Último día en Luang Prabang, se nos estaba acabando el viaje Hoy iba a ser un día relativamente relajado ya que habíamos contratado a través de nuestro hotel una excursión a las cuevas Pak Ou. A las 8:00 habíamos quedado en la recepción con nuestro guía para comenzar nuestra excursión a las 8:30 desde el muelle de la ciudad.
En la calle principal hay varias oficinas que os pueden vender una excursión a las Cuevas. Vimos precios desde 80.000-90.000 kip laosianos (aproximadamente 10€) en adelante. Dependerá de si queréis hacer excursión privada o vais en grupo.
La excursión que nosotros hicimos tuvo una duración de aproximadamente 5 horas y lo más destacable en nuestra opinión es el paseo por el río Mekong, ya que las cuevas habiendo estado previamente en Pindaya, no las encontramos excesivamente interesantes.
El río Mekong, que como comenté nace en la cordillera del Himalaya, es vital para la economía de los países del Sudeste Asiático que atraviesa. El río discurre por Laos a lo largo de 700 kilómetros y sirve de frontera con otros países como Myanmar y Tailandia.
Los paisajes que nos encontramos en el río Mekong merecen mucho la pena. Es un paseo muy relajante que dura menos de 2 horas en la ida, corriente arriba, y en nuestro caso 2 horas a la vuelta ya que hicimos una parada en un poblado, parada que como comentaré es prescindible.
Las excursiones por el río Mekong en Laos se hacen en las típicas "slow boat". Estas barcas son alargadas y estrechas y van bastante pegadas a la superficie del río. El conductor de la barca se sienta en la parte delantera y la maneja con una combinación de volante y palancas que manejaba con manos y pies.
En la calle principal hay varias oficinas que os pueden vender una excursión a las Cuevas. Vimos precios desde 80.000-90.000 kip laosianos (aproximadamente 10€) en adelante. Dependerá de si queréis hacer excursión privada o vais en grupo.
La excursión que nosotros hicimos tuvo una duración de aproximadamente 5 horas y lo más destacable en nuestra opinión es el paseo por el río Mekong, ya que las cuevas habiendo estado previamente en Pindaya, no las encontramos excesivamente interesantes.
El río Mekong, que como comenté nace en la cordillera del Himalaya, es vital para la economía de los países del Sudeste Asiático que atraviesa. El río discurre por Laos a lo largo de 700 kilómetros y sirve de frontera con otros países como Myanmar y Tailandia.
Los paisajes que nos encontramos en el río Mekong merecen mucho la pena. Es un paseo muy relajante que dura menos de 2 horas en la ida, corriente arriba, y en nuestro caso 2 horas a la vuelta ya que hicimos una parada en un poblado, parada que como comentaré es prescindible.
Las excursiones por el río Mekong en Laos se hacen en las típicas "slow boat". Estas barcas son alargadas y estrechas y van bastante pegadas a la superficie del río. El conductor de la barca se sienta en la parte delantera y la maneja con una combinación de volante y palancas que manejaba con manos y pies.
Para llegar hasta las cuevas hay que recorrer unos 25 kilómetros con el barco. Solo son accesibles desde el río, a través de un embarcadero. Disfrutad del paseo hasta las cuevas, sin duda lo mejor de la excursión.
Pak Ou está compuesta de dos cuevas, la cueva Tham Phum y la cueva Tham Ting. La primera de las cuevas no es visible desde el embarcadero ya que hay que ascender por una escalera que te eleva 60 metros por encima del río. Como se notaban ya el paso de los días, cada vez era más complicado subir escaleras Esta cueva es la más grande pero en nuestra opinión, la menos interesante de las dos.
Lo más interesante de Tham Phum es su entrada con la puerta de teca. En el interior de la cueva estás completamente a oscuras por lo que es buena idea llevar una linterna o con la propia luz del móvil. Se pueden alquilar linternas en la entrada a la cueva. En el interior podréis encontrar unas 1.500 estatuas de Buda y diversos altares destinados al rezo.
