Una de las rutas de senderismo más interesantes que se pueden hacer en la provincia de Alicante es, sin duda, la subida al Peñón de Ifach, situado en la localidad de Calpe. Por eso no podía faltar en la recopilación de mis caminatas favoritas. Si he tardado tanto en incluirla en este diario ha sido porque la emprendimos hace tres décadas y tenía la intención de repetirla en algún momento, con lo cual podría aportar información más actual y, sobre todo, imágenes más numerosas y mejores que las que capté entonces, cuando estábamos limitados por la utilización de carretes y el alto precio del revelado. Ni que decir tiene que ahora haría cientos... Sin embargo, con tantos lugares nuevos por descubrir, hoy por hoy dudo de que volvamos allí, así que prefiero saldar la deuda pendiente y escribir ya el relato, escaneando las pocas fotos de que dispongo, aun marcadas por el inevitable tufillo sepia del paso del tiempo y con nuestra constante presencia en ellas, algo de lo que no me gusta abusar y por lo que pido disculpas; pero como jóvenes e intrépidos que éramos, estábamos deseosos de dejar constancia de nuestro paso por todos los sitios donde pisábamos. En fin, el postureo de hoy en día: nada nuevo bajo el sol

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En cualquier caso, el imponente pedrusco sigue en su sitio, igual de bello e inalterable, y con la ruta de senderismo hasta la cumbre tan atractiva como siempre y supongo que incluso más concurrida, lo que ya es decir.
Sin embargo, se han producido algunas novedades que voy a contar y de las que me he enterado tras recabar un poco de información para intentar ponerme al día. Por cierto que, además de mis fotos "vintage", voy a poner algunas más actuales (como la siguiente) que me ha prestado una amiga. ¡Gracias, Juani

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SITUACIÓN.
El Peñón de Ifach se encuentra en Calpe, en la Comarca de la Marina Alta, al norte de Alicante. Debido a su singular valor medioambiental y a su importancia como refugio de numerosas especies de aves, su entorno se declaró parque natural en 1987, siendo el más antiguo de la provincia. Como simple referencia, comentar que dista 66 kilómetros de Alicante capital (una hora en coche) y 470 kilómetros de Madrid (cuatro horas y tres cuartos, aproximadamente).
Situación en el mapa peninsular según Google Maps.
El Peñón se nos presenta como una enorme masa calcárea junto a la costa, que desciende de manera abrupta hacia el mar y cuya cima alcanza los 332 metros de altitud, razón por la cual las vistas que se contemplan desde lo alto, tanto tierra adentro como sobre el Mediterráneo, resultan espectaculares, pudiendo divisarse en días claros el Cabo de Santa Pola y las islas de Formentera e Ibiza. A pesar de que he pasado por allí en numerosas ocasiones, no soy capaz de encontrar ninguna foto que yo haya tomado cerca del Peñón, así que pongo una tomada desde el Faro del Albir, no de buena calidad por la distancia, pero en la que, sin embargo, se aprecia bien su perfil utilizando el zoom.
SE NECESITA RESERVA PREVIA.
Al ser Calpe una localidad sumamente turística, la subida al pico atrae a multitud de senderistas de todas las nacionalidades, especialmente en verano, cuando las playas levantinas se llenan de gente. Por esa causa, en 2020 se estableció un cupo máximo de 300 visitantes al día, de modo que para tanto para subir a la cumbre como para llegar hasta el túnel se requiere contar con una reserva previa que es gratuita, personal, individual e intransferible. Aunque resulta aconsejable hacerlo con antelación, puede obtenerse incluso el mismo día que se realice la ruta si hay disponibilidad. Se solicita telemáticamente en la siguiente página web, donde también figuran las instrucciones y normas que deben seguirse durante la excursión y de la cual he tomado igualmente las notas que estoy proporcionando:
parquesnaturales.gva.es/ ...yal-d-ifac
El acceso solo está autorizado cuando hay luz natural y se debe tener en cuenta que partir del túnel la ruta presenta tramos complicados, incluso peligrosos, por lo que es necesario utilizar calzado de montaña o similar. Esto es algo muy importante y no hay que cometer imprudencias, como fue mi caso, que subí con mocasines. A estas alturas, al ver las fotos, no me explico cómo se me pudo ocurrir

