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Ya avisamos que hoy nos lo tomábamos con mucha calma a la hora de levantarnos, así que nos dimos el lujo de dormir un poco más y desayunar en la habitación y no en ruta “yendo a……. “ Nos amaneció el cielo despejado con alguna nubecilla y 19ºC en la calle.
Nuestro rumbo está puesto hoy hacia Brighton, así que toca volver a meter todo en las maletas, despedirnos del staff del hotel, cargar el coche y ponernos en camino. No sin antes, pasar por una gasolinera, 20,94 x £1,249 = £26,15 (30,86€) y comprar unos cafés para el mediodía.
Esta visita al Museo de Aviación de Bournemouth estaba sin planificar de antemano. De hecho, desconocíamos su existencia hasta que los días anteriores hemos pasado por su entrada camino de Durdle Door y nos ha llamado la atención. Así que como pensamos que tenía visos de poder gustarnos, nos hemos acercado y a las 10h. estábamos en el parking listos para entrar.
Nuestro rumbo está puesto hoy hacia Brighton, así que toca volver a meter todo en las maletas, despedirnos del staff del hotel, cargar el coche y ponernos en camino. No sin antes, pasar por una gasolinera, 20,94 x £1,249 = £26,15 (30,86€) y comprar unos cafés para el mediodía.
Esta visita al Museo de Aviación de Bournemouth estaba sin planificar de antemano. De hecho, desconocíamos su existencia hasta que los días anteriores hemos pasado por su entrada camino de Durdle Door y nos ha llamado la atención. Así que como pensamos que tenía visos de poder gustarnos, nos hemos acercado y a las 10h. estábamos en el parking listos para entrar.
El Museo de Aviación de Bournemouth, se llamó originalmente Jet Heritage Museum, y fue fundado en 1998, formando parte de la empresa Jet Heritage. Debido a problemas económicos, la empresa cerró en agosto de 1999, pero al ser el museo una una fundación sin ánimo de lucro, permaneció abierto y pasó a ser gestionada por voluntarios.
Aunque inicialmente estaba situado en las instalaciones del propio aeropuerto de Bournemouth, en 2007 hubo un proyecto para ampliar el aeródromo y el museo se tuvo que trasladar. Afortunadamente encontraron sitio en los terrenos de Adventure Wonderland, adyacente al aeropuerto y en 2008 se pudo reabrir el museo.
Aunque inicialmente estaba situado en las instalaciones del propio aeropuerto de Bournemouth, en 2007 hubo un proyecto para ampliar el aeródromo y el museo se tuvo que trasladar. Afortunadamente encontraron sitio en los terrenos de Adventure Wonderland, adyacente al aeropuerto y en 2008 se pudo reabrir el museo.
Durante casi 2 horas estuvimos viendo diferentes modelos de aviones de diferentes épocas y como además, en algunos de ellos, se podía montar, la verdad es que lo disfrutamos como niños.
Desde un helicóptero Westland Wasp, hasta la cabina de un Boeing 737-200 de la ya desaparecida aerolínea Palm Air, pasando por varios cazas del tipo Hawker Hunter o Sepecat Jaguar.
Realmente recomendamos visitarlo. Incluso sí no eres fan de los aviones, seguro que lo encuentras interesante. Al menos nosotros, salimos encantados.
Realmente recomendamos visitarlo. Incluso sí no eres fan de los aviones, seguro que lo encuentras interesante. Al menos nosotros, salimos encantados.
A mediodía dijimos adios definitivamente a Bournemouth y pusimos rumbo a Winchester, donde teníamos previsto ver su catedral. Pero antes de llegar, nos desviamos un poco hacia Minstead, para visitar la tumba de Sir Arthur Conan Doyle, escritor y médico británico, conocido por ser el creador del detective más famoso del mundo, Sherlock Holmes. No es que seamos muy entusiastas del escritor, pero es que la serie Sherlock Holmes de la BBC, protagonizada por el actor Benedict Timothy Carlton Cumberbatch, nos gustó mucho.
