Volví a desandar los pasos recorridos del día anterior hasta Tetuán, no sin antes almorzar en una de las panaderías cercanas a la estación de Chefchauen donde la abeja maya y sus primas revoloteaban la repostería de la sucia vitrina sin pudor y...
Volví a desandar los pasos recorridos del día anterior hasta Tetuán, no sin antes almorzar en una de las panaderías cercanas a la estación de Chefchauen donde la abeja maya y sus primas revoloteaban la repostería de la sucia vitrina sin pudor y ante la pusilanimidad de los camareros; costumbre muy extendida, por cierto, en las ciudades que visité en territorio marroquí.
El río Martil, al noreste de la estación de autobuses de Tetuán, recorría su lecho alejado de la ciudad, como si sus pobladores primigenios, embrujados por una locura colectiva, lo hubieran proscrito a la soledad. Resultaba misterioso verlo pasar solitario en el fondo de la vaguada, aunque no alcanzara a comprenderlo tenía que haber una razón práctica en ello.
Dejé la estación y ascendí por la avenida Hassan II, paralelo al jardín de los enamorados, que en esas primeras horas ya podríamos bautizarlo como el jardín de los marchitados por el calor.
Entré a la medina por un vano de la muralla, no tenía ninguna prisa en buscar alojamiento, esa era una de las ventajas de ir con un equipaje liviano durante todo mi viaje, que la mochila no me molestaba ni me incomodaba en mis exploraciones. Enseguida percibí la singularidad de aquella medina que parecía mantenerse alejada de la mercadotecnia turística y permanecía intacta en el tiempo con sus comercios tradicionales. Me enamoré inmediatamente de ella, y no entendí cómo se mantenía alejada del circuito turístico, aquella joya mucho más auténtica y hermosa que las de Chefchauen y Tánger. Pasé varias horas adentrándome por sus callejones y viendo la actividad mercantil que tenía un ritmo sereno, al menos, en aquellas horas. El calor se soportaba muchísimo mejor en aquellas callejuelas.
Salí por una de los accesos de la muralla,Bab M´kabar,y lo primero que vi fue una vertiente sucia con azulejos de tonalidades blancas y azules, pensado que estaba en la escombrera municipal, pero no, era el cementerio de la ciudad. No les importaba mucho a los tetuaníes tener aseado el lugar de descanso de sus familiares fallecidos, tal vez valdría más la pena coger la costumbre hindú de incinerarlos que ver aquel espectáculo ominoso. Recorrí el cementerio siguiendo senderos que acababan difuminándose, que me obligaban a caminar por las sepulturas ante la indiferencia de los pocos marroquíes que pululaban por allí. ¿A quién le importaría que pisara o meara en las miles de sepulturas que había? Creo, viendo el panorama, que a nadie.
El sol,ya en su cenit, era inclemente, insoportable. Así que fui a refugiarme durante un rato ante la copa de un bello ejemplar de pino.
-Mi abuelo era español. Yo trabajo con el párroco de la iglesia de Bacturía- me comentaba en español un autóctono que me intercepto enfrente de la iglesia.- Soy un buen guía que podría enseñarte toda la ciudad.
-No, muchas gracias, ya he visto todo.- le respondí amablemente.
-Ves. Allí arriba.- señalando una colina cercana que se veía una fortificación en su base-. Es el antiguo destacamento de los regulares españoles de la época del protectorado. Podemos ir y te lo enseño; he hecho de guía de muchos españoles.
Mi respuesta siempre fue negativa ante su insistencia hasta que se rindió.
La verdad, que no fueron muchos, quienes me molestaron pidiendo dinero o servicios en Tetuán.Se notaba que no era, para mí fortuna, muy turística.
Eran las tres de la tarde cuando busqué alojamiento. Me alojé en la pensión Iberia por 19 euros (solo quedaba una habitación doble). Las habitaciones estaban limpias pero su mobiliario, sus colores y el edificio tenía más semejanza a un sanatorio que a un hospedaje.
La plaza Hassan II era un lugar cercado por vallas y cuerpos de seguridad del Estado marroquí. En uno de sus lados estaba la fachada de uno de los palacios reales que hay diseminados por Marruecos. Aquella plaza no pertenecía al pueblo, a quienes le negaban su disfrute. Era surrealista que un rey en el siglo XXI siguiera teniendo actitudes anacrónicas. Y, además, aquel palacio, seguramente lo utilizara cuatro o cinco veces al año. Todo un despilfarro de dinero y autoritarismo.
