Parece mentira lo que tarda en llegar un viaje, con todos su preparativos, los quebraderos de cabeza y lo rápido que se pasa Ese 26 de agosto lo teníamos marcado en el calendario desde hace meses y cuando llegó no nos lo podíamos creer. Nuestro vuelo salía de la T4 de Madrid a las 22:05, así que con tiempo suficiente nos plantamos en el aeropuerto. Antes de facturar solemos plastificar la maleta, algo protegerá digo yo. Nos dirigimos al mostrador de Emirates para facturar equipaje, con el check in hecho previamente. Sabíamos que en este vuelo no íbamos a tener problemas ya que la aerolínea permite llevar 30 kg en el equipaje facturado, pero en los vuelos internos donde se permite 20 kg ya íbamos más justos, sobre todo mi mujer y yo (somos un desastre haciendo maletas). Facturamos sin problemas, no nos hacen upgrade gratis, estos de Emirates se están volviendo un poco rancios con el tiempo Antes se estiraban bastante más y algún upgrade gratuito nos dieron.
Con tiempo suficiente nos dirigimos a la puerta de embarque. Como nuestra puerta está en la T4S tenemos que coger el tren. Tenemos tiempo suficiente para tomar algo antes de embarcar puntualmente.
Con tiempo suficiente nos dirigimos a la puerta de embarque. Como nuestra puerta está en la T4S tenemos que coger el tren. Tenemos tiempo suficiente para tomar algo antes de embarcar puntualmente.
¡Siguiente parada, Dubai!
El vuelo sale puntual. Tenemos suerte en el avión porque dos chicos que estaban sentados delante de nosotros en la salida de emergencia se cambian de fila porque a uno de ellos no le funciona la pantalla, así que como nosotros no queremos ver nada sino dormir, aprovechamos esos dos sitios donde podemos estirar más las piernas y dormir un poco antes de llegar a Dubai. En la escala de Dubai no tenemos ningún problema, como viene siendo habitual en este aeropuerto, aunque esta vez nuestro vuelo a Yangón sale desde una zona del aeropuerto alejada y para llegar hasta el avión tenemos que coger una jardinera. Este segundo vuelo va medio vacío y podemos tumbarnos en las filas centrales y llegar descansados al destino.
Por fin sobre las 17:30 del 27 de agosto llegamos a Yangón y comienzan los trámites de entrada. Estos son muy sencillos ya que tan solo tenemos que enseñar la carta que nos había llegado vía correo electrónico con la e-visa y listos para recoger las maletas que llegan sin problemas.
Por fin sobre las 17:30 del 27 de agosto llegamos a Yangón y comienzan los trámites de entrada. Estos son muy sencillos ya que tan solo tenemos que enseñar la carta que nos había llegado vía correo electrónico con la e-visa y listos para recoger las maletas que llegan sin problemas.
Control en Aeropuerto de Yangón
Teníamos contratado el traslado con el hotel, pero antes cambiamos algunos dólares que traíamos desde Madrid en la casa de cambio que está junto a la salida. Merece la pena cambiar aquí ya que ofrece un tipo de cambio muy parecido al de otras casas de cambio que vimos en la ciudad, incluso mejor.
Justo frente a la salida del aeropuerto te ofrecen taxis para ir al centro, según un cartel con un precio fijo, aunque lo dudo bastante, pocos precios fijos he visto en Myanmar en dos semanas
Justo frente a la salida del aeropuerto te ofrecen taxis para ir al centro, según un cartel con un precio fijo, aunque lo dudo bastante, pocos precios fijos he visto en Myanmar en dos semanas
El traslado a estas horas es largo debido al tráfico de la ciudad. Para los 13 kilómetros que separan el aeropuerto de nuestro hotel tardamos aproximadamente 45 minutos. Tenemos el tiempo justo para hacer el check in en el hotel, dejar maletas, refrescarnos un poco y ponernos en marcha para visitar la Shwedagon Pagado. Nuestro hotel se encentra a escasos 15 minutos andando de la Pagoda, así que aprovechamos para tener nuestro primer contacto con la ciudad. En este breve paseo pudimos constatar algo que se comenta bastante en el foto y es la falta de iluminación de muchas calles, aún así no sentimos inseguridad en ningún momento de la noche.
