ODENSE ✏️ Diarios de Viajes de Dinamarca

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Bajamos a desayunar cuando abren, a las 7.30. A las 8.06 tenemos los billetes de tren a Odense. Llega 9.34.

Odense es la tercera ciudad más grande de Dinamarca, después de Copenhague y Aarhus. Está ubicada 147 km al oeste de Copenhague, en la isla de Fionia, de la que es capital. Antes para ir de Selandia a Fionia se tenía que coger un ferry. Ahora existe el puente del Gran Belt. Tiene una longitud de unos 16 km entre ambos extremos del puente pasa por una pequeña isla denominada Sprogo. El tramo colgante, de 1,62 km, conocido como el Puente de Oriente, se encuentra en el centro del tramo entre Sprogo y Selandia. Es el tercer puente colgante más largo del mundo por detrás del Gran Puente de Akashi Kaikyō y del puente de Xihoumen de la provincia de Zhejiang en China. Se inauguró en 1998 y se puede usar tanto por los coches como por los trenes.

El nombre de Odense proviene de Odins Vi que significa “el santuario de Odín”, el dios mitológico tuerto que dio uno de sus ojos en compensación por haber recibido tanto saber.

Uno de los mayores atractivos para acercarse a Odense es que es la ciudad natal de uno de los mejores escritores de cuentos de la literatura, Andersen (aunque él no parecía apreciarla mucho).


Hans Christian Andersen nació en Odense el 2 de abril de 1805 en el seno de una familia muy pobre. Su padre era un humilde zapatero bastante enfermizo y su madre trabajaba como lavandera y era alcohólica, supersticiosa y muy religiosa. El pequeño Hans era muy imaginativo, algo taciturno, que prefería jugar solo a estar con otros niños. Su padre le había hecho un teatrito de títeres con el que imaginaba historias para sus muñecos y que representaba para sus vecinos. También le gustaba recortar figuras, incluso de adulto. En su casa escuchó por primera vez Hans las historias de Sherezade y Las Mil y una noches de boca de su padre.

De niño a menudo caminaba con los ojos cerrados y la gente creía que estaba mal de la vista. Era un neurótico y lo siguió siendo de adulto. Se cuenta que le aterraba que le enterrasen vivo y en sus viaje solía dejar una nota en la mesilla de noche en la que avisaba: “Sólo estoy aparentemente muerto”. Siempre viajaba con una cuerda por si se declaraba un incendio y tenía que escapar.

Andersen conoció a Charles Dickens en 1847. En 1857, Dickens lo invitó a pasar un tiempo en su casa de campo, donde el escritor danés mostró todas sus excentricidades, hasta el punto que Dickens se fue a Londres y dejó con su mujer y sus hijos.

Andersen tenía fobia a los perros, al extravío de su documento de identidad, a los robos, a los incendios, y a los niños. En una ocasión unos niños le regalaron una caja de bombones, y el escritor, sospechando que estaban llenos de veneno, los regaló a sus sobrinas, aunque tras ver que no estaban envenenados se los quedó de nuevo. Un escritor de cuentos que temía a los niños. No deja de ser curioso aunque quizás no tanto si pensamos que en realidad no escribía para ellos.

De niño solía acompañar a su abuela paterna al manicomio donde ella trabajaba como hortelana. La anciana decía provenir de una familia adinerada que había caído en desgracia al perder sus tierras. A su abuelo le techaban de loco y se decía que él tampoco estaba muy fino.

Con 11 años la muerte de su padre le hizo abandonar la escuela.

Cuando tenía 14 años abandonó Odense y se fue a Copenhague con la intención de ser actor o cantante de ópera, aunque no tuvo mucho éxito en su empeño. Giuseppe Siboni, fundador y director de la Real Academia Danesa de Música, decidió pagar sus estudios pero con la llegada del invierno enfermó y perdió la voz. Para ser actor era demasiado feo y siendo larguirucho y desgarbado no podía ser bailarín.

El propio rey Federico VI se interesó por él y le financió los estudios, primero en Slagelse y luego en Helsingor. Fue rechazado por sus compañeros por sus orígenes humildes pero sacó muy buenas notas.

