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Ya sabéis que nuestro despertador está abonado a las 7, así que puntuales, bajamos a desayunar. Hoy volvemos a ver en el hall de entrada lo que nos pareció una “bendición papal” o algo así. Nos miramos, nos sonreímos y nos preguntamos ¡ay ama, donde nos hemos metido! Jajaja (somos unos descreídos totales).
En breve apareció Dermot por la puerta para servirnos el desayuno que previamente, le habíamos pedido (ya os imagináis, el mega desayuno para mí y los cereales y las tostadas para Anna) y también comenzó el vacile de nuestro anfitrión que se lo pasó pipa. En cuanto vio los móviles encima de la mesa, nos dijo que estábamos en una zona libre de tecnología. Que teníamos que conversar y que nos estaría vigilando para que cumpliésemos la norma. Todo con una sonrisa y un tono de cachondeo. Sacamos un par de fotos de extranjis, y ya.
Preparados para salir por la puerta, nos salió a despedir y no recuerdo cómo llegamos a ello, pero nos preguntó cuánto tiempo llevábamos casados y sí teníamos hijos. Cuando le dijimos que llevábamos casi 20 años juntos y que no teníamos hijos, rápidamente me dijo: “ya lo imaginaba, con esa mata de pelo que tienes” …. nos reímos un rato. Como imaginaréis, él no tenía pelo.
Con una gran sonrisa en la cara, pusimos rumbo hacia uno de los lugares que más ganas teníamos de visitar en este viaje, el faro de Hook. Lo visitamos en 2006 pero en esta ocasión teníamos planificado realizar la visita y subir por sus escalones para asomarnos a la balconada.
Dato: no sabemos en otros meses, pero en septiembre nos indicaron que no era necesario hacer reserva previa para realizar el tour. Se puede escribir al mail de contacto del faro y te dan la info. de primera mano.
Por el camino el día sigue nublado, notamos algo de viento en el movimiento de las ramas de los árboles a nuestro paso y con 14ºC no se está del todo mal.
A medio camino y ya cerca de Graiguenamanagh, decidimos hacer una parada técnica y aprovechar para comprar la comida en un supermercado Aldi: nos decidimos por unos wraps, fruta, refrescos y café. En total, pagamos 11,61€.
Durante el resto del viaje hasta el faro, nos cayó un poco de xirimiri (o dependiendo de la zona donde vivas: calabobos, orvallo o llovizna). Primera vez que nos llovía en este viaje y suponíamos que no sería la única. Pero también sabíamos que no tenía que ser una regla “estricta” porque teníamos el precedente de estar 10 días en el mes de mayo y no llovernos ni un solo día. Aunque la estadística, iba a demostrarnos que, a más días, más posibilidades de que terminásemos pasados por agua.
En breve apareció Dermot por la puerta para servirnos el desayuno que previamente, le habíamos pedido (ya os imagináis, el mega desayuno para mí y los cereales y las tostadas para Anna) y también comenzó el vacile de nuestro anfitrión que se lo pasó pipa. En cuanto vio los móviles encima de la mesa, nos dijo que estábamos en una zona libre de tecnología. Que teníamos que conversar y que nos estaría vigilando para que cumpliésemos la norma. Todo con una sonrisa y un tono de cachondeo. Sacamos un par de fotos de extranjis, y ya.
Preparados para salir por la puerta, nos salió a despedir y no recuerdo cómo llegamos a ello, pero nos preguntó cuánto tiempo llevábamos casados y sí teníamos hijos. Cuando le dijimos que llevábamos casi 20 años juntos y que no teníamos hijos, rápidamente me dijo: “ya lo imaginaba, con esa mata de pelo que tienes” …. nos reímos un rato. Como imaginaréis, él no tenía pelo.
Con una gran sonrisa en la cara, pusimos rumbo hacia uno de los lugares que más ganas teníamos de visitar en este viaje, el faro de Hook. Lo visitamos en 2006 pero en esta ocasión teníamos planificado realizar la visita y subir por sus escalones para asomarnos a la balconada.
Dato: no sabemos en otros meses, pero en septiembre nos indicaron que no era necesario hacer reserva previa para realizar el tour. Se puede escribir al mail de contacto del faro y te dan la info. de primera mano.
