forma parte del pasado. Ahora viven en paz y todos se llevan bien. Hay que vivir el presente y mirar al futuro. El por qué de la pregunta es por la situación es España actualmente. En España miramos al pasado y deberíamos aprender de la actitud del pueblo namibio, por poner un ejemplo.
Llegamos al aeropuerto con muchísima antelación. Pero la facturación en TAAG es un problema porque a dos nos entregan las tarjetas de embarque y a otro no les deja imprimirla. TAAG tendrá aviones muy amplios y confortables, pero la gestión con las tarjetas de embarque, y la pérdida del equipaje es desastrosa.
Vuelo a Luanda sin mayor problema y con un almuerzo. Vuelo Luanda-Lisboa sin mayor complicación, y a la llegada del vuelo estaban las maletas si bien en el trayecto en algún aeropuerto algún trabajador había robado de los bolsillos exteriores, aunque fueron cosas sin importancia.
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