Día 4 (Martes 31 de Julio)
Primero de todo pongo unos precios de referencia de taxis que nos dijeron en el Hostal:
- Cruz del Sur – Centro (Plaza de Armas) == 5-7/S
- Centro – Bodega Tacama == 20/S
- Bodega Tacama – Huacachina == 25-30/S
- Huacachina – Centro Ica == 10-12/S (cuanto más tarde y menos taxis supongo que más caro)
Nos levantamos con la calma sobre las 7.30h y desayunamos en el patio: jugo, café con leche concentrada (te traen una taza con agua caliente, el café es en polvo y la leche es concentrada, pero no está mal), bollos con mantequilla y mermelada y una tortilla de jamón dulce. Hace fresquito pero con un polar se aguanta de sobras. Debe hacer unos 8-10ºC, y parece ser que este invierno está siendo más duro, ya que las hijas del dueño del hostal están congeladas. Pero es como un invierno suave de Barcelona.
Panorámica tomada del precioso jardín del Huerto Hostal
De allí nos vamos a dar una vuelta a la Plaza de Armas (todos los pueblos y ciudades tienen una plaza de armas, que es como la plaza mayor, y sitio donde se reunió la gente para luchar contra los colonizadores españoles en la guerra de la independencia de Perú). La de Ica no es muy grande, pero es bonita. De camino pasamos por delante de la Catedral, que está cerrada pero la fachada es muy bonita también.
Fachada de la Catedral de Ica
De aquí cogemos un taxi a la Hacienda Tacama por 15/S (aquí suelen ser pequeñitos de varios colores, casi todos de marcas chinas o surcoreanas, estilo Seat Marbella). El conductor nos explica un poco de todo, la verdad es que es muy simpático. Le damos 1/S de propina.
Uno de los muchísimos minitaxis que circulan por las calles de Ica
Tres minitaxis aparcados en Ica
Un vez llegados a Tacama esperamos para que nos lleven a la visita (la reservamos por email en BCN y elegimos el Gran Tour Tacama por 150/S, 120/S nosotros dos un 30/S por Candela). La zona es super bonita y la temperatura ha subido bastante (unos 20-25ºC). Mientras esperamos hay una especie de parque infantil con unas colchonetas y toboganes. Candela se lo pasa en grande saltando en las colchonetas con otros niños que se encuentran allí (no tiene nunca problemas para hacer amiguitos por todas partes).
Hacienda Tacama
Empezamos por una cata muy bien explicada. Probamos un Souvignon Blanc y Chardonnay (muy buena), luego un rosado espumoso (buenísimo), seguimos con un tinto Tanat y Petit Verdot (bueno, muy curioso) y acabamos con un Pisco Mosto Verde Acholado (más dulce que el pisco puro).
Detalle de las copas y la mesa de cata
Después de la cata seguimos con una visita guiada por la hacienda, subiendo al mirador para ver toda la zona circundante.
Detalle de los arcos que dan a los diferentes edificios de la hacienda
Fuente en el jardín central de la hacienda
Campana en el centro de la torre de la hacienda Tacama
Vistas de la hacienda Tacama desde la torre
Vistas de las viñas desde la torre
Acabada la visita nos quedamos a comer en el restaurante (llamado El Tambo de Tacama). Pedimos una ensalada iqueña y dos platos para los tres, un picante de pallares con lomo y un lomo saltado. Para beber una copa de blanco Chardonnay (Doña Ana) y una de tinto (Don Manuel Petit Verdot). Para rematar un postrecito (crocante de manzana) y un café. Todo por 184/S, menos de 50€.
Una vez comidos pedimos un taxi y nos dicen que esperemos unos 20 minutos, tiempo que usamos para comprar unos vinos y piscos para llevar a Arequipa (el chardonnay blanco, 2 espumosos rosados, un pisco puro y un mosto verde) y para que Candela disfrute un rato más en el parque infantil. Nos recoge el taxi (como dije todos son pequeños para poder maniobrar por el tremendo tráfico de la zona), pasamos un momento por el hostal para dejar la caja de vinos / piscos, y seguimos la marcha hasta la laguna de Huacachina (25/S el taxi). Es tremendo el tráfico que hay (y eso que es época de vacaciones escolares, dos semanas como en Barcelona en Navidades). También es tremendo que todo está como a medio construir o medio derruido, y solo hay asfalto en cuatro calles principales. El resto es tierra. Hay edificios bajos seguidos de descampados o montones de tierra o arena por doquier. Creo que es resultado de los dos últimos terremotos que hubo por la zona (uno especialmente fuerte en 2007), y que estamos en el desierto y que la arena lo cubre todo enseguida.
