Llegamos a Brasov a eso de las 13.15 del mediodía, justo a tiempo para ir buscando algo para comer. Habíamos desayunado en el apartamento y desde ahí nada mas, así que estábamos ya famélicos.
Nos dejamos guiar por TripAdvisor una vez mas y aunque no es habitual en nosotros elegir el nº1 de la zona, esta vez nos dejamos llevar por la corazonada y es nuestro elegido. El local en concreto es el Ograda en una esquina de la plaza principal.
Pedimos pechuga de pato, una especie de goulash de ternera y una sopa para entrar en calor. La sopa al lado de la de gallina de la noche anterior... nada del otro mundo. Pero el pato es imperdible, habríamos pedido una docena mas.
Los tres platos, una cerveza, un refresco y un agua, 142LEI (26€) propina incluida.
Ya con el estómago saciado, aprovechamos que tenemos parking pagado para un par de horas mas y vemos el centro de Brasov. Nos sentamos un rato a reposar la comida en la plaza principal y mas tarde nos acercamos a la iglesia negra (que para tener ese nombre, es de un color bastante clarito a comparación con muchas iglesias francesas, por poner un ejemplo)
¿Hola?¿Hay alguien en casa?
Nos acercamos también a la calle comercial a por un postre tardío/merienda temprana. En el caso de mis acompañantes un helado y yo me decanté por algo mas calentito.
Habíamos hecho una parada en Brasov, pero no era nuestro destino final para el día de hoy. ¡Nos vamos a dormir a Bran! Así que no queriendo que se nos haga de noche, volvímos al coche unos minutos mas tarde de nuestro ticket y cogimos carretera dirección Rasnov, con idea de hacer una pequeña parada en la ciudadela. Sabíamos que está en obras y por tanto no accesible, pero queríamos probar suerte a ver si podíamos ver algo.
Vistas de Brasov desde lo alto.
Llegamos al parking al lado de la carretera y aunque daba la sensación de que se podía subir en coche y que no había nadie que nos lo fuese a impedir, preferimos no arriesgar porque hay una clara señal de prohibido el paso. La noche nos ganaba terreno a pasos agigantados pero conseguimos llegar arriba a tiempo para ver algo muy de pasada, pues estaba todo en obras. Casi que nos "colamos" porque no hay ninguna puerta cerrada con llave pero claramente no está abierto al publico
Ya nos comía la noche cuando cogimos de nuevo el camino para volver al coche, con intención de llegar a nuestro alojamiento en Bran e ir buscando ya algún sitio para cenar antes de que se nos eche la hora encima. Que complicado se me hace siempre adaptarme al horario europeo, leches.
Nuestro alojamiento para esta noche es Casa Krista, una pensión al lado mismo del castillo de Bran. Podíamos verlo desde la ventana de la habitación, pero era tan de noche que ya no se veía nada. Por la mañana si que lograríamos verlo. La noche en una triple nos costó 160LEI (32€) aunque la señora nos intentó cobrar 180... Pero le enseñé la reserva en el móvil y a regañadientes aceptó 160. Nos dio la sensación de que si colaba, colaba. Aunque supimos después que no era la dueña sino la suegra... igual se va sacando un sobresueldo la mujer.
Una vez las maletas en la habitación y llave en mano, decidimos salir en busca de nuestra cena. Al ser Bran tan pequeño no había nada abierto o que nos acabase de convencer así que acabamos en una especie de urbanización cercana, en un hotel/restaurante/club de campo. Desde luego con hambre de allí no íbamos a salir.
Decidimos pedir un plato de embutidos fríos para compartir y otro de embutidos calientes que indicaba que era para 2 personas... éramos 3 y aunque yo no como demasiado, decidimos que estaba bien. Aquello no se lo acaban ni entre 4, mucho menos con el otro plato delante
Hay que tener en cuenta que el tenedor era anormalmente grande... y aun así mirad como se ve a comparación con el plato.
Y como si no hubiesemos tenido bastante, ¡aún tuvimos agallas de pedir postre!
El total fueron 205LEI (40€) con propina incluida.
Y de ahí nos fuimos directos a la cama porque no podíamos mas. Además tardamos bastante en conseguir la cuenta, por lo que la mitad del grupo casi se queda dormido en la mesa.