Uno de los grandes problemas a salvar en estos momentos ha sido el de los vuelos y las constantes cancelaciones de rutas. Es por este motivo que no he incluido un apartado específico en la etapa de Datos Prácticos, ya que en un año tan excepcional la información no es muy útil.
En un primer momento compramos vuelos con Iberia, directos a Keflavik desde Madrid. Iberia canceló su ruta para este verano lo que nos hizo mirar vuelos con la compañía islandesa, Icelandair, que también cancelo un poco más tarde todas sus rutas directas. Se complicaba la forma de llegar hasta allí, lo que hizo que en un primer momento nos desanimáramos y cambiásemos planes por Suiza.
Finalmente decidimos que volaríamos desde Barcelona con Vueling en vuelo directo a Keflavik, así que tuvimos que trasladarnos desde Madrid a Barcelona en coche de alquiler y desde ahí coger el avión. El precio del billete con Vueling, solo ida, fue de aproximadamente 300€ por persona, el coste de volar con nula anticipación
La nueva normalidad al volar se traduce en poca gente en el aeropuerto, mucho gel por todas partes, pocos sitios abiertos y mascarilla todo el rato. Adaptarse o no volar, no hay otra. El vuelo Barcelona-Reikiavik dura unas 4 horas y 40 minutos, no se hace largo y a la llegada hay que tener en cuenta que son dos horas menos. El avión fue prácticamente lleno, todos con nuestras mascarillas preceptivas. Al volar tres personas, mi cuñada, mi mujer y yo, cogimos una fila entera y pagamos por elegir asientos en las primeras filas.
No importaba nada, ya intuíamos lo que nos esperaba...
En un primer momento compramos vuelos con Iberia, directos a Keflavik desde Madrid. Iberia canceló su ruta para este verano lo que nos hizo mirar vuelos con la compañía islandesa, Icelandair, que también cancelo un poco más tarde todas sus rutas directas. Se complicaba la forma de llegar hasta allí, lo que hizo que en un primer momento nos desanimáramos y cambiásemos planes por Suiza.
Finalmente decidimos que volaríamos desde Barcelona con Vueling en vuelo directo a Keflavik, así que tuvimos que trasladarnos desde Madrid a Barcelona en coche de alquiler y desde ahí coger el avión. El precio del billete con Vueling, solo ida, fue de aproximadamente 300€ por persona, el coste de volar con nula anticipación
La nueva normalidad al volar se traduce en poca gente en el aeropuerto, mucho gel por todas partes, pocos sitios abiertos y mascarilla todo el rato. Adaptarse o no volar, no hay otra. El vuelo Barcelona-Reikiavik dura unas 4 horas y 40 minutos, no se hace largo y a la llegada hay que tener en cuenta que son dos horas menos. El avión fue prácticamente lleno, todos con nuestras mascarillas preceptivas. Al volar tres personas, mi cuñada, mi mujer y yo, cogimos una fila entera y pagamos por elegir asientos en las primeras filas.
No importaba nada, ya intuíamos lo que nos esperaba...
Islandia desde el aire
Nada más llegar al Aeropuerto Internacional de Keflavik y antes de recoger el equipaje, todo el pasaje es conducido a la zona donde realizan las pruebas PCR, la alternativa es hacer cuarentena de dos semanas. El test no es agradable, pero es rápido. Nosotros hicimos el pre registro dentro de las 72 horas antes del viaje en el que puedes pagar el test a un precio más reducido que en destino. Si no se hace el pre registro se puede hacer al llegar.
Aquí podéis encontrar la página para hacer el pre registro y en esta otra página tenéis información completa del tema del COVID en Islandia.
Sinceramente espero que todo esto no sea necesario para futuros viajes a Islandia y se quede como un recuerdo del nuestro
Una vez recogido nuestro equipaje nos dirigimos al hotel que había reservado. No podía iniciar nuestra ruta hasta que nos llegarán los resultados a la mañana siguiente así que poco más podíamos hacer que darnos una vuelta por Keflavik.