Y ya que estábamos allí, aprovechamos para visitar, aunque fuera brevemente, la pequeña iglesia de All Saints, a la que rodea el cementerio. El coro y la nave datan del siglo XIII, mientras que el resto del edificio se ha datado en el siglo XVIII. Nos volvieron a llamar la atención los cojines bordados en “punto de cruz”. Los tienen todos muy bien cuidados y dan mucho colorido a los bancos de madera. Sobre su comodidad no podemos hablaros porque, para eso somos respetuosos y no se nos ocurrió probar ninguno. Pero no tienen mala pinta en ese sentido.
De vuelta en el autopista M3, nos encontramos con bastante tráfico con pasábamos por Chandler's Ford, aunque por suerte, no llegamos a tener que pararnos en ningún momento.
Al llegar a Winchester, aparcamos el coche en el parking público que, según el GPS, estaba más cerca de la catedral £2,10 (2,48€) por tres horas y seguido buscamos un sitio para comer.
Como se había quedado muy bien día, decidimos comprar unos bocatas en el Subwayde la calle High Street e hicimos “pic-nic” en la campa que hay junto a la catedral £7,70 (9,08€). Y por cierto, no éramos los únicos disfrutando del día bajo los árboles.
Como se había quedado muy bien día, decidimos comprar unos bocatas en el Subwayde la calle High Street e hicimos “pic-nic” en la campa que hay junto a la catedral £7,70 (9,08€). Y por cierto, no éramos los únicos disfrutando del día bajo los árboles.
La Catedral de Winchester, de estilo gótico, tiene su origen en el siglo VII, cuando la monarquía pagana de Inglaterra se convirtió por primera vez en cristiana. Pero no fue hasta el año 1079 cuando se empezó a construir. Después, en 1093 los monjes de Old Minster se trasladaron hasta aquí para celebrar su inauguración. A lo largo de los siglos posteriores, se fueron añadiendo más elementos a la construcción original como la torre central que data del año 1202. En los siglos XV y XVI la nave principal, de estilo normando fue totalmente renovada siguiendo los diseño del maestro masón William Wynford.
El coro es el más antiguo de los grandes coros medievales que se conservan en Inglaterra, con tallas en madera de personajes y animales. Un detalle curioso del órgano de la catedral es que tiene nada más y nada menos que 5000 tubos!!!
El coro es el más antiguo de los grandes coros medievales que se conservan en Inglaterra, con tallas en madera de personajes y animales. Un detalle curioso del órgano de la catedral es que tiene nada más y nada menos que 5000 tubos!!!
El altar mayor es el principal lugar de culto de la Catedral, detrás del cual se encuentra una gran división de piedra del siglo XV con estatuas talladas del siglo XIX.
Los Iconos y el “agujero sagrado”, imágenes de santos creadas por Sergei Fyodorov. Entre ellas, la de San Birino, el primer obispo misionero y la de San Swithun, santo patrón de la catedral. Los peregrinos se arrastraban a través del “agujero sagrado” para estar más cerca de los huesos de San Swithun. ¡Qué cosas!.
Hay una escultura en honor a William Walker, famoso buzo que, entre 1906 y 1911, consiguió salvar la Catedral con sus propias manos al apuntalar los cimientos cuando el edificio estaba en peligro de derrumbe por estar levantado sobre suelo de turba. Se excavaron más de 200 pozos en los lados sur y este de la catedral donde William se sumergió y consiguió apuntalar las paredes para que no se derrumbaran al retirar las aguas subterráneas.
En la Capilla del Santo Sepulcro hay murales de los siglos XII y XIII representando la Pasión de Cristo.
Y para finalizar, como siempre, jejeje, pasamos por la tienda de la catedral y compramos algún que otro recuerdo, sobre todo relacionado con la Biblia (por el tema de la caligrafía, que es un tema que la gusta a Anna).
Como curiosidad, decir que dos de las cosas que más atraen a los visitantes a este Catedral, es que la famosa novelista británica Jane Austen está enterrada aquí. Además, la catedral posee la Biblia iluminada más grande de Gran Bretaña. Según pudimos leer, el texto de la Biblia, casi 1000 páginas, fue escrito por un solo escribano para asegurarse que el estilo y la forma de la letra fueran iguales. Sin embargo, las ilustraciones se cree que, participaron seis monjes diferentes. Otro dato curioso es que para conseguir el pergamino utilizado, se sacrificaron cerca de 250 terneras y la tinta se extrajo de árboles de roble. Aunque nos hubiera gustado sacar fotos, NO estaba permitido.