Nada más salir tenemos las primeras sensaciones conocidas, olores de comida, gente haciendo vida en la calle, taxistas insistentes que te ofrecen sus servicios (de transporte claro)...estábamos de vuelta en Asia y por qué no decirlo,me encanta esa sensación que solo percibo aquí. En el camino desde el hotel hasta la Pagoda pasamos por un parque que alberga el Mausoleo de los Mártires. No llegamos a visitarlo pero en él están enterrados algunos de los líderes de la independencia Birmana que fueron asesinados en 1947 en la Oficina de Ministros que visitaríamos al día siguiente en nuestro paseo por el centro. Entre estos líderes se encontraba Aung San, primer ministro y padre de Aung San Suu Kyi, líder del partido Liga Nacional por la Democracia. Ambos son personas muy respetadas y veneradas en Myanmar y la figura de Aung San Suu Kyi también ha tenido una gran proyección internacional por su lucha contra el régimen militar Birmano, lo que la llevó a ganar el Premio Nobel de la Paz en 1991. Sin embargo, su imagen se ha visto muy afectada por su silencio ante el conflicto con los rohinyá. Un tema, que durante nuestros días de viaje, hemos comprobado que es inexistente para el pueblo birmano, aunque una vergüenza a nivel internacional.
Entramos a la Shwedagon por al entrada norte, existen otras tres entradas más. Cada entrada está protegida por dos leones míticos, chinthes, que dan acceso a una escalera en cuyos lados hay multitud de tiendas, muy común en muchos templos de Myanmar y que pudimos ver también en Bagan, por ejemplo en Ananda.
Nada más salir tenemos las primeras sensaciones conocidas, olores de comida, gente haciendo vida en la calle, taxistas insistentes que te ofrecen sus servicios (de transporte claro)...estábamos de vuelta en Asia y por qué no decirlo,me encanta esa sensación que solo percibo aquí. En el camino desde el hotel hasta la Pagoda pasamos por un parque que alberga el Mausoleo de los Mártires. No llegamos a visitarlo pero en él están enterrados algunos de los líderes de la independencia Birmana que fueron asesinados en 1947 en la Oficina de Ministros que visitaríamos al día siguiente en nuestro paseo por el centro. Entre estos líderes se encontraba Aung San, primer ministro y padre de Aung San Suu Kyi, líder del partido Liga Nacional por la Democracia. Ambos son personas muy respetadas y veneradas en Myanmar y la figura de Aung San Suu Kyi también ha tenido una gran proyección internacional por su lucha contra el régimen militar Birmano, lo que la llevó a ganar el Premio Nobel de la Paz en 1991. Sin embargo, su imagen se ha visto muy afectada por su silencio ante el conflicto con los rohinyá. Un tema, que durante nuestros días de viaje, hemos comprobado que es inexistente para el pueblo birmano, aunque una vergüenza a nivel internacional.
Entramos a la Shwedagon por al entrada norte, existen otras tres entradas más. Cada entrada está protegida por dos leones míticos, chinthes, que dan acceso a una escalera en cuyos lados hay multitud de tiendas, muy común en muchos templos de Myanmar y que pudimos ver también en Bagan, por ejemplo en Ananda.
Entrada norte a la Shwedagon
Escalera de subida a la Shwedagon Pagoda
Pero antes de subir estas escaleras ya habréis tenido que realizar uno de los rituales en Myanmar, que viene a ser quitarte los zapatos y los calcetines Estábamos acostumbrados a descalzarnos cuando visitamos templos en el Sudeste Asiático, pero llevando al menos calcetines, en Myanmar eso no es posible y hay que quitárselos también. Al final te terminas acostumbrando, qué remedio Además es necesario que llevéis hombros cubiertos y pantalones por debajo de las rodillas.
La Pagoda está contruída en una colina, lo que permite que sea vista desde muchos puntos de la ciudad. Una vez terminada la escalinata se abre antes nosotros un inmenso recinto donde destaca por encima de todo la gran estupa dorada de 100 metros de altura. Nosotros teníamos pensado visitarla esta día de noche y también con luz, pero finalmente solo la visitamos de noche ya que al día siguiente no tuvimos suerte con el tiempo y estuvo todo el día bastante nublado. El efecto de la estupa cubierta de oro con la luz es mágico, uno de los lugares más especiales que hemos visitado en Asia y también más venerado por los Birmanos ya que se supone que el interior de la estupa guarda reliquias de Buda.
