Amanecemos por segundo y último día en el Lago Inle. Se nos ha hecho corta nuestra estancia aquí por lo mucho que nos ha gustado y sorprendido la zona. Si tenéis más días os recomiendo que dediquéis un día más. De nuevo cerrar maletas, desayuno y listos para emprender camino a las Cuevas de Pindaya antes de coger un camino a Nyaung-U o lo que es lo mismo la asombrosa Bagan. Me voy del Inle Princess con la sensación de no haberlo disfrutado al máximo ya que a fin de cuentas el día anterior estuvimos casi todo el día fuera. Nos ha gustado mucho, pero sin duda es un alojamiento para estar en el y saborearlo, pero para eso necesitamos más días y más vacaciones y nunca lo conseguimos
Inle Princess Resort
La primera parada del día antes de llegar a las cataratas la hicimos muy cerca de Nyaungshwe al monasterio de teca de Shwe Yaunghwe Kyanug, a apenas 10 minutos del centro del pueblo. Es uno de los monasterios más visitados de la zona del lago y fotografiarse en sus características ventanas ovaladas es casi una obligación en vuestra ruta. Es fácil pasar de largo el monasterio ya que desde la carretera no se ve claramente. A parte del monasterio hay un pequeño templo detrás del patio donde hay cientos de estatuas de budas en las paredes. Pues bien, nos olvidamos de visitar este último templo, que no os pase lo mismo que a nosotros
Nos ponemos de nuevo en marcha, esta vez con destino a las cuevas de Pindaya o eso creíamos porque de camino vimos un puente de ferrocarril que ya nos había llamado la atención en el viaje de ida y esta vez decidimos pararnos. El puente se llama Ba Wa Sam Sa Ra Bridge y forma parte de una vía de ferrocarril histórica que unía Thazi y Shwenyaung. Se construyó tras la Segunda Guerra Mundial. Merece la pena el desvío e intentar cruzar algo del puente del ferrocarril, si no se tiene miedo a las alturas. El sitio es fantástico y a los que os gusten las fotos podréis obtener algunas muy buenas.
Ahora si nuestra siguiente parada serían las cuevas de Pindaya, verdadero objetivo del día antes de coger un avión hasta Bagan. Se cree que las cuevas se convirtieron en un lugar de culto en algún momento del S. XVIII. El principal atractivo es la Pagoda-Cueva de Schwe Oo Min, donde se cree que se acumulan ya más de 8.000 imágenes de Buda Desde Nyaungshwe hay unos 60 kilómetros y tardaréis 1:30 aproximadamente.
Si las cuevas nos parecieron un espectáculo, el camino hasta la localidad de Pindaya no lo es menos. En el trayecto se pueden ver múltiples zonas agrícolas características del estado Shan. Tuvimos la ocasión de observar muchas personas trabajando en los campos.
Si las cuevas nos parecieron un espectáculo, el camino hasta la localidad de Pindaya no lo es menos. En el trayecto se pueden ver múltiples zonas agrícolas características del estado Shan. Tuvimos la ocasión de observar muchas personas trabajando en los campos.
Para acceder a Pindaya es necesario pagar una tasa de entrada en un control de la carretera. La tasa son 5$ o 6.500 kyats. Cuidado con este punto porque los datos en al Lonely no son correctos, como muchos otros precios y horarios que me temo que no han sido actualizados. Una vez en la población, destaca por encima de otras cosas el gran lago Pone Taloke que domina toda la ciudad y desde el cual se obtienen unas preciosas vistas de Pindaya. Junto al lago hay sitios donde se puede comer con unas excelentes vistas, posteriormente hablaré del sitio donde nos quedamos.
Lago Pone Taloke y Kan Tu Kyaung
Pindaya significa literalmente "Maté a la araña". Según la leyenda siete princesas entraron en la cueva como muestra de su devoción, momento que aprovechó el naga para capturarlas, tomando la forma de una araña y tejiendo una tela en la salida de la cueva. Cuando las princesas se dieron cuenta que estaban atrapadas comenzaron a gritar, gritos que fueron escuchados por un príncipe en un caballo blanco, menudo topicazo, que las salvó y mató a la araña. En recompensa las princesas se llevaron al príncipe al paraíso
Esta leyenda explica la escultura que veréis del príncipe y la araña en el parking de acceso a las cuevas.
Esta leyenda explica la escultura que veréis del príncipe y la araña en el parking de acceso a las cuevas.
Afortunadamente hacer el idiota aún es gratis, porque si no...
Para acceder a la cueva es posible hacer el último tramo por escaleras cubiertas o cogiendo un ascensor. Las cuevas son un laberinto de estatuas de Buda por todas partes, a nivel del suelo y en las paredes. La cueva tiene casi 150 metros de profundidad, con escaleras y accesos a distintas estancias, algunos no mucho más grandes que el espacio que permite entrar a dos o tres personas. Por la época del año en que fuimos y debido a que estaba lloviendo en ese momento se puede observar claramente como el agua de la montaña se va filtrando. Cuidan las imágenes con toldos que reconduce el agua a cubos para evitar que la cueva se inunde.
Es imposible no sobrecogerse en este ambiente, con la luz tenue sobre los budas dorados.
Es imposible no sobrecogerse en este ambiente, con la luz tenue sobre los budas dorados.
Nada más entrar en la cueva lo primero que llama la atención es la Pagoda de Oro.
