12 DICIEMBRE. PHI PHI ✏️ Diarios de Viajes de Tailandia

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Amanecemos bastante temprano y aprovechamos para salir a hacer unas fotos del hotel mientras el sol despunta en el horizonte. Estamos totalmente solos lo cual le hace más bonito todavía, si cabe más aún.







Nos acomodamos de nuevo en nuestra cama huevo. Nuestra intención era bañarnos en el mar a primera hora para después, un poco más tarde ir a desayunar pero a esta hora la pleamar está muy alta y además el mar está bastante embravecido. En esta zona debe de hacer siempre bastante aire, los 2 días que nosotros estuvimos desde luego lo hizo. Así que tras probar en el mar y ver qué hay muchísima corriente con mucha fuerza y que además muy revuelta la arena y no se ve nada decidimos pasar la mañana en la piscina. Sobre las 10 o así nos vamos al restaurante a desayunar. Es tipo buffet y fue el mejor desayuno que tuvimos en todo el viaje. El buffet espectacular, tan grande que no sabías ni siquiera que escoger para comer. Había de todo, comida tailandesa, comida más continental, te hacían tortillas, huevos Benedict, tenías repostería que estaba muy muy rica, te estaban haciendo en el mismo momento gofres y crepes, había embutido, panes, yogures, cereales…. Vamos complicado elegir! De hecho yo desayuné como si no hubiese un mañana, tanto que me valió esa comida para todo el día!







Tras una buena comilona volvemos a la habitación para hacer el check out ya que hay que dejarla aunque nosotros todavía no nos vayamos. Y de vuelta hacia la habitación nos encontramos con una visita inesperada. Tan tranquilo el tío como Pedro por su casa!


Recogemos las maletas y las llevamos a recepción para hacer el check out y pagar lo que nos resta qué son las bebidas y los pinchitos de ayer y los dos transportes tanto el de entrada al hotel como el de salida de hoy que le cogeremos a las 14:30. Así que aprovechar lo que nos queda de día entre la playa y la piscina.
Acercándose la hora, nos vamos hacia la recepción hasta que salga nuestro barco. Como a la hora de salir ya hay bajamar para llegar al barco nos acercan en un tractor que daba mucha impresión verle meterse directamente en el agua para llevarnos hasta el barco.

Así que de aquí saltamos al barco, yo precisamente cuando pasaba una ola lo que me dejó bastante fresquita, y de ahí en 20 minutos estamos de nuevo en el muelle principal para coger nuestro ferry hacia la siguiente parada. Ao nang. El ferry zarpaba a las 15:30 horas y nada más llegar un poquito antes de las 15 horas nos dejan empezar a embarcar. Este era el último ferry que zarpaba de las islas y como quería aprovechar todo el día allí fue el que elegí y lo cogí a través de la página web Phuket ferry. com. Y gracias a Dios este no era lancha rápida, era un ferry que tardaba unas 2 horas en llegar pero vamos ni punto de comparación. Aquí vamos sentados en el interior, en nuestras butacas con aire acondicionado, con sitio para guardar las mochilas, las maletas van colocadas en el interior perfectamente y si quieres tomarte algo incluso hay un bar y si quieres salir afuera para ir viendo la costa puedes hacerlo tranquilamente cosa que en el otro entre los golpes y los salpicones o más bien baños de agua no podías abrir ni los ojos.


Y encima por la mitad de precio, ya que este ferry nos costó los dos poco más de 20 €. La primera parada que hace el ferry es en railay.



El barco atraca en Rada, o sea que se para en mitad del mar y hasta el barco se acercan los long Tails adónde la gente monta dependiendo de si van hacia la zona de phra nang o hacia la playa de Railay oeste. Desembarcados unos pocos la siguiente parada es la nuestra ya que vamos a Ao Nang beach. También nos recogen en mitad del mar con unos barcos más grandes ya que aquí vamos más gente. El trayecto hasta la playa es corto. Y desembarcamos en una zona en la que bajamos directamente a la arena ya que no hay ni puerto ni nada solamente cientos de Long Tails varados en la arena ya que a estas horas la marea está muy baja. Así que salimos del barco y directamente saltamos a la arena y nos bajan las maletas que sacamos hasta fuera. Al salir hay un montón de gente y un montón de coches ofreciendo sus servicios. Nos preguntan que a qué hotel vamos y al decir que vamos al deevana Krabi resort nos acompañan hasta una furgoneta en la que nos dicen que nos llevan hasta el hotel gratis. Así que esperamos mientras la camioneta se llena y nos ponemos en marcha. Se nota que estamos ya en Costa y que además esta zona se puede asemejar más alguna de la costa del Mediterráneo. Hay más jaleo y más bullicio y muchas tiendas y restaurantes. Después de repartir a unos pocos, nos toca a nosotros. Nos dejan en el hotel y vamos directamente a hacer el check-in.