La Pagoda está contruída en una colina, lo que permite que sea vista desde muchos puntos de la ciudad. Una vez terminada la escalinata se abre antes nosotros un inmenso recinto donde destaca por encima de todo la gran estupa dorada de 100 metros de altura. Nosotros teníamos pensado visitarla esta día de noche y también con luz, pero finalmente solo la visitamos de noche ya que al día siguiente no tuvimos suerte con el tiempo y estuvo todo el día bastante nublado. El efecto de la estupa cubierta de oro con la luz es mágico, uno de los lugares más especiales que hemos visitado en Asia y también más venerado por los Birmanos ya que se supone que el interior de la estupa guarda reliquias de Buda.
Gran estupa dorada
Se dice que la estupa tiene más de 2.000 años de antigüedad, aunque hay un poco de confusión con esto ya que los arqueólogos la datan entre los siglos VI y X, pero hay escritos que sitúan su construcción antes de la muerte de Buda en el 480 a.c. La corona formada por diamantes y rubís es increíble.
Nada más entrar a la explanada del complejo me crucé con un monje budista que se acercó a mi y me preguntó de dónde era. No contento con eso me cogió el plano y me hizo una breve visita turística por alguno de los puntos más representativos, porque la Shwedagon no es solo la gran estupa dorada sino un gran complejo con multitud de estancias y Budas, en algunos con características coronas de leds que les dan un toque muy Kitsch. Debo reconocer que aunque me ha parecido curioso y en algunos momentos gracioso, no me he llegado a acostumbrar a esta mezcla de Budas y lucecitas
Nada más entrar a la explanada del complejo me crucé con un monje budista que se acercó a mi y me preguntó de dónde era. No contento con eso me cogió el plano y me hizo una breve visita turística por alguno de los puntos más representativos, porque la Shwedagon no es solo la gran estupa dorada sino un gran complejo con multitud de estancias y Budas, en algunos con características coronas de leds que les dan un toque muy Kitsch. Debo reconocer que aunque me ha parecido curioso y en algunos momentos gracioso, no me he llegado a acostumbrar a esta mezcla de Budas y lucecitas
Si la visita se hace tranquilamente podéis estar unas dos horas aproximadamente. Debe ser precioso ver la puesta de sol en el complejo, con los matices del sol sobre la gran estupa, pero no tuvimos oportunidad Nos tenemos que conformar con haberla visto de noche que también os lo recomiendo. El paseo os puede llevar también a ver múltiples estancias donde los locales se juntan para rezar, era lunes por la noches y estaba bastante concurrido, así como una gran cantidad de campanas. En resumen, una visita imperdible no solo en Yangón sino en todo Myanmar que como ya he comentado, por si sola justifica que os paséis por la ciudad.
Buda de Jade
Réplica del diente de Buda
No fuimos los únicos en quedarnos fascinados por la Shwedagon Pagoda, Rudyard Kipling autor de El Libro de la Selva ya escribió unas palabras con las que quiero cerrar nuestra visita a Yangón: "Entonces, un misterio dorado se levantó en el horizonte, una hermosa maravilla con un guiño que ardía bajo el sol, de una forma que no era ni cúpula musulmana ni chapitel del templo hindú. Tal como estaba por encima de todo, parecía explicar todo sobre Birmania.
Visitar la Shwedagon Pagoda tiene un coste de 10.000 kyats (aproximadamente 6€). Cuidado si usáis la Lonely Planet ya que pone que el coste son 8.000 kyats y esa información ya no está actualizada como muchos otros precios de traslados y atracciones.