Vistas de las calles de Ica, arena por doquier y manzanas vacías
Total, que llegamos a Huacachina y flipamos. Y eso que es como Lloret de Mar en Agosto, o la Plaza del Pilar el 12 de Octubre, o cualquier lugar en la fiesta mayor (por la cantidad de gente que hay), pero es chulísimo. Cuando te apartas un poco del centro de la laguna y subes algunas dunas hay mucha menos gente.
Nuestra hija Candela subiendo una duna corriendo a lo loco
Vistas de la laguna de Huacachina al atardecer
Como llegamos tardecito (sobre las 17.30h) no cogemos ni tubulares (unos 4x4 que hacen rutas por las dunas) ni tablas de surf (sandboards), pero nos encanta el lugar y a Candela le flipa también. Desde que Lourdes y yo fuimos hace años a Merzouga (inicio del desierto del Sáhara en Marruecos) no habíamos pisado desierto, y para ella es la primera vez. Nos quedamos por allí hasta que se hace de noche y tenemos que volver con la linterna del móvil. Porque en Perú cuando se hace de noche se hace de verdad. No hay mucha luz artificial normalmente, sobre todo en zonas rurales, y cuando se va el sol del todo se hace la oscuridad, jaja. Candela se lo pasa genial correteando duna arriba, duna abajo.
Bajamos de nuevo a la laguna, nos quitamos dos toneladas de arena, y nos damos una vuelta por allí. A las 18.45h llamamos al hostal para ver si dan cenas y nos dicen que justo están haciendo un estofado de pollo para otros huéspedes, así que pedimos que pongan dos raciones más. Sobre las 19h cogemos un taxi de vuelta al hostal por 12/S. Al poco rato de llegar nos vamos al jardín y nos cenamos el pollo con arroz, patatas asadas y verduras. Muy rico. Luego a dormir, que mañana madrugamos, no sin antes darnos una buena ducha para quitarnos toda la arena del desierto.
Aquí estoy yo contemplando unos tubulares y la puesta de Sol en el desierto
Otra foto del atardecer de este magnífico desierto
Vista de la laguna tras la puesta del Sol
Día 5 (Miércoles 1 de Agosto)
Nos suena el despertador a las 5.45h, nos vestimos, desayunamos a las 6.15h (habíamos preguntado al hostal y nos comentaron que daban desayuno bastante temprano, ya que en esta zona se hacen muchas excursiones que empiezan muy pronto) y a las 6.40h nos están esperando con un minibús para empezar el tour. Hemos contratado desde Barcelona dos días de tour con una agencia llamada Viajes Paracas por 80US$ cada adulto y 40US$ Candela (en total 200US$, habiendo pagado un 40% con VISA por adelantado). Nos subimos al vehículo con dos familias más (una madre con un niño de unos 7 años llamada Melisa que luego nos da el contacto de un chico que conduce tubulares en Huacachina, una chica treintañera y otra madre con un hijo adolescente y una niña de unos 6 años). Padres ninguno jeje.
El primer destino del día es la Marina de Paracas para coger un barco a las Islas Ballestas. Aunque hace bastante calor nos han recomendado que llevemos algo de abrigo porque en el mar hace bastante aire, aunque nosotros tenemos suerte y de ida no hay mucho viento.
Vamos al muelle, pagamos el ticket del barco (52/S un ticket para los barcos nuestros y de Candela y la entrada al parque de Paracas) y nos subimos. La visita de las islas es espectacular. Hay muchísimos pájaros de varias especies, incluso pingüinos Humbolt. También leones y lobos marinos, y estrellas y soles de mar. Es muy chulo.
