Este es nuestro primer viaje en la época de la pandemia, lo planificamos en febrero, cuando el virus ni siquiera había llegado a Italia, para viajar en junio.
No tuvimos más remedio que posponerlo a agosto, pero esto nos ha permitido disponer de más días de los que teníamos previstos en un principio.
En Italia en el momento de nuestro viaje (agosto 2020) se permite caminar por la calle sin mascarilla, pero es obligatoria en transportes públicos y dentro de establecimientos.
Se sugiere encarecidamente respetar la distancia social de 1 metro pero, para nuestra frustración, se respeta muy poco.
Como no hay mal que por bien no venga, creemos que debido a la situación actual, hay menos turistas de los que habría un agosto normal.
Sí se puede visitar el Lago de Garda en transporte público. Los autobuses y los ferries son asequibles y cubren los puntos de interés más importantes.
No hay restaurantes baratos. Cobran el cubierto (entre uno y dos euros y medio). La cerveza es prohibitiva (unos 4€ o 5€ la copa)
Apenas hay supermercados para abastecerse de comida.
Los dos únicos restaurantes con una aceptable calidad/precio:
Peschiera del Garda: Bar Filò
Riva del Garda: San Marco Cafe