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El plan original consistía en regresar a Dili en un par de etapas, además, hacerlo siguiendo la costa sur, para cruzar la isla de sur a norte hacia Baucau y regresar finalmente a Dili. Pero el estado de la carretera al venir y los comentarios de los locales, que nos dicen, no sin cierto orgullo, que la carretera que discurre por la costa norte es, sin duda, la mejor de la isla, nos obligan a replantearnos la ruta. Además, nos comentan que cruzar la isla de norte a sur, implica cruzar la cadena montañosa que recorre Timor de este a oestey que podemos tener problemas en esa carretera, ya que las lluvias provocan frecuentes deslizamientos de tierras y podemos encontrarla cerrada en cualquier punto.
Así pues, en vistas de los avisos que nos dan y de la experiencia vivida en el viaje desde Dili hasta aquí, aceptamos que no podremos hacer la ruta deseada, no tenemos suficiente tiempo para hacer frente a algún imprevisto importante, nos esperan un avión y la isla de Flores, así pues, no queda otra que regresar por la misma ruta que a la venida, pero decidimos pasar una noche a Baucau y dividir el trayecto en dos jornadas y poder aprovechar así para acercarnos a Los Palos, dando un pequeño rodeo hacia el sur.
Los Palos es una pequeña comunidad, a unos 40 kilómetros de Tutuala y algo más al sur donde podemos encontrar las típicas casas de la región, son unas casas levantadas sobre postes, lo que las hace asemejar a los hórreos gallegos, aunque en este caso no son graneros, sino casas donde vivir. Damos una pequeña vuelta por el pueblo y regresamos hacia el norte, en ruta hacia Baucau, recorrer estos 40 kilómetros hasta Los Palos, nos ha costado dos horas de coche, cosa que no hace más que reafirmarnos en que la decisión tomada de no seguir la ruta del sur es la acertada.
Regresamos hacia la carretera costera del norte y vamos recorriendo la “carretera” por la que ya vinimos, yo no dejo de pensar en que un pinchazo nos puede suponer un buen problema, como comenté anteriormente, la rueda que cuando nos entregaron el coche me preocupaba, tuve que cambiarla por la de repuesto nada más llegar Jaco, estaba a menos de la mitad de presión, así que andamos sin rueda de repuesto, por una carretera infernal en la que cualquier descuido puede hacerte pillar un bache que te reviente un neumático.
Afortunadamente, llegamos sin más sobresaltos a Baucau, donde nos espera una muy agradable sorpresa, la Pousada de Baucau. Un hotel que, sin ninguna duda, no esperarías nunca encontrar aquí, podría estar perfectamente en cualquier cala de la Costa brava y seguiría siendo un magnifico hotel. Un edificio colonial, restaurado y al que se ha añadido un par de alas modernas, pero que en quedan perfectamente integradas. Habitaciones modernas, limpias, piscina, un jardín precioso, en fin, lo dicho una muy agradable sorpresa.
Una vez instalados, nos vamos a dar una vuelta por el pueblo de Baucau. Mucho que ver, tampoco es que tenga, pero es agradable pasear por sus calles y observar los antiguos edificios de la época colonial que aúnqueda en pie.
Para cenar, encontramos un pequeño restaurante, el restaurante Victoria, donde podemos comer tranquilamente en un ambiente familiar. La comida es muy buena y el precio no llega a diez dólares, incluyendo unas cervezas para acompañar la comida.
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