Segundo día en Mandalay y hoy sí que íbamos a dedicarlo a la ciudad, pero primero íbamos a ir a Amarapura para ver el desayuno de los monjes en el Monasterio Mahagandhayon y también para visitar algunos templos interesantes de la antigua capital, entre ellos la Pagoda Mahamuni.
De nuevo habíamos contratado todas las excursiones con Mr. Linn que ya era como de la familia, al igual que Enrique Iglesias que no para de sonar en su coche El precio por la visita de día a Mandalay es de 35$. Cuando reservamos el hotel de Mandalay creímos ver a través de Booking que incluían un servicio de lavandería gratis per cuando llegamos ese servicio no existía Así que hablamos con Mr. Linn sobre si conocía algún sitio para hacer la colada. Nos llevó al ET Hotel en el centro de Mandalay, al parecer su mujer trabaja en este hotel. La colada nos salió por muy buen precio y nos la dieron al día siguiente, así que punto positivo para Mr. Linn
Como es costumbre, nos costó bastante llegar hasta Amarapura debido a los atascos de Mandalay. La ciudad nos pareció bastante caótica y digamos, poco acogedora para el turista. Es difícil de visitar ya que las avenidas son muy grandes y hay pocas aceras, por lo que es normal moverse en taxi o con chofer por la ciudad. Si no tenéis contratado un conductor, como nosotros, os recomiendo que utilicéis la aplicación Grab ya que el intentar parar un taxi en algunos puntos de la ciudad, puede llegar a ser misión imposible.
Primera parada, el Monasterio Mahagandhayon. En realidad, este monasterio no es un único edificio, sino varios que conforman un centro Budista en Mandalay, de hecho uno de los más importantes. Se construyó en el año 1942 y ahora hace las veces de centro educativo. En este monasterio la jornada de los monjes y novicios comienza muy temprano, a las 5 de la mañana. A esa hora toman un ligero desayuno y se dirigen a una sala común donde escuchan la lectura a cargo de un monje. Tras esto vuelven a sus habitaciones para recoger las vasijas que utilizarán posteriormente para pedir comida por la ciudad. Normalmente las donaciones de comida se basan en arroz.
Una vez recibidas las donaciones los monjes vuelven a sus estancias donde realizan tareas domésticas y estudian, hasta poco antes de las 11 de la mañana cuando se dirigen todos en fila con sus vasijas hacia el comedor. Este es el recorrido que se ha convertido en una importante atracción turística en Mandalay. Cuando nosotros fuimos no era temporada alta y se notaba gran afluencia de extranjeros
De nuevo habíamos contratado todas las excursiones con Mr. Linn que ya era como de la familia, al igual que Enrique Iglesias que no para de sonar en su coche El precio por la visita de día a Mandalay es de 35$. Cuando reservamos el hotel de Mandalay creímos ver a través de Booking que incluían un servicio de lavandería gratis per cuando llegamos ese servicio no existía Así que hablamos con Mr. Linn sobre si conocía algún sitio para hacer la colada. Nos llevó al ET Hotel en el centro de Mandalay, al parecer su mujer trabaja en este hotel. La colada nos salió por muy buen precio y nos la dieron al día siguiente, así que punto positivo para Mr. Linn
Como es costumbre, nos costó bastante llegar hasta Amarapura debido a los atascos de Mandalay. La ciudad nos pareció bastante caótica y digamos, poco acogedora para el turista. Es difícil de visitar ya que las avenidas son muy grandes y hay pocas aceras, por lo que es normal moverse en taxi o con chofer por la ciudad. Si no tenéis contratado un conductor, como nosotros, os recomiendo que utilicéis la aplicación Grab ya que el intentar parar un taxi en algunos puntos de la ciudad, puede llegar a ser misión imposible.
Primera parada, el Monasterio Mahagandhayon. En realidad, este monasterio no es un único edificio, sino varios que conforman un centro Budista en Mandalay, de hecho uno de los más importantes. Se construyó en el año 1942 y ahora hace las veces de centro educativo. En este monasterio la jornada de los monjes y novicios comienza muy temprano, a las 5 de la mañana. A esa hora toman un ligero desayuno y se dirigen a una sala común donde escuchan la lectura a cargo de un monje. Tras esto vuelven a sus habitaciones para recoger las vasijas que utilizarán posteriormente para pedir comida por la ciudad. Normalmente las donaciones de comida se basan en arroz.
