Tras el desayuno pagué la habitación y cambié un poco de dinero en el hotel a 170000 IRR, el mejor de todo el viaje. Lástima que sólo pudiese ser una pequeña cantidad de 11€ correspondiente a las vueltas.
Sobre las 9 de la mañana salí con el conductor rumbo a Kashan. El trayecto me iba a costar 20€.
Después de quizás un par de horas de viaje fuimos entrando en Natanz. En esta ciudad se encuentra la planta subterránea de enriquecimiento de uranio más importante del país.
En lo que a mí respecta, iba a ser el lugar donde iba a visitar la Masjed-e Jameh o mezquita del Viernes. Construida durante el siglo XIV, es una de las construcciones más importantes del ilkanato mongol. Arquitectónicamente me parecieron llamativos tanto el minarete como la cúpula octogonal acabada en forma piramidal.
Sobre las 9 de la mañana salí con el conductor rumbo a Kashan. El trayecto me iba a costar 20€.
Después de quizás un par de horas de viaje fuimos entrando en Natanz. En esta ciudad se encuentra la planta subterránea de enriquecimiento de uranio más importante del país.
En lo que a mí respecta, iba a ser el lugar donde iba a visitar la Masjed-e Jameh o mezquita del Viernes. Construida durante el siglo XIV, es una de las construcciones más importantes del ilkanato mongol. Arquitectónicamente me parecieron llamativos tanto el minarete como la cúpula octogonal acabada en forma piramidal.
Seguidamente fuimos a Abyaneh, un pueblo de montaña situado a más de 2000 metros de altitud de apenas 300 habitantes. Se habla persa medio, una versión anterior al actual farsi casi desaparecida. Las mujeres visten con un hiyab con flores y gran colorido.
Para visitar este pueblo hay que pagar una tasa de 100000 IRR en un puesto de control situado en la carretera a unos minutos de la entrada. Arquitectónicamente Abyaneh destaca por sus casas de adobe rojo.
Me dieron un mapita donde venían indicados diversos monumentos de interés como varias mezquitas, un templo del fuego y algunas casas típicas, pero como no me pude despegar del conductor en todo el rato, no me enteré de lo que iba viendo a cada momento. Para obtener una panorámica de todo el pueblo hay que seguir un camino hacia la ladera de un cerro que hay enfrente, cosa que no hice.
Acabada la visita a Abyaneh continuamos nuestro camino hacia Kashan, no sin parar antes en un área de servicio para comer. Más kebab de pollo, con agua y arroz, más el kebab de cordero del conductor, fue un total de 385000 IRR (2’4€ con el cambio de 158000 IRR por euro que todavía me quedaba).
El conductor quería que visitase más lugares antes de llegar a Kashan. Yo no estaba muy convencido porque en el hotel sólo me guardaban la reserva de la habitación hasta las cinco de la tarde. Al final, con el responsable de la agencia como intermediario, le hice saber al conductor que mientras que llegásemos antes de esa hora al hotel, no me importaba.
El conductor quería que visitase más lugares antes de llegar a Kashan. Yo no estaba muy convencido porque en el hotel sólo me guardaban la reserva de la habitación hasta las cinco de la tarde. Al final, con el responsable de la agencia como intermediario, le hice saber al conductor que mientras que llegásemos antes de esa hora al hotel, no me importaba.
El primer lugar elegido por el conductor fue el Bagh-e Fin, a las afueras de Kashan. Es uno de los jardines persas que están incluidos en el Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La entrada cuesta 200000 IRR y fue una decisión acertada el dejarme convencer para verlo.
Destacan los estanques y fuentes con azulejos turquesas por los que fluye el agua procedente de un manantial natural, así como los dos pabellones que hay, uno de ellos con la cúpula decorada con pinturas.
Entrando en Kashan fuimos a la mezquita Agha Bozorg. Destaca por la simetría del edificio, los azulejos y las torres del viento. En medio del patio hay una fuente para abluciones.
Después de ver la mezquita fuimos a la búsqueda del hotel Saraye Ameriha Boutique, a poca distancia de las casas históricas y del hammán. Costó un poco encontrarlo, pero al final el conductor dio con él tras preguntar a varias personas. Está en Alavi St., justo enfrente del hammán.
Tal y como estaba el cambio, los 5000000 de IRR iban a ser unos 30€. Me quedé boquiabierto con semejante hotel a ese precio. Si hubiese tenido que pagar el triple no me hubiese importado en absoluto. Una preciosidad de alojamiento.
Se encuentra ubicado en una casa histórica del siglo XIX. Cuenta con la torre del viento más alta de Kashan, que se ve desde distintos puntos del hotel. Según se entra y se pasa la recepción y se deja el salón a un lado, se sale a un patio con un estanque en medio y árboles y macetas a los lados.
Tal y como estaba el cambio, los 5000000 de IRR iban a ser unos 30€. Me quedé boquiabierto con semejante hotel a ese precio. Si hubiese tenido que pagar el triple no me hubiese importado en absoluto. Una preciosidad de alojamiento.
