PALERMO 4ª PARTE ✏️ Diarios de Viajes de Italia

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Empezamos el último día en la VIA DEI CARTARI. Desde la Edad Media, en Palermo ha habido gran tradición de jugar a las cartas. Y se hacía con naipes diseñados e impresos en la ciudad. En algunas plazas y callejones del centro histórico todavía es fácil descubrir los lugares de artesanías antiguas vinculadas a las tradiciones del pasado, incluido el "cartaro", fabricante de cartas.

Ya en el siglo XIV se documentó la presencia de fabricantes de naipes en la ciudad. Una actividad que se desarrolló de un modo espectacular en el siglo XVIII en el área de la actual Piazza Borsa. En aquel tiempo se llamaba "Piano dei cartari" debido a la presencia de muchos fabricantes.

A mediados de siglo XVIII incluso tuvo que legislarse sobre los juegos de cartas.

Pasamos por la Piazza Borsa. En esa zona de muchos talleres de cartas se acabó construyendo el Convento de los Padres Mercedari Scalzi, que más tarde se convirtió en un banco y luego en un hotel de lujo. Permanece en la zona el llamado "Arco del Cartari", donde la prestigiosa compañía Coletti todavía operaba en el siglo XIX.

La fuente Garraffello data de 1591 . Se encuentra en la plaza del mismo nombre en el distrito de Vucciria en el distrito de Castello a Mare en Palermo. Se considera que tiene algunas cualidades medicinales.

La IGLESIA DE SANTA MARIA DI VALVERDE fue fundada en el siglo XIII como parte del colindante convento carmelita. En el siglo XVII fue reformada en estilo barroco según proyecto del arquitecto Mariano Smiriglio, quien trabajó en los Quattro Canti y en la Porta Felice. La fachada, de tonos rosados, está muy degradada. La iglesia tiene dos portales que se abren a la calle, el de la fachada, renovada en estilo neoclásico durante el siglo XIX, y el lateral (izquierdo), que se puede ver desde el Largo dei Cavalieri di Malta.

Quizás lo mejor conservado del exterior sea el campanario del siglo XVIII.

La decoración del interior es espectacular. Destacan los bonitos relieves de estuco, muy parecidos a los de los oratorios.

Hay varios oratorios en Palermo y son espectaculares.


El ORATORIO SANTA CITA, construido en el año 1686 sustituyendo a otro edificio del siglo anterior, fue decorado a final del mismo siglo por Giacomo Serpotta. El artista utilizó por primera vez la modalidad expresiva de los teatrini. Destaca la representación de la Batalla de Lepanto, entre las más conocidas esculturas de Serpotta. Pero también hay 15 Misterios del Rosario y esculturas de figuras femeninas que representan la alegoría de las Virtudes Cristianas.

Los oratorios eran los lugares privados de reunión y oración de los miembros de sus respectivas congregaciones. En su interior, además de dedicarse al culto, los miembros organizaban diversas actividades.

El ORATORIO dEL ROSARIO DI SAN DOMENICO es uno de los oratorios más conocidos de la ciudad. Se empezó a construir en 1573 y acabó con la construcción del presbiterio en el año 1627. El oratorio fue la sede de la Compañía del Santísimo Rosario de Santo Domingo, fundada en el año 1568 por una comunidad de artesanos, artistas y acaudalados comerciantes de la ciudad. A esta compañía también perteneció el escultor Giacomo Serpotta, a quien le encargaron la decoración del oratorio en 1699 al estilo del oratorio de Santa Cita.

Además, en los oratorios hay importantes pinturas.

Terminamos nuestro viaje a Sicilia por todo lo alto, visitando las TUMBAS REALES en la catedral.


Las tumbas reales de la Catedral de Palermo custodian los restos mortales de algunos personajes más importantes de la historia de Sicilia entre el siglo XII y el XIII.

En la primera capilla está el monumento funerario de Enrique VI del Sacro Imperio Romano Germánico. Enrique VI, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, era hijo de Federico Barbarroja y, por tanto, miembro de la dinastía Hohenstaufen. Fue rey de Alemania desde 1190 hasta 1197 y emperador de 1191 a 1197. Pero además, como comenté al hablar de historia, fue rey de Sicilia de 1194 a 1197 por su matrimonio con Constanza I de Sicilia. Constanza era diez años mayor que él y heredera al Reino de Sicilia al no tener su sobrino Guillermo II ningún descendiente vivo. Ella misma era la hija póstuma del rey normando Roger II de Sicilia.

Constanza tenía ya 30 años cuando fue prometida. Su matrimonio no se consideraba imprescindible. Pero su sobrino menor, Enrique de Capua, murió en 1172. Eso convirtió a Constanza en heredera presunta al trono siciliano. Su sobrino mayor, el rey Guillermo II, no se casó hasta 1177 y el matrimonio no tuvo hijos.