Por el camino el día sigue nublado, notamos algo de viento en el movimiento de las ramas de los árboles a nuestro paso y con 14ºC no se está del todo mal.
A medio camino y ya cerca de Graiguenamanagh, decidimos hacer una parada técnica y aprovechar para comprar la comida en un supermercado Aldi: nos decidimos por unos wraps, fruta, refrescos y café. En total, pagamos 11,61€.
Durante el resto del viaje hasta el faro, nos cayó un poco de xirimiri (o dependiendo de la zona donde vivas: calabobos, orvallo o llovizna). Primera vez que nos llovía en este viaje y suponíamos que no sería la única. Pero también sabíamos que no tenía que ser una regla “estricta” porque teníamos el precedente de estar 10 días en el mes de mayo y no llovernos ni un solo día. Aunque la estadística, iba a demostrarnos que, a más días, más posibilidades de que terminásemos pasados por agua.
A las 10h45 llegamos al faro de Hook, dejamos el coche en el parking (gratuito) y fuimos a la oficina de información para apuntarnos al tour de las 11h. El poco ratito que tuvimos de espera, deambulamos por la tienda de recuerdos (con poca cosa ya) y compramos una coke. (botella 1/2L Coca-Cola, 2€).
Mientras llegaba el guía estuvimos entretenidos con una pareja australiana que nos comentaron que tenían familia en Biarritz y habían visitado el País Vasco.
El tour dio comienzo entrando en un edificio anexo. Una vez dentro nos fue relatando datos sobre navegación, funcionamiento de los faros y reseñas de accidentes importantes ocurridos en esta costa. Antiguamente, se recurría al uso de fogatas al borde de los acantilados para la señalización del peligro.
El tour dio comienzo entrando en un edificio anexo. Una vez dentro nos fue relatando datos sobre navegación, funcionamiento de los faros y reseñas de accidentes importantes ocurridos en esta costa. Antiguamente, se recurría al uso de fogatas al borde de los acantilados para la señalización del peligro.
El faro de Hook, de 36 metros de altura, fue construido por William Marshal a principios del siglo XIII y está considerado como uno de los faros en funcionamiento más antiguos del mundo. ¡Y más bonito también! (opinión personal, jejeje). La torre tiene cuatro pisos de altura con muros de piedra caliza de hasta 4 metros de grosor.
Aunque la estructura de la torre es la original, a lo largo de los siglos se han ido introduciendo mejoras. Así, en 1671 cambiaron el sistema de luz, aunque continuaron usando el carbón como combustible. Sería en 1791 cuando el mineral negro fue sustituido por aceite de ballena que alimentaba una lámpara de casi 4 metros y 12 lámparas adicionales.
Aunque la estructura de la torre es la original, a lo largo de los siglos se han ido introduciendo mejoras. Así, en 1671 cambiaron el sistema de luz, aunque continuaron usando el carbón como combustible. Sería en 1791 cuando el mineral negro fue sustituido por aceite de ballena que alimentaba una lámpara de casi 4 metros y 12 lámparas adicionales.
Quizás en 1911 se produjeron dos mejoras importantes, el uso de la parafina como combustible y la instalación de un mecanismo de relojería que hizo que la luz pasara de fija a intermitente. En 1972 llegó la electricidad y se instalaron sensores de luz para controlar la linterna.
Y finalmente, en 1996 la figura del farero desapareció. Dejaron de ser necesarios cuando se automatizó y se controla desde el centro Lighthouse Depot, en Dun Laoghaire.
Y finalmente, en 1996 la figura del farero desapareció. Dejaron de ser necesarios cuando se automatizó y se controla desde el centro Lighthouse Depot, en Dun Laoghaire.
Ya dentro de la torre, pudimos ver un vídeo en el que el último farero y su mujer, cuentan cómo fue su vida desarrollando la labor de fareros. En las paredes hay referencia a faros más antiguos alrededor del mundo y entre ellos estaba la Torre de Hércules. Aprovechamos para preguntar sí para ser farero era obligatorio estar casado. Puede parecer una pregunta tonta, pero teníamos curiosidad porque siempre aparecen en las fotos antiguas con sus familias. Y no es un lugar precisamente idílico para formar una familia. Nos dijo que obligatorio no era, pero sí recomendable debido precisamente a que su trabajo era solitario y el contar con compañía ayudaba a mantener el equilibrio mental y también a mantenerse alerta.
