Hoy tenemos un día mucho más relajado que el anterior, sobre todo en lo que se refiere al tema de los kilómetros. La distancia de hoy es mucho más asumible y nos va a permitir ver las cosas con mucha mayor tranquilidad. Por la mañana desandamos un poco de camino para visitar la Garganta de Kolugljúfur y la Península de Vatnsnes, donde se encuentra el famoso trol.
En lugar de poner ruta directa hasta Akureyri por la Ring Road, nos desviamos por la carretera 76 para visitar la maravillosa península de Tröllaskagi. Hicimos una breve parada en Akureyri para visitar el Jardín Botánico y pusimos rumbo a nuestro destino final del día el Lago Mývatn, con obligada parada en la cascada Goðafoss.
En lugar de poner ruta directa hasta Akureyri por la Ring Road, nos desviamos por la carretera 76 para visitar la maravillosa península de Tröllaskagi. Hicimos una breve parada en Akureyri para visitar el Jardín Botánico y pusimos rumbo a nuestro destino final del día el Lago Mývatn, con obligada parada en la cascada Goðafoss.
Ruta del día:
Ruta del día
Nos tomamos un fabuloso desayuno en nuestro alojamiento del que hablo en la etapa anterior, el Brimslóð Atelier Guesthouse. Al igual que la cena del día anterior, el desayuno lo preparan los propios anfitriones y es maravilloso. Al terminar, los otros huéspedes se fueron marchando y nos quedamos hablando con ellos sobre la situación de la pandemia en Islandia y las nuevas medidas introducidas por el gobierno que obligaban a hacer cuarentena entre el primer y segundo test. Esas medidas entraban en vigor justo ese día y nos comentaban que había supuesto que sufriesen un aluvión de cancelaciones en las reservas de los meses de septiembre en adelante. Estaban muy preocupados por las nuevas medidas ya que pocos turistas se aventurarían a visitar en ese momento su país y para ellos comenzaba una época importante con mucho turismo asiático para ver Auroras Boreales. Espero que esta "tormenta perfecta" pase pronto y cuando se lea este diario en el futuro la normalidad haya regresado y podamos disfrutar, entre otras cosas, de este alojamiento.
Después de la agradable charla y de conocer a una pareja mallorquina que también se alojó esa noche ahí y que volveríamos a ver al día siguiente en Askja, nos pusimos en ruta. Debíamos desandar parte del camino hecho el día anterior ya que nos habíamos dejado un par de visitas por falta de tiempo. Una de esas visitas era el cañón de Kolugljufur
Para llegar al cañón hay que desviarse de la Ring Road por la carretera 715 y conducir por una carretera de grava, apta para todo tipo de vehículos, durante unos 10 kilómetros. El cañón lo ha formado el río Víðidalsá durante años y está formado por una serie de saltos de agua que lo convierten en un lugar especial. Si a esto le añadimos que estuvo habitado por una bella trol, la visita es muy recomendable.
Después de la agradable charla y de conocer a una pareja mallorquina que también se alojó esa noche ahí y que volveríamos a ver al día siguiente en Askja, nos pusimos en ruta. Debíamos desandar parte del camino hecho el día anterior ya que nos habíamos dejado un par de visitas por falta de tiempo. Una de esas visitas era el cañón de Kolugljufur
Para llegar al cañón hay que desviarse de la Ring Road por la carretera 715 y conducir por una carretera de grava, apta para todo tipo de vehículos, durante unos 10 kilómetros. El cañón lo ha formado el río Víðidalsá durante años y está formado por una serie de saltos de agua que lo convierten en un lugar especial. Si a esto le añadimos que estuvo habitado por una bella trol, la visita es muy recomendable.
Cañón de Kolugljufur
Cascada Kolufossar
Desde aquí nos ponemos en marcha hacia la Península de Vatnsnes. No la recorrimos completamente sino que fuimos directamente a Hvítserkur, aunque bien merece la pena un recorrido más tranquilo y pausado para disfrutar de las zonas más remotas y de sus paisajes. Visto lo visto nos quedamos con ganas de más.