Vista de multitud de aves en una de las islas Ballestas
Más aves y una mini roca en medio con leones marinos
Otra foto de una de las islas con decenas de miles de aves
Detalle de los lobos marinos descansando en uno de los islotes
Construcción en una de las islas con aves por doquier
Al cabo de un rato nos volvemos, y aunque hace más viento, con el polar y el salvavidas se aguanta bien. Es muy agradable con el solecito. Hay que llevar protección solar y gorra y calársela bien que no se vuele.
Cuando llegamos al puerto comemos un poco y volvemos al minibús para seguir con la ruta. Siguiente destino, Parque Nacional de Paracas. La primera parada al lado de la marina donde hay unas letras de Paracas y nos paramos a hacer las típicas fotos guiris.
Letras de la ciudad de Paracas
El chófer/guía nos va llevando a diferentes miradores y lugares de interés en medio de un impresionante desierto que acaba en acantilados que dan a playas de arenas blancas y rojas. Es todo precioso y vemos bastante gente recorriendo el parque en bici. Es muy recomendable.
Una de las playas de arena roja del parque nacional de Paracas. Se puede apreciar la carretera a ras de acantilado y los puntos son aves marinas sobrevolando el mar
Vistas de otra de las playas
Más fotos de este impresionante lugar
Sobre las 13.30h vamos regresando y paramos en una zona llamada La Lagunilla. Para llegar allí tenemos que dar un gran rodeo debido a que tras el terremoto del 2007 se produjo un tsunami que inundó esa zona y dejó una gran parte embarrada e impracticable. Allí para el minibús y el chófer nos da 1h30min un rato para almorzar (comer). De los varios sitios que hay nos recomienda La Tía Fela. Pedimos conchas con parmesano, ceviche de corvina y corvina a la plancha (que viene con patatas, arroz y verduras). Muy bien. Todo riquísimo. Para beber una birra Cusqueña (625ml). Todo por 140/S. Comemos genial.
La cervecita que no puede faltar y un ceviche de corvina exquisito
Aprovechamos que aún queda un rato para subir a un mirador que hay en una montaña de atrás. Hacemos las últimas fotos y nos despedimos del Parque Nacional de Paracas.
Una panorámica de la playa de Lagunilla en el PN Paracas
Nos llevan de vuelta al hostal en un trayecto de 1h30min aprox. Como siempre el tráfico de Ica es infernal. Dejamos las cosas de más abrigo, gorras e impermeables y nos vamos a dar una vuelta. Pasamos por un centro comercial (aquí se llaman Mall, como en USA) al lado para pillar agua y picoteo (galletas, etc), y vamos a visitar la “temporal” Iglesia del Señor de Luren, ya que resulta que la original se derrumbó con el terremoto de 2007, y la están reconstruyendo. Temporalmente han hecho una construcción de ladrillo y uralita, aunque por dentro es como una iglesia de siempre.
De allí nos vamos a una especie de mini-parque de atracciones y Candela se sube en cuatro o cinco cacharritos. Al cabo de un rato nos vamos caminando a un sitio que nos recomendaron en el hostal: el Restaurante Mango’s. Es de bocatas y jugos. Está bastante lleno de gente local así que no debe de estar mal. Pedimos un triple pollo (con pechuga, lechuga, tomate, huevo, palta y mayonesa). Palta es como se conoce aquí al aguacate. A Candela le pedimos un mixto (tipo bikini). Para beber, un jugo de fresa con granadilla (es una fruta estilo granada, pero más dulce y menos áspera; aquí todas las frutas son mucho más dulces y menos ácidas). Todo por 33,50/S.
Acabados de cenar, sobre las 19.45h, volvemos al hostal. La calle está llena de gente. Hay paraditas de comida por doquier aparte de los restaurantes. Tráfico a tope, y toda la gente de aquí para allá. Mucho bullicio por todas partes.
Pedimos un matecito de coca para ir preparando el cuerpo a la altitud para cuando vayamos a Arequipa. Después de descansar un rato en el jardín nos vamos a la habitación a dormir.
Una de las múltiples infusiones de mate con coca que hemos bebido a lo largo del viaje
Día 6 (Jueves 2 de Agosto)
Nos levantamos de nuevo a las 5.45h, desayunamos y a las 7h nos viene a buscar Jesús, nuestro chófer/guía de hoy. Esta vez vamos solos y nos ha venido a buscar en un coche.