Se encuentra ubicado en una casa histórica del siglo XIX. Cuenta con la torre del viento más alta de Kashan, que se ve desde distintos puntos del hotel. Según se entra y se pasa la recepción y se deja el salón a un lado, se sale a un patio con un estanque en medio y árboles y macetas a los lados.
En ese patio estaba mi habitación, de nombre Asayesh. Primero se entra a una antesala con varios sofás y una mesa y desde dicha sala se pasa a la habitación propiamente dicha. Para acceder se pasa una tarjeta por el lector. Desde el interior, cuando pasan unos segundos se cierra o bloquea automáticamente la puerta y para abrirla hay que pulsar un interruptor. La habitación tenía primero una parte separada con unos armarios, la cafetera, botellas de agua, un espejo y una banqueta para la maleta.
Luego, el dormitorio como tal era enorme, con un sofá, una alfombra extensa, escritorio y silla, aire acondicionado, ventilador de pie, televisión, 3 espejos pequeños, una cama muy grande (que resultó ser comodísima), decoración con estucos. En cuanto al cuarto de baño, muy amplio. Entre los artículos de baño e higiene había pastilla de jabón, gel, champú y acondicionador, gorro de ducha, peine, cepillo y pasta de dientes, bolsa sanitaria, bastoncillos para los oídos, sandalias. Las toallas de mano estaban guardadas en una bolsa con precinto. La ducha tenía una muy buena presión de agua. Lo único es que el suelo del cuarto de baño se encharcaba al no estar separada la ducha del resto.
Sin demorarme más, me fui a visitar el Hamman-e Sultan Mir Ahmad, donde compré una entrada combinada para el propio hammán y dos casas históricas más.
Estos baños iraníes fueron construidos hace 500 años. Desde la azotea se contempla una panorámica de los minaretes y torres del viento de la ciudad.
En el interior son destacables los azulejos y pinturas de las distintas dependencias. La entrada que compré en el hammán fue una combinada que incluía además la visita a dos casas históricas y costaba 350000 IRR.
Del hammán me fui corriendo a la casa Tabatabei.
Esta casa fue construida en 1880. Está organizada en torno a varios patios, de los cuales el más impresionante es el más grande desde mi punto de vista (el primero al que se accede al entrar en la casa). Hay un estanque con fuentes.
Destacan las ventanas de las dependencias que hay alrededor, así como el trabajo con el estuco y los espejos.
Estuve recorriéndola durante más de una hora y allí se me hizo de noche. No obstante, esta casa está muy bien iluminada.
Estuve dudando en si visitar otra casa más o dejarlo para el día siguiente, pero finalmente me decidí a ir a la casa Abbasian.
Esta casa se comenzó a construir en 1823 por un acaudalado comerciante de cristales y tardó 20 años en finalizarse. Consta de seis edificios de dos plantas organizados en torno a varios patios con una superficie de 5000 metros cuadrados dedicados a la familia, negocios y sirvientes, con jardines y un estanque. La sección de negocios era usada como área de bienvenida e incluía vestíbulo, porche, habitaciones de 3 puertas, habitaciones de 5 puertas, etc… Parte de las dependencias son de uso en invierno y otra parte de uso en verano, debido al clima de Kashan.
La casa destaca decorativamente por el trabajo en estuco, frescos y las inscripciones islámicas.
Personalmente me gustó menos la casa Abbasian que la Tabatabei, pero es verdad que estaba mucho menos iluminada y se apreciaba menos la decoración.
Finalizado el recorrido, decidí regresar al hotel y continuar con el descubrimiento de cada rincón, empezando por el restaurante. Su nombre es Mirrors Hall y el nombre le viene como anillo al dedo, porque es una espectacular sala decorada con cristales brillantes y lámparas de cristal. El restaurante tenía una parte de terraza en un iwán, con una decoración preciosa en el techo. Fue donde cené yo, con una vista preciosa a otro patio con un estanque y árboles. Cuando se iluminó quedó una imagen preciosa.
La carta del restaurante no es amplia, con una sección de kebab y otra de platos principales donde casi todo era a base de carne de cordero. Pedí lo siguiente:
- Yogur con pepino
- Plum & spinach stew: tenía un sabor un tanto extraño debido a algún ingrediente o salsa con la que estaba cocinado el plato. No se puede decir que me gustase.
- Plato de arroz
- Agua
- Yogur con pepino
- Plum & spinach stew: tenía un sabor un tanto extraño debido a algún ingrediente o salsa con la que estaba cocinado el plato. No se puede decir que me gustase.
- Plato de arroz
- Agua
La cuenta fue de 600000 IRR o 5€.
www.tripadvisor.es/ ...vince.html
Alrededor del patio donde estaba mi habitación, había una tienda de alfombras, una sala para tomar té y una cafetería con una decoración llamativa.
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Alrededor del patio donde estaba mi habitación, había una tienda de alfombras, una sala para tomar té y una cafetería con una decoración llamativa.
Ni qué decir de cómo dormí esa noche.