Granja en Vatnsnes
Paisajes en Vatnsnes
Hvítserkur es una gran roca alta, 15 metros, y cortada frente a la costa este de la península. Como en muchas otras cosas en Islandia hay una leyenda sobre ella. Al parecer esta roca era un trol al que sorprendió el amanecer cuando intentaba destruir el monasterio de Þingeyrar. A mi me recordaba a un enorme rinoceronte bebiendo agua en el mar. Desde el aparcamiento se puede acceder a un mirador y también hay un sendero que baja hasta la playa por la que se puede pasear. La roca es bonita, pero lo realmente impresionante es el entorno. Aquí nos encontramos con más gente, pero aún así la disfrutamos igualmente.
Hvítserkur
En el entorno, y también en la excursión que podéis hacer desde Hvítserkur, destaca las vistas del fiordo Húnafjörður y la laguna que se forma junto al mismo y que tiene el nombre de Hóp. Playas de arena negra y aves anidando en los acantilados rematan un perfecto paisaje.
Húnafjörður
La Península de Vatnsnes también es conocido por sus granjas y paseos a caballo. En el camino de vuelta tuvimos la oportunidad de ver alguna que otra excursión.
Paseos a caballo
Antes de poner rumbo a la península de Tröllaskagi, paramos en la granja-museo de Glaumbær, famosa por sus casas de hierba, de las mejores del país. Para llegar hay que desviarse de la Ring Road por la carretera 75 al norte de Varmahlíð, una pequeña población que puede pasar desapercibida y como leímos en la guía es poco más que un cruce de carreteras.
En Glaumbær disfrutamos de este tipo de construcciones. A día de hoy desconozco si hay que pagar por visitarlo o no. La gente accedía y no había ningún sitio para pagar ni nadie que lo exigiese, así que fuimos visitando las casas. Es posible que el pago se realice en un museo donde exponen una visión de las condiciones de vida de la época, aunque no lo puedo asegurar. En el complejo también hay una pequeña cafetería.
En Glaumbær disfrutamos de este tipo de construcciones. A día de hoy desconozco si hay que pagar por visitarlo o no. La gente accedía y no había ningún sitio para pagar ni nadie que lo exigiese, así que fuimos visitando las casas. Es posible que el pago se realice en un museo donde exponen una visión de las condiciones de vida de la época, aunque no lo puedo asegurar. En el complejo también hay una pequeña cafetería.
Glaumbær
Granja-Museo
Desde aquí ya pusimos rumbo a la península de Tröllaskagi, haciendo una parada previa para echar gasolina y abastecernos, en Sauðárkrókur. Compramos pan y algunos dulces en Sauðárkróksbakarí, una buena panadería situada en al calle principal del pueblo. No dejéis de pasaros si estás por ahí.
Sauðárkróksbakarí
Ahora si tomamos la carretera 76 que junto a la 82 circunvalan la península por la costa de Tröllaskagi a lo largo de unos 190 kilómetros. En las localidades del norte se dispone de varios túneles que facilita mucho la visita. Os animo a abandonar la carretera principal y visitar este lugar con naturaleza exuberante y alguna joya escondida.
Carretera 76 en Tröllaskagi
Tröllaskagi hay que disfrutarla a fuego lento, sin prisas. Es una zona sin grandes poblaciones pero con muchos encantos naturales, para disfrutar con calma. Os dejo un mapa:
Península de Tröllaskagi
Si comenzáis vuestro recorrido por la península por su acceso oeste, la primera población que os encontraréis será Hofsós, pero antes de llegar a ella no os debéis perder la que dicen es la iglesia más antigua de Islandia, Grafarkirkja. La iglesia está en unos terrenos privados pero se puede visitar. En el desvío se ve una valla, que puede disuadir en un primer momento, pero no hay ningún problema, se abre, pasas con tu coche y la vuelves a cerrar luego.
Acceso a Grafarkirkja
Grafarkirkja es una iglesia de madera con tejado de turba rodeada de un cercado circular. La iglesia original, de la que se conservan ciertas partes data de finales del siglo XVII, aunque fue desmontada y reconstruida en el siglo XIX.
Grafarkirkja
Habíamos pensado comer en la zona de la iglesia en un picnic improvisado, pero no está acondicionado para ello, así que avanzamos un poco hasta Hofsós y encontramos un sitio maravilloso a la entrada del pueblo justo en la desembocadura de uno de los muchos ríos de origen glaciar que surcan la península hasta el mar. En este momento me vienen a la cabeza las palabras de Jorge Manrique...
