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Aventura por el río, lago y glaciar Leones, con sorpresa final.
Hoy es el día. Ha amanecido despejado y parece que haremos la excursión al Glaciar Leones.
En el desayuno nos lo confirman. Antes de las 9:00 estamos en el embarcadero particular del lodge.
Terra Luna Lodge se encuentra en la ladera de una península que se adentra en el Lago General Carrera, dominando una buena panorámica del mismo, al inicio de una pequeña bahía, justo enfrente del pueblo de Puerto Guadal.
Pero parece que nos juntaremos más gente de lo normal. Los de la excursión de ayer, anulada, y los de hoy.
Un grupo de alemanes en viaje organizado los han traído del alojamiento cercano. el Mirador del Lago.
Otro grupo organizado se está trasladando por tierra porque no había embarcaciones suficientes.
Nos explican eso y que el grupo que va por tierra la vuelta la harán en embarcación y algunos de esta expedición tendrán que volver por tierra.
Hay dos embarcaciones Jet Boat. En una solo entran cuatro personas y es la que llaman pitufo jet y utilizan para salidas con poca gente.
El que está al frente de todo y explica el asunto es el propio dueño, Philippe Router.
Nos indica que nos subamos en la pitufo jet. Estábamos ya subidas las chicas y faltaban los hombres que ayudaban a cargar algo y con los amarres. Pero se cuela una señora alemana del grupo y se sienta en primera fila. No hubo forma de que entrara en razón, que éramos un grupo de cuatro y que nos habían asignado esa embarcación.
No hay problema, nos cambiamos a la otra embarcación ante la cerrazón de esta señora. En esa otra barca caben 10 personas. Algunos de este grupo de alemanes eran bastante hoscos y maleducados.
Luego tendríamos más muestras de ello.
Me abstraigo del tema y me dedico a observar los hermosos paisajes que rápidamente se suceden.
El jet boat es una embarcación que se mueve de forma rápida por la propulsión a chorro de agua y es idónea para navegar en ríos de poca profundidad. Ya la habíamos probado en Nueva Zelanda.
Por el hecho de moverse rápido y que no tiene cubierta, hay que ir bastante abrigado, aparte de llevar chaleco salvavidas y casco protector.
Durante unos veinte minutos estamos cruzando las azules aguas del lago General Carrera. La costanera de Puerto Guadal y riberas de tierra firme van quedando atrás y de frente aparece el gran cordón de montes nevados del Campo de Hielo Norte.
Atravesamos por medio del delta del río Leones al desembocar en el Carrera y pasamos por debajo del Puente Leones. El día anterior pasamos por arriba camino de Puerto Tranquilo.
El agua ahora tiene el tono verde lechoso de los ríos glaciares.
Cerros de laderas boscosas y cimas nevadas nos flanquean la primera línea de los paisajes que quedan a ambos lados de la embarcación. Por encima de ellos asoman otros picos más altos y completamente nevados.
La embarcación va remontando a contracorriente el agua del río Leones que fluye en ocasiones mansamente y anegando algunas orillas y en otras va casi flotando entre los pequeños rápidos que ocasiona la corriente.
El río no solo tiene un curso fluvial, a veces se ramifica y el conductor de la lancha va girándola en pos del mejor camino.
Bien visible es el Glaciar Mapuche cuyo ventisquero forma el río Mapuche que desagua en este río Leones.
El flujo del río Leones se ve aumentado por el aporte de estos riachuelos que vienen de las montañas que flanquean la travesía.
La navegación dura de 40 a 45 minutos y se desembarca en un punto que es variable y que depende de la corriente y flujo de agua del río.
A partir de ahí hay que caminar. Pero poco rato. De 30 minutos a una hora, dependiendo del punto de desembarque.
En una primera idea de viaje yo tenía pensado llegar al mirador del Glaciar Leones vía vehicular y caminando. Era una prioridad como el treking a la laguna de Cerro Castillo. Y quedó en eso, en una idea.
Hay excursiones que te llevan en vehículo 4x4 hasta un punto en el que se camina por unos 9 km. Es mejor hacerlo con alguna empresa autorizada porque el Valle Leones es de propiedad particular y hay que tener la correspondiente autorización de paso.
En el Terra Luna las preparan también estas excursiones. Incluso pueden llegar en vehículo más adelante porque tienen la llave de la propiedad.
Nos conformaremos con esta pequeña caminata que va bordeando el río Leones y entre la vegetación patagónica que, en esta zona, se ha vuelto más achaparrada.
Llegamos a la confluencia del río Leones con el río Fiero. El río Fiero viene del lago del mismo nombre, que está cercano, y es bien visible la diferencia de sus blancas y grisáceas aguas en contraste con las verdosas del río Leones.
Leones, Fiero, Cachorro…. Palabras relacionadas. Parece ser que por la zona se llegaron a ver pumas. Y que aquellos lagos los descubrió el explorador Augusto Grosse cuando buscaba una vía para ascender al San Valentín.
El sendero va subiendo a lo alto de una morrena en la que se van agarrando los coigües y…. aparece de golpe una de las vistas más maravillosas de este viaje.
El lago Leones con el glaciar Leones descolgándose de los montes del Campo de Hielo Norte.