En los Budas podréis ver inscripciones de aquellos que han donado las esculturas. Hay de todas las partes del planeta, desde China, Australia, EE.UU. y alguna que otra encontramos de España.
Es por esto por lo que el número de imágenes de Buda sigue creciendo constantemente ya que las donaciones son continuas. En el momento en el que fuimos vimos algunos lugares preparados para colocar nuevas figuras. Creo haber leído que el último recuento es del año 2016 y eran más de 8.000 imágenes, en la actualidad pueden llegar a 8.500 imágenes o sobrepasarlas con facilidad.
En algunas de las estancias hay que entrar arrastrándose y una vez en ellas sientes un poco de claustrofobia. En la que podéis ver en la imagen no entran más de dos o tres personas juntas.
:idea: Esteréis un buen rato recorriendo la cueva. La luz artificial en el interior no ayuda mucho a hacer fotos y los focos las dificultan aún más, por lo que puede ser buena idea llevar con vosotros una linterna.
Fin del trayecto
La cueva en si no es el único atractivo del lugar, también se puede visitar un gran Buda sentado de 12 metros de altura, que aunque no tiene tanto interés como lo anterior, merece la pena ya que está muy cerca y se va por pasillos de escaleras cubiertos, así que si, como en nuestro caso está lloviendo, no os mojaréis
Buda sentado
Otro de los grandes atractivos de llegar hasta las cuevas son ls vistas que se obtienen desde lo alto de las mismas del valle de Pindaya. Nosotros pudimos ver como se iba acercando una tormenta que posteriormente cuando nos dirigíamos a comer descargo bastante agua. Cuando llueve aquí lo hace con ganas.
Se puede llegar más lejos y ver un Buda reclinado, pero a este ya no llegamos, habíamos tenido suficientes imágenes de Buda al menos por el día de hoy
Cuevas de Pindaya
La entrada a la cueva cuesta 3.000 kyats por persona, que sinceramente los pagamos con gusto porque el sitio mereció mucho la pena.
De ahí nuestro conductor nos llevó a otra de las denominadas "turistadas". No me gustó mucho porque no nos preguntó, pero íbamos con tiempo para comer y llegar al aeropuerto y por qué no decirlo, al final estas cosas nos gustan, sobre todo a mi mujer que siempre termina comprando algo En esta parada visitamos un taller donde trabajan el famoso papel Shan. Os enseñan todo el proceso de trabajo con la pulpa de papel, hasta elaborar una especie de lienzo en el que a la pulpa se le suele añadir flores u otros elementos decorativos. Una visita interesante que se saldó con algún abanico que otro
Desde ahí nos fuimos de nuevo a la zona del lago para comer en el restaurante Green Tea. El restaurante tiene buenas valoraciones y está bien sobre todo con unas vistas geniales del lago y la ciudad al fondo.
Nuestra visita a Pindaya había terminado, camino de vuelta esta vez al aeropuerto de Heho en el que habíamos estado dos días antes. Los trámites en este aeropuerto son rápidos y no hace falta llegar con más de una hora de antelación. De nuevo nuestro avión sale sin ningún incidente, ni retrasos y el vuelo esta vez con Golden Myanmar Airlines es muy cómodo.
Nuestra visita a Pindaya había terminado, camino de vuelta esta vez al aeropuerto de Heho en el que habíamos estado dos días antes. Los trámites en este aeropuerto son rápidos y no hace falta llegar con más de una hora de antelación. De nuevo nuestro avión sale sin ningún incidente, ni retrasos y el vuelo esta vez con Golden Myanmar Airlines es muy cómodo.
Aeropuerto de Heho
Facturación
Sala de espera
Puerta de embarque
De nuevo es una ruta circular y cuando subimos nos encontramos pasajeros ya sentados y al bajar algunos pasajeros continúan ruta hasta Mandalay. Es impresionante llegar a Bagan desde Heho, sobre todo a la hora del atardecer y poder ver el inmenso río Irawadi. Precioso sin duda.
Río Irawadi
Al igual que el aeropuerto de Heho, el de Nyaung-U es pequeño y no tardaréis mucho en hacer los trámites. Te llevan hasta una sala donde espera a que traigan tus maletas y una vez en la terminal te llevan a un puesto donde debes pagar la tasa de entrada a la zona arqueológica[/b]
Hoy ya no dio para más, llegamos al hotel y no nos apetecía ir a cenar a ningún sitio así que nos quedamos a cenar en el. Mañana, al fin, visitaríamos Bagan
Alojamiento y Restaurantes
Alojamiento
Uno de los mejores hoteles de todo nuestro viaje fue este de Bagan, el Bagan Lodge. El hotel está en New Bagan y las habitaciones tienen un estilo a tiendas africanas con todas las comodidades. La habitación es inmensa y perfecta, pero lo mejor del hotel sin duda es el personal y lo que te intenta ayudar en todo lo que necesitas. En el mismo puedes alquilar las motos eléctricas para las visitas sin necesidad de dejar pasaporte.
Restaurantes
1. Comida. Comimos en el Restaurante Green Tea Restaurant de Pindaya. Lo mejor del sitio es el lugar junto al lago. La comida no es mala pero se nota que es un sitio destinado a recibir grandes grupos turísticos. El precio unos 35.000 kyats por los cuatro
Green Tea Restaurant