Un buen lugar para un picnic...
Podíamos haber estado horas sentados en ese lugar disfrutando de las aguas turquesas del fiordo Skagafjörður, pero continuamos nuestra ruta, el problema de tener alojamientos fijos. Hicimos una breve parada en Hofsós y en su famosa piscina con vistas al fiordo.
Hofsós
Lo cierto es que teníamos intención de darnos un baño en la piscina al aire libre del pueblo que al parecer se construyó en 2010 gracias a la iniciativa de dos mujeres del pueblo, pero nos imaginábamos algo más auténtico y no tan abarrotado como lo que vimos, así que decidimos dejar nuestro baño en aguas calientes para más adelante. Eso si las vistas de la piscina son espectaculares.
Piscina Hofsós
Skagafjörður
Desde Hofsós hasta la siguiente población, Siglufjörður, hay unos 60 kilómetros para disfrutar del paisaje y la conducción. No hay que perderse desde las costas las vistas del pequeño islote de Malmey y el promontorio Þórðarhöfði con la ensenada que forma.
Islote Malmey
Promontorio Þórðarhöfði
Para disfrutar de estas vistas se puede parar unos kilómetros al norte de Hofsós, aproximadamente unos 10 kilómetros en dirección norte. No tengo exactamente la localización ya que esta parada se basó en la ley que impera en Islandia, "si ves un aparte en la carretera con coches parados, no lo dudes, para tu también, algo habrá".
Perdidos en Tröllaskagi
A partir de aquí entramos en la parte más remota de la península, la más solitaria y la más atractiva al viajero...
La llegada a Siglufjörður nos saca de la ensoñación que produce la maravillosa ruta. Hace años acceder a esta zona de la península era muy complicado y estas poblaciones quedaban aisladas gran parte del año, pero ahora con varios túneles que comunican esta ciudad con Ólafsfjörður, los viajeros nos animamos más a visitar esta zona de Islandia.
Túnel en Siglufjörður
Son curiosos los túneles en Islandia a parte de largos. Algunos de ellos son de un único carril con espacios para poder apartarse cuando viene un vehículo de frente. En todo momento te indican los kilómetros que llevas recorridos y los que te faltan para salir.
Siglufjörður fue en la mitad del siglo pasado una población pesquera muy relevante en Islandia que llegó a albergar más de 10.000 trabajadores. Como muchas otras veces en la historia reciente, la población entró en un largo letargo, que aún continua, en este caso por la subita desaparición del arenque en la zona. Los 10.000 habitantes han pasado a poco más de 1.000 y han dejado a Siglufjörður como una población en una localización que quita el hipo y perfecta para deportes de aventura y senderismo.
Siglufjörður fue en la mitad del siglo pasado una población pesquera muy relevante en Islandia que llegó a albergar más de 10.000 trabajadores. Como muchas otras veces en la historia reciente, la población entró en un largo letargo, que aún continua, en este caso por la subita desaparición del arenque en la zona. Los 10.000 habitantes han pasado a poco más de 1.000 y han dejado a Siglufjörður como una población en una localización que quita el hipo y perfecta para deportes de aventura y senderismo.
Siglufjörður
Si Siglufjörður nos resultó pequeña y aletargada, Ólafsfjörður es el siguiente nivel. Una pequeña población pesquera que no llega al millar de habitantes y que de nuevo destaca por su maravillosa ubicación junto al fiordo del mismo nombre. Por cierto, en ambos sitios intentamos buscar un café para tomar algo y nos fue imposible, todo cerrado.
A partir de aquí el paisaje se suaviza y serena un poco. La carretera 82, que nos llevará de vuelta a la Ring Road (carretera 1), discurre permanentemente paralela al Eyjafjörður y nos transporta lentamente hasta Akureyri, la segunda ciudad de Islandia con más de 18.000 habitantes, una mega urbe para nuestros estándares en ese momento.
A partir de aquí el paisaje se suaviza y serena un poco. La carretera 82, que nos llevará de vuelta a la Ring Road (carretera 1), discurre permanentemente paralela al Eyjafjörður y nos transporta lentamente hasta Akureyri, la segunda ciudad de Islandia con más de 18.000 habitantes, una mega urbe para nuestros estándares en ese momento.