Sobre las 19h llegamos a Brighton y fuimos directamente a hacer el check-in al hotel. Aunque por fuera tenía buena pinta, no era un B&B y sabíamos (por lo menos yo) que íbamos a echar de menos los riquísimos desayunos …. Ainssssss!!!!!!!!!
Como curiosidad, decir que dos de las cosas que más atraen a los visitantes a este Catedral, es que la famosa novelista británica Jane Austen está enterrada aquí. Además, la catedral posee la Biblia iluminada más grande de Gran Bretaña. Según pudimos leer, el texto de la Biblia, casi 1000 páginas, fue escrito por un solo escribano para asegurarse que el estilo y la forma de la letra fueran iguales. Sin embargo, las ilustraciones se cree que, participaron seis monjes diferentes. Otro dato curioso es que para conseguir el pergamino utilizado, se sacrificaron cerca de 250 terneras y la tinta se extrajo de árboles de roble. Aunque nos hubiera gustado sacar fotos, NO estaba permitido.
Sobre las 19h llegamos a Brighton y fuimos directamente a hacer el check-in al hotel. Aunque por fuera tenía buena pinta, no era un B&B y sabíamos (por lo menos yo) que íbamos a echar de menos los riquísimos desayunos …. Ainssssss!!!!!!!!!
Para acabar el día, teníamos planificado el atardecer en el faro de Beachy Head, a unos 50 kms. al este de Brighton. El faro de Beachy Head fue construido por la sociedad Trinity House en 1902 para guiar a los buques que pasaban a lo largo de los acantilados hacia el mar de Sussex Downs.
El faro mide 33 mts. y su luz es visible desde 16 millas naúticas. Fue automatizado en 1983 y pasó a ser controlado desde el Centro de Planificación de Trinity House en Harwich, Essex.
Para llegar hasta el faro, dejamos el coche aparcado en uno de los parkings que encontramos en la carretera de la costa Beachy Head. Aunque durante el día es de pago, a la hora que llegamos nosotros, era ya gratuito. Para llegar hasta los acantilados, apenas tuvimos que caminar 15 minutos; una vez en el borde, hay un sendero a lo largo de varios kilómetros.
Nosotros no llegamos a hacer todo el recorrido, pero si que caminamos durante un buen rato. Y aprovechando la hora del atardecer, hicimos un “pic-nic” y cenamos lo que habíamos comprado en Winchester £15,65 (20,05€)….. ¡¡pendientes de las gaviotas que estaban al acecho de ver lo que “pillaban”!!
Unos kilómetro más hacia el oeste, pudimos ver la silueta de un antiguo faro, ahora reconvertido en Bed & Breakfast, el Belle Tout Lighthouse.
El faro mide 33 mts. y su luz es visible desde 16 millas naúticas. Fue automatizado en 1983 y pasó a ser controlado desde el Centro de Planificación de Trinity House en Harwich, Essex.
Para llegar hasta el faro, dejamos el coche aparcado en uno de los parkings que encontramos en la carretera de la costa Beachy Head. Aunque durante el día es de pago, a la hora que llegamos nosotros, era ya gratuito. Para llegar hasta los acantilados, apenas tuvimos que caminar 15 minutos; una vez en el borde, hay un sendero a lo largo de varios kilómetros.
Nosotros no llegamos a hacer todo el recorrido, pero si que caminamos durante un buen rato. Y aprovechando la hora del atardecer, hicimos un “pic-nic” y cenamos lo que habíamos comprado en Winchester £15,65 (20,05€)….. ¡¡pendientes de las gaviotas que estaban al acecho de ver lo que “pillaban”!!
Unos kilómetro más hacia el oeste, pudimos ver la silueta de un antiguo faro, ahora reconvertido en Bed & Breakfast, el Belle Tout Lighthouse.