Nuestra ascensión terminó en la balconada, disfrutando del paisaje y aprovechando para sacar algunas fotos, pero no estuvimos mucho tiempo en el exterior porque el viento soplaba con fuerza.
Nuestra ascensión terminó en la balconada, disfrutando del paisaje y aprovechando para sacar algunas fotos, pero no estuvimos mucho tiempo en el exterior porque el viento soplaba con fuerza.
Como el faro está en funcionamiento, no pudimos acceder a la zona de la lámpara, sin embargo, pudimos ver una réplica de a tamaño real (incluso giraba) y también un antiguo detector de niebla que se parecía mucho a un proyector de cine (cuando los cines tenían proyectores).
A las 12h finalizó la visita, hicimos unas comprillas en la tienda y nos fuimos a dar un paseo por los alrededores para sacar fotos.
En otro de los edificios hay un museo (entrada gratuita) sin una temática concreta porque pudimos ver desde una vitrina repleta de huesos de delfines y ballenas, a un carro que hacía las funciones de ambulancia de la época y camillas antiguas. Es muy curioso y sí tienes tiempo, merece la pena dedicarle unos minutos.
Y entre una cosa y otra, porque nos entretuvimos todo lo que quisimos sacando fotos, nos dieron la una y pensamos que sería un buen momento de despedirnos y seguir camino. Pero ¡qué malo es mirar por el retrovisor! Volvimos a parar para sacar unas últimas fotos desde la distancia.
A la mañana cuando nos dirigíamos al faro, y a poca distancia, al lado de la carretera vimos las ruinas de la Abadía de Hook . No íbamos mal de tiempo así que volvimos a detener el coche e hicimos una breve visita.
La iglesia de Dubhán (Hook Church) fue levantada en el siglo XI por los mismos monjes que luego gobernaron el faro de Hook. El templo es el más antiguo que se mantiene en pie en el condado de Wexford, y fue restaurado en 2015, ya que una fuerte tormenta derribó parte de los muros exteriores.
La iglesia de Dubhán (Hook Church) fue levantada en el siglo XI por los mismos monjes que luego gobernaron el faro de Hook. El templo es el más antiguo que se mantiene en pie en el condado de Wexford, y fue restaurado en 2015, ya que una fuerte tormenta derribó parte de los muros exteriores.
Tras la visita exprés, seguimos camino hacia la población de Tintern donde teníamos previsto visitar la abadía. Por la hora, pensamos que sería buena idea comer de camino y así, empezar la visita nada más llegar.
Llegamos hacia las 14h., el parking es gratuito y nos dirigimos a la zona de recepción para canjear nuestras entradas con la Irish Heritage Card. El precio sin la tarjeta era, como en la mayoría de los sitios gestionados por la Office of Public Works (OPW), es de 5€/persona.
Resultó que la chica que nos atendió era también española. Pilar nos dijo que era de Barcelona y que ya llevaba 11 años viviendo en Irlanda. Al mediodía, no realizaban visitas guiadas, pero amablemente, nos dio una pequeña charla para ayudarnos a entender un poco de la historia del lugar y qué era lo que íbamos a ver durante nuestro recorrido. Sí algún día diese la casualidad de que leas este diario, ¡muchas gracias!
Resultó que la chica que nos atendió era también española. Pilar nos dijo que era de Barcelona y que ya llevaba 11 años viviendo en Irlanda. Al mediodía, no realizaban visitas guiadas, pero amablemente, nos dio una pequeña charla para ayudarnos a entender un poco de la historia del lugar y qué era lo que íbamos a ver durante nuestro recorrido. Sí algún día diese la casualidad de que leas este diario, ¡muchas gracias!
La abadía de Tintern fue levantada por monjes cirtencienses en el siglo XII con el patrocinio de William Marshal. ¿Os resulta conocido? ¿Os acordais quien construyó el faro de Hook?. That’s him!!
Las ruinas actuales de la abadía de estilo gótico, son una mezcla de obras de construcción que cubren un período de 400 años entre 1131 y 1536. Muy poco de los edificios originales, sobrevivien hoy en día. La Abadía fue reconstruida principalmente durante el siglo XIII, comenzando con los claustros y finalmente la gran iglesia entre 1269 y 1301.
