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Este era nuestro último día en Río, había amanecido otra vez con lluvia y teníamos pensado ir al Jardín Botánico, pasamos por delante cuando fuimos al Corcovado y tenía muy buena pinta. Así que cogimos un autobús que nos dejó en la esquina del jardín y entramos a conocerlo, pagamos la entrada de 15 reales y empezamos a recorrerlo con un mapa que te dan al entrar, no sabemos mucho de plantas la verdad, pero es muy bonito el jardín y viene muy bien para escapar del ruido de la ciudad. Tiene plantas y arboles de todas las especies que te puedas imaginar, zonas con cascadas y la parte que más nos gustó fue la del Palmeral, es un camino formado por palmeras de unos 30 metros de altura, colocadas de forma simétrica a ambos lados, un espectáculo de la naturaleza para nuestros sentidos.
Al salir del Jardín Botánico fuimos al Parque Lage, que queda muy cerca caminando, este parque es gratuito y aunque sus jardines son menos impresionantes que los del Jardín Botánico, tiene un atractivo y es que se encuentra a los pies del Cerro del Corcovado, en el interior de la Casa Antigua que te encuentras al fondo, se puede acceder a un patio con una piscina, unas vistas preciosas del Corcovado y se llega a ver el Cristo Redentor a lo lejos, aquí tendrás que hacer un poco de cola si quieres llevarte una foto de este increíble lugar.
El día se había despejado ya completamente y hacía mucho calor, nosotras habíamos decidido no subir al cerro Pan de Azúcar, si no aprovechar de una tarde de playa con las mejores vistas al Pan de Azucar desde abajo, pasamos primero por la playa de Botafogo que tiene unas vistas preciosas pero el agua era bastante negra.
Finalmente fuimos a la playa Vermelha, cuando llegamos no habían mas de dos o tres personas en la playa, así que la teníamos toda para nosotras, recomiendo totalmente ir a esta playa, hay mucho menos gente que en Copacabana o Ipanema (aclaro que esto es en temporada baja porque es bastante pequeña) y las vistas que tiene son increíbles.
En el paseo marítimo habían algunos vendedores y compramos las famosas tapiocas que ya habíamos probado antes en Morro y están buenísimas. Nos quedamos relajadas a disfrutar el día en este paraíso, viendo pasar los teleféricos que van y vienen al Pan de Azúcar.
Antes de que oscureciera, nos fuimos de la playa porque habíamos caminado bastante para llegar y no nos gustaba andar muy tarde por zonas desconocidas, desde ahí fuimos al Centro Comercial Rio Sul en busca de una tarjeta SIM para el móvil, ya que nos dijeron que para extranjeros solo se podía conseguir en ese sitio, es muy complicado conseguir la tarjeta en este país o a nosotros nos hicieron dar mil vueltas, hasta que al final la conseguimos. También me compré un móvil para poder utilizar el resto del viaje y cuando volviera a España, porque la verdad que echaba de menos ya estar comunicada. Aprovechamos para cenar algo ahí mismo y ya nos íbamos directo al hotel, que al día siguiente teníamos que madrugar para ir a Ilha Grande, otro de los sitios al que le teníamos mucha fe.
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