La muerte prematura y sin descendientes legítimos de su sobrino en 1189 puso al reino siciliano-normando en graves problemas de sucesión, ya que el Sacro Imperio Romano Germánico reclamaba la herencia del reino por el matrimonio con Constanza. Su primo (y sobrino de Constanza) Tancredo se apoderó del trono. Tancredo era ilegítimo pero tenía el apoyo de la mayor parte de los hombres del reino. Tancredo fue coronado rey en Palermo a principios del año 1190.

El suegro de Constanza murió en 1190, y al año siguiente Enrique y Constanza fueron coronados emperador y emperatriz. Constanza entonces acompañó a su esposo a la cabeza de un sólido ejército imperial para recuperar el trono por la fuerza.

Tancredo murió el 20 de febrero de 1194. Ese mismo año Enrique entró en Palermo sin oposición, depuso al hijo menor de Tancredo, Guillermo e hizo que lo coronasen rey en su lugar, el 25 de diciembre. Al día siguiente Constanza, que tenía 40 años, dio a luz a su hijo, el futuro emperador Federico II Hohenstaufen, en un pabellón de la plaza del mercado de Iesi para que no hubiera dudas sobre su maternidad. Dos días más tarde le dio de mamar en público.

En 1197 Enrique murió. El monumento está hecho de pórfido, piedra muy dura reservada para sepulturas de reyes y emperadores

Detrás está la tumba de Constanza II de Sicilia.

Un antiguo sarcófago romano de mármol blanco, decorado con una escena de caza, alberga a Constanza II de Aragón, primera esposa de Federico II. En su interior se encontró la preciosa corona que se puede admirar en el fascinante Tesoro de la Catedral.

El magnífico de pórfido con fondo semicircular, aguantado por cuatro leones que sostienen figuras humanas entre sus patas y rematado por un monumental baldaquino con seis columnas de mármol rojo, es la tumba de Federico II, que murió en 1250. Más tarde, también se enterró allí al rey Pedro II de Aragón, en 1352, y a una mujer desconocida.

Detrás, protegido por un baldaquino muy decorado con mosaicos, se encuentra el sepulcro de Roger II, el primer rey de Sicilia, muerto en 1154 y abuelo de Federico II. Formado por placas de pórfido, está sostenido por telamones, es decir, figuras masculinas, talladas en mármol. El último a la izquierda es el sarcófago de Guillermo de Aragón, fallecido en 1338. El difunto está vestido con hábito dominicano, como signo de devoción.

Dos de los sarcófagos fueron transportados aquí por voluntad de Federico II desde la catedral de Cefalú, a la cual Roger II los había donado. Se trata, seguramente, de los sarcófagos de Enrique VI y de Federico II. Ya comenté que Roger quería que la catedral de Cefalú fuera mausoleo real. Pero incluso él, pese a su voluntad, fue enterrado en la catedral de Palermo. Dos sepulcros de pórfido rojo de Egipto habían quedado vacíos en Cefalú. Se dice que fue Federico II quien, con una treta, consiguió llevarlos a Palermo para su padre y para él.

La catedral también tiene una cripta y un tesoro visitables.

Se accede a la Antica sacrestia dei Canonici (Antigua Sacristía de los canónigos) a través de uno de los dos portales renacentistas de la segunda mitad del siglo XV, cuando se reformó la sacristía creada en 1260 suplantando la Capilla de la Magdalena que, según datos sin confirmar, había sido hasta entonces el mausoleo de los reyes normandos. Se trata de una antigua capilla árabe-normanda transformada en sacristía durante el año 1260 y posteriormente reformada durante la segunda mitad del siglo XV, cuando se crearon los dos portales y la bóveda de crucería en estilo gótico.

En este punto es como un museo diocesano. Hay orfebrería de oro y plata y el hábito de Santa Catalina de Bolonia (que no puede verse porque está guardado en una urna).

En la Capilla del Tesoro o Sacristía nueva hay más piezas, guardadas en muebles de madera o en vitrinas de cristal. Al fondo de la sala hay un altar donde podemos ver la preciosa estatua de la Madonna della Scala (1503) esculpida por Domenico Gagini, la Virgen con el Niño en los brazos.

Por una estrecha escalera de caracol, se baja a los subterráneos, un lugar muy sobrio donde destaca un bonito pórtico gótico.

Desde allí se baja a la cripta.

Nada más bajar vemos que hay dos naves, separadas por una hilera de columnas. En esas dos naves hay 23 sarcófagos, muchos de ellos de la antigüedad y que, en algunos casos, han sido modificados. La cripta se hizo a la vez que la catedral. Data de la segunda mitad del siglo XII.


Encontramos allí el sarcófago del arzobispo Giovanni Paternó, fallecido en 1511. Es urna funeraria griega en cuyo relieve se ven dos genios con alas que podrían pasar por ángeles. La tapa del sarcófago, que muestra la imagen del cardenal dormido, fue esculpida por Antonello Gagini. La talla es de una belleza exquisita. La cabeza reposa en unos almohadones con una inscripción y está vuelta hacia un lado, con una expresión de absoluta placidez.

En el ábside situado en lado norte se halla el monumento funerario de Federico Staufer d'Antiochia, nieto del hijo natural de Federico II. Dicen que Federico tuvo un hijo con una mujer musulmana de Antioquía o con una noble siciliana, descendiente del almirante Giorgio d'Antiochia. Es el único de los sepultados en esta cripta que nunca fue sacerdote. El bisnieto del emperador murió en 1305. En su tumba aparece su efigie recostada, con la cabeza apoyada en una mano y un libro en la otra. Parece como si se hubiera quedado dormido mientras leía. A sus pies hay un yelmo. Su urna funeraria, con relieves entre los que destaca un Cristo en Majestad, también parece reutilizada.

Volvemos a subir y nos encontramos con una sala donde se exponen algunas pertenencias de Constanza de Aragón encontradas en 1491 durante la inspección de su tumba ordenada por el virrey Fernando de Acuña. En concreto vemos la Corona, tres de los cinco anillos que llevaba puestos y unos fragmentos de su manto real y del velo que llevaba bajo la corona.

Constanza de Aragón fue la mayor de las hijas de Alfonso II el Casto, rey de Aragón, y de su mujer, Sancha de Castilla. Era hermana del rey Pedro II el Católico. Por línea materna era nieta de Alfonso VII el Emperador, rey de León y Castilla.

Su padre murió en 1196. El nuevo rey, su hermano el rey Pedro II, organizó su matrimonio con el rey Emerico I de Hungría. Ella tenía diecinueve años. Se casa en 1198. Al año siguiente (1199), da a luz un hijo, Ladislao.

El 26 de agosto de 1204, Emerico, viendo que va a morir pronto, corona a su hijo como rey el 26 de agosto de 1204. Emerico falleció tres meses después, el 30 de noviembre de 1204.

Fue sucedido por el recién nacido Ladislao, al que le pusieron el nombre de Ladislao III; como regente, queda, por orden expresa del rey, su hermano menor Andrés. Sin embargo, éste pronto comienza a dificultarles la vida al niño-rey y a su madre, asumió toda la autoridad real, mientras que Ladislao y Constanza quedaron prácticamente como prisioneros. Constanza es encerrada por Andrés II, y le privan de sus riquezas. Poco después, consiguió huir a Viena con Ladislao.

Encontraron refugio en la corte de Leopoldo VI de Austria. El pequeño Ladislao III muere al año siguiente, el 7 de mayo de 1205, a los seis años de edad. El duque Leopoldo envió a Constanza de nuevo a Aragón.

A su llegada, establece su residencia en la Abadía de Nuestra Señora en Sigena, donde su madre, la reina-viuda Sancha era la Abadesa.

Su hermano Pedro II, interesado en una alianza con el Sacro Imperio Romano Germánico, la compromete con el rey Federico II de Alemania, varios años menor que ella.

Constanza abandona nuevamente su patria, esta vez para no volver. Viaja hasta la ciudad siciliana de Mesina, donde celebra su boda con Federico en 1209. Al año siguiente, en 1211, da a luz a su segundo hijo, Enrique, el cual es investido duque de Suabia por su padre y tendría un trágico final en 1244.

En 1212 es coronada junto a su esposo emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico.

Murió en Catania el 23 de junio de 1222. La corona es la pieza más bonita de todas. Es de estilo bizantino.

Esa corona es digna de una emperatriz. Data del siglo XIII, aproximadamente de 1220, y está realizada en oro macizo, plata dorada, esmaltes, perlas y piedras preciosas. Sus medidas son 13.5 de alto por 18.5 y la "pendilia" , pendulias o "ínfulas" (esas tiras que cuelgan por los lados), 20.5 x 10 centímetros.

Las ínfulas son de oro amarillo y de forma triangular. Están decoradas con esmaltes cloisonné y granates.


La corona tiene forma hemisférica, es una "kamelaukion" (tipo de bonete o birrete típico de Bizancio que hoy llevan los diáconos de la iglesia ortodoxa) en forma de "cuffia". Una cruz la recorre de punta a punta. Sobre una base de tejido presenta láminas de oro cuadrilobuladas y esmaltes cloisonné. Entre las gemas encontramos granates, rubíes, zafiros, amatistas, turquesas y topacios.

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