Viernes 5 de Octubre. Tour gratuito. ✏️ Diarios de Viajes de Holanda

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Teníamos concertado el Tour gratuito de Sandemans. Para nosotros era la primera vez, y la experiencia nos gusto mucho. Seguro que en próximos viajes repetimos.

Reservamos plaza para el tour a las 10 en plaza Dam, aíi que nos levantamos, bajamos a desayunar y cogimos el tren hacia Amsterdam Centraal. De ahí, un paseo de 15 minutos y ya estábamos allí. Pensaba que llegaríamos con tiempo de ver algo antes, pero nada mas salir de la estación mi hija pensó que era buen momento para ir al baño (0,50€ prácticamente en todos los sitios) y tuvimos que volver a entrar y recorrer un buen trecho hasta el aseo. La estación es enorme.

Como ya he dicho, el billete sencillo de tren de cercanías son 2,60 mas el euro de la impresión en papel. Si compras ida y vuelta, te ahorras un euro porque es el mismo billete. El de tranvía vale 3€ y es valido para una hora.
Nosotros compramos la tarjeta para 3 días que incluye trenes, tranvía, bus… por 26 euros. Si no vas a coger el tren, sale mas barata la otra, que para 5 días vale 21 euros.

Para coger el tren, tienes 2 opciones: mirar las pantallas, en las que te dice si es un tren sprinter o intercity (los primeros se parecen mas a un metro, y los segundos son de 2 pisos y algo mas antiguos), el destino final, y las paradas intermedias. Para ir a Amsterdam centraal nos valía cualquiera que pusiese “Via Amsterdam Centraal”, dando igual el destino. Como hay mucha frecuencia, normalmente el primero que salia lo descartábamos porque para llegar a la vía con los dos niños tardábamos un poco y se nos escapaba. Así que siempre nos fijábamos en uno que saliese al menos 5 minutos después. Si por ejemplo coges uno en la vía 9, y se te escapa, el siguiente tren que llegue a esa vía no tiene porque tener el mismo destino, y posiblemente te toque subir para cambiar, con lo que es un follón. Mejor elegir un tren con un margen de tiempo suficiente para llegar.

La otra opción, y las mas cómoda sobre todo para los tranvías, es poner tu destino en Google maps, y pulsar en “como llegar” y escoger la opción de transporte publico. Te dice el tren o tranvía que tienes que coger, el numero de paradas que hay hasta destino, y el itinerario andando desde que llegas a la parada hasta el punto de destino elegido.

Llegamos un poco antes de las 10, y justo a esa hora aparecieron los chicos de Sandemans con un paraguas rojo. En una fila, gente con reserva(nosotros) y en otra gente sin reserva. Luego hicieron dos grupos: español e ingles. Al final dividieron el grupo de español en otros grupos, de 30 personas cada uno aproximadamente.
La visita duró unas 3 horas y nos pareció muy interesante. El único inconveniente es que tienes que seguir su ritmo, y al ir con niños se puede hacer un tanto difícil, ya que si por ejemplo tienen que ir al baño, o el bebe quiere comer, como es lógico el grupo no te puede esperar. Nosotros pudimos hacer todo el recorrido, pero en algún momento estuvimos a punto de perderlos porque había mucha gente y al ir con carrito se nos hacia diíicil seguirlos.




Te dan un paseo por los alrededores y te van explicando algo de historia y anécdotas. Todo de muy buen rollo. En la mitad te llevan a una cafetería que tienen concertada donde te venden, sin ninguna obligación (nosotros no compramos nada)el resto de tours que hacen, que ya no son gratuitos. Sobre la 13 terminó, y es cuando el guia cobra por parte de los participantes la donación que quieran darle. También se pone a tu disposición para resolver preguntas o dudas sobre la ciudad, o pedir recomendaciones, tanto en el descanso como la final. Le dimos 20 euros y nos marchamos al mercado de Albert Kuip a visitarlo y a comer.

Cogimos el tranvía y en 10 minutos estábamos al lado del mercado. Es un mercado al aire libre , con alimentación, souvenirs, ropa...nos gusto bastante. Habíamos leído que era uno de los mas grandes de Europa y no nos pareció tanto, pero posiblemente no lo vimos entero.