Camino a Akureyri
En el camino se atraviese la localidad de Dalvík que pasaría desapercibida para la mayor parte de los turistas si no fuese porque desde aquí se toma el ferri hasta la isla Grímsey o lo que es lo mismo, el único territorio de Islandia que está dentro del Círculo Polar Ártico.
Como volveríamos dos días más tarde a Akureyri para hacernos la preceptiva segunda PCR, esta primera visita la dedicamos a conocer el Lystigarður, o lo que es lo mismo el jardín botánico de Akureyri. Como parada relajante está bien, supone hacer algo distinto y ves bastantes plantas y flores. Sin que nos llamase excesivamente la atención, su peculiaridad radica en su gran variedad vegetal en un jardín tan cercano al Círculo Polar Ártico. Si no se dispone de mucho tiempo o no se hace base en la ciudad, es una parada prescindible.
Como volveríamos dos días más tarde a Akureyri para hacernos la preceptiva segunda PCR, esta primera visita la dedicamos a conocer el Lystigarður, o lo que es lo mismo el jardín botánico de Akureyri. Como parada relajante está bien, supone hacer algo distinto y ves bastantes plantas y flores. Sin que nos llamase excesivamente la atención, su peculiaridad radica en su gran variedad vegetal en un jardín tan cercano al Círculo Polar Ártico. Si no se dispone de mucho tiempo o no se hace base en la ciudad, es una parada prescindible.
Jardín Botánico Akureyri
Teníamos una última parada en el día y de las buenas, una de las "grandes" cascadas de Islandia y además esta es una cascada divina, Goðafoss, la Cascada de los Dioses. Su nombre se debe a que el Parlamento de Islandia en el año 1000 decide adoptar la fe cristiana. El intérprete de la ley, de camino a casa procedente del Parlamento en Þingvellir, pasó por esta cascada y arrojó a ella todos sus tallas paganas de dioses nórdicos. Y es así como a partir de ese momento se llamó la Cascada de los Dioses, todo tiene su lógica.
Goðafoss
La cascada se puede visitar desde dos zonas. Una primera a la que se accede, viniendo desde Akureyri desde la Ring Road. Se deja el coche en un gran aparcamiento y enseguida se llega a los miradores. La foto de arriba corresponde a esta primera zona. Para llegar a la segunda zona debemos cruzar el río y junto a la gasolinera encontraremos otro aparcamiento. Tras un breve paseo se llega a un mirador superior, pero es obligado que bajéis por un camino y lleguéis al nivel del agua para tener una muy buena perspectiva de la cascada.
Con perspectiva es cierto que vimos cascadas más espectaculares que esta, pero Goðafoss tiene una gran belleza y armonía en el entorno. Una de las grandes cascadas de Islandia.
Desde la cascada pusimos rumbo a nuestro destino final del día en el Lago Myvatn, no sin antes tener la anécdota del viaje. Coche de policía, velocidad superior a 90 km/h, una charla amigable con el agente y todo facilidades para pagar una multa que quita el hipo Al igual que en Nueva Zelanda me llevaba un recuerdo, así que aunque os sea difícil mantener esa velocidad, sobre todo por la Ring Road, es más que recomendable
Desde la cascada pusimos rumbo a nuestro destino final del día en el Lago Myvatn, no sin antes tener la anécdota del viaje. Coche de policía, velocidad superior a 90 km/h, una charla amigable con el agente y todo facilidades para pagar una multa que quita el hipo Al igual que en Nueva Zelanda me llevaba un recuerdo, así que aunque os sea difícil mantener esa velocidad, sobre todo por la Ring Road, es más que recomendable
Alojamiento:
Para las siguientes dos noches elegimos el Hotel Laxa en la orilla sur del Lago Myvatn, muy cerca de los pseudocráteres de Skútustaðir. El hotel está bien, tiene un diseño muy bonito, integrado con el entorno. las habitaciones en la media de Islandia, pequeñas aunque el baño era más grande ya que estaba adaptado para personas de movilidad reducida. El restaurante bueno y el desayuno aunque no tenía mucha variedad es aceptable.
Restaurantes:
La comida la resolvimos con un picnic en un sitio espectacular junto a Hofsós y la cena la hicimos en el hotel ya que llegamos tarde y no nos apetecía salir más.