. Otros recordatorios se refieren a los perros, que deben ir atados en todo momento, a la necesidad de llevar agua, ya que no hay fuentes en el recorrido, y al cuidado que debe tenerse en verano, por el sol y las altas temperaturas. En fin, lógica pura.
En cuanto a los menores de diecioso años, la información es un poco contradictoria, ya que en la guía de reserva pone que “a partir del túnel, no se recomienda continuar a los menores de 18 años, debido a la peligrosidad de la senda”, mientras que en el apartado de “recomendaciones y normas” figura que “una vez atravesado el túnel, y debido a la peligrosidad de la senda, no les está permitido continuar a los menores de 18 años”. Además he leído que en algún cartel informativo de la propia ruta se lee que no pueden sobrepasar el túnel los menores de 16 años, mientras que los jóvenes entre 16 y 18 deberán ir acompañados por un adulto. Un poco confuso, la verdad. Lamento no poder aclarar nada de primera mano respecto a esta cuestión, ya que cuando nosotros estuvimos no recuerdo que existiera ninguna de esas limitaciones.
DATOS DE LA RUTA.
La distancia hasta la cima es de unos 2 kilómetros y medio de recorrido lineal, lo que supone ir y volver por el mismo camino, de modo que la ruta total suma unos cinco kilómetros. Hay que calcular una duración de entre 3 y 4 horas, dependiendo de cada persona y de la climatología que se afronte. El desnivel viene dado por la altura de la cima, ya que se parte del nivel del mar.
En cuanto al grado de dificultad, hay que distinguir dos partes: hasta el túnel y, desde allí, hasta la cima. Hasta el túnel (aproximadamente un kilómetro y trescientos metros) se considera una ruta asequible para casi todos los públicos, aunque no le falta desnivel. Va por un camino empedrado, en zig-zag, provisto de barandillas de madera y proporciona unas vistas muy bonitas del puerto de Calpe, que se vuelven realmente espectaculares al alcanzar el túnel, prueba de lo cual es la foto actual tomada por mi amiga.
El túnel no tiene iluminación, aunque no hace falta linterna, y el suelo se nota resbaladizo, con locual debe cruzarse con precacución. He leído que cuenta con cuerdas o cadenas para agarrase a los lados. No recuerdo si era así cuando estuvimos nosotros.
A continuación, la ruta se convierte en una senda irregular pero bien señalizada. A 550 metros para la cima, hay una bifurcación, desde la que se puede llegar al Mirador de los Carabineros y luego regresar para proseguir la ruta. La verdad es que no recuerdo si la tomamos o fuimos directos a la cima. Desde esa bifurcación, el sendero se vuelve aún más complicado y peligroso, con rocas muy pulidas y resbaladizas, de lo que me acuerdo muy bien pese al tiempo transcurrido. En algún tramo, hay cadenas para sujetarse.
Y, al final, para alcanzar la cumbre, no se me ha olvidado que tuve que agarrarme a los salientes y hacer alguna trepada.
Una vez arriba, la sensación de verticalidad resultaba tan fuerte que preferí aposentarme en las piedras en lugar de permanecer de pie, mirando al vacío, y no me moví demasiado por si acaso. Además, había poco sitio y demasiada gente. Las vistas eran espectaculares, si bien bastante diferentes de las que se pueden contemplar hoy en día, debido a la mucha menor cantidad de edificaciones que había a principios de los noventa.
En resumen, una excursión fantástica que me ha encantado rememorar en este diario.