Nos dirigimos a Nasca por la carretera Panamericana (la única ruta posible desde aquí hacia el sur). El asfalto es irregular, y nos cruzamos con camiones, autocares, coches, etc, y pitando, adelantando, en fin, lo normal por aquí. Todo es un desierto por aquí, no hay casas en muchos kms.
Tramos de la carretera panamericana con ausencia de vida (al menos humana)
Otra foto del paso de la carretera por zona desértica
Al cabo de un buen rato tomamos un desvío para subir por una una ruta nueva, parar en la cuneta y ver una montaña con forma de cara (la cara del Inca la llaman). Se ve genial.
Cara del Inca en la carretera Panamericana
Después seguimos la marcha para ver las figuras de los Palta y recibir una explicación de las diferentes culturas: Palta primero, luego Nasca, luego Wari y por último Inka. Para ver las figuras, que están en una ladera de un monte (se llaman geoglifos) nos subimos a un mirador de metal oxidadísimo de dudosa seguridad, y que sube unas decenas de metros. Eso sí, las vistas son espectaculares desde allí arriba. La entrada vale 3/S cada uno (Candela no paga).
Geoglifos realizados por los Palta en esa ladera del monte. Foto tomada des del mirador cochambroso de hierro a varias decenas de metros de altura
Bajando del mirador por las escaleras entre preocupantes chirridos metálicos
Tras esas visitas vamos a la casa museo de Maria Reiche en Los Ingenios (5/S la entrada sólo los adultos) donde nos explican la historia de la descubridora de las líneas de Nasca. Es muy interesante la visita.
Una de las momias que se pueden observar en el Museo Maria Reiche
Tras esto vamos a la Zona Arqueológica los Paredones, una serie de construcciones de piedra y adobe que servían como centro administrativo de los Inca y paso de aduana del mar a la sierra hacia Cusco.
Para esta visita y otros sitios compramos un boleto combinado que cuesta 10/S cada adulto (permite visitar Los Paredones, los Acueductos de Cantalloc, Las Agujas y El Telar). Estamos casi solos aquí y nos damos una vuelta por la zona que está excavada (parece que aún queda bastante zona por excavar, aunque se hacía poco a poco por unos arqueólogos italianos que venían temporadas aquí).
Vista de las ruinas de Paredones
Otra vista de las ruinas con el valle de Nasca al fondo
El caminito turístico de Paredones siendo recorrido a la carrera por Candela
De allí vamos a Los Acueductos de Cantalloc, una increíble obra de ingeniería hidráulica de los Nasca. Nos quedamos fascinados con las construcciones y que encima resistan los terremotos tan bien, cuando ha habido estragos con las construcciones modernas en este país. Damos una vuelta y nos quedamos un buen rato, haciendo fotos y vídeos por doquier.
Uno de los canales descubiertos construidos por los Inca
Uno de los agujeros para llegar al agua
Otra de las construcciones en espiral para llegar abajo a recoger el agua
Una panorámica de la zona de los acueductos
El siguiente destino es la ciudad de Nasca para visitar varios talleres: uno de oro, otro de telas y otro de cerámica, todos tradicionales. La verdad es que están chulos porque te explican y te muestran como encuentran y preparan el oro, como preparan tintes y crean tapices en el de telas, y como crean una vasija con método tradicional (sin torno eléctrico) en el de cerámica. Aparte da la casualidad que en el de oro nos encontramos con dos profesores de Cazorla que resulta que eran compañeros de trabajo del tío de Lourdes, Manolo. Es que el mundo es un pañuelo. Lourdes se compra unos pendientes (salen muy bien de precio) y a Candela le compramos un colibrí de cerámica que es como una ocarina y hace un sonido muy bonito.
Una vez visitados los talleres nos vamos a comer en un sitio de menú de esta misma ciudad. Está todo lleno de gente local, y Jesús (el guía) come con nosotros. Pedimos dos menús para nosotros tres: de primeros un guiso de carne y verduras y una ensalada de palta y tomate, y de segundos unos chicharrones de pollo (rebozado) con arroz y un lomo saltado. De beber nos traen un refresco hecho con cebada, canela y miel buenísimo. Y todo por 36/S en total contando que invitamos a Jesús. Baratísimo (menos de 10€).