En 1827 se publicó su primer poema. En 1831 hizo su primer viaje a Berlín y en 1833 obtuvo una beca del rey que le llevó a viajar por Europa. En 1835 escribió su primera novela pero serían sus cuentos los que le dieron fama. Destacan La sirenita (con un final muy poco Disney), El patito feo, El traje nuevo del emperador, El soldadito de plomo, La princesa y el guisante, La pequeña cerillera o La reina de las nieves (la inspiración de Frozen). Ya en vida sus obras se traducían a otros idiomas. Sin embargo, a él no le interesaban esos cuentos que hicieron de él un autor de renombre; deseaba (y no lo logró) ser un novelista y dramaturgo famoso.


Se convirtió en invitado habitual de las casas señoriales y de las residencias reales. Frecuentaba a la burguesía. Fue el primer escritor danés que aceptó leer sus cuentos a los miembros de la Asociación de Trabajadores, creada en 1860. En los últimos años de su vida repitió la experiencia leyendo en público también en la Asociación de Estudiantes, para la familia real, las costureras, la nobleza y la alta burguesía.

Fue un viajero empedernido. Hizo unos 30 viajes por Europa, uno de ellos a España.

Alto, delgado, desgarbado y feo, fracasó en el amor. Se enamoró muchas veces, de hombres y de mujeres, pero nunca fue correspondido. Conoció en 1857 a Harald Scharff, un joven y atractivo bailarín danés con el que parece que mantuvo cierta relación entre 1862 y 1863. Esos fracasos hicieron de él una persona melancólica y pesimista; por eso no es raro que sus obras terminen mal.

En 1866 el rey de Dinamarca le concedió el título honorífico de Consejero de Estado y en 1867 fue declarado ciudadano ilustre de su ciudad natal.


En 1872 se cayó de su propia cama, sufriendo heridas que le provocaron secuelas. Murió el 4 de agosto de 1875.

Andersen escribió aproximadamente ciento sesenta y ocho cuentos, varios libros de viajes y tres autobiografías.

Nada más salir de la estación y cruzar la calle nos encontramos con un parque y un palacio. Los caballeros de la Orden de San Juan (o quizás más conocidos como hospitalarios) llegan a Odense alrededor de 1280. Hacia el 1400 adquirieron un monasterio, que se acabó convirtiendo en la segunda encomienda más importante de Dinamarca. Pero con la llegada de la Reforma, en 1536, el monasterio pasó a ser propiedad del rey y recibió el nombre de Odensegård. Los nuevos señores solo lo habitaban en invierno y permitían a los monjes que quedaban que siguieran viviendo allí. Entre 1570 y 1575 se remodeló para adaptarlo mejor a su nuevo uso.



En el siglo XVII, en el marco de la guerra contra Suecia, Odense fue ocupada por los suecos y algunas de cuyas tropas se alojaron en el palacio. Todos los muebles fueron destruidos. Con la llegada de la monarquía absoluta en 1660 el palacio se convirtió en la residencia del administrador del Amt de Fionia aunque la familia real podía seguir alojándose en él.

Entre 1721 y 1723 Federico IV encargó una renovación total del castillo y sus jardines. El rey murió allí el 12 de octubre de 1730. Después de su muerte, los reyes se quedaron en el palacio solo de paso, pero los gobernantes extranjeros también utilizaron el gran complejo en su camino hacia y desde Copenhague.

Durante las guerras napoleónicas, el palacio fue utilizado como centro de mando por una sucesión de generales, incluido el mariscal francés Jean-Baptiste Bernadotte, quien más tarde se convirtió en el rey Carlos XIV Juan de Suecia.

De 1816 a 1847, el Palacio de Odense fue la sede del gobierno en Fionia de los sucesivos príncipes herederos. La madre de Hans Christian Andersen trabajaba en el palacio y solía llevar al niño con ella. Andersen se convirtió en compañero de juegos del futuro Federico VII. Este príncipe adoraba el palacio. Vivió en el palacio con su segunda esposa, Mariane de Mecklenburg-Strelitz y lo restauró a fondo. Sin embargo, el matrimonio se rompió y con el tiempo el rey mandó hacer una habitación en la planta baja para su amante, Louise Rasmussen, más tarde su esposa morganática como la condesa Danner.

Más adelante fue museo y luego sede de oficinas gubernativas. El estado vendió el palacio al Municipio de Odense en 1907, después de lo cual también se abrió al público el jardín real (King's Garden). En los años siguientes se instalaron varios servicios oficiales, como el parque de bomberos y el ayuntamiento de Amt. Sigue siendo un edificio administrativo.

