Otro día completo e intenso. Salimos del hotel a las 9:45 y andando llegamos en 10’ a la isla de los museos, pero recordad que mientras duren las horas hay que entrar por la parte sur de la isla, esto es por la zona ajardinada que hay entre el Neues Museum y el Alte Nationalgalerie. La apertura es a las 10 hr. y como os decía a las 10:15 ya había cola de un hora para comprar la entrada. Insisto, reservad on line las entadas tanto el día como la hora. El procedimiento os lo he descrito en las Generalidades.
Cola para comprar la entrada en el museo de Pergamo
Puerta de Isthar en el museo de Pergamo
Hay quienes son de no ver museos pero creo que no se puede estar en Berlín y no ver la puerta de Ishtar, monumento único y descomunal. Por desgracia, el altar de Pergamo estaba de reformas en abril de 2019 y no abierto al público. La otra gran obra que os debéis perder es el busto de Nefertiti en el Neues Museum mucho menos concurrido que el anterior y por tanto más fácilmente visitable.
Como sabíamos que se haría la hora de comer a la salida ya llevábamos el avituallamiento y en los jardines de la entrada pues eso, comimos.
Nada más cruzar la avenida de los Tilos por uno de los lados del Altes Museum llegaréis a la catedral de Berlin: Berliner Dom. Era hora para poder entrar y entre las cosas que se pueden visitar es la azotea para contemplar una bonita vista y que es recomendable y más si no se ha subido al pirulí del Alexanderplatz.
Vista desde la azotea de la catedral de Berlín, con vista hacia la isla de los museos:a la derecha el Alte Nationalgalerie en el centro Museo de Pergamo y a la izquierda Neues Museum
El ayuntamiento de ladrillo rojo destaca sobre el skyeline, vista desde la azotea de la catedral.
La siguiente parada era el East Side Gallery, y por no cansarnos en demasía y teniendo a una persona que iba en silla de ruedas, cogimos el metro en Alexanderplatz y nos dirigimos a la parada de Ostbahnhof, y la verdad es que lo acertamos porque nos evitamos una buena caminata. Saliendo de la estación en dirección al rio y caminando unos 100 mt. os encontrareis con el muro y sus pinturas. Lo difícil es encontrar un momento sin nadie delante para hacer una foto.
Esta parte del muro es que la que más me sorprendió pues es una verdadera lección de historia y el sentir de los artistas plasmado en las paredes ante un hecho histórico y trascendental. A lo largo de todo el muro en dirección sur llegamos al bonito puente Oberbaumbrücke por donde cruzamos el rio Spree para dirigirnos al barrio de Kreuzberg por la calle Skalitzer hasta el pequeño restaurante Falafel in Berlin que os comentaba en el primer apartado muy recomendable. Aquí, acaba el día, delante teníamos parada de metro que nos llevará, como siempre con transbordo en Friedrichstraβe, a nuestro hotel.