Como aún nos quedaba algo de luz, nos acercamos hasta el centro de información de Briling Gap & the Seven Sisters. Aunque estaba ya cerrado, lo que nosotros estábamos buscando era la fotografía de los acantilados bañados por las últimas luces del día, así que ¡¡requetecontentos!!
Al final, nos dieron las 23h cuando llegamos al hotel. Y las 2h de la madrugada cuando nos dimos cuenta de la hora que era y apagamos la luz … ¡no tenemos remedio ninguno!
*** final del día 15 ***
Al acostarnos tarde, habíamos decidido de antemano no poner muy pronto el despertador así que hasta las 8:30 nos dimos cancha. Al mirar por la ventana, el cielo estaba completamente despejado, el sol brilla y marcaban 14ºC en el exterior.
Mientras desayunamos en la habitación, tratamos de organizar el día en Brighton. Anna quería un día tranquilo para poder disfrutar de la ciudad, callejear, pasear y de paso y sí se tercia, hacer alguna comprilla.
Lo único que teníamos pendiente de fotografiar eran los acantilados Seven Sister por el día, así que decidimos ir hasta allí en primer lugar. Posteriormente, volveríamos al hotel para dejar el equipaje preparado y así no tener que volver hasta la noche y tenerlo todo preparado para marchar muy pronto al día siguiente. En cuanto estuvimos preparados, pusimos rumbo a los que parece que son los acantalidados más famosos del sur de Inglaterra.
A las 9h30 llegamos al parking de la reserva local de Seaford Head. En el parking ya había un par de coches, pero al ser entre semana ya imaginábamos que no habría mucha gente y apenas nos cruzamos con media docena de personas durante el paseo.
Mientras desayunamos en la habitación, tratamos de organizar el día en Brighton. Anna quería un día tranquilo para poder disfrutar de la ciudad, callejear, pasear y de paso y sí se tercia, hacer alguna comprilla.
Lo único que teníamos pendiente de fotografiar eran los acantilados Seven Sister por el día, así que decidimos ir hasta allí en primer lugar. Posteriormente, volveríamos al hotel para dejar el equipaje preparado y así no tener que volver hasta la noche y tenerlo todo preparado para marchar muy pronto al día siguiente. En cuanto estuvimos preparados, pusimos rumbo a los que parece que son los acantalidados más famosos del sur de Inglaterra.
A las 9h30 llegamos al parking de la reserva local de Seaford Head. En el parking ya había un par de coches, pero al ser entre semana ya imaginábamos que no habría mucha gente y apenas nos cruzamos con media docena de personas durante el paseo.
Situados en el Parque Nacional de South Downs, los acantilados de Seven Sisters se compone de 280 hectáreas de acantilados de piedra caliza blanca , serpenteantes valles, playas y praderas de tiza abiertas. Es un lugar habitual para realizar actividades al aire libre, como hacer senderimo y también para la observación de aves.
Una de las imágenes más típicas de este lugar es la de las casas de los guardacostas con los acantilados al fondo. Aunque la luz no era la mejor para sacar las fotografías de este lugar, no nos quisimos marchar sin llevarnos nuestros propios recuerdos.
Una de las imágenes más típicas de este lugar es la de las casas de los guardacostas con los acantilados al fondo. Aunque la luz no era la mejor para sacar las fotografías de este lugar, no nos quisimos marchar sin llevarnos nuestros propios recuerdos.
Como el ambiente era tan apacible, decidimos bajar a la playa para dar un pequeño paseo entre las rocas. Después de un ratillo sentados disfrutando de las vistas, decidimos reanudar la marcha y volver tranquilamente desandando nuestros pasos.
En los acantilados del fondo, se puede ver el B&B de Belle Tout.
En los acantilados del fondo, se puede ver el B&B de Belle Tout.
De regreso al hotel, nos encontramos un par de señales de tráfico que nos llamaron la atención. La primera porque había un mensaje en español (aunque estuviera mal escrito), y la segunda por el mensaje que mandaba: “comprueba tu velocidad antes de que lo hagamos nosotros”. El que no se de por aludido …… jejeje
A la vuelta en el hotel, lo previsto: organizar las maletas. Intentamos no entreternernos demasiado y en una hora y poco, teníamos todo ready to go.
