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Segundo día en Córdoba, nos tomamos unos cafés para comenzar el día y ¡en marcha!
A las 9:30 horas entramos por la puerta del Palacio de Viana, lo teníamos muy cerca del hotel. Compramos la entrada en la taquilla, precio de 6€ por persona, solo pudimos ver los patios, ya que a principios de julio no se podía acceder al interior ni había visita guiada, en la actualidad se puede realizar la visita al interior de los patios con aforo muy limitado, mejor reservar por internet. http://www.palaciodeviana.com/
Los patios son muy bonitos, no había nadie e hicimos la visita prácticamente solos, además a esa hora de la mañana se estaba muy bien, muy buena temperatura. El complejo está constituido por un palacio, 12 patios y un jardín, todo muy bien cuidado.
Ahora un poco de historia sobre el monumento que vamos a visitar. Fue fundado por Gómez de Figueroa en 1492. Con el paso de los años ha ido pasando por distintas manos y se ha ido modificando y ampliando. Desde 1492 hasta 1704 perteneció a la familia Figueroa y Córdoba, los señores de Villaseca. En 1704 fallece el I Marqués de Villaseca y lo sucede su sobrino, ya que murió sin descendencia. En la segunda etapa perteneció a los Fernández Mesa y Argote, que continúan con el linaje de marqueses de Villaseca, en esta época destaca la VI marquesa de Villaseca, ya que hizo grandes reformas tanto en el interior como en los distintos patios. En 1901 se acaba el marquesado de los Villaseca y comienza la gobernanza de los marqueses de Viana, con el I Marqués de Viana. Una de las personas más influyentes durante esta etapa fue el II marqués de Viana, el impulsor de hacer del palacio una casa-museo, adquiriendo colecciones muy valiosas. Durante esta etapa, el rey Alfonso XIII visitó el Palacio en varias ocasiones. Finalmente, esta dinastía se acaba con el III marqués de Viana. Murió sin descendencia, heredando el Palacio su mujer, la cual “cedió” el palacio a la fundación Cajasur en 1980. En 1981 abre por primera vez sus puertas al público. El Palacio es declarado Bien de Interés Cultural y Patrimonio Histórico de España.
Aunque solo pudimos visitar los patios y el jardín, mereció mucho la pena. Es verdad que todo tiene que estar más bonito en el mes de abril/mayo cuando es el festival de patios, pero aun así, vale la pena entrar y dar una vuelta. En todos los patios hay un código QR para acceder a toda la información relativa al patio. Así que la visita está genial y muy completa. En nuestro caso tardamos una hora y media en hacer la visita tranquilamente, leyendo las explicaciones. No había gente, por lo tanto, no tuvimos problemas de distancia de seguridad. La visita a los jardines se puede realizar en menos de una hora si no te detienes mucho a hacer fotos ni leer todas las explicaciones.
De camino a nuestro siguiente punto, hicimos varias paradas, en concreto en dos iglesias. La Iglesia de San Pablo y la Iglesia de San Francisco y San Eulogio.
La primera se encuentra enfrente del ayuntamiento de Córdoba en la calle Capitulares, ubicada en una zona privilegiada. En el espacio ocupado actualmente por la iglesia se situaba el circo romano cordobés, posteriormente un palacio almohade y finalmente un convento de los dominicos, quienes se encargaron de la construcción de la actual iglesia que data del s. XV. En 1848 el estado del convento era muy malo por lo que lo derribaron.
Bajando por la calle San Fernando nos encontramos con La Iglesia de San Francisco y San Eulogio de la Axerquía, situada sobre el antiguo convento de San Pedro el Real de 1246. Destaca sobre todo su retablo mayor de 1720. En 1877 se transforma el convento convirtiéndose en parroquia. Otra de las peculiaridades de esta iglesia es que está formada por una única nave con crucero y cabecera. Si se está por la zona merece la pena acercarse, además está en un entorno muy bonito.
