Es domingo, supuestamente día del mercado de pulgas en Loches. Salimos sin prisas hacia allí y llegamos a eso de las diez de la mañana.
Aparcamos en el parking para autobuses cerca del castillo y salimos a rodearlo y visitar el pueblo. Suerte que fue casualidad de parar aquí en "día de mercado" y no hecho a propósito con intención de verlo, porque no hay ni un alma en las calles. Esto nos ha pasado en general en todos los pueblos de la zona, suponemos que porque normalmente lo que llenan las calles son turistas y en febrero hay mas bien pocos. Del mercado de pulgas por supuesto que tampoco hay ni rastro, y sabemos seguro que no es por tema Covid porque habíamos leído comentarios de gente quejándose por no guardar distancias y etc... así que durante la pandemia se ha seguido haciendo.
Seguimos la ruta turística hacia el interior de la zona amurallada, visitando el interior de la colegiata y un pequeño jardín a su derecha donde hay unas buenas vistas de la propia colegiata, el pueblo y el río.
Llegamos hasta el castillo y como no tenemos intención de verlo por dentro, sólo lo vemos por fuera y nos acercamos a la puerta, dando una vuelta por sus jardines que no tienen nada de especial. Por los comentarios que habíamos leído, su interior tampoco tiene nada espectacular, de hecho es bastante oscuro y casi no se ve si no llevas algo para iluminar.
Volvemos a Charlie y mientras las perris echan una merecida siesta, nosotros nos trasladamos al que popularmente llaman "el pueblo mas bonito de Francia": Montrésor.
Aparcamos en el área para autocaravanas municipal, a apenas dos minutos del centro del pueblo a pie, con vaciado y llenado de aguas gratuito y muy limpia.
Nos acercamos hasta el castillo (que para variar, no pensamos visitar su interior) y nos damos cuenta, una vez mas... ¡de que todo el pueblo está en obras!¿Pero qué pasa en Francia?¿Han decidido reformar todo el país al mismo tiempo?
Visitamos la pequeña iglesia, que para ser de un pueblo con dos calles de pequeña no tiene nada y de ahí nos encaminamos al paseo del río. Vale la pena la parada aunque sólo hagas el pequeño paseo del río, ¡que maravilla!
Nuestra intención era llegar a Chenonceau, pero en nuestras fechas cerraba a las 4 de la tarde y para verlo con prisas y mal, decidimos dejarlo para la mañana siguiente. Como ahora han prohibido la pernocta en el parking de autocaravanas del castillo (aunque nos dimos cuenta de que había quien lo hacía aprovechando una calle pegada a las vías del tren... ) nosotros preferimos pasar la noche en el área de Saint-Georges-sur-Cher, a unos 5 minutos de Chenonceau. Hay llenado de agua de pago (4€ si la memoria no me falla) y vaciado gratuito. En el mismo tablón de anuncios del área vimos una pizzería con reparto en la zona, pero nosotros íbamos surtidos.
Aprovechamos que era temprano para dar un breve paseo por el pueblo y llenamos el resto de la tarde con unas partidas de Rummikub. Pequeñas ventajas de llevar la casa a cuestas.
Recorrido del día: 11.373 pasos/7.57 kilómetros.
Recorrido con Charlie: 91 kilómetros.