Una vez recibidas las donaciones los monjes vuelven a sus estancias donde realizan tareas domésticas y estudian, hasta poco antes de las 11 de la mañana cuando se dirigen todos en fila con sus vasijas hacia el comedor. Este es el recorrido que se ha convertido en una importante atracción turística en Mandalay. Cuando nosotros fuimos no era temporada alta y se notaba gran afluencia de extranjeros
Los monjes visten túnicas granates, mientras que los novicios visten túnicas blancas. En el complejo, en diferente recinto también hay monjas con túnicas rosas. Se nota que esta situación no es cómoda para los monjes, se les nota en muchos casos observados, pero también es cierto que el monasterio vive de las importantes donaciones, sobre todo extranjeras y que en el propio recinto del comedor se exhiben en pantallas las mayores donaciones de ese y los pasados días, así que es una importante paradoja la que plantea esta situación, al fin y al cabo como muchos sitios de turismo de masas, en definitiva se pierde autenticidad y eso es lo que nosotros sentimos en ese momento, no lo llegamos a vivir de forma tan intensa e íntima como vivimos la visita al monasterio de las monjas.
A pesar de todo es una visita que no te deja indiferente. Desde Mahagandhayon fuimos al Monasterio Kyo Aung Sanda. Hicimos la visita completamente solos, se nota que no es uno de los puntos más visitados de Amarapura. En mi opinión no tiene excesivo interés, no deja de ser un recinto curioso donde puedes visitar desde una pequeña imitación de la Golden Rock, imágenes de Buda gigantes, un elefante gigante también, así como una gran sala de oración con muchas estatuas de monjes en posturas peculiares.
En la sala de oración se pueden ver Budas en posiciones variadas y lo que se conocen como weizza o weikza, figuras sobrenaturales y semiinmortales del budismo. Estos lograban pasar a un plano atemporal esperando la aparición del futuro Buda, Metteyya.
De aquí fuimos a la Pagoda Pahtodawgyi, arquitectónicamente más interesante que la anterior visita. Tiene una forma de campana y una altura de 56 metros, aunque a su nivel superior solo pueden subir los hombres. La Pagoda la construyó el sucesor del rey Bodawpaya, fundador de Amarapura. Nosotros la encontramos en proceso de restauración y su parte superior estaba cubierta de andamios de bambú, malditos andamios birmanos
Abandonábamos Amarapura para comenzar a visitar Mandalay y que mejor sitio para hacerlo que la Mahamuni Paya. Esta pagoda alberga uno de los Budas más venerados y famosos de todo Myanmar, un Buda sedente de 4 metros al que diariamente cientos de fieles acuden a aplicarle láminas de plan de oro. Esta práctica ha hecho que actualmente este Buda no tenga una forma muy definida y tenga una capa de oro de más de 15 cm.
Evolución del Buda sedente
Nosotros no fuimos capaces de levantarnos para visitar la ceremonia a las 4 de la mañana mediante la cual pulen su rostro.
Se dice que esta figura tiene más de 2000 años y fue recuperada por el rey Bodawpaya. En una sala junto al patio interior se pueden ver figuras jemeres de bronce que fueron robadas de Angkor Wat.
Antes de comer quisimos hacer la visita al Palacio Real de Mandalay. Para acceder a él es necesario tener la entrada combinada Mandalay-Inwa. Nosotros la compramos el día anterior en el monasterio Bagaya Kyaung. A parte de a este permite el acceso al monasterio Maha Aung Mye Bom San de Inwa, al Palacio Real, al monasterio Schwenandaw Kyaung y a otro Monasterio que está junto a este último con poco interés. Esta entrada es válida para 5 días y permite solo una entrada a cada monumento. Es importante que la llevéis en todo momento con vosotros para poder hacer las visitas.
Entrada al Palacio de Mandalay
El Palacio de Mandalay es una reconstrucción reciente de lo que pudo ser el majestuoso palacio del S.XIX. Un gran foso rodea el palacio junto a muros de 8 metros de altura. Rodear el palacio es una tarea difícil ya que cada lado tiene una longitud de más de 2 kilómetros. En el interior del recinto del palacio lo más destacable es subir a la torre de madera en espiral que os permite tener unas magníficas vistas de los edificios del palacio.
Al Palacio solo se puede acceder por una de las puertas, la este, donde además tienes que pasar un registro previo y tuvimos que dejar un documento de identidad. Valió con un DNI. Gran parte de los terrenos del palacio no se pueden visitar ya que están ocupados por los militares y algunas de las zonas que si se pueden visitar están en franco deterioro o no son de mucho interés. A parte de la torre que ya he comentado, hay un pequeño museo con algunas piezas interesantes y fotos de los distintos reyes y también la zona del trono. Poco más puedo destacar, es una visita que se puede hacer rápido, no tardamos mucho más de una hora y nos valió.