El jardín barroco original fue construido alrededor de 1720. Cien años después se convirtió en un jardín inglés, con árboles francamente antiguos. Hay una estatua de Andersen.


En el Jardín del Rey hay una estatua ecuestre de bronce que representa al rey Federico VII (1808-1863). Antes de convertirse en rey, fue gobernador de Fionia y vivió en el castillo de Odense desde 1839 hasta 1848. También hay 9 curiosas esferas de bronce en el suelo. Se trata de una escultura sonora de la artista Eva Koch llamada Ninenow. Dice la palabra "ahora" en nueve lenguas diferentes de manera aleatoria. Los nueve idiomas son inglés, japonés, chino, lituano, ruso, serbocroata, turco, español y swahili.

Muy cerca está la iglesia de San Juan. Mencionada por primera vez en 1295, fue construida por los Caballeros Hospitalarios, también conocidos como ya dije como la Orden de San Juan.

No queda mucho del edificio original. Fue reconstruido en 1636 y posteriormente restaurado en dos ocasiones. Construida en ladrillo rojo con decoraciones horizontales en la pared del presbiterio, tiene grandes ventanales góticos. Está unida por un pasaje cubierto al castillo. Intentamos entrar pero está cerrada. Así que nos quedamos sin ver las numerosas lápidas sepulcrales de los siglos XIV a XVI, el pulpito barroco de madera tallada, el crucifijo gótico tardío del siglo XVI, el altar mayor del siglo XVIII o, sobre todo, la pila bautismal del siglo XIII.

Vamos hacia museo casa natal Andersen. En internet no había entradas. Sin embargo, nos venden el pass (lo mismo que supuestamente está agotado) para las 14h. En el precio entra el museo, la casa de la infancia y museo casa Andersen. Nos facilitan información.

Seguimos el plano del librito que nos han dado y las pisadas rojas del suelo.

En plaza del mercado (Sortebroedre torv) hay un pequeño mercadillo (flores, carne, pescado, queso, verduras, miel...). El mercado se celebra miércoles y sábado. El nombre de la plaza se remonta a los siglos XII y XIII, y proviene de un monasterio.

Me hago una foto en estatua de Andersen junto al Hotel Radisson Blu. Está sentado en un banco junto a un árbol. Lleva sombrero de copa y una enorme capa extendida.


Recorriendo las calles de Odense se pueden encontrar diez esculturas relacionadas con sus cuentos. La primera que vimos es la que representa al soldadito de plomo pero caminando por la ciudad hay otras (La Sirenita, El traje nuevo del emperador, etc).

Seguimos recorrido. Llegamos a San Albán, la iglesia parroquial católica. La primera congregación católica de Odense desde la reforma protestante se estableció en 1867 y estaba formada por 12 adultos y 7 niños. En los primeros años, los servicios se llevaban a cabo en un espacio alquilado, pero en 1869 la congregación compró parte del Priorato de Odense y estableció la iglesia de Santa María, una escuela para niñas y la residencia de las Hermanas de San José. Se construyó un edificio adicional, que albergaba una escuela para chicos y hogares para los sacerdotes.


En 1899 llegaron los primeros Redentoristas de Austria y comenzaron a recolectar fondos para la construcción de una iglesia permanente, recibiendo contribuciones bastante importantes de Austria y Alemania. La primera piedra se colocó el 21 de octubre de 1906 y el 25 de octubre de 1908 el edificio inacabado fue consagrado y dedicado a Nuestra Señora , San Albano y San Canuto.

Destaca su alta torre de 54 metros.

Continuamos nuestro camino hasta llegar al ayuntamiento. El edificio actual fue diseñado por Johan Daniel Herholdt y Carl Lendorf en estilo historicista , inspirado en edificios italianos como el Palazzo Pubblico en Siena. El edificio se terminó en 1885. La mampostería roja tiene decoraciones de piedra arenisca, frontones escalonados y una hilera de dientes de sierra. Se encuentra en el sitio de un edificio más pequeño de 1480, el antiguo ayuntamiento gótico que en el siglo XIX se consideraba ya como muy pasado de moda.