Pero antes de visitarlo tuvimos un imprevisto que nos ponía las cosas difíciles: una de las ruedas traseras del carricoche se pinchó con una chincheta. Ya es mala suerte, nunca nos había ocurrido y la hemos usado antes con mi hija y ahora con el bebe. Estos carritos llevan las ruedas traseras grandes y con cámara de aire, como las bicis. Rápidamente, y tras momentos de pánico (no lo voy a negar), nos pusimos a buscar talleres de bici en Google Maps. Con todas las bicis que hay, tiene que haber montones de talleres, pensé. Y al lado encontramos uno. Lo que ocurrió es que como hay tantas bicis, tienen mucho trabajo, y los holandeses no están muy dispuestos a perder dinero y dejar de arreglar una bici por hacerme el favor de reparar un pinchazo. Me dijeron que volviese mañana, que hoy no podía. También me dijo (en ingles, claro) que probase en otro taller que había cerca. Medio entendí sus indicaciones y allí fuimos. Que nada, que mañana si pero hoy no porque el mecánico ya se había ido.
Total, que nos fuimos con nuestro carrito con 3 ruedas sanas, y la verdad es que descubrimos que al repartirse el peso entre 4 ruedas tampoco se notaba tanto, y al final fuimos aguantando y lo arreglé cuando volvimos a España. Lo único diíicil era que, al estar inclinadas las aceras hacia el lado de la carretera (supongo que para que caiga el agua) el carrito se inclina y con la rueda pinchada se hacia mas complicado el manejo, pero aun así pudimos salir adelante.

Una vez superado el susto, comimos en un kebab supercutre, pero el hambre acuciaba y como tenia mesas en la calle y hacia buen tiempo, allí comimos.

Voy a hablar sobre el tiempo. En Amsterdam parece ser que llueve 300 días al año. Pues tuvimos una suerte tremenda, porque estuvimos del 4 al 8 de octubre y solo llovió el sábado por la noche cuando íbamos a coger el tranvía de vuelta. Temperatura algo fresca pero no hacía frío, y casi todo el día hacia sol con intervalos de nubes, pero que no amenazaban lluvia en ningún momento.

Despues de comer entramos al Lidl a comprar unas cosas, sobre todo botellas de agua porque comprarla en cualquier otro sitio que no fuera un super era una clavada. Cogimos el tranvía a Amsterdam Centraal y el tren para irnos al hotel a descansar un par de horas.

Por la tarde, después de un rato en el hotel, volvimos al centro y dimos un paseo hasta el mercado de las flores. Está bastante chulo para dar un paseo y es un buen sitio para comprar unos recuerdos. Sobre todo hay eso, souvenirs, bulbos... Flores no hay muchas, las mayoría son de madera pintada para traer de recuerdo.



De ahí nos fuimos a la famosa tienda de galletas que hay al lado de la Plaza Spui y que habíamos leído en varios diarios. Hicimos cola unos 15 minutos y por fin nos tocó. Es un pequeño y antiguo local, atendido por unas chicas jóvenes muy atentas. Puedes comprar como máximo 7 galletas por cabeza, y valen 1,95€ cada una. Es una cookie de chocolate con chocolate blanco por dentro. Para los amantes al chocolate, una delicia. A nosotros nos gustaron, pero tampoco nos hicieron perder el sentido. Por cierto, entré con mi hija y la chica que nos atendió nos dijo que tocase con los nudillos en la en frontal del mostrador de madera. No entendía a que se refería, yo por mucho que miraba no veía nada, pero una chica española que tenía detrás y que ya debía saber de que iba me dijo: Que toque la niña, como si fuese una puerta. Así lo hizo, y de repente se abrió un cajón como si fuese un resorte secreto, y había unos sobres envueltos como para regalo. Era un detalle para la niña. Le dimos las gracias y lo abrimos fuera. Era una especie de block-pizarra, para pintar y borrar. Todo un detalle.




Continuamos caminando y decidimos acercarnos al lugar donde estaba la una de las muchas empresas que hacen el recorrido en barco por los canales, y con los que me había puesto en contacto por mail para preguntarles si podíamos hacer el recorrido con el bebe (en la mochila) y ya me habían dicho que sin problema. El problema fue que mi hija se tenia que poner el chaleco, que era bastante aparatoso, y dijo que no se lo ponía, y al final después de estar metidos en el barco insistiendo e intentándolo, no hubo manera, la niña se pilló un berrinche terrible, tuvimos que salir, y nos volvimos al hotel porque era ya hora de cenar y aquello no tenía visos de mejora.

Aprovechamos para descansar y tomárnoslo con calma. Compramos en el SPAR que hay al lado del hotel algo de fiambre, pan, bebidas, y con unas bolsitas de queso variado que habíamos comprado por la mañana en el mercado, cenamos y a dormir.

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