Esta localidad, a parte de su buena ubicación respecto al aeropuerto, buena oferta de alojamiento y su relativa cercanía con Reikiavik, unos 40 minutos por una buena carretera, no tiene mayor interés turístico. Nosotros la elegimos por ser una buena base para pasar nuestra tarde antes del resultado del test y porque nuestro alquiler del coche no comenzaba hasta el día siguiente. Mucha gente opta por irse directamente a Reikiavik sin pasar por aquí, es otra opción muy válida.
Nos dimos una vuelta por la zona del puerto, el día estaba plomizo y algo bucólico, no nos importaba todo era perfecto a pesar de la incertidumbre. El día que había comenzado temprano en Madrid para llegar a Barcelona se había dado bien y realmente, ¿qué era lo peor que nos podía pasar ya? ¿pasar 14 días de cuarentena en hotel islandés sin poder salir de la habitación? En esos momentos no importaba en absoluto, teníamos una extraña sensación de libertad que no habíamos experimentado en cinco meses.
Aquí podéis encontrar la página para hacer el pre registro y en esta otra página tenéis información completa del tema del COVID en Islandia.
Sinceramente espero que todo esto no sea necesario para futuros viajes a Islandia y se quede como un recuerdo del nuestro
Una vez recogido nuestro equipaje nos dirigimos al hotel que había reservado. No podía iniciar nuestra ruta hasta que nos llegarán los resultados a la mañana siguiente así que poco más podíamos hacer que darnos una vuelta por Keflavik.
Esta localidad, a parte de su buena ubicación respecto al aeropuerto, buena oferta de alojamiento y su relativa cercanía con Reikiavik, unos 40 minutos por una buena carretera, no tiene mayor interés turístico. Nosotros la elegimos por ser una buena base para pasar nuestra tarde antes del resultado del test y porque nuestro alquiler del coche no comenzaba hasta el día siguiente. Mucha gente opta por irse directamente a Reikiavik sin pasar por aquí, es otra opción muy válida.
Nos dimos una vuelta por la zona del puerto, el día estaba plomizo y algo bucólico, no nos importaba todo era perfecto a pesar de la incertidumbre. El día que había comenzado temprano en Madrid para llegar a Barcelona se había dado bien y realmente, ¿qué era lo peor que nos podía pasar ya? ¿pasar 14 días de cuarentena en hotel islandés sin poder salir de la habitación? En esos momentos no importaba en absoluto, teníamos una extraña sensación de libertad que no habíamos experimentado en cinco meses.
Puerto deportivo de Keflavik
Cuenta la leyenda que en una gruta, junta al puerto deportivo de Keflavik, vive una Giganta que se puede ver sentada en un balancín. Es un personaje muy conocido en Islandia, sobre todo entre los más pequeños.
Paseamos un poco junto al mar disfrutando del tiempo fresco que nos encontramos y buscando algún sitio para cenar. El día no daba para mucho más y después de la cena nos fuimos directos al hotel esperando recibir buenas noticias a primera hora de la mañana.
Escultura de Ásmundur Sveinsson
Alojamiento:
Esta primera noche nos alojamos en el Hotel Berg. Es una excelente opción en Keflavik a poca distancia del aeropuerto y con servicio de traslado gratuito al aeropuerto que utilizamos al día siguiente para recoger el coche de alquiler.
El hotel es moderno y cuenta con una piscina en el tejado que no pudimos disfrutar por la situación, aunque tampoco el tiempo invitaba a ello. Comenzamos a experimentar que las habitaciones y sobre todo los baños de los hoteles no iban a ser muy espaciosos, aunque este en particular no era excesivamente pequeño y la habitación para tres estaba bien.
Restaurantes:
Cenamos en Kaffi Duus, un agradable restaurante con decoración pesquera junto al pequeño puerto deportivo y a nuestro hotel. El restaurante estaba lleno, tanto de locales como de turistas, que a tenor de las mascarillas que portaban algunos, estábamos pasando nuestro primer día en el país. Como haríamos muchas otras veces pedimos el salmón, muy bueno, aunque suelen poner bastantes salsas a la comida que a mi gusto son innecesarias ya que el producto que tienen es muy bueno.