Última etapa de nuestro crucero, ya que en Tromheim no tendremos tiempo de ver nada al tener el vuelo de regreso a Barcelona muy temprano.
A las 8 de la mañana el Zenith ya está atracado en la terminal de Alesund. La verdad que, despúes de ver los impresionantes fiordos de Flam y Geiranger, este nos deja un poquito igual. Como he repetido en etapas anteriores, no teníamos ganas de estresarnos, y menos el último día, así que teníamos descartado el museo Sunnmore y lo único que pretendíamos era subir al mirador Fjellstua, vaya nombrecitos, situado en el Monte Aksla. Pero nada de 418 escalones, en trenecito turístico, que a estas alturas de viaje la peque ya protesta por todo.
En el mismo puerto, a la salida del barco hay chicas repartiendo mapas turísticos de la ciudad, un poco más adelante se encuentran las casetas del trenecito y otros buses que te hacen recorridos por los sitios más turísticos de la ciudad, como os digo, nosotros elegimos el tren. El conductor al ver que la mayoría de los pasajeros somos españoles nos pone la locución por los altavoces en castellano, tambíen disponía de auriculares para pasajeros de otros países.
El tren dispone de wifi, y la duración del trayecto es más o menos de una hora y diez minutos, precio adulto 195Nok, 90Nok los niños. Salimos desde la terminal de cruceros dirección al monte Aksla, la locución nos comenta la historia de la ciudad, el gran incendio que sufrió en 1904 y de como recibió ayuda de parte de muchos países, como reconstruyeron el centro de la ciudad con el estilo Art Nouvo que hoy le da ese toque tan personal y distinto a otras ciudades que hemos visto en Noruega. Pues en un ratillo llegamos al mirador de Fjllstua; como se pronunciará esto?


Al bajar del mirador pasamos junto al bunker que los nazis pusieron aquí durante la ocupación de la segunda guerra mundial nos siguen explicando la historia de la ciudad, nos muestran la casa que no ardió en aquel tremendo incendio,

el estadio de fútbol del equipo local, que por lo visto el año pasado ganó la liga de su país, la iglesia de piedra de Alesund

y el centro de la ciudad de estilo Art Nouvo.

Después de bajarnos del trenecito, queremos visitar la ciudad a pié, me equivoco de dirección y vamos un rato saliendo del centro de la ciudad, del centro turístico, me resulta extraño la poca actividad que hay para ser un viernes por la mañana, comercios cerrados, poca gente local por la calle... no sé, pero creo que estos noruegos no son mucho de callejear como nosotros. Retomamos el camino correcto y llegamos a unas galerías comerciales llenas de tiendas, parece un sótano de algún edificio, necesitamos ir al lavabo pero se necesitan coronas y no tenemos, así que salimos de la galería comercial y vamos hacía el centro de la ciudad. Entramos a una pequeña cafetería y pedimos un par de cortados para poder entrar al baño, casi 8 euros los cortados, no está mal, para un sueldo noruego, claro.
Al salir de disfrutar de los deliciosos cortados, (entiéndase el tono irónico) por el centro de la ciudad nos atrae un delicioso olor a pan recién hecho, y entramos a la panadería, probamos unos dulces buenísimos y seguimos caminando, vemos un pequeño puerto pesquero, donde nos resulta curioso ver que están vendiendo marisco cocido en los mismos barcos, bocas de cangrejo y una especie de camarones grandes. Compramos camarones, el señor nos llena una jarra, de medio kilo calculo yo, por 10 euro. Nuestra intención es subir el marisco al barco y con unas cervezas hacer el bermut, si no nos lo requisan a la entrada, claro está.

Hoy el Zenith parte pronto, a las 16:30h todos a bordo, para media hora más tarde poner rumbo a Tromheim, fin del viaje, pero a lo importante, como ya hemos visitado lo que creímos oportuno de la ciudad nos volvemos al barco. Llega la hora de la verdad, que no nos requisen los camarones. Pasamos el control y....bingo! no nos dicen nada, así que camarones a bordo y rumbo a la terraza del bufet a por unas merecidas cervezas. Después comemos en el bufet y nos volvemos al camarote a descansar.
Cenamos y a la 22:00h teníamos el espectáculo" Movida en los 80" nuevo de Pullmantur de este año y una grata sorpresa, será por que me tocaba la fibra, por mi edad, pero acabamos gran parte de las personas que estábamos en el teatro de pié bailando como si no hubiera un mañana. Desde aquí quiero dar un aplauso a los músicos, artistas y, sobre todo, a los chicos y chicas del ballet del Zenith,con
algunos ya habíamos coincidido en otros cruceros, encantadores haciéndose fotos con nuestra peque al final del espectáculo.
Y ya si, mañana el final del crucero...