Como teníamos una parada de autobús junto al hotel, decimos dejar el coche en el parking y utilizar el transporte público. Habíamos mirado en la web de los autobuses de Brighton y sólo con los cuatro viajes (ida y vueta) que íbamos a hacer, nos merecía comprar el bono del día. Para los dos, nos salió por £10 (11,79€). Se compra en el autobús al hacer el primer viaje. Se lo pides directamente al chófer.
Tuvimos bastante suerte porque apenas tuvimos que esperar cinco minutos para que llegase uno de los dos autobuses que nos interesaba para llegar al centro de Brigton. El autobús de la linea 5 tardó 15 minutos haciendo 12 paradas en el trayecto desde el hotel hasta nuestro destino, en la calle North Street de Brigthon. Parada que elegimos un poco al azar. Nos parecía que ya estábamos bastante en el “centro” y además desde la ventanilla, tuvimos una “pista” que nos indicaba que estábamos cerca de uno de los sitios que queríamos visitar.
Como teníamos una parada de autobús junto al hotel, decimos dejar el coche en el parking y utilizar el transporte público. Habíamos mirado en la web de los autobuses de Brighton y sólo con los cuatro viajes (ida y vueta) que íbamos a hacer, nos merecía comprar el bono del día. Para los dos, nos salió por £10 (11,79€). Se compra en el autobús al hacer el primer viaje. Se lo pides directamente al chófer.
Tuvimos bastante suerte porque apenas tuvimos que esperar cinco minutos para que llegase uno de los dos autobuses que nos interesaba para llegar al centro de Brigton. El autobús de la linea 5 tardó 15 minutos haciendo 12 paradas en el trayecto desde el hotel hasta nuestro destino, en la calle North Street de Brigthon. Parada que elegimos un poco al azar. Nos parecía que ya estábamos bastante en el “centro” y además desde la ventanilla, tuvimos una “pista” que nos indicaba que estábamos cerca de uno de los sitios que queríamos visitar.
Aunque en nuestros viajes, las visitas a grandes ciudades suelen brillar por su ausencia, siempre solemos escoger una y esta ocasión, elegimos Brighton por un motivo principalmente: Brighton y su “pier” aparecen en la serie de tv Chocofantasy que emiten en España en el canal de TDT Divinity.
Tenemos que reconocer que nos gusta ver la serie, y es que hacen unas tartas espectaculares y siempre muy originales. Y mientras lo veíamos, siempre decíamos lo mismo: si algún día vamos al sur de Inglaterra, tenemos que pasar por Brighton a ver el embarcadero y pasar por la pastelería Choccywoccydoodah a darnos un capricho. Pues bien, la “ocasión” había llegado.
Para localizar la pastelería, sólo tuvimos que cruzar una de las estrechas callejuelas que salían desde North Street, en concreto, Meeting House Lane. (Tienen al menos otro local, pero al descubrir este tan rápido, no nos entretuvimos en ver dónde estaba el otro).
Tenemos que reconocer que nos gusta ver la serie, y es que hacen unas tartas espectaculares y siempre muy originales. Y mientras lo veíamos, siempre decíamos lo mismo: si algún día vamos al sur de Inglaterra, tenemos que pasar por Brighton a ver el embarcadero y pasar por la pastelería Choccywoccydoodah a darnos un capricho. Pues bien, la “ocasión” había llegado.
Para localizar la pastelería, sólo tuvimos que cruzar una de las estrechas callejuelas que salían desde North Street, en concreto, Meeting House Lane. (Tienen al menos otro local, pero al descubrir este tan rápido, no nos entretuvimos en ver dónde estaba el otro).
No tardamos ni 5 minutos en llegar y, en cuanto vimos el escaparate, reconocimos algunas de las tartas que han salido en el programa y que son un clásico. El nombrecito se las trae pero en cuanto lo dices un par de veces, ya es como un slogan que repites en tu cabeza. ¡O serán cosas nuestras!. Jajaja.
Como se estaba haciendo la hora de comer, pensamos que no era el mejor momento para andar picando dulce y decidimos buscar un sitio donde comer comida “normal”… y luego, ya sí eso, nos volveríamos a este lugar de “pecado” para el postre.