Lamentablemente no había información en español. Sin embargo, con los paneles explicativos en inglés, nos arreglamos bastante bien para profundizar un poco más en la historia de este complejo monástico cuyo tamaño es bastante imponente.
Las ruinas actuales de la abadía de estilo gótico, son una mezcla de obras de construcción que cubren un período de 400 años entre 1131 y 1536. Muy poco de los edificios originales, sobrevivien hoy en día. La Abadía fue reconstruida principalmente durante el siglo XIII, comenzando con los claustros y finalmente la gran iglesia entre 1269 y 1301.
Lamentablemente no había información en español. Sin embargo, con los paneles explicativos en inglés, nos arreglamos bastante bien para profundizar un poco más en la historia de este complejo monástico cuyo tamaño es bastante imponente.
En agenda teníamos previstas un par de visitas más para hacer por la tarde así que, sintiéndolo mucho porque tenían muy buena pinta, a los jardines, solo pudimos dedicarles un paseo breve y rapidito.
En ruta paramos cerca de Waddinton en una gasolinera de la cadena Geelan´s para repostar. (27,18L x 1,419€ = 31,36€).
Se podría decir que el Irish National Heritage Park es un museo de historia al aire libre. El sitio no es gestionado por la OPW, por lo que tuvimos que pagar la entrada, 10,50€ por persona.
El parque ocupa catorce hectáreas de bosques, humedales y terrenos elevados donde se puede ver cómo fue transcurriendo la vida en Irlando a lo largo de los tiempos. El museo está dividido en 16 zonas separadas por épocas.
Se podría decir que el Irish National Heritage Park es un museo de historia al aire libre. El sitio no es gestionado por la OPW, por lo que tuvimos que pagar la entrada, 10,50€ por persona.
El parque ocupa catorce hectáreas de bosques, humedales y terrenos elevados donde se puede ver cómo fue transcurriendo la vida en Irlando a lo largo de los tiempos. El museo está dividido en 16 zonas separadas por épocas.
Las zonas dedicadas a épocas neolíticas, celtas y vikingas suelen ser nuestras preferidas. El círculo de piedras se suponen de la edad de bronce, y pueden tener entre 3000 o 4000 de antigüedad.
Recomiendan dedicar al menos 2h. para ver todas las zonas con tranquilidad, pero puedes estar mucho más tiempo sí dispones de él. Nosotros como llegamos muy justos, tan solo disponíamos de hora y media así que las dos últimas zonas las tuvimos que hacer casi (y sin casi) “a la carrera”.
Los fuertes circulares eran muy habituales en el paisaje irlandés hace aprox. 1500 años. Aunque algunos se utilizaron como defensa, se piensa que la mayoría eran casas de labranza.
Los fuertes circulares eran muy habituales en el paisaje irlandés hace aprox. 1500 años. Aunque algunos se utilizaron como defensa, se piensa que la mayoría eran casas de labranza.
Irlanda se convirtió al cristianismo hace unos 1500 años, aunque según pudimos leer en los paneles explicativos, el modelo era algo diferente al romano. Según parece, los monasterios ejercían como centros culturales y de enseñanza conjuntamente.
En otra de las chozas pudimos ver una mini-exposición dedicada a la escritura. Anna hace sus pinitos con la Caligrafía y siempre me hace parar cuando ve algo relacionado con el tema.
Los molinos de agua tienen siempre ese encanto como de cuento. Quizás por el entorno en el que se ubican. Al parecer, su tecnología fue importada de otros países (creemos que vikingos o celtas).
Los molinos de agua tienen siempre ese encanto como de cuento. Quizás por el entorno en el que se ubican. Al parecer, su tecnología fue importada de otros países (creemos que vikingos o celtas).
Una de estas partes que tuvimos que visitar medio correteando fue el Crannog, una isla artificial que se utilizaba, normalmente como residencia privada, aunque en algunas ocasiones, también se utilizaba como centro de trabajo.
Lo último que pudimos ver, sólo por fuera, fue la torre circular. En 1857 se construyó una réplica en honor de los caídos en la guerra de Crimea (1854-1855).