Pagamos directamente en recepción con tarjeta y tras darnos las instrucciones pertinentes nos acompañan hasta nuestra habitación que se encuentra en la parte más alta del hotel. Me llamo mucho la atención este hotel y me gustó que a pesar de estar en el pueblo todo el hotel estaba embutido dentro de la naturaleza ya que todas las habitaciones están rodeadas de verde. La nuestra estaba justamente en la parte de arriba justo al lado de la piscina superior del bar y encima del restaurante. La habitación es súper amplia y el baño también , a un lado el váter ,en el medio los lavabos y al otro lado la ducha con su puerta. También con su bebida gratis. Unos caramelos típicos de allí de cortesía. Y también para poder usar toallas de playa con una cestita para llevarlas y unas chanclas. Las camas eran muy cómodas, más blanditas que duras, eso si tienes que entrar gateando por qué están puestos los colchones como si fuese en un altillo encima del suelo pero estuvimos muy agusto en este hotel.




Dada la hora que era ya y ya prácticamente noche decidí buscar un sitio donde aprovechar para darme un masaje. Y tras navegar por Internet me decidí por un sitio que además no estaba muy lejos del hotel aunque venían a recogerte con una furgoneta que se llamaba massage corner. Así que tras ponerme en contacto con ellos vía mail al cual contestaban enseguida, quedaron en recogerme a las 9 de la noche y como todavía daba tiempo y mi marido tenía hambre salimos a la calle ya que justo al lado del hotel se encontraba el mercado nocturno. Mucho más pequeño que los de Chiang Mai pero con bastantes puestecillos donde poder comer y mesas en el centro para sentarte. El mercado nocturno cerraba sobre las 22 horas. Además en el centro había un pequeño escenario donde dos niños estaban bailando interpretando danzas típicas para luego pasar por las mesas pidiendo dinero. Para cenar mi marido pidió un batido de mango que nos costó 50 THB que al cambio son 1,50 euros. 3 brochetas tipo satay de pollo también 50thb Las tres. También un pad thai seafood por 80 THB, 2,40 euros. Y dos crepes de banana y Nutella por 120 THB, 3,60 euros.



Una vez cenado volvemos al hotel ya que en poco iban a pasar a recogerme para irme a dar un masaje. Como mi marido no venía conmigo volvía a quedarse en la habitación. Así que una vez dejado a buen recaudo, bajo a la recepción que es donde vienen a buscarme y no tardan mucho en llegar. Me recogen a mí y a otra pareja y en nada estamos en el sitio. Cuando la furgoneta aparca y yo veo que nos metemos por un callejón lo primero que pienso es a dónde voy y la verdad es que si no hubiese sido por las buenísimas críticas que tenían por internet, si hubiese pasado por allí ,cosa imposible ya que está al final de un callejón nunca habría entrado ya que las pintas son un poco cutres. Te pasan a la entrada, te dan un vasito de agua mientras eliges el masaje que quieres. Yo iba a volver a repetir con el masaje tradicional tailandés que aquí me costó una hora 250 THB, 7,50 euros. Y una vez elegido como siempre con las zapatillas quitadas en la calle, te dan unas sandalias y lo primero es lavarte los pies y de ahí ya pasar a desvestirte y ponerte la ropa que te dan y tumbarte. Como el anterior yo me le había dado de intensidad media también se lo dije a la chica aunque ella me dijo que ella me daba el masaje y que si en algún momento me dolía que se lo dijese y bajaba la intensidad. Y aquí es donde entendí porque la gente decía que el masaje tradicional tailandés te molía. Porque madre mía qué paliza me pegó la muchacha! Pero aguante estoicamente, menos en algunos sitios que la tenía que decir que un poquito más flojo porque parecía que me iba a meter el brazo, el codo, el pie o lo que sea con lo que empujase hasta sacarle por el otro lado!!! Me meneo, me apretó y me estiro todo lo que creía yo imposible hacer! La verdad que fue una hora de tortura! Que luego sales bien pero parece que te están matando! Eso sí la chica en todo momento me preguntaba si estaba bien y si todo iba bien. Así que no me extraña nada que después de un masaje así acaben baldadas, porque la fuerza que tienen que emplear es monumental. Después de terminado el masaje tortura me ofrecieron un té y unas pastas mientras esperábamos a la otra pareja que acabase para devolvernos de nuevo al hotel. Cuando volví después de explicarle a mi marido la diferencia de este masaje con el otro que me había dado en chiang Mai, aunque los movimientos básicos son más o menos los mismos, hace que en cada sitio los emplean de una forma y la fuerza igualmente en unos sitios no es igual que en otra. Así que un poco dolorida por tanto meneo nos vamos a la cama. Lo malo que tenía nuestra habitación al estar tan alta es que justo por detrás pasa una carretera de la que se oye bastante ruido del tráfico aunque a partir de ciertas horas ya no pasa ni un alma así que pudimos descansar bien. Eso sí, en la puerta de la habitación por fuera justo encima una luz que no hay manera de apagarla y que está toda la noche encendida con lo cual entra mucha iluminación a la habitación pero nada que te haga imposible dormir.

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