La cueva más interesante de las dos es Tham Ting, también la más pequeña y visible desde el río. Para acceder a esta cueva no es necesario subir tantas escaleras, solo una, eso sí muy empinada. En esta cueva se encuentran más de 2.500 estatua de Buda que debido a que están al aire libre y por influencia de la humedad, en algunos casos se encuentran en un estado bastante malo.
De lo mejor de ambas cuevas son las vistas que se obtienen del río Mekong, algunas de ellas bastante curiosas debido a las formas que se crean por la propia roca caliza de la que están formadas las cuevas.
A la vuelta nos pararon en la famosa aldea Ban Xang Hai. Es una turistada de manual que no os recomendamos para nada. Si podéis excluirla de vuestro itinerario al negociar la excursión, mejor. En la aldea te enseñan lugares donde preparan algunos licores de arroz y el resto son puestos de venta de artesanía, ropa y otras cosas. No merece la pena y os hará perder tiempo.
En resumen, la visita a las Cuevas Pak Ou nos pareció algo de lo que se puede prescindir en vuestro viaje a Luang Prabang si no se dispone del tiempo suficiente. A nosotros nos gustó el paseo en barca por el río Mekong, muy relajante y que nos permitió charlar durante un buen rato con nuestro guía, pero creo que para eso no hace falta irse hasta las cuevas.
Las cuevas no nos aportaron mucho. Ambas están en un estado de conservación bastante malo, afectadas por la humedad del lugar junto al río. La más pequeña de las dos es más interesante que la grande que además tiene el hándicap de tener que ascender bastante. La comparación con las cuevas de Pindaya en Myanmar fue inevitable y claramente estas últimas salen perdiendo.
Nos quedamos con la navegación por el Mekong y lo que vimos en el trayecto.
Comimos en el hotel y nos relajamos en la piscina antes de empaquetar de nuevo nuestra ropa en las maletas, en esta ocasión por última vez.
Para cenar quisimos despedirnos de Laos yendo al restaurante Secret Pizza. Es un sitio muy recomendable al que debéis ir si os apetece comer una buena pizza en Luang Prabang. El restaurante lo regenta un chico napolitano que lo ha montado, literalmente, en el jardín de la casa que está construyendo. Cuenta con un horno de piedra y está muy frecuentado por los turistas, por lo que no es mala idea que reservéis.
En resumen, la visita a las Cuevas Pak Ou nos pareció algo de lo que se puede prescindir en vuestro viaje a Luang Prabang si no se dispone del tiempo suficiente. A nosotros nos gustó el paseo en barca por el río Mekong, muy relajante y que nos permitió charlar durante un buen rato con nuestro guía, pero creo que para eso no hace falta irse hasta las cuevas.
Las cuevas no nos aportaron mucho. Ambas están en un estado de conservación bastante malo, afectadas por la humedad del lugar junto al río. La más pequeña de las dos es más interesante que la grande que además tiene el hándicap de tener que ascender bastante. La comparación con las cuevas de Pindaya en Myanmar fue inevitable y claramente estas últimas salen perdiendo.
Nos quedamos con la navegación por el Mekong y lo que vimos en el trayecto.
Comimos en el hotel y nos relajamos en la piscina antes de empaquetar de nuevo nuestra ropa en las maletas, en esta ocasión por última vez.
Para cenar quisimos despedirnos de Laos yendo al restaurante Secret Pizza. Es un sitio muy recomendable al que debéis ir si os apetece comer una buena pizza en Luang Prabang. El restaurante lo regenta un chico napolitano que lo ha montado, literalmente, en el jardín de la casa que está construyendo. Cuenta con un horno de piedra y está muy frecuentado por los turistas, por lo que no es mala idea que reservéis.
Fue un buen broche final a nuestra estancia en Luang Prabang. Nos fuimos temprano a nuestras habitaciones ya que al día siguiente cogíamos temprano el avión para disfrutar en Bangkok de nuestras últimas horas de viaje