Estas iglesias pertenecen a las llamadas iglesias fernandinas, son un conjunto de iglesias mandadas construir por Fernando III “El Santo” tras la conquista cristiana de la ciudad de Córdoba. No solo tenían la función de culto, sino que también eran centros administrativos de las distintas zonas de la ciudad, esto hace que haya una iglesia en cada barrio, aunque muchas de ellas, han desaparecido con el paso del tiempo. En la actualidad se pueden visitar 8. Existe una aplicación móvil que se puede descargar, en el caso del sistema Android desde la “Play Store”, para realización de un ruta por todas ellas. La verdad que está muy bien, la aplicación se llama “Ruta Iglesias Fernandinas”, da información sobre las distintas iglesias e indica la ubicación de todas mediante un mapa.
Sobre las 12:00 horas llegamos al Alcázar de los Reyes Cristianos, para nuestra sorpresa era gratis, había que apuntarse a través de su web. Nosotros no lo sabíamos, pero sin ningún problema nos apuntaron en una lista, esto lo hacen para registrar a todos los visitantes por si hubiese algún positivo, aunque lo mejor es reservar la entrada a través de la web.
No es un sitio impactante por dentro, destacaría el salón de los mosaicos y los baños reales de Doña Leonor, pero tiene unos jardines que merecen la pena. Fue un edificio importante a lo largo de los siglos, así que solo por la historia que tiene merece la pena una visita. El precio de la entrada habitualmente es de 5€. Lo mejor para la realización de la visita es consultar el horario y los días que abre para no llevarse sorpresas. En el siguiente enlace se puede acceder a los horarios, ya que van variando. Página web del Alcázar de los Reyes Cristianos: cultura.cordoba.es/ ...cristianos
Como ya he dicho, es un monumento con mucha historia. Se comenzó a construir en 1328 sobre un antiguo alcázar andalusí por orden de Alfonso XI de Castilla, a partir de ese momento se convirtió en residencia de la familia real, aunque antes de que fuese alcázar andalusí se descubrió que había sido fortaleza romana. Se pueden ver sus ruinas durante la visita.
El Alcázar tuvo unos habitantes muy particulares y bastante influyente en la historia de España, los Reyes Católicos que durante 8 años residieron entre sus muros. Desde este lugar dirigieron las luchas contra el reino nazarí de Granada. También durante su estancia nació su hija María, infanta de Portugal. Otro acontecimiento importante sucedido durante el reinado de los Reyes Católicos en el Alcázar fue el momento en el que Cristóbal Colón pidió fondos para su expedición en 1486, en los jardines del alcázar hay una escultura conmemorando este acontecimiento. Otra anécdota es que los jardines fueron bastantes descuidados durante el reinado de Isabel la Católica, ya que ordenó la cancelación de su cuidado. Una vez que los Reyes Católicos se fueron del alcázar, ha tenido varios usos, como prisión, sede de la Inquisición y cárcel hasta 1931. En 1950 comienzan las obras de rehabilitación hasta que en 1960 se abre al público. En 1994 es declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En la actualidad hasta el 31 de octubre la entrada sigue siendo gratuita. También hay que indicar que hay varias zonas cerradas, ya que no se puede garantizar la distancia de seguridad dentro de ellos.
La entrada al recinto se hace por la puerta situada en la Calle Caballerizas Reales. La salida se realiza por la puerta situada en los jardines que da acceso a la Avenida del Alcázar.
La visita nos llevó una hora, parando para hacer fotos y caminando por sus jardines.
Tras la visita nos fuimos a comer, el lugar elegido fue la taberna Montillana. No había mucha gente, tenían algunas mesas libres que luego se fueron llenando. La verdad que el local es muy pequeño. Debido a la covid se ve que han reducido el aforo, así que se llena muy rápidamente. Pedimos para comer, gazpacho y medias raciones de berenjenas con miel y flamenquín, así probaríamos las famosas berenjenas que por cierto estaban brutales. De postre un café, para poder seguir con el día. El precio fue de 22€. La verdad que la relación calidad/precio es muy buena.
Justo enfrente está la Iglesia de San Miguel Arcángel, otra de las iglesias fernandinas. Entramos, aunque estaban oficiando misa.
Como el sol ya estaba apretando decidimos ir al hotel y refrescarnos en la piscina hasta el momento de salir para visitar el monumento que más ganas teníamos de conocer.