Como se estaba haciendo la hora de comer, pensamos que no era el mejor momento para andar picando dulce y decidimos buscar un sitio donde comer comida “normal”… y luego, ya sí eso, nos volveríamos a este lugar de “pecado” para el postre.
Volvimos a la calle North Street y un poco por encima de la parada del bus, encontramos un pizzería con buffet libre que tenía buena pinta, así que decidimos probar. Los dos menús de buffet libre con refrescos, nos costaron £20,45 (24,10€). El nombre del restaurante, Casa Della Pizza. Es un sitio sencillo, no es un gastrobar.
Terminada la comida y para hacer un poco de “hueco” al postre, nos fuímos a dar un paseo hata el Royal Pavilion, y dimos una vuelta por el exterior. El precio nos pareció un poco elevado y decidimos no entrar.
En los jardines del parque que rodea al palacio, nos encontramos con un montón de gente en plan “pic-nic”. Con sus mantitas y su comida, disfrutando del estupendo día que nos había salido.
Callejeando nos fuimos acercando a la orilla del mar. Una cosa que nos llamó cantidad la atención mientras andábamos entre calles, fue la multitud de joyerías que vimos. ¡no os podéis hacer una idea! Tentados estuvimos de comprarnos alguna “baratija” pero nos conformamos con mirar los escaparates. ¡ay! También vimos algunos escaparates curiosos, como el de esta tienda de ropa, con un montón de máquinas de coser antiguas.
Y por fin, cuando llegamos a la playa, ahí estaba: la Brighton Pier. La única diferencia con la de la tv eran los andamios de reparación que tenía la fachada principal. Este tipo de construcción son muy llamativas. Las primeras, creo recordar que las vimos en Gales y ya entonces nos parecieron fabulosas y llenas de mucho encanto.
Las playas no son de arena, son de guijarros. Mucha gente no es que haya pero si gaviotas ávidas de “robar” todo lo que esté a su alcance. Además son bastante “osadas” y se acercan bastante a la gente para tentar a la suerte.
Una de las atracciones turísticas de Brighton es la British Airways i360, una palataforma giratoria que sube hasta casi 140 mts. de altura, desde donde se deben tener unas vistas espectaculares. Y decimos “se deben tener” porque decidimos no subir. De nuevo, el precio nos pareció elevado. Quizás por que ya estamos a final del viaje y el presupuesto no da para mucho más. ¡jejeje!
Y cuando nos pareció que ya habíamos hecho méritos para darnos el homenaje en forma de rico postre, volvimos a Choccywoccydoodah. Lo primero… dejar constancia de nuestra visita.
Luego no pudimos resistirnos a sacar un montón de fotos al escaparate por que las tartas son unas auténticas obras de arte. Para los que no hayáis oído hablar nunca de este sitio, las tartas las hacen con chocolate suizo. Bizcocho y chocolate. Así que tiene mucho mérito.
Ya en el interior seguimos “flipando” con todas las tartas que tenían expuestas. En la parte de abajo estaba la tienda. Una pena que no conociéramos a ninguna de las chicas que estaban atendiendo.
Y en la parte de arriba, la zona de cafetería, fiel al estilo y filosofía de la pastelería. Un sitio reducido pero lleno de color y sabor. La carta es la que podéis ver en la foto. Muy cómoda para manejar por los camareros no es que sea (son dos pizarras de ½ metro y escritas a mano).
Para beber, pedimos 2 chocolates decorados con nata, nubes y unas pildoras de chocalate y vainilla. Y para comer, dos trozos de tarta de red velvet con helado de vainilla… ¡¡sin palabras.!!! Todo nos salió por £19,92 (23,50€). Nos costó un poco terminarlo todo porque las porciones son generosas.
Pensábamos bajar las escaleras rodando pero atinamos a bajarlas escalón a escalón. Bajamos despacio para ver todos los detalles escondidos en cada rincón. Y despidiéndonos del lugar. Nos llevamos alguna cosita de la pastelería de recuerdo y comestible ¡también! jajaja
A partir de aquí, nos dedicamos a callejear y deambular entre calles. Visitando el interior de alguna que otra tiendita y sacando foto a todo lo que nos llamaba un poco la atención. Brighton tiene bastante movimiento de gente y de artistas. Es un sitio de veraneo para la gente de Londres.
