Día 3
Teníamos el vuelo a Rovaniemi, para ir con tiempo salimos del hotel a las 8h, nos dirigimos hacia la estación central de Helsinki, una vez en la estación, nos encontramos que había dos andenes del tren que iban hacia el aeropuerto tanto en la vía 1 como en la 19, por lo que pudimos ver en el mapa de información eso depende del recorrido, al ser trayectos semicirculares, el tren va por un lado o por el otro, como estaba apunto de salir el de la vía uno, fue el elegido.
La salida del vuelo con Norwegian fue muy puntual, al ser un trayecto de solo 900 kilómetros, en una hora y media estábamos ya en la capital de Laponia a -7 grados. El aeropuerto de Rovaniemi no es excesivamente grande, lo que hizo que los trámites de recoger las maletas fueran bastante rápidos.
Al salir del aeropuerto habian varios autobuses esperando, cogimos uno que por 8€ por persona nos llevo al hotel, bueno en realidad aquí teníamos reservado un apartamento, durante el corto trayecto de autobús pudimos disfrutar de una preciosa puesta de sol rodeados del blanco paisaje.
Rovaniemi es una pequeña ciudad de 60.000 habitantes, capital administrativa de Laponia, famosa por ser la residencia oficial de Santa Claus, aunque realmente la ciudad está por debajo del circulo polar ártico, se considera su puerta de entrada. Las construcciones de la ciudad son modernas ya que fue casi totalmente destruida durante la segunda guerra mundial, la temperaturas en Diciembre varían bastante, en nuestro caso, como cogimos una ola de “calor”, estuvimos entre +1 y -8 grados, pero la mínima absoluta registrada entre 1981 y 2010 según unas tablas que consultamos había sido de -31 .
Tal como nos informaron vía e-mail, recogimos las llaves en las oficinas de la inmobiliaria que administra los apartamentos, nos explicaron algunas recomendaciones de uso y fuimos hacia el apartamento, al entrar al rellano de la escalera estaba la calefacción a tope, que bien preparados están estos finlandeses, el apartamento parecía una revista de decoración nórdica, con la mayoría de muebles y objetos decorativos de Ikea, muy amplio, céntrico y con sauna incorporada.
Una vez dejamos las maletas, salimos a investigar la pequeña ciudad, con una avenida central donde están las principales tiendas, en su plaza central llamada Lordi había instalado un pesebre con unos reyes magos congelados y otras figuras de hielo. Al estar todo nevado le daba un precioso toque de magia navideña, en el centro de la plaza Lordi estaban construyendo un tobogán de nieve, pero durante los tres días que estuvimos no acabaron su construcción, supongo que debido a que las temperaturas no eran suficientemente bajas.
Al final del paseo central nos encontramos con el restaurante Nili, donde reservamos mesa para cenar, ya que lo recomiendan algunas guías que hemos consultado, esta situado en la calle Valtakatu nº 20, al final de la calle Koskikatu hay un mirador con vistas al río y al puente Jätkänkynttilä, durante el paseo, visitamos la iglesia principal, el ayuntamiento y la biblioteca proyectados por el arquitecto Alvar Aalto en 1963, el teatro también del mismo arquitecto y para finalizar nuestro paseo fuimos a verificar donde estaban las paradas de autobús para ir a los parques de Santa Claus, hay varias repartidas por la ciudad y los autobuses que van son el número 8 y el Santa Express que es el que usaríamos nosotros. Regresamos al apartamento hasta la hora de cenar.
El restaurante Nili es de comida tradicional finlandesa, los precios son altos, pero el país es caro de por si, hay un menú de 67€ o a la carta con los primeros rondando los 12 euros y los platos principales los 28€, la cerveza 7€ y todos los demás precios por el estilo. Comimos la sopa de setas de entrante y de segundo, reno estofado en mi caso, tenia curiosidad en probarlo y bacalao mi esposa, todo estaba muy sabroso, el único inconveniente es que las mesas estaban muy juntas y como el restaurante estaba repleto de turistas chinos había bastante ruido. Regresamos al apartamento muy satisfechos de la elección de restaurante.