Ahmed nos estaba esperando para subir a la faluca sin motor en la que daríamos un pequeño paseo, meciéndonos por las aguas del centro de Assuan. En el recorrido pudimos ver algunos jeroglíficos en piedras sumergidas (ignoro si auténticos), el Hotel Old Cataract donde Agatha Christie escribió su novela "Muerte en el Nilo" y otros edificios emblemáticos.
Atracamos muy cerca de nuestro barco pero ni siquiera entramos en él. Fuimos directamente a Philae cogiendo otra barca en otro embarcadero mas cercano a los templos.
Philae
Philae era el nombre de la isla donde se encontraba este monumento, antes del traslado al islote cercano de Agilkia. No se trata de un solo templo sino de un conjunto de ellos erigidos en época ptolemaica y romana. Forman parte de lo que se ha venido a llamar Monumentos de Nubia de Abu Symbel a Philae. Tiene el honor de acoger los últimos jeroglíficos de los que se tienen evidencia. Fueron grabados en los muros de la llamada Puerta de Adriano el día 24 de Agosto del 394 d.C.
Las dos imágenes siguientes están realizadas en la isla original, en una de las crecidas del río, antes de la construcción de la presa. Están sacadas de una web de la UNED, ésta.
El templo principal está dedicado a Isis y fue construido en su mayor parte entre los reinados de Ptolomeo II y el emperador Diocleciano y se convirtió en lugar de peregrinación de todas partes del mundo mediterráneo e incluso de Nubia. El complejo también acoge a otro templo dedicado a Hathor, el llamado Quiosco de Trajano (incompleto) y otros edificios menores como la capilla de Imhotep (de nuevo este funcionario faraonizado) y la puerta de Adriano.
El templo parece estar "desenfilado", es decir, el gran patio exterior de entrada, rodeado de columnas, no se corresponde con el primer pilono. Está colocado hacia la izquierda. Mi primer pensamiento fue que, en el traslado del templo, la isla se les había quedado pequeña y tuvieron que encajar el templo de esa manera. Pero no, originariamente el templo fue construido así en sucesivas ampliaciones. Al parecer su construcción irregular se debe a que tuvo que adaptarse a las peculiaridades del suelo granítico en el que está asentado. Tampoco los dos pilones están colocados simétricamente.
El culto a Isis perduró hasta el siglo VI en que el emperador romano Justiniano lo proscribió. El templo se convirtió en iglesia cristiana e incluso conserva un altar de esa época dedicado a San Sebastián. Yo no lo vi.
Adjunto esta imagen esquemática de los templos, sacada de este blog muy didáctico.
El primer pilono esta decorado con escenas de ofrendas y los cartuchos de los emperadores romanos que participaron en su construcción: Augusto, Tiberio, Caligula y Nerón.
Custodiando la puerta principal se yerguen dos leones de arte nubio que todavía permanecen en su lugar original. También había dos obeliscos con los cartuchos de Ptolomeo y Cleopatra. Uno de ellos (el otro quedó destruido) se encuentra hoy en Dorset, Inglaterra, en los jardines de una casa solariega, ya que fue adquirido por un egiptólogo y aventurero llamado Bankes con la ayuda inestimable de, ¿saben quien?, Giovanni Belzoni.
El segundo pilono es algo mas pequeño que el primero y para superar el desnivel se colocó una rampa de entrada hacia la sala hipóstila. Los enormes relieves de Ptolomeo XIII junto a Isis y Horus decoran su fachada y a sus pies, la estela de Ptolomeo VI Filométor, tallada sobre la roca viva. Conmemora la donación de tierras al templo y las exenciones fiscales concedidas por este rey.
Pero, sin duda, la estrella del complejo es el Quiosco de Trajano, de época romana.
Se trata de una armoniosa estructura de 14 enormes columnas con capiteles florales tallados. Actualmente no tiene techo pero se cree que en sus tiempos era de madera en un ejemplo de una inusual combinación de madera y piedra en un templo egipcio.
Este pabellón servia para acoger las barcas procesionales y como acceso desde el embarcadero del río ya que se sitúa en esa dirección.
Después de Philae nos acercamos a un taller de esencias donde compramos un par de botes de 100 mls. por unos 13 €. regateando desde los 10 € que nos pedían por un solo bote.
Esa noche, después de la cena, fue la celebración de la fiesta de despedida en el barco. Aparecieron cantantes, bailarines y malabaristas que amenizaron, escasamente debo decir, la poca gente que quedó en el salón discoteca. Era la última noche en el barco. Mañana tocaba vuelo temprano a El Cairo y, seguidamente, visitas a todo tren.