A partir de aquí, nos dedicamos a callejear y deambular entre calles. Visitando el interior de alguna que otra tiendita y sacando foto a todo lo que nos llamaba un poco la atención. Brighton tiene bastante movimiento de gente y de artistas. Es un sitio de veraneo para la gente de Londres.
En esta tienda no me pude resistir a sacar unas fotos. Tres paredes enteras de tarjetas de regalo de todos los motivos, cumpleaños, para padres/hijos, de broma… vamos, de todo.
También nos encontramos con “Hells Kitchen” o “Cocina del Infierno”. ¿Sois fans de la serie de Netflix, Daredevil? Nosotros si, así que nos hizo mucha gracia.
Otra zona que nos gustó mucho fue la de Gardner Street porque nos recordó bastante al ambiente de Candem Town, en Londres.
Sobre las 18h45 regresamos a la zona de la playa y la pier. Suponemos que porque era viernes, las terrazas de los bares y pubs estaban a tope. Además el tiempo acompañaba para estar al aire libre. Música, gente bebiendo, paseando, sentados en la playa esperando el atardecer …. Todo muy ¡idilico!
Al pasar junto a la British Airways i360, aprovechamos para fotografiarla más de cerca y sacar unos detalles. Recuerda bastante a las cabinas del London eye.
Cuando el sol bajó un poco, volvimos a la pier y dimos un último paseo entre las atracciones esperando al atardecer para ver si podíamos fotos en la “hora azul” con la pier iluminada.
Mientras tanto, nuestras amigas las gaviotas, seguían haciendo de las suyas en el paseo. En varias ocasiones pudimos ver ataques a paseantes que iban con comida en las manos. Se lanzaban como auténticos kamikazes. ¡¡La película de Hitchcock podría haberse rodado en cualquier pueblecito costero inglés!!.
Junto a la entrada de la pier, había un puesto de “perritos” y como no teníamos demasiada hambre, pensamos que con un tentempié, suficiente. Nuestro “acento” nos delató frente al chico que nos atendió que resultó ser de Badajoz. Así que estuvimos hablando un rato con él y tal vez no deberíamos decirlo, pero nos invitó a los refrescos. £7,50 (8,83€). Como os imaginaréis comimos resguardados para evitar a las “acosadoras-ladronas”.
Y cuando vimos que el cielo se fue poniendo de color azul, fuimos a ver si podíamos conseguir alguna foto chula. Para nuestra desilusión, no iluminaron la pier ni las atracciones, así que nos tuvimos que conformar con sacar fotos al cartel de Brighton Pier que iban iluminando con los colores de varios países, entre ellos, España.
Y cuando vimos que el cielo se fue poniendo de color azul, fuimos a ver si podíamos conseguir alguna foto chula. Para nuestra desilusión, no iluminaron la pier ni las atracciones, así que nos tuvimos que conformar con sacar fotos al cartel de Brighton Pier que iban iluminando con los colores de varios países, entre ellos, España.
Cuando dieron las 22h, volvimos a North Street para tomar el autobús de vuelta al hotel. Tuvimos bastante suerte porque apenas tuvimos que esperar 5’ a que llegase. Nos bajamos en una parada anterior a la nuestra porque teníamos localizado un super que vimos abierto y queríamos coger algunas cosillas para el día siguiente.
Ya en el hotel, acabamos de ultimarlo todo porque queríamos hacer una última visita antes de ir al aeropuerto y no podíamos entretenernos y salir tarde. Aunque intentamos no liarnos mucho, nos dieron la 1h30. ¡¡Y ya con la pena de que esto se va acabando!!
Ya en el hotel, acabamos de ultimarlo todo porque queríamos hacer una última visita antes de ir al aeropuerto y no podíamos entretenernos y salir tarde. Aunque intentamos no liarnos mucho, nos dieron la 1h30. ¡¡Y ya con la pena de que esto se va acabando!!
*** final del día 16 ***
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