Hoy termina nuestra estancia en la región de Jungfrau y poco a poco toca ir volviendo a la civilización. Hasta Lucerna tenemos poco menos de una hora desde Meiringen, unos 50 km. Salimos temprano, como siempre, con la niebla invadiendo la A8 hacia Brünigstrasse. Paramos en el mirador de Lungern, para ver las aguas turquesas del Lungernersee.
LUZERNA
Lucerna está a orillas del lago de los Cuatro Cantones y es la mayor ciudad del centro de Suiza. Aparcamos en el parking Altstadt en Baselstrasse 4 (9.5 CHF por 5 horas), en la orilla sur del río Reuss, y la primera visión que tenemos es la de los museos de Historia y el Natural, junto al puente cubierto Spreuerbrücke.
Del siglo XV, alberga una pequeña capilla. Cruzándolo podemos admirar su techo con escenas pintadas, como las famosas danzas de la muerte medievales al norte y el triunfo de Cristo sobre la muerte al sur.
Desde él también podemos ver la Iglesia barroca de los Jesuitas o Jesuitenkirche, con sus dos torres gemelas rematadas en forma de bulbo, que se acabaron en el siglo XIX, así como el Nadelwerk, mecanismo del siglo XIX para controlar la crecida del río, que baja bravo por delante de la ciudad.
Ya en la orilla norte del río Reuss, que baña la ciudad, nos adentramos en el casco antiguo o Altstadt; por la Weinmarktgasse llegamos hasta la Weinmarktplatz, donde ya empezamos a ver sus casas de paredes pintadas y esgrafiados. Se conserva la distribución original de la ciudad antigua.
La Weinmarktbrünnen es una fuente gótica copia de la original. Vale la pena perderse por las estrechas calles que parten de esta plaza, antiguo punto de venta de vino. Muchas de las casas que la rodean fueron sedes de gremios. La Hirscherplatz nos muestra la misma decoración en edificios, muchos reconvertidos en tiendas y hoteles.
Bajamos de nuevo hasta la orilla norte del río, con la Jesuitenkirche enfrente.
A esta altura y después de ver el Rathaus renacentista, la colorida fuente Fritschi (personaje asociado a la primavera y a la diversión, al que se rinde homenaje en el carnaval de la ciudad) y la capilla de San Pedro o Peterskapelle, aparece ante nosotros el célebre Kapellbrücke, una de las estampas más famosas de Lucerna. Es uno de los puentes techados medievales más antiguos de Europa.
Levantado en el siglo XIV, formaba parte de las fortificaciones de la ciudad. En el centro del río, se une a la Wasserturm, una torre octogonal que sirvió como faro y prisión. En 1993 un incendio lo destruyó parcialmente; fue reconstruido y gran parte de las pinturas de los paneles que cubrían el techo con escenas de la historia de la ciudad y de las vidas de sus patronos fueron restauradas o sustituidas por copias.
Nos alejamos un poco de la orilla norte hasta la catedral de la ciudad, la Hofkirche o iglesia de los mártires San Leodegar y San Mauricio, patronos de la ciudad.
Por Alpenstrasse y Löwenplatz llegamos a Löwendenkmal, otras de las imágenes icónicas de la ciudad. El león moribundo atravesado por una lanza, esculpido en la roca por Bertel Thorvaldsen en conmemoración de los guardias suizos de Luis XVI de Francia, que murieron como héroes en 1792 cuando defendían el palacio de Tullerías.
Comemos cerca de aquí, en Swiss Stübli (Denkmalgasse 5), un mix de salchichas y una fondue.
Por Museggstrasse caminamos hasta la muralla Museggmauer, desde la que se ve la perfecta conjunción del edificio de cristal y acero KLL, el centro de cultura y congresos del famoso arquitecto francés Jean Nouvel, el Museo de Historia del arte (Kunstmuseum) y la carga histórica de la ciudad medieval; además, el lago y las cumbres cercanas que no llegamos ni a atisbar, Rigi, Tiflis y Pilatus. Se dice que la mejor vista de Lucerna se tiene desde las torres de la muralla. Los barrios comerciales se hallan en la orilla sur, al suroeste de la estación de tren, y en el casco viejo, al norte.
Volvemos a cruzar el Kapellebrücke hacia la orilla sur esta vez, donde están el KKl, la estación, el Museo de Historia del Arte, el teatro junto a la Iglesia de los jesuitas y la de los franciscanos, el edifico más antiguo, del siglo XII.
Puedes leer más sobre la ciudad aquí: Luzerna
Además de visitar esta preciosa joya medieval, puede hacerse rutas a montes de los alrededores como el Pilatus o subir en el ascensor panorámico Hammetschwand Lift para ver el lago de los Cuatro Cantones y la propia ciudad a 1128 m de altitud; más info aquí: Buergenstock
SISIKON
Terminamos el día pasando por el Urnersee o lago Uri (brazo meridional del Lago de los cuatro cantones), con sus acantilados y pueblos encajados entre el agua y las montañas. En concreto, paramos en Sisikon y se nos caía la baba viendo los chalets que había por allí. Menos mal que la estampa del lago nos hizo olvidarnos de ello.
ZUGERSEE-ARTH
A 15 km estaba nuestro último alojamiento, en Arth, junto al lago Zug, donde nos esperaba la familia Purtschet. El apartamento se sitúa en los bajos de la casa familiar, con una terraza estupenda desde la que se podía llegar al lago caminando. Todos los días nos dejaban un plato con fruta y nos tiraban la basura. Confirmado que es costumbre este detalle con los huéspedes.