Después de comer hemos vuelto a la carretera para hacer un alto en el mirador de las líneas de Nasca (otra estructura de metal de dudosa calidad que se eleva decenas de metros). Nos cuesta 3/S cada adulto, y cuando subimos nos quedamos sin palabras. Es impresionante. Y eso que se ven pocas figuras y que decidimos no coger la avioneta por la niña (cosa que haremos la próxima vez si volvemos allí). Pero lo dicho, es espectacular. Aprovechando que hay poca gente en esos momentos allí arriba nos quedamos un buen rato. Las figuras casi parecen hipnóticas; podemos ver: el cocodrilo, las manos, el árbol y unas de esas “carreteras”, “pistas de aterrizaje de extraterrestres” o lo que sea que fueran.
Vistas del geoglifo del árbol
Vistas del geoglifo de la cara y manos
De allí ya volvemos para Ica, esta vez haciendo el trozo de carretera antigua por el túnel.
aquí podemos ver el estado lamentable la carretera panamericana y el túnel que cruzamos
Pedimos a Jesús que nos deje en Huacachina porque hemos llamado a otro Jesús para hacer una ruta en tubular por el desierto (el contacto que nos pasó Melisa ayer). Como siempre, pillamos un caravanón en la entrada de la zona de Ica (hay que pasar por allí para llegar al desierto), y llegamos a la laguna sobre las 17.15h. Le pagamos a nuestro guía lo que nos faltaba y una buena propina, y llamamos de nuevo al Jesús de los tubulares. Esperamos 15 minutos y llega con el vehículo. Nos subimos, recoge a otro grupo de gente (entre ellos a una familia con abuela y todo) y entramos en las dunas.
Primero pagamos 7,5/S de tarifa por entrar en la zona del desierto (una especie de impuesto que si vas caminando no pagas, al menos no lo pagamos en otro día) y luego ya empezamos el viaje. Es como una montaña rusa subiendo y bajando dunas a toda pastilla. Y eso que mete menos caña porque vamos con Candela. Pero la abuela que tengo a mi lado a la derecha se pasa todo el viaje agarrada a la barra de metal como si le fuera la vida y con los ojos cerrados, jeje. Es muy divertido. Al cabo de un rato nos bajamos en una duna grande, vemos la puesta de sol y Jesús saca y prepara unas tablas de surf y nos tiramos duna abajo tumbados de barriga en la tabla (le llaman Sandboarding y es sumamente divertido). Hacemos luego otra parada para tirarnos de nuevo en un sitio un poco más empinado, ya anocheciendo y casi sin luz, y luego volvemos a la zona de la laguna, siendo totalmente de noche. Nos dejan en el parking y pagamos la actividad (30/S por adulto y 20/S por Candela). Ha sido muy divertido. Si alguien quiere el contacto del guía de los tubulares de Huacachina que me envíe un privado y le paso el móvil.
Panorámica del desierto de Huacachina
El tubular de Jesús en medio del desierto
Puesta de sol en el desierto
Damos otra vuelta por la laguna de Huacachina antes de despedirnos y vamos a la calle principal a coger un taxi. Hay muchísima gente esperando (son las 19h y pico). Nos para uno que nos lleva al centro de Ica por 10/S (cada vez negociamos mejor, jaja) y entonces vemos a dos madres con tres niños pequeños que también van a Ica, así que nos subimos los siete en un Honda del tamaño de un Seat León y vamos tirando.
Varios minutos y pitidos de claxon después nos bajamos en la puerta del restaurante Mango’s. Nos gustó mucho y repetimos. Esta vez pedimos dos jugos (uno de fresa con granadilla y otro de lúcuma con mango) y tres sanguiches (como le llaman aquí): uno mixto, otro triple pollo y el último de lomo con cebolla y salsa. Todo por 54/S. Muy bien.
De allí volvemos caminando al hostal a dormir, esta vez sin prisa por levantarnos. Ha sido un día genial.