Lo último que pudimos ver, sólo por fuera, fue la torre circular. En 1857 se construyó una réplica en honor de los caídos en la guerra de Crimea (1854-1855).
Volvimos a bajar la colina por la que habíamos subido a medio trote y con paso ligerito regresamos al centro de visitantes. Ya no quedaba nadie por el recinto a excepción de un trabajador que parecía ir a la búsqueda de visitantes rezagados… jejeje.
Al llegar de nuevo a la entrada/ salida, solo quedaban dos personas entre todo el personal. Nos dejaron dar una vuelta por la tienda, pero realmente lo que teníamos era sed a así que compramos un refresco (2€) y nos despedimos dándoles las gracias.
Tenemos hacer una confesión: era la segunda vez que visitábamos este lugar, aunque no por ello, quisimos dejar de ver todo lo que pudiésemos.
Ya en el coche y recuperados del medio maratón, miramos qué quedaba por hacer. Teníamos anotado ir hasta la colegiata de St. Mary, muy cerca de nuestro B&B, pero como sabíamos que no ese podía visitar por dentro y sólo íbamos a poder sacar fotos del exterior, decidimos volver al faro de Hook para ver qué tal se daba el atardecer. ¡Sí, al faro! ¡Otra vez! jajaja
Compramos la cena en un supermercado que vimos abierto: ensalada de pasta y patata, postre y refresco, todo por 5,05€.
Llegamos a los aledaños del faro con tiempo suficiente para dar un paseo para buscar un sitio que nos llamase la atención para plantar el trípode. Encontramos un buen sitio para dejar el coche desde una distancia en la que podíamos mostrar el faro incluyendo algo del entorno.
Al llegar de nuevo a la entrada/ salida, solo quedaban dos personas entre todo el personal. Nos dejaron dar una vuelta por la tienda, pero realmente lo que teníamos era sed a así que compramos un refresco (2€) y nos despedimos dándoles las gracias.
Tenemos hacer una confesión: era la segunda vez que visitábamos este lugar, aunque no por ello, quisimos dejar de ver todo lo que pudiésemos.
Ya en el coche y recuperados del medio maratón, miramos qué quedaba por hacer. Teníamos anotado ir hasta la colegiata de St. Mary, muy cerca de nuestro B&B, pero como sabíamos que no ese podía visitar por dentro y sólo íbamos a poder sacar fotos del exterior, decidimos volver al faro de Hook para ver qué tal se daba el atardecer. ¡Sí, al faro! ¡Otra vez! jajaja
Compramos la cena en un supermercado que vimos abierto: ensalada de pasta y patata, postre y refresco, todo por 5,05€.
Llegamos a los aledaños del faro con tiempo suficiente para dar un paseo para buscar un sitio que nos llamase la atención para plantar el trípode. Encontramos un buen sitio para dejar el coche desde una distancia en la que podíamos mostrar el faro incluyendo algo del entorno.
Mientras la luz va disminuyendo por momentos en intensidad, son las nubes por detrás del faro las que van tiñéndose de tonos rosáceos y violetas. ¡Había llegado el momento de hacer click!
Cuando el azul oscuro del cielo se empezó a teñir de negro, recogimos los trastos y nos pusimos de camino de vuelta al B&B. Eran aproximadamente las 20h45. Teníamos 1h30 de viaje, pero por lo menos ya íbamos cenados.
Cuando llegamos a la casa eran las 22h15 y nuestro anfitrión parecía que nos estaba esperando sentado en el comedor. Al aparcar el coche, nos pareció que lo que había pasado es que se había quedado dormido, delante de la pantalla del ordenador y no tuvimos claro sí fuimos los causantes de su sobresalto al despertar, pero intentamos hacer el menor ruido posible y subimos a la habitación. Sobre las 23h30, nos metimos en la cama.
Cuando llegamos a la casa eran las 22h15 y nuestro anfitrión parecía que nos estaba esperando sentado en el comedor. Al aparcar el coche, nos pareció que lo que había pasado es que se había quedado dormido, delante de la pantalla del ordenador y no tuvimos claro sí fuimos los causantes de su sobresalto al despertar, pero intentamos hacer el menor ruido posible y subimos a la habitación. Sobre las 23h30, nos metimos en la cama.
*** final del día 3 ***
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