En 1937, Bent Helveg-Møller ganó un concurso para la ampliación del edificio. La torre sobre la entrada principal fue derribada en 1942 pero no fue reconstruida. Como las obras se retrasaron durante la guerra, la ampliación no se completó hasta 1955. En el 200 aniversario de Hans Christian Andersen en 2005, se completaron trabajos de renovación integral en los interiores del edificio, incluidos los pasillos de entrada, las salas de reuniones, el salón de banquetes y cámara del Consejo.


Enfrente, en la plaza, encontramos la escultura Oceanía. La escultura de bronce representa a la diosa del mar Oceanía. Fue un regalo de la Fundación de Arte de Odense y Asea Brown Boveri A/S y probablemente es de las obras más controvertidas de Odense. Es una figura estirada, que muchos creen que es fea y ni siquiera se distingue bien que sea una mujer.


Nos dirigimos a la catedral. Entramos. Es un templo gótico danés con influencias alemanas hecho de ladrillos. Sus partes más antiguas datan de inicios del siglo XIV, cuando fue la iglesia del monasterio franciscano de Odense. Fue consagrada como catedral en 1499.

Está dedicada a san Canuto, el rey Canuto IV de Dinamarca, quien a causa de su impopularidad, fue asesinado en 1086 en el interior de la iglesia de San Albano, un templo de madera de la ciudad. Se cree que la actual catedral se localiza sobre o en las cercanías de aquella iglesia. De hecho, los restos del rey y de su hermano están en la cripta. El 19 de abril del año 1100 el rey fue canonizado por el Papa. Eso convirtió al rey Knud en el primer santo en la historia de Dinamarca, aunque no todos estuvieron muy de acuerdo con esa decisión.


La catedral es una basílica de tres naves de planta de cruz latina, con una sola torre en la fachada occidental. El interior es austero, con paredes blancas. Destaca el púlpito, de estilo rococó. Se construyó entre 1754 y 1756. Tiene labrados muchos símbolos cristianos: la cruz, cáliz, huesos cruzados, trompetas, palmas, libros, la serpiente, la manzana...

En la otra punta de la nave encontramos la pila bautismal, que está hecha de bronce y latón. Es obra de Bernt Bodemann de Lübeck y data de 1620. Bajo el borde de la fuente aparece el texto "Salige erre de somtro og blifwe doebte mich gvs Berent Bodemann zu Lvbeck 1620" (Bienaventurados los que creen y son bautizados). Más abajo, se ve el monograma IHS. Enfrente está el monograma de Cristián IV y su lema: "R(egna) F(irmat) P(ietas)" (La piedad fortalece los reinos). El plato de la pila es de plata. Los dos escudos con un ancla y una garza de pie y un texto grabado hacen referencia a las familias de von Bergen y Landorph, que donaron la pila a la catedral en 1764.


El retablo es un precioso tríptico elaborado hacia el 1513-23 por el carpintero Claus Berg. Se le considera una de las obras de arte medieval más bellas de Dinamarca. Es realmente impresionante. Fue encargado por la reina Cristina (1461-1521) para la ahora demolida iglesia de los Greyfriars, en conexión con una capilla sepulcral para la familia real. Las tumbas y el retablo se encuentran ahora en la iglesia de St. Knud. Los paneles laterales de la hermosa talla de madera, con un generoso recubrimiento de pan de oro de 23 quilates, representan la Pasión de Cristo. El panel central muestra a Cristo en la cruz, rodeado de varios santos. Por encima y por debajo de la escena de la crucifixión hay representaciones de María siendo coronada Reina del Cielo y la Virgen María y su madre Ana con el niño Jesús. La base muestra a la familia real en oración. Cerca de Cristo están el rey Hans y la reina Cristina. En total hay 300 figuras.


El coro data aproximadamente de 1475. Después de la Reforma las sillas las usaron los alumnos de la escuela de gramática.

El órgano más antiguo y bonito data de 1753 aunque ha sido restaurado varias veces (la última, en 1965). En la catedral hay un órgano más sencillo y actual, de 1999.

Por la catedral se ven muchas lápidas sepulcrales de ciudadanos importantes de Odense. Justo al lado de la bajada a la cripta encontramos la Capilla de Ablefeldt, con una hermosa reja de hierro forjado dorado. La capilla fue erigida en 1701 por el escultor belga Thomas Quellinus. Aquí yacen los cuerpos de Hans Ahlefeldt, general y oficial diocesano en Fionia, quien murió en 1694, su primera esposa, Catharine Sehested, (m. 1670), su segunda esposa, Anna Ruhmor, (m. 1711), y el hijo del primer matrimonio, Christian (m. 1695). A la parte de la derecha se puede ver una figura en mármol de Hans y en el lado opuesto una de su hijo. El busto que vemos es el de la segunda esposa y el medallón, de la primera.

La cripta es parte de la antigua iglesia. Se pueden ver los cimientos de la cripta románica anterior. Cuando la catedral fue restaurada en 1870 se descubrió la cripta. Allí encontramos lápidas de importantes personajes como el rey Hans (1455-1513), la reina Cristina, los príncipes Frants y Hans, el rey Cristian II (1481-1559) y la reina Elisabeth. Las tumbas de Juan y Cristina son una excelente obra en piedra de Claus Berg, elaboradas por orden de la propia reina.

En el suelo también hay una tapa de roble, debajo de la que hay un pozo que en los primeros días de la catedral se utilizó en las ceremonias de la iglesia.

Pero lo más destacado de la cripta son los relicarios. Hay dos relicarios con los restos óseos del rey Knud y de su hermano Benedikt que, como ya dije, encontraron la muerte como mártires en la antigua iglesia de San Alban en 1086, junto con 17 criados. Nuevos exámenes han reforzado la hipótesis que los restos de los relicarios sean realmente los canonizados Rey Knud y su hermano. Uno de los esqueletos muestra una lesión en la región pélvica, probablemente causada por un garrote golpeado desde atrás. Este detalle apoya la tradición de que el rey Knud fue asesinado mientras estaba de rodillas rezando frente al altar. Los cimientos de esa iglesia se han encontrado detrás de la catedral.


Los ataúdes de roble y fresno se han movido muchas veces. Antiguamente estaban ricamente decorados con piedras preciosas y figuras representadas en láminas doradas. El cráneo del rey Knud descansa sobre una almohada de seda amarilla con motivos de pájaros. Esta fina tela se tejió en el siglo IX e influyó en las tendencias de la moda de lugares tan lejanos como Bizancio.

En la catedral encontramos también la Capilla de Valkendorf. Se añadió a la nave del lado norte para el señor teniente de la mansión de Odense, Henning Valkendorf til Glorup y su familia. Después de 1677, la capilla se convirtió en un lugar de enterramiento familiar para el barón Frederik von Vittinghof til Schelenborg. La capilla es de estilo renacentista tardío. En el suelo se encuentran dos ataúdes con los restos del barón y su esposa. Tres de los hijos de la familia yacen enterrados en los pequeños ataúdes. La capilla también contiene tres ataúdes más antiguos, con los restos de Henning Valkendorf y su familia.

Visitamos la casa de infancia de Andersen, en la calle Munkemoellestraede. Era muy pobre. La casa estaba partida en tres para tres familias. Hay una tienda, un pequeño museo con imágenes y fragmentos de autobiografías y en la tercera parte, la casa del escritor con una mesa de carpintero. Hay un bonito y pequeño jardín trasero. Cuando era niño, HC Andersen a menudo se sentaba en el patio detrás de la casa de la infancia. No era un jardín, solo había un arbusto de grosella espinosa. Todos los días miraba sus hojas, desde que eran pequeños brotes verdes hasta que se desprendieron como hojas amarillas. Dicen que fue una de sus primeras inspiraciones para sus cuentos.


Pasamos por el manicomio donde iba con su abuela y llegamos al parque Eventyrhaven (Jardín de Cuentos de hadas), donde suelen representarse los cuentos de Andersen. En el parque hay tres estatuas, una de Andersen, una ninfa Eco en la colina (Aksel Hansen, 1888) y la escultura de hierro flotante Papirbåden/Paper Boat (Erik Heide, 1985), ahora con todos los alrededores en obras. Allí estaba el lugar donde la madre de Andersen lavaba la ropa.


Pasamos por Paaskestraede. Allí encontramos un edificio que fue un colegio para los niños pobres hasta mediados del año 1800. Fue aquí donde estudió Andersen.

Vamos a visitar el museo local, el Montergarden museum, muy cerca de la Plaza del Mercado. El museo se divide en varias partes, aunque algunas estaban cerradas. Hay un complejo de viviendas antiguas y un edificio más moderno que cuenta la historia de Odense a través de los siglos (y cuyo elemento más representativo es una enorme manzana roja en la escalera). Recibe el nombre de Montegarden porque es el de la casa más importante del complejo, de 1646.




Nosotros no fuimos pero en las afueras está Den Fynske Landby, un museo al aire libre con 20 edificios rurales.

Buscamos un lugar donde comer. Aunque el museo tiene un restaurante, nos dicen que no hay comidas hoy. Vamos a Burgers anarchy. Comemos buena hamburguesa grande y agua (todo 250 coronas).

Visitamos luego el museo con audioguía (solo en inglés, danés y chino). Hay algunos recuerdos y estatuas. Es muy psicodélico.

La página web hace esta descripción: " La casa de HC Andersen es un viaje impredecible y cautivador a través del universo creativo y las amadas historias del autor. La arquitectura de clase mundial une la belleza y la imaginación en espacios habitables que abarcan el exterior y el interior, arriba y abajo, hoy y mañana. Experimente HC Andersen de formas completamente nuevas cuando el autor y sus obras le hablan a través del sonido, la luz, el espacio y la escenografía, creados en colaboración con 12 artistas internacionales. Usa tu imaginación como brújula y crea tu propia experiencia aventurera."

Leyendo eso crees que vas a adentrarte en un mundo mágico del famoso autor de cuentos. Nada más lejos de la realidad. Para ver algunos objetos debes asomarte a agujeros (y miras por casualidad), las explicaciones son aburridas y poco aptas para niños, la parte de cuentos es rarísima e incomprensible...


La casa natal, amarilla, está en obras y solo se ve desde el exterior. Hoy por hoy está vacía y no es visitable. La familia no tenía casa en propiedad pero se sabe que en 1805, año del nacimiento de Andersen, sus abuelos maternos habían alquilado esta vivienda.


El proyecto de este nuevo museo fue liderado por el renombrado arquitecto japonés Kengo Kuma, que está detrás de obras monumentales como el Estadio Olímpico de Tokio. Dicen que es una de las propuestas museísticas más ambiciosas de los últimos años en Dinamarca, con un coste de casi 400 millones de coronas danesas (cerca de 53 millones de euros, de los que dos terceras partes han sido aportados por la fundación del grupo A.P. Møller-Maersk). ¿Mi opinión personal?. Dinero tirado a la basura. Lo han querido hacer muy moderno y lo han empeorado.

Ignoro si se ha mantenido el Bornekulturhuset Fyrtojet, una especie de palacio de cuentos de hadas que aparece en muchas guías y webs y que estaba en los jardines de detrás de la casa. Allí se leían o representaban cuentos.

Sí se ha conservado una sala circular dentro del museo con pinturas de los cuentos de Andersen.

El barrio en el que está la casa natal tiene edifficios de los siglos XVIII y XIX.

No muy lejos, en la calle Nedergade número 2, encontramos una preciosa casa de huéspedes de 1683. Hoy es un caro restaurante tradicional llamado Den Gamle Kro. En la misma calle hay otros ejemplos de arquitectura dd los siglos XVII y XVIII.

Compramos un helado en Frellsen chokolade.

Javi se va a ver un antigua fábrica (hoy comercios y museo). Yo me quedo junto al ayuntamiento; luego paso por allí. Se trata del Centro de Cultura Brandts en la antigua fábrica de ropa de Brandts Torv. La fábrica de ropa Brandts estuvo funcionando hasta 1977, año que cesó en su actividad. Durante unos años sus instalaciones estuvieron abandonadas hasta que por una iniciativa privada las autoridades municipales decidieron crear un centro de arte. El museo de arte fotográfico se fundó el 13 de septiembre de 1985 pero no se inauguró hasta 1987 junto a sus espacios afines del Kunsthallen y del Danmarks Grafiske Museum. En el año de su apertura fue declarado Museo Europeo del Año y en 1992 fue declarado estatal, lo que permitió aumentar las subvenciones. Allí también está la Kunsthalle, espacio dedicado al arte contemporáneo, la Brandts Samling (colección de pintura danesa desde 1750 y hasta el siglo XX) y la Danmarks Mediemuseum (dedicado a la historia de los medios de comunicación).

Tenemos el tren a las 17.56. Llega a Copenhague a las 19.33 horas.

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