Día 7 (Viernes 3 de Agosto)
Último día en Ica. Nos levantamos a las 8h, desayunamos y recogemos el equipaje (junto con una lavadora que nos habían puesto a 8/S por kg de ropa). En total la cuenta son casi 500/S (contando las cenas y la ropa). Pagamos en efectivo porque nos cobraban un 5% si usábamos VISA (más el 2,5% de cambio de divisa de mi banco).
Dejamos el equipaje en el hostal y vamos caminando al Museo Regional de Ica, a 15 minutos en San Isidro. Lonely Planet dice que es peligroso incluso de día y yendo en grupo y todo, pero está al lado de nuestro hostal y ya hemos ido por la zona otro día. Además preguntamos al dueño del hostal en plan normal y nos dice que vayamos tranquilamente para allá. Creo que exageran un poco en esa guía, al menos nosotros no hemos tenido sensación de peligro ningún día que hemos estado en Ica. Puede ser que de noche haya que ir con más cuidado, pero en Barcelona también.
En fin, que vamos al museo tranquilamente, y la visita es muy agradable. No hay casi nadie y mola bastante lo que vemos (sobre todo las cerámicas, las faldas bordadas antiguas y las momias). Afuera del museo han hecho una réplica del valle de Nasca con todos los geoglifos y desde una plataforma puedes contemplar todo el lugar. Muy chulo. También en esa misma pared hay una placa homenaje a Maria Reiche.
Réplica de los geoglifos de Nasca en el museo regional de Ica. Ese punto arriba a la derecha es la torre de observación desde donde observamos nosotros los geoglifos
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Placa de Maria Reiche en el museu de Ica
Del museo vamos caminando a la Chocolatería Helena (famosa en Ica) y compramos un surtido de bombones y de tejas (una especia de bombones rellenos con fruta y pecanas, un fruto seco típico de la Perú) para llevar a la familia de Arequipa. Como ya son las 13.45h nos vamos a comer cerca de allí al restaurante Mc. Grill (también recomendado por el dueño del Huerto Hostal). Hacemos dos menús de mediodía (papas aliñadas con salsa whatever, pollo con otra salsa desconocida y otro pollo con otra salsa random, patatas cocidas, cebolla y arroz blanco). Cada menú por 10/S (carísimo jaja). De beber el refresco ese de cebada que probamos ayer anterior en Nasca, y a Candela le pedimos un pastelito de postre (que es más caro que el menú). Aquí los cafés y los dulces suelen ser más caros que la comida normal. De todas formas en total salimos por 32/S (menos de 9€).
Son las 15h y aún tenemos bastante tiempo, así que nos vamos caminando al Mall “Puerta del Sol”, que tenemos al lado del hostal y que está a tope de gente. Subimos a la tercera planta y hay un multicine. Así que compramos tres entradas para la peli Hotel Transilvania 3 que nos cuestan un total de 19,5/S (4€ en total, OMG!!!). Vemos la película de 15.40h a 17.15h, y acabada la sesión volvemos al hostal a tomar un matecito de coca y a esperar un rato.
Sobre las 18h cogemos el equipaje y nos subimos a un taxi hacia la terminal de Cruz del Sur. Se supone que el nuestro sale a las 19h pero va con retraso debido al tráfico (increíble, ¿no? jajaja, era de esperar). Facturamos el equipaje y esperamos hasta las 19.30h. Cuando nos subimos al bus alucinamos. Habíamos comprado tickets de VIP en primera planta, con asientos que se reclinan casi del todo (cada ticket por 120/S). El autobús es espectacular, te puedes tumbar casi del todo y hay mucho espacio. Lamentablemente para mí me duele mucho la cabeza y me paso todo el viaje (12h30min) sin poder dormir. Candela y Lourdes se marean al principio, pero luego se duermen y sobre todo mi hija se pasa todo el viaje sobando. Pero yo lo paso fatal, y además cada vez me duele más ya que vamos 0 de a 2.300 metros de altitud en Arequipa. Así que supongo que se me junta el dolor de cabeza con un poco de mal de altura (soroche). Y eso que los últimos días he ido tomando mates de coca, pero ni así.
En fin, que llegamos sobre las 8h o así a Arequipa y nos están esperando Sari y Pepe. Recomendar de nuevo la compañía Cruz del Sur (excepto la comida que no está muy buena).