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El tercer día de nuestra estancia en Praga alquilamos un coche para acercarnos a ver esta preciosa ciudad medieval, situada en la región de Bohemia, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En un principio nos daba un poco de pereza conducir los 170 Km que la separan de Praga para hacer una visita turística, pero nos lo recomendaron encarecidamente y la verdad es que nos alegramos mucho de haberlo hecho.
El trayecto fue de unas dos horas. Alquilamos el coche a las 8:30 de la mañana y poco antes de las 10:30 estábamos allí.
La pequeña ciudad de Český Krumlov se sitúa en una zona de meandros muy cerrados que forma el río Moldava (sí, el mismo que pasa por Praga; es que es muy largo). Envuelto dentro de uno de los meandros se encuentra el casco histórico y al otro lado el Castillo y el Barrio Latrán.
En un día nos dio tiempo a verlo todo.
Castillo de Český Krumlov
El Castillo de Český Krumlov es otro complejo de fortificaciones y edificaciones palaciegas similar al de Praga. De hecho, es el segundo más grande de la República Checa después del de Praga. Su construcción se remonta al siglo XIII y está situado en un pronunciado promontorio, un lugar estratégico a un nivel muy por encima de la ciudad, por lo que las vistas desde aquí son fantásticas.
Vista del conjunto del Castillo desde la parte de detrás:
La visita de los exteriores y jardines del Castillo es libre. Sólo pagas si quieres ver los interiores de algunas de las edificaciones o para subir a la Torre del Castillo, pero para nosotros fue suficiente la bellísima panorámica gratuita que hay desde los jardines.
Algunas imágenes de las dependencias del Castillo:
La Torre del Castillo es más moderna, del siglo XVIII. Llama la atención por su diseño colorido y es visible desde cualquier punto de la ciudad.
La ciudad de Český Krumlov desde un hueco en un muro del recinto del Castillo:
Por cierto, a la salida del recinto del Castillo había un foso con ¡osos!
Barrio de Latrán
En la misma orilla que el Castillo, en la ladera del promontorio, se extiende el Barrio de Latrán.
Bajando del Castillo hacia Latrán:
Esta zona en origen fue la residencia de las gentes que trabajaban al servicio del Castillo. Aunque hoy en día muchas de las casas se han reconvertido en tiendas de productos típicos, restaurantes y cervecerías, se ha tratado de conservar su sabor medieval y es una delicia dar una vuelta por sus calles.
En el Barrio de Latrán nos dio la hora de comer y elegimos un restaurante cuya terraza daba al río, así que estuvimos disfrutando de las vistas del casco histórico al otro lado del meandro:
Era un día muy soleado, casi caluroso, y además coincidió que era puente festivo en la República Checa, con lo que había muchísima gente por todas partes. Muchos checos habían venido a Český Krumlov a remar por los meandros del Moldava. Allí mismo había varios negocios de alquiler de barcas.
El casco histórico de Český Krumlov es un pintoresco entramado de callejuelas medievales y fachadas góticas y renacentistas fantásticamente conservado. Por allí estuvimos paseando largo rato.
La torre de la Iglesia de San Vito emerge por entre el laberinto de tejados haciéndose protagonista de cualquier panorámica de la ciudad:
Antes de irnos, unas vistas del Castillo desde la ciudad:
Volvimos a Praga con muy buen sabor de boca. El día había resultado ser fantástico.
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