A las 16:30 teníamos reservada la visita a la Mezquita-Catedral, imprescindible si se visita la ciudad de Córdoba, es el monumento más visitado. El precio de la entrada es de 11€. Lo mejor es comprarla por internet. Puedes pasar gratuitamente hasta el patio de los naranjos.
IMPRESIONANTE, me encantó, aluciné porque había leído sobre la Mezquita pero no imaginé que fuese así, que hubiese una catedral en mitad de una mezquita y que convivan elementos de la religión cristiana y musulmana en el mismo espacio. Es brutal, para mí uno de los monumentos que he visto y más me han impresionado, además fue la segunda mezquita más grande del mundo, ya que ocupa una extensión de 23400m2. Tuvimos la oportunidad de ver la mezquita casi sin gente.
La mezquita viene asociada a la ciudad, es su símbolo. Declarada en el año 1984 como el centro histórico de Córdoba Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, no es para menos, con su historia y todo lo que representa. Su construcción comienza en el 784 por orden de Abderramán I, se cree que se construye sobre una antigua basílica visigoda (se pueden ver restos a través de un cristal en el suelo de la mezquita). El edificio estuvo en constante evolución, ampliándose y modificándose parte por orden de distintos califas. Abderramán II amplía la mezquita y el patio de abluciones, esto se debe al aumento de población, ya que la mezquita se va quedando pequeña.
En el 962 ocurre otra ampliación realizada por Alhakén II, una de las modificaciones más importantes y de las más bonitas, no solo amplia la mezquita si no, que la otorga de una estética muy bonita. La última ampliación como mezquita sucede en el 991 por parte de Almanzor, haciendo que la mezquita adopte una forma rectangular y ampliando el patio. Al tratarse de una mezquita del Al-Ándalus, está orientada 51º hacia el sur.
Tras la reconquista cristiana, la mezquita se convierte en catedral cristiana consagrándose en el año 1236, disponiéndose en el gran lucernario creado por Alhakén II la primitiva Capilla Mayor. En 1489 comienzan a hacerse obras en la mezquita, afectando sobre todo a la zona realizada por Alhakén II. En 1523 se comienza a construir la zona más impactante en la mezquita, la catedral, situada debajo de un lucernario. Entre 1523 y 1748 esta zona va sufriendo diversos cambios. La verdad que es alucinante ver el contraste entre las distintas partes de la mezquita.
Una de las cosas que hicieron para que el resto de la mezquita no tuviese tanta luz y no fuese tan impactante fue tapiar las ventanas poniendo en todos los muros distintas capillas. Esto hace que entre muy poca luz en ciertas partes.
A parte de la catedral, destaca también la cantidad de columnas que se pueden observar, un total de 856, aunque en un principio había unas 1003.
Una visita increíble, me encantó tanto que nos dieron las 19:00 de la tarde, también estábamos dentro porque a esas horas en el exterior hacía mucho calor y dentro se estaba genial, por eso reservé el esa hora, para aprovechar la tarde. No hicimos la visita al campanario, ya que estaba cerrado.
Una vez que salimos, no había nadie por la calle y normal, estábamos a 41º. Nos dirigimos hacía el lateral de la mezquita y vemos la imagen de la Virgen de los faroles.
Aprovechamos para acercarnos hasta la Calleja de las Flores. Es una calle sin salida, acaba en una plaza muy bonita y se puede ver la torre del campanario de la Mezquita-Catedral. Que sitio más bonito lleno de macetas azules con sus flores y eso que en verano las flores no aguantan mucho con el calor. Es verdad, que había visto fotos de la plaza y estaba muy bonita adornada, pero se nota que los negocios que se encuentran en ella cerraron y no habían abierto desde el confinamiento, ya que faltaban macetas y estaba un poco desangelada. Pero aun así, me parece un sitio muy bonito.
Nuestra siguiente parada fue el puente romano para aprovechar hacernos unas fotos, visitar la zona con tranquilidad y cruzar el puente. No sé si es porque era domingo o que era principios de julio pero muchos negocios estaban cerrados, incluidos bares y hoteles.
