Empezamos el día saliendo de Corón dirección Cebú. El vuelo ha salido incluso 5 minutos antes de la hora. A las 8:30 de estábamos ya en Cebú. Hemos aprovechado para cambiar dinero y al salir del aeropuerto había un tío con un cartel con mi nombre que nos ha llevado hasta Moalboal.
El camino a Moalboal se ha hecho muy pesado. Se supone que son dos horas pero con el tráfico que hay es imposible hacerlo en dos horas, nosotros hemos tardado casi tres. Moalboal es un pueblo exclusivamente dedicado al buceo. Realmente es una calle llena de centros de buceo y bares. Toda la fama la tiene un banco de sardinas que permanece residente en la costa de Moalboal. El día que desaparezcan las sardinas el pueblo se hunde. Así pasa, hasta la pesca está prohibida.
Al llegar la chica nos ha pedido rellenar un papel y que a las 14 estuviéramos listos para bucear a las 15. Ni si quiera nos han pedido la titulación. Del centro nos han conducido a nuestra habitación, "Ocean Safari", es un hotel nuevo al lado del centro de buceo que está genial, hasta con agua caliente. Tras dejar las cosas y con un palomo que caía increíble hemos buscado para comer. El pueblo está lleno de turistas, sobre todo asiáticos. Nos ha costado encontrar sitio hasta dar con un vegetariano que nos ha hecho el papel. Eso sí a los diez minutos se nos han sentado unos chinos que no han parado de dar por saco toda la comida. Es tremendo lo escandalosos que son los chinos.
Tras comer y dejar las cosas en el hotel, con el bañador puesto hemos ido al centro. Nos han puesto un guía que el muy cerdo iba tirándose eructos como el que tose. Imagino que aquí no estará mal visto porque es incomprensible. Bueno, algo torpes nos hemos terminado metiendo al agua. A los cinco minutos de estar en el agua empiezo a ver sardinas, un banco chulo pero tampoco un disparate hasta que avanzando llegamos a una zona donde me ha dado la sensación de que buceábamos bajo un muelle o algo de lo oscuro que estaba hasta que con un movimiento sincronizado se ha abierto un agujero en el techo... Sardinas! Una masa de sardinas tan grande que tapaban la luz del sol. Te metes dentro del banco y al echar aire van abriéndose paso de forma sincronizada, un espectáculo. A todo esto hay jureles y espetones que le tiran al banco haciendo que el movimiento de escape sea algo hipnótico, más cuando se mueven hacia uno mismo. Mira que en donde buceo normalmente, cabo de palos, se ven los bancos de boga pero esto es como diez veces más bestia. El guía pretendía marcarme cangrejos y demás pero con el espectáculo de la sardina no le hacíamos ni caso. Hemos hecho un buceo de 50 minutos íntegros de sardinas.
Tras el buceo hemos dejado el equipo para mañana y con gafa y tubo hemos vuelto a la playa para ver las sardinas haciendo snorkel. En snorkel también tiene su punto, ya si te sumerges entre ellas te hacen un túnel según bajas. Además de las sardinas, la costa está llena de coral y bastante vida. Hasta tres sygnatidos tipo abaster nos hemos encontrado. Pez aguja creo que les llaman.
Tras el snorkel hemos ido ya a ducharnos para terminar dando un paseo por el pueblo. Hay un montón de bares para ver el atardecer pero hemos llegado muy tarde y en las mesas buenas no había hueco, así que hemos terminado de verlo en la playa y al final comiendo sopa con verduras y noodles en un bar cutrísimo. Mañana hacemos tres buceos y esta gente parece que muy madrugadora no es. A las 8:30 en el centro así que hoy sí que descansamos
El camino a Moalboal se ha hecho muy pesado. Se supone que son dos horas pero con el tráfico que hay es imposible hacerlo en dos horas, nosotros hemos tardado casi tres. Moalboal es un pueblo exclusivamente dedicado al buceo. Realmente es una calle llena de centros de buceo y bares. Toda la fama la tiene un banco de sardinas que permanece residente en la costa de Moalboal. El día que desaparezcan las sardinas el pueblo se hunde. Así pasa, hasta la pesca está prohibida.
Al llegar la chica nos ha pedido rellenar un papel y que a las 14 estuviéramos listos para bucear a las 15. Ni si quiera nos han pedido la titulación. Del centro nos han conducido a nuestra habitación, "Ocean Safari", es un hotel nuevo al lado del centro de buceo que está genial, hasta con agua caliente. Tras dejar las cosas y con un palomo que caía increíble hemos buscado para comer. El pueblo está lleno de turistas, sobre todo asiáticos. Nos ha costado encontrar sitio hasta dar con un vegetariano que nos ha hecho el papel. Eso sí a los diez minutos se nos han sentado unos chinos que no han parado de dar por saco toda la comida. Es tremendo lo escandalosos que son los chinos.
Tras comer y dejar las cosas en el hotel, con el bañador puesto hemos ido al centro. Nos han puesto un guía que el muy cerdo iba tirándose eructos como el que tose. Imagino que aquí no estará mal visto porque es incomprensible. Bueno, algo torpes nos hemos terminado metiendo al agua. A los cinco minutos de estar en el agua empiezo a ver sardinas, un banco chulo pero tampoco un disparate hasta que avanzando llegamos a una zona donde me ha dado la sensación de que buceábamos bajo un muelle o algo de lo oscuro que estaba hasta que con un movimiento sincronizado se ha abierto un agujero en el techo... Sardinas! Una masa de sardinas tan grande que tapaban la luz del sol. Te metes dentro del banco y al echar aire van abriéndose paso de forma sincronizada, un espectáculo. A todo esto hay jureles y espetones que le tiran al banco haciendo que el movimiento de escape sea algo hipnótico, más cuando se mueven hacia uno mismo. Mira que en donde buceo normalmente, cabo de palos, se ven los bancos de boga pero esto es como diez veces más bestia. El guía pretendía marcarme cangrejos y demás pero con el espectáculo de la sardina no le hacíamos ni caso. Hemos hecho un buceo de 50 minutos íntegros de sardinas.


Tras el buceo hemos dejado el equipo para mañana y con gafa y tubo hemos vuelto a la playa para ver las sardinas haciendo snorkel. En snorkel también tiene su punto, ya si te sumerges entre ellas te hacen un túnel según bajas. Además de las sardinas, la costa está llena de coral y bastante vida. Hasta tres sygnatidos tipo abaster nos hemos encontrado. Pez aguja creo que les llaman.
Tras el snorkel hemos ido ya a ducharnos para terminar dando un paseo por el pueblo. Hay un montón de bares para ver el atardecer pero hemos llegado muy tarde y en las mesas buenas no había hueco, así que hemos terminado de verlo en la playa y al final comiendo sopa con verduras y noodles en un bar cutrísimo. Mañana hacemos tres buceos y esta gente parece que muy madrugadora no es. A las 8:30 en el centro así que hoy sí que descansamos