Diario de Sri Lanka, día 3: de Negombo a Kandy con clases de cocina ✏️ Diarios de Viajes de Sri LankaJUEVES 4 OCTUBRE 2018. Estuvo lloviendo sin parar toda la noche pero misteriosamente la mañana apareció soleada. Nos despertamos sobre las 8 y desayunamos en el cuarto la comida que nos había sobrado del viaje. Nos despedimos de Asha, quien nos...Diario: Quince días en tuktuk por Sri Lanka⭐ Puntos: 5 (5 Votos) Etapas: 18 Localización: Sri LankaJUEVES 4 OCTUBRE 2018 Estuvo lloviendo sin parar toda la noche pero misteriosamente la mañana apareció soleada. Nos despertamos sobre las 8 y desayunamos en el cuarto la comida que nos había sobrado del viaje. Nos despedimos de Asha, quien nos invitó a unos riquísimos coconut roti con salsa picante (elaborada a base de cebolla, chile, lima y sal) antes de marchar. Pinchando aquí podréis ver la opinión que escribí sobre Leisure Villa en Tripadvisor. Metimos las dos maletas de cabina en la parte trasera, que encajaron perfectamente, y arrancamos en dirección a Kandy. El viaje nos llevó casi cuatro horas, parando solamente a comer por el camino, en una localidad llamada Paragahadeniya. Entramos en un local que nos tuvo buen pinta, Rifky Hotel, con el fin de probar los típicos snacks fritos del país así que pedimos cuatro diferentes rellenos de curry, huevo, patatas, etc., pero todos muy ricos. Pagamos por la comida y una botella de agua 300 rupias/1’5€. Además aprovechamos para coger en una tienda que había enfrente un par de paquetes de galletas y una chocolatina, pero no recuerdo el precio; estaban buenas, sobre todo las de coco. El tuktuk ya empezó a dar los primeros problemas, pues escupía las marchas y frenaba más de una rueda que de otra por lo que se cruzaba en la carretera cada vez que Pelayo pisaba el freno. De camino a Kandy reservé unas clases de cocina con la empresa Kandy Cooking Classes: primero les escribí un mail desde España para pedirles información: –Clases de cocina por 25$/persona: arroz, 7 vegetales, curry de pollo o pescado, coconut sambol, papadam, un postre y una cerveza, además del traslado desde el hotel al lugar donde se imparten las clases. La comida es de 10:30-14 horas y la cena de 17:30-21 horas, a escoger una de las dos. –Visita al mercado y clases de cocina por 35$/persona: además de los platos anteriores y el traslado desde el hotel, se acompaña previamente al chef a hacer la compra en el Mercado Municipal de Kandy. La comida es de 9:30-14 horas y la cena de 16-21 horas, a escoger una de las dos. Contraté con ellos la segunda opción pero, como teníamos nuestro propio tuktutk nos lo dejaron en 32$/persona; así que quedé con el cocinero a las 16 horas en la puerta principal del Mercado de Kandy. Asha nos había reservado una habitación en un hotel de Kandy que ella conocía llamado Vino Villa, haciéndonos además un descuento por ir de su parte (de 40 a 30$, con desayuno incluido/26€) así que al llegar a la ciudad (por cierto, con un tráfico infernal) fuimos directos al alojamiento. Resulta que estuvimos solos durante nuestra estancia así que el trato recibido fue exquisito. La habitación era amplia, con un bonito balcón, y baño privado. En cuanto llegamos nos ofrecieron un té que tomamos en la terraza. Tras dejar las maletas en el hotel nos dirigimos al centro de Kandy bordeando el bonito lago en el que se encuentra el famoso Templo del Diente. Dejamos el tuktuk en el aparcamiento que hay delante del Mercado, que al parecer es de pago, según el rato que esté el vehículo (hay unos señores que controlan) y dimos una vuelta por las bulliciosas calles del centro. Entramos en Odel, conocida marca de ropa local de estilo occidental y moderno, en donde Pelayo compró un gorro y yo dos camisetas valiéndome de una oferta 2×1 (pagamos por las tres prendas 3045 rupias/15’5€). Esta tienda está dentro de un centro comercial con muchas tiendas, cafeterías, terrazas, etc. Una vez fuera del centro comercial callejeamos por los alrededores en busca de una tienda de sarees, pues yo quería llevarme uno. Entramos en una llamada Saree Kingdom y me probaron varios. Cogí uno más bien discreto que se componía de falda larga, camiseta corta y tela, que me enseñaron a colocar (después de regatear me lo dejaron por 6000 rupias/30€, que seguro que es carísimo). De allí nos dirigimos al Mercado Municipal, por donde dimos muchas vueltas viendo los puestos de pescado, verduras, harinas, frutas, etc. Es un sitio interesante si os gusta la gastronomía. Aprovechamos para comprar un mango, que estaba bien bueno. Por cierto, en la puerta principal se pueden observar las diferencias entre los tres idiomas que se hablan en Sri Lanka: inglés, cingalés y tamil. Preguntando a la población, al parecer, el más hablado es el cingalés; el tamil, sin embargo, no está muy extendido a excepción de la zona norte de la isla. Son totalmente diferentes, pues el tamil viene del sur de la India. A las 16 horas nos colocamos en la puerta principal, en donde al poco rato se nos acercó un chico que dijo ser el cocinero. A continuación llegó un colaborador suyo conduciendo un tuktuk en el que traía a dos personas más que también se habían anotado a las clases de cocina: Josh, de Reino Unido, y Annabel, de Alemania (eran amigos, venían juntos, pues viven en UK). El chef nos llevó por los pasillos para comprar verduras pero tampoco se paró mucho a explicar, sólo si le preguntábamos algo entonces nos daba información (difícil de entender además por el ruido de fondo que había). Creo que esta parte, por tanto, la podéis obviar (basta con que lleguéis un poco antes y os deis un paseo por el Mercado como hicimos nosotros). Tras la compra cogimos los dos tuktuks y seguimos al cocinero, que iba en moto. Se pusieron a conducir como locos, no sé muy bien con qué sentido, haciendo maniobras muy peligrosas sin ninguna necesidad… Pelayo los siguió sin problema, gracias a su gran experiencia al volante, pero yo los hubiera perdido al minuto de salir del Mercado. Las clases de cocina fueron en la casa del cocinero, ayudado por dos de sus hermanas. Para llegar de allí tuvimos que salir de Kandy y meternos por caminos que yo pensé que el tuktuk no iba a poder subir por las cuestas pero finalmente llegamos. La cocina era muy rudimentaria, con una parte tradicional de ladrillo, y otra «más moderna» con gas y eléctrica. Pasamos toda la tarde una agradable velada con las hermanas y el cocinero, que prepararon infinidad de platos. El cocinero nos explicó primero los ingredientes y las especias que iban a utilizar. Es una pena que las hermanas no hablen inglés, pues eran un encanto, aún así nos reímos mucho con ellas. Nuestra actividad fue pelar y picar verdura, pero a partir de ahí poco más hicimos, pues se encargaron de los fuegos las hermanas así que si queréis algo muy activo quizás éste no es el lugar (tendréis que buscar otra opción que ofrezca puestos individualizados, similar al curso que hicimos de cocina en Tailandia). Tras tres horas, más o menos, presentaron todos los platos: chicken curry, remolacha, okra frita, berenjena con chutney de mango, curry de calabacín, dhal (curry de lentejas naranjas), calabaza, coconut sambol (hecho a mano con un invento casero para rallar el coco), papadam (tortas que frieron), arroz blanco. Mientras estábamos en la cocina nos sirvieron la cerveza por persona que nos habían prometido. Muchos de los platos típicos se cocinan de un modo similar, con leche de coco y especias variadas, originando currys muy sabrosos donde sólo cambia el ingrediente principal (que, por otra parte, está tan camuflado por los demás ingredientes, que a veces es difícil de identificar). Nos servimos todo lo que quisimos para cenar pero fue imposible acabarlo. Mientras cenábamos animadamente los cuatro en el porche de la casa, viendo caer la lluvia, las hermanas prepararon un postre típico (una especie de filloas rellenas de azúcar y especias como cardamomo, clavo y canela). Cuando nos cansamos marchamos de allí, no sin antes hacernos fotos y pagar la cuenta (nos cobraron al final 33$/persona y además una cerveza a mayores que bebió Pelayo durante la cena por la que nos cobraron 400 rupias, pues el agua y el té iban incluidos, siendo el total 11554 rupias/60€). El precio me pareció elevado para el país, pero por lo que he visto en Internet, es más o menos lo que suelen pedir a los turistas. Lo bueno es que ese dinero es un ingreso extra que va directamente a las familias locales…Por cierto, el cocinero nos prometió que nos enviaría las recetas pero no lo hizo. Días después se lo recordé por WhatsApp y sí que me envió un archivo con varias de las recetas que hicimos: coconut sambol, dhal curry, chicken curry, fish curry y jack curry. La vuelta en tuktuk lloviendo y de noche por los caminos fue de quitar el hipo, además el otro conductor iba delante, muchas veces entorpeciendo a Pelayo en las cuestarronas, haciéndonos frenar en medio de ellas. Además tuvo que ir aguantando fuertemente las marchas para que no saltasen. Finalmente llegamos sanos y salvos a la zona del hotel pero no lo encontrábamos, pues no está bien señalado en Google Maps y no había ni una luz. Gracias a la buena orientación de Pelayo al final, tras callejear por el barrio, lo encontramos. Ya nos esperaban en la puerta con un paraguas para que no nos mojásemos… Si es que son un derroche de amabilidad. He de decir que habíamos leído críticas negativas en Tripadvisor sobre este hotel en cuanto a que los perros del vecino ladraban mucho y molestaban por la noche, sin embargo no oímos nada, no sé si porque no ladraron o porque caímos como un cesto. Por cierto, para los interesados en las recetas, las podréis consultar en mi web, cuyo enlace os dejaré en la última entrada del diario. Índice del Diario: Quince días en tuktuk por Sri Lanka
01: Diario de Sri Lanka, preparativos del viaje y día 1
02: Diario de Sri Lanka, día 2: Negombo
03: Diario de Sri Lanka, día 3: de Negombo a Kandy con clases de cocina
04: Diario de Sri Lanka, día 4: de Kandy a Dambulla
05: Diario de Sri Lanka, día 5: Lion Rock y Pidurangala
06: Diario de Sri Lanka, día 6: Sigiriya, Polonnaruwa y Habarana
07: Diario de Sri Lanka, día 7: de Habarana a Trincomalee
08: Diario de Sri Lanka, día 8: Trincomalee
09: Diario de Sri Lanka, día 9: de Trincomalee a Kandy
10: Diario de Sri Lanka, día 10: de Kandy, Nuwara Eliya y Ella
11: Diario de Sri Lanka, día 11: Ella’s Rock y Puente de los Nueve Arcos
12: Diario de Sri Lanka, día 12: de Ella a Tangalle
13: Diario de Sri Lanka, día 13: Tangalle
14: Diario de Sri Lanka, día 14: de Tangalle a Mirissa
15: Diario de Sri Lanka, día 15: de Mirissa a Galle
16: Diario de Sri Lanka, día 16: de Galle a Colombo
17: Diario de Sri Lanka, día 17: de Colombo a Negombo
18: Diario de Sri Lanka, día 17: vuelta a casa y resumen de gastos
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