Ascendí la medina por el área más pobre y sucia, la más deprimida, para llegar al antiguo acuartelamiento español. En el camino, unas niñas sentadas en una escalera de los callejones me pidieron si les podía dejar el móvil. Mentí, les dije que no tenía. Aunque no entendí muy bien para qué querían mi móvil, a quién querrían llamar o si saldrían corriendo cuando el ingenuo turista les entregara confiado el teléfono.
Vi alguna mujer de edad avanzada con la vestimenta más tradicional andando con dificultad por aquellas empinadas callejuelas, realmente no era la mejor zona de Tetuán para envejecer o tener una minusvalía,para salir de aquí ni las motos servían en las calles estrechas con peldaños para una persona de movilidad reducida.
Ya arriba, entré decidido por el que un día debió ser el acceso principal del acuartelamiento. En el soportal, en una estancia en el lado izquierdo, había cuatro marroquíes sentados que me comentaron que estaba prohibido entrar. El interior, lo poco que vi, tenía un estado de conversación lastimoso. Me conformé con rodear el edificio por su parte superior.
Después de cenar me senté en una plaza a ver a los marroquíes disfrutar de la fresca. En aquellas horas la gente aprovechaba para callejear y disfrutar de las temperaturas más agradables.
Recordé viendo a los niños jugar a fútbol la primera vez que supe de la existencia de Tetuán. Fue con catorce años cuando fui a la casa de un amigo y me enseñó unos periódicos deportivos que guardaba su padre de la temporada 51-52 de la liga española. Ojeando sus páginas amarillentas por el tiempo me llamó la atención una crónica de un partido de fútbol: A. Tetuán 3- R. Madrid 3 en el campo de Varela. Un partido que los de casa ganaban 3 a 1 en el descanso y acabó envuelto en polémica arbitral e invasión del campo con incidentes que fueron reprimidos por las fuerzas del orden público. No me llamo la atención los incidentes, algo que solía ocurrir con cierta frecuencia, sino el nombre del equipo local.¿ De dónde era el A. Tetuán? De Marruecos. Me dijo mi amigo. Al principio me extraño que un equipo africano jugara la liga española, luego, tiempo más tarde, comprendí la razón. En aquella época Tetuán pertenecía al Protectorado español, pero no dejaba de ser, por ello, una hazaña que un equipo africano dirigido, eso sí, por españoles llegara a la primera división y jugara en ella una temporada.
Antes de dormir estuve leyendo la obra ambientada en la época del Protectorado español de María Dueñas, Tiempo entre costuras,un libro muy bien escrito y documentado pero algo ñoña para mi gusto.
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Buenos días necesito vuestro consejo referente a que es mejor cuanto a ruta, si es factible lo que tengo pensado (desierto) en coche de alquiler o en tour, no sé cual seria lo mejor, no nos importa conducir.
Hemos decidido ayer (viajamos sábado de esta semana) y todavía no tengo trabajada la ruta
Podría ser mi ruta o es mejor una ruta más urbana pasando por Casablanca y Rabat, por ejemplo.
Que es mejor coche alquiler o tour?:
Día 1 – Sábado 8/11: Llegada a Fez a las 17h
Día 2 – Domingo 9/11: Fez
Día 3 – Lunes 10/11: Fez → Valle del Ziz → Merzouga
Día 4 – Martes 11/11: Merzouga... Leer más ...
Gracias, Jotaatar. He mirado y me parece que sale mucho de la ruta pq no vuelvo a Fez, iríamos de allí a Marrakech. Lo que estoy viendo es que son muchísimas horas de carretera. Es muy exhaustivo?
Recomendáis tour organizado?
Buenas, nosotros hicimos algo similar en 2008 en coche de alquiler. Te paso nuestra ruta.
Día 1: Fez
Día 2: alquilar coche Fez
Fez- Ifrane _ Azrou _Aïn Leuh _ Sources de l’Oum er Rbia__ Khénifra
Día 3:khénifra___Midelt__Gorges d’Aouli__Gorges du Ziz__Source Blue de Meski_ Merzouga
Día 4: Ruta desierto y dormir en el desierto
Día 5: Merzouga _ Garganta del Todra__ Garganta del Dades
Día 6: Garganta Dades __ Skoura __ Ouarzazate ___ Aït Benhaddou-Tizi n Ticha_ Aït Ourir
Día 7: Aït Ourir __ Cascadas de Ouzoud __ Marraquech
Día 8: Marraquech