Museo del Palacio Imperial
Sala del Trono
Estancias imperiales
Tras la visita al Palacio decidimos comer en el restaurante BBB, cercano a los muros que delimitan el recinto imperial. Al final de la etapa tenéis mis impresiones del sitio. La siguiente parada es en mi opinión la visita más destacada que se puede hacer en la ciudad de Mandalay, el Monasterio Shwenandaw Kyaung. La entrada al monasterio está incluida en la entrada combinada que pagamos con anterioridad.
Es un monasterio construido completamente en teca al que se accede, como es habitual, mediante unas escaleras de piedra. Las tallas de las paredes y las puertas con relatos del Jataka son simplemente exquisitas. El monasterio anteriormente estaba situado dentro del recinto del Palacio, pero se decidió desmantelar y trasladar al sitio actual. Esta decisión fue clave para que el monasterio se salvará ya que el resto de edificios del recinto imperial fueron destruidos en los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Es un monasterio construido completamente en teca al que se accede, como es habitual, mediante unas escaleras de piedra. Las tallas de las paredes y las puertas con relatos del Jataka son simplemente exquisitas. El monasterio anteriormente estaba situado dentro del recinto del Palacio, pero se decidió desmantelar y trasladar al sitio actual. Esta decisión fue clave para que el monasterio se salvará ya que el resto de edificios del recinto imperial fueron destruidos en los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Junto al monasterio de teca se encuentra el templo Atumashi Kyaungdawgyi que con anterioridad albergaba una importante imagen de Buda, pero en la actualidad no deja de ser una sala de oración vacía, sin más interés, sobre todo después de ver Shwenandaw.
Desde aquí fuimos a ver el libro más grande del mundo.
En realidad, no es un único libro como podríamos pensar, sino 729 losas de mármol que narran el canon Budista (Tripitaka). Las losas se encuentran dentro de pequeñas estupas y se escribieron en lengua pali.
En una ocasión 2400 monjes se turnaron para leer el libro y tardaron casi seis meses en completar la lectura Es una bonita visita y la estupa dorada Kuthodaw es el remate perfecto al complejo.
Se estaba acercando la hora del atardecer así que pusimos rumbo a la Colina de Mandalay. Para subir a la colina de Mandalay se puede hacer en coche, como hicimos nosotros, que te dejan en un parking desde el cual puedes coger un ascensor o escaleras mecánicas hasta la cima donde se encuentra la Pagoda Su Taung Pyai. A parte de subir en coche, también lo podéis hacer andando siguiendo diversas rutas, tardando entre 30 minutos hasta 1 hora.
En la cima se visita la pagoda que no vale gran cosa, pero que se compensa con las inmejorables vistas de Mandalay. Comprobamos que la ciudad está en una inmensa llanura.
En la cima se visita la pagoda que no vale gran cosa, pero que se compensa con las inmejorables vistas de Mandalay. Comprobamos que la ciudad está en una inmensa llanura.
Tras esto y ya anocheciendo nos acercamos a Kyauktawgyi Paya donde se encuentra un famoso Buda hecho con un solo bloque de mármol de 9 metros y 900 toneladas de peso. Todo el complejo es un derroche de color y más si se va por la noche con el gusto que tienen los birmanos por las luces.
Las visitas llegaban a su fin. Mr. Linn nos dejó en el hotel y nos despedimos de él hasta mañana. Nos daba tiempo a un baño, masaje gratis de bienvenida en el hotel, un poco de descanso y a cenar comida japonesa que hoy nos apetecía cambiar
Alojamiento y Restaurantes
Alojamiento
Restaurantes
1. Comida. Comimos en BBB junto al Palacio Imperial. Tiene buenos comentarios en la Lonely Planet pero no es nada espectacular. Jugando con su nombre podríamos decir que tiene un ambiente bonito, pero las B de Bueno y Barato no las cumple de todo. Es una opción si estáis por la zona visitando el Palacio como nosotros, pero ir expresamente a él no merece la pena. La comida es bastante occidental. De los más caros en los que habíamos estado para comer, casi 60.000 kyats para los tres.
2. Cena. Hoy decidimos cenar fuera del hotel y para ello nos dimos un pequeño lujo en un restaurante japonés de la ciudad con buenas opiniones, el Hana Yakiniku. Pedimos sushi y carne que haces en una pequeña brasa central que tienen todas las mesas. Ambas cosas estaban buenas, aunque las cantidades no eran muy abundantes. Aunque nos dejaron reservar tarde, sobre las 21:00, antes de las 22:00 ya estaban recogiendo y tuvimos la sensación de que nos estaban echando. En resumen, la comida buena, al menos diferente, pero el servicio deja mucho que desear para el precio que cobran. No hablan apenas inglés.