Nos acercamos hasta el Barrio de San Basilio, para observar sus fachadas y vimos el monumento dedicado a los Patios Cordobeses en la plaza de D. Manuel Garrido, donde se encuentran dos esculturas de un abuelo y un niño regando las flores, en honor a todos los patios que se encuentran en el barrio y a la festividad dedicada a ellos.
Cada mes de mayo se hace un concurso donde se busca que patio es el más bonito. En este festival, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, los propietarios de los patios los adornan, cuidan y trabajan en ellos durante todo el año para conseguir el premio al patio más bonito. Este certamen se lleva realizando desde el año 1921, aunque no es hasta la finalización de la Guerra Civil cuando se establecen las bases para el concurso municipal. El concurso nace a raíz de diferentes vecinos que engalanaban sus patios durante la primavera y se fue creando una especie de “competitividad” por ver quien dejaba el patio más bonito. En la actualidad es un certamen multitudinario, se pueden visitar todos los patios participantes, hay grandes colas para acceder a ellos, incluso se esperan horas para entrar. La verdad que me hubiese gustado ver los patios en su época más floreciente, así que me queda pendiente para otro viaje a Córdoba. Este año debido a la pandemia no se pudo celebrar el festival en el mes de mayo, así que se realizó durante 10 días en el mes de Octubre, con medidas de seguridad y aforo limitado.
No solo están abiertos durante el concurso, también se pueden visitar algunos de ellos en distintas épocas del año. Se pueden realizar distintos tours, visitar el Centro de Interpretación de la Fiesta de los Patios Cordobeses, situado en la c/Trueque 4 en el barrio de San Lorenzo o comprar la entrada en distintos puntos y barrios para la visita a patios privados que se encuentran repartidos por todo el caso histórico.
Me quede con ganas de ver alguno, pero ya era tarde y en el barrio de San Basilio estaban todos cerrados, además debido a la situación de pandemia muchos estaban cerrados desde marzo. Me quedan pendientes para un próximo viaje.
Seguimos caminando por sus calles hasta llegar a la Calleja del Salmorejo, una calle muy singular, ya que en su pared se puede ver la receta de la popular crema cordobesa.
Nuestra siguiente parada fue la Plaza del Potro. Me pareció una de las más bonitas, con la fuente del Potro en el centro sujetando el escudo de la ciudad. Otra peculiaridad de esta plaza es la famosa Posada del Potro citada por Cervantes en el Quijote, hay una placa nombrando este acontecimiento. Además, en esta plaza hay varios museos que se pueden visitar, como el Museo Julio Romero de Torres.
Perdiéndonos por distintas callejuelas llegamos a la Plaza de la Corredera, se escuchaba de lejos el bullicio de la plaza, la verdad que es la zona donde vimos más ambiente. Una plaza rectangular muy bonita, la verdad que recuerda a la Plaza Mayor de Salamanca o a la Plaza Mayor de Madrid. Ha tenido varios usos a lo largo de los años y modificaciones. Ahora mismo lo que si sabemos que tiene son numerosos bares, ya eran las 9 de la noche y se notaba que la gente iba saliendo de sus casas. Es verdad que la mayoría de las personas que había por la zona era gente joven.
Como se acercaba la hora de cenar, decidimos probar la comida de la Taberna La Cuarta, muy cerquita del hotel. Pedimos unas croquetas y un Pad thai, todo buenísimo, junto con unas cervezas y aquarius nos costó todo 25€. La verdad que muy bien, poniendo el broche de oro a una experiencia genial en Córdoba.
Ya llenos y agotados de caminar durante todo el día y además el calor que agota un montón, no fuimos para el hotel, pero me acorde que muy cerca se encontraba el Cristo de los Desagravios y Misericordia conocido por el nombre del Cristo de los Faroles situado en la La plaza de Capuchinos, al lado de la Cuesta del Bailío, la verdad que impresiona ver la imagen de Cristo en mitad de una plaza rodeado por 8 faroles, velas y flores. La imagen data de 1794. Esta zona también es muy bonita y merece la pena acercarse.
Ahora ya sí, era momento de retirarse para continuar con el viaje al día siguiente.
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