En realidad son tres lenguas de hielo, tres glaciares que van bajando de un conjunto de montañas de más de 2.000 metros. Los Cerros Cristal, Tronco, Mocho… incluso el monte Hyades que supera los 3.000 metros.
Por su parte norte estaría el lago Fiero e incluso el monte San Valentín. Esta parte estaba cubierta de nubes.
Y todo ello forma parte del Parque Nacional Laguna San Rafael.
Esta morrena a la que hemos subido ha sido provocada por el avance y retroceso del glaciar y es la que hace de presa natural para contener las aguas del lago Leones. Por un extremo va desaguando y forma el río Leones por el que hemos ascendido y luego acompañado en su curso hasta su nacimiento.
Es decir, hemos recorrido casi al completo el curso del río Leones, desde su desembocadura hasta su nacimiento.
Morrena que, como ya he mencionado, hace de mirador natural de este maravilloso espectáculo, una postal de las mejores de la Patagonia.
Con la combinación de colores del hielo, las aguas turquesas (o verdes) de la laguna, la verde vegetación, el rojo de los notros…..
Llegamos a un lateral de la morrena y avanzamos hasta el borde de la laguna en dónde hay posicionadas dos barcas a motor en las que nos trasladaremos por la laguna hasta el frontal del glaciar.
La laguna Leones mide unos 18 km. que cruzamos haciendo una curva hasta el frontal del glaciar. Se aprecian pocos bloques de hielo flotando.
Es una laguna glaciar con tonos lechosos en el agua. Está rodeada de paredes que parecen cortadas a pique y que demuestran la fuerza y el efecto que los hielos anteriores del glaciar han ejercido en la geografía del lugar. El efecto cortante del hielo se ve también muy bien en las piedras cuarteadas que asoman en el frontal del glaciar.
La pared del glaciar que cae hasta el lago puede tener unos 800 m. , si bien la caída total del glaciar podría ser de 1.5 km. La pared de cerca impone bastante. Los prismas de hielos y seracs parecen poder resquebrajarse en cualquier momento.
La embarcación se amarra en un lateral del lago y trepamos a un promontorio rocoso frente al glaciar en donde tenemos tiempo para tomarnos el picnic que nos entregaron por la mañana. Bastante decente el box lunch. De los mejores que he visto.
Quizá ayudara el hecho de que comerse cualquier cosa ante aquellas vistas resultaría un manjar.
El glaciar crujía y protestaba, pero no vimos ningún desprendimiento. Casi que es preferible porque ver tantos bloques de hielo tan cerca… impone bastante. Bastaría que cualquier bloque se desprendiera para armarla grande….
El tiempo comenzó a cambiar de forma rápida. Las nubes se echaron encima de nosotros y nos comenzó a llover, además de que se levantó bastante aire. Las barcas no paraban de bambolearse.
El grupo que nos acompañaba se abalanzaron sobre la primera barca y nos volvieron a separar. No dejaron a mi marido entrar en la barca y tuve yo que salirme y esperar a la segunda barca. Unos cuantos impresentables dando empujones que casi nos tiran al agua.
Esta segunda barca, para colmo de males, se le estropeó el motor y fuimos recorriendo la laguna de modo intermitente. Con el viento soplando, la laguna revuelta y el tiempo cada vez pintando a peor.
Tuve momentos de verdadera preocupación.
Al final tuvo que venir Philippe a nuestro rescate.
El jet boat pequeño de la mañana, (aquel del que la gorda alemana nos echó), se quedaba en el río porque tenía que llevar de regreso a la mañana siguiente a un grupo de excursionistas que estaban acampando y haciendo treking por allí cerca. Faltaba pues espacio para llevar de vuelta a cuatro personas.
En Terra Luna se ofrecen también excursiones en helicóptero. Más bien un ultraligero.
Pues este helicóptero llegaba para traer provisiones a estos que acampaban. Y de vuelta se llevaba al grupo que en la mañana subía en el pitufo jet que se quedaba atracado en el río.
A quien creéis que escogió Philippe para viajar en el ultraligero hasta el puerto de Terra Luna?.
Nosotros cuatro volvimos al Terra Luna en el helicóptero. Me hubiera gustado ver la cara de palo que se le puso a algunos del grupo de alemanes.
Disfrutamos un montón de la travesía por el aire. Y eso que estaba lloviendo, nevando, y el cielo estaba muy cubierto impidiendo tener buenas vistas. De hecho, las fotos tomadas de prisa, con el móvil, con los cristales traseros del helicóptero empañados… no refleja ni una mínima parte de lo que sentía y veía desde allá arriba.
Los montes con sus cumbres que se cubrieron de blanco en unos momentos, el lago Melikina que se forma del glaciar del mismo nombre, el curso del río Leones zigzagueando por el valle Leones, su desembocadura, el puente, los contornos del lago General Carrera, sus aguas azules, el pueblo de Puerto Guadal, su pequeño cementerio…
El caso es que el día anterior habíamos estado hablando con el piloto del helicóptero que nos explicó las excursiones que hacían… Una tentación muy grande por las grandes expectativas de los lugares a visitar… Pero unos precios muy difíciles de sobrellevar. Una de ellas llegaba hasta el glaciar Nef, pero tenía el precio de 435$ por persona….
En fin. Que la aventura había sido total y redonda. Pese a haber tenido momentos feos que enseguida se olvidan.
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