Habíamos estado casi dos horas cuando decidimos ir a la zona del Downtown para cenar algo, si es que aún estábamos a tiempo ya que eran más de las 20:30. Fue la primera vez que utilizamos la aplicación Grab en Myanmar, similar a otras aplicaciones que conocemos en España como Uber o Cabify y lo que es importante no hace falta que incluyas una tarjeta en al aplicación sino que puedes solicitar tu trayecto e indicar que vas a pagar en efectivo. La aplicación la usamos mucho tanto en Yangón como en Mandalay y evitamos el tema regateo con taxistas, así como comprobamos que los precios que nos daba la aplicación estaban bastante bien ya que alguna vez hicimos la prueba de hacer una simulación con ella para que nos diese un precio y pedir algo menos a un taxista que no era Grab y directamente nos dijo que no y se fue
El sitio elegido para cenar, recomendado en la Lonely Planet y que cerraba más tarde que otros fue Pansuriya, del cual os dejo información al final de la etapa. El taxi desde la Swedagon hasta Pansuriya nos costó 4.000 kyats.
Tras la cena el cansancio del viaje y de la tarde se apoderó de nosotros así que decidimos dar un paseo por Merchant Road hasta la Sule Pagoda y ahí coger un taxi hasta nuestro hotel para descansar. En el paseo volvimos a comprobar el tema de la iluminación. No sentimos inseguridad en ningún momento, pero no es cómodo pasear por la noche con tan poco luz, aunque muchas veces evita que veas ciertos roedores campando a sus anchas por las calles
Visitar la Shwedagon Pagoda tiene un coste de 10.000 kyats (aproximadamente 6€). Cuidado si usáis la Lonely Planet ya que pone que el coste son 8.000 kyats y esa información ya no está actualizada como muchos otros precios de traslados y atracciones.
Habíamos estado casi dos horas cuando decidimos ir a la zona del Downtown para cenar algo, si es que aún estábamos a tiempo ya que eran más de las 20:30. Fue la primera vez que utilizamos la aplicación Grab en Myanmar, similar a otras aplicaciones que conocemos en España como Uber o Cabify y lo que es importante no hace falta que incluyas una tarjeta en al aplicación sino que puedes solicitar tu trayecto e indicar que vas a pagar en efectivo. La aplicación la usamos mucho tanto en Yangón como en Mandalay y evitamos el tema regateo con taxistas, así como comprobamos que los precios que nos daba la aplicación estaban bastante bien ya que alguna vez hicimos la prueba de hacer una simulación con ella para que nos diese un precio y pedir algo menos a un taxista que no era Grab y directamente nos dijo que no y se fue
El sitio elegido para cenar, recomendado en la Lonely Planet y que cerraba más tarde que otros fue Pansuriya, del cual os dejo información al final de la etapa. El taxi desde la Swedagon hasta Pansuriya nos costó 4.000 kyats.
Tras la cena el cansancio del viaje y de la tarde se apoderó de nosotros así que decidimos dar un paseo por Merchant Road hasta la Sule Pagoda y ahí coger un taxi hasta nuestro hotel para descansar. En el paseo volvimos a comprobar el tema de la iluminación. No sentimos inseguridad en ningún momento, pero no es cómodo pasear por la noche con tan poco luz, aunque muchas veces evita que veas ciertos roedores campando a sus anchas por las calles
Alojamiento y Restaurantes
Alojamiento
Savoy Hotel. Un oasis colonial en la ciudad de Yangón. Como os he ido contando muy cerca de la Shwedagon Pagoda y a apenas 10 minutos en taxi de la Sule Pagoda. Estuvimos dos noches en este hotel y nos quedamos con ganas de poder disfrutarlo más, por ejemplo su piscina, aunque el tiempo no nos acompañó.
Tiene servicio de traslado al hotel pero con coste. Las habitaciones tienen todas las comodidades que podáis buscar. El restaurante del hotel es uno de los más valorados de Yangón, aunque no llegamos a quedarnos.
Restaurantes
1. Cena. Cenamos en Pansuriya en el Downtown de Yangón, muy cerca de Merchant Road a 15 minutos andando tranquilamente de la Sule Pagoda. El sitio parece más una galería de arte que un restaurante. El servicio es bueno y fueron amables con nosotros ya que cuando llegamos la cocina estaba prácticamente cerrando y nos permitieron pedir sin agobios. Al ser nuestra primera cena tampoco innovamos mucho y nos tomamos platos de noodles y arroz. Estaba bueno sin ser anda espectacular. Merece la pena una visita aunque quizás mejor para tomar algo que para comer. La comida nos costó a los cuatro 27.000 kyats (algo más de 15€).