PALERMO ✏️ Diarios de Viajes de Italia

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Los que me conocen saben que no soy amiga de los tours, te llevan a un montón de lugares en pocos días, te dan un montón de información la mitad de la cual no escuchas porque ya estas durmiendo en el bus, visitas 10 iglesias y 5 ruinas en el mismo día y cuando miras las fotos al final del día ya no te acuerdas de que iglesia o lugar era esa imagen, te dejan más de lo necesario en medio de la nada porque tienen que cumplir con el descanso del conductor y te sacan corriendo de donde quisieras quedarte horas porque no llegan al hotel del día antes que dejen de servir la cena. Eso solo por mencionar algunas de sus contras. Este tour no fue la excepción, no esperen detalles de esta etapa porque tengo todo mezclado, voy a escribir sobre aquello que este segura.
El tour empezó y terminó en Palermo. Al rato de haber llegado ya la primer anécdota. Amalia llevo su pava eléctrica para que pudiéramos tomar mate fácilmente (ya aclaré que somos argentinas), la sacó de la valija, preparamos todo, enchufamos la pava y plaffff nos quedamos sin luz, salimos al pasillo y todo el mundo estaba saliendo para ver qué pasaba, nosotras nos dimos cuenta al instante que nuestra pava había hecho saltar los tapones, que hubieran hecho ustedes en esa situación?? Nosotras hicimos lo mismo, guardamos la prueba del delito y cuando llegaron a nuestra habitación, porque los de mantenimiento del hotel tuvieron que revisar una por una para ver donde estaba el desperfecto, nosotras pusimos cara de mujeres grandes, inocentes, honestas e inteligentes y le dijimos que ni idea de que había pasado. Después nos arrepentimos por el trabajo extra que le dimos al pobre muchacho, pero ya estaba hecho. Por supuesto, encontraron el fusible que saltó en nuestra pieza, lo cambiaron y no volvimos a usar la pava en todo el resto del viaje. Creo que compramos en una ferretería ese aparatito que se pone en el agua y la calienta.
Palermo es muy linda, a pesar del tráfico, la suciedad y las calles rotas. Una parte la hicimos con la guía y mucho caminamos por nuestra cuenta. La Capilla Palatina es preciosa, es la capilla de un antiguo palacio en el que en ese momento al menos funcionaban unas oficinas públicas, y conservaron para el turismo la capilla, para entrar hay que pasar a un patio desde donde se ven a los oficinistas en las ventanas trabajando


Subiendo unas escaleras se llega a un pasillo donde se espera para entrar a la capilla, en ese pasillo hay un friso en cerámica muy bonito


La capilla la recuerdo con mucha decoración en dorado con la figura del Cristo Pantocrator en el altar, figura que veríamos después por toda Sicilia.



También recuerdo una intersección de calles, que se llama Quatro canti que tiene una estatua en la ochava de cada uno de los 4 edificios que lo componen.
La Catedral, enorme y muy bonita, con un amplio patio en la entrada.


Recuerdo una placita con la fuente Pretoria en mi mente grande pero olvide por completo que significaba.
Desde la fuente salía una calle hacia una plaza más pequeña a la cual daban varias iglesias, pero yo solo recuerdo que una se llama La Martorana curiosa por fuera y bellísima por dentro.


Cerca del hotel estaba el Teatro Politeama al cual no entramos, pero el edificio por fuera se veía imponente. También fuimos a conocer un mercado que me había recomendado mi hija pero a nosotras no nos entusiasmó para